Hace un par de meses, lamentablemente, falleció la gran criminóloga británica Barbara Hudson. Una autora apenas leída o citada en América Latina (cuántos textos escritos en la región habrán referido a sus trabajos?) Hudson fue una de las pocas referentes del derecho penal moderno en trabajar sistemáticamente sobre la cuestión pobreza y derecho penal, haciendo girar su vida académica en torno de la cuestión.
En
alguno de sus estudios, Hudson propuso una particular defensa basada en la
“coerción económica”. Para ella, esta defensa “sería análoga a la defensa
basada en la coerción física, y –dependiendo de las circunstancias- podría
negar (raramente) y en la mayoría de los casos disminuir, la responsabilidad
(del ofensor).” Su argumento se basaba en una separación (que tomaba de David
Garland) entre “agente” y “libertad”, esto es decir entre agentes con capacidad
o poder de acción; y libertad, esto es decir capacidad para elegir sus acciones
sin constreñimientos externos. En este sentido, Hudson no trataba de negar que
las personas eran responsables de sus actos (las personas, decía “tienen el
poder de actuar y por lo tanto son responsables de cualquiera de los crímenes
que comentan”). Lo que ella quería enfatizar era que las posibilidades para
realizar elecciones socialmente significativas se encontraban distribuidas de
modo desigual. Luego, y dado que “la libertad de elección en una sociedad
desigual es necesariamente una cuestión de grados y es desigual entre distintos
agentes, el modo en que vayan a ser culpabilizados, y por tanto castigados,
debía reflejar estas diferencias y desigualdades” (ver, por ejemplo, B. Hudson, (1999), “Punishment, Poverty and
Responsibility: The Case for a Hardship Defence,” Social and Legal Studies, 8, 583.
Cito
un largo párrafo que da muestra de su posición: “A pesar de la enorme actividad
que se da tanto en la práctica como en el discurso penal, la justicia criminal
continúa siendo un desastre..ella no reserva la prisión para los ofensores más
serios; no distribuye los castigos de modo equitativo, dado que los ricos
siguen siendo sancionados con multas, sentencias suspendidas o procesos
administrativos, mientras que los pobres, los mentalmente desordenados, los
negros y los inmigrantes reciben procesos de penalización y prisión; no protege
al público, dado que las tasas de criminalidad continúan en ascenso; no
legitima al sistema, dado que los prisioneros tienen cada vez más predisposición
a hacer motines y el público está más predispuesto a criticar a la policía, los
tribunales, los servicios correccionales y a los políticos…Bajo cualquier
estándar utilitario o sociológico –disminuir el carácter opresivo del Estado,
incrementar el dominio de los ciudadanos sobre sus propias vidas, promover la
cohesión social y la armonía; en otras palabras, contribuir a la justicia social-
la justicia criminal resulta no sólo defectuosa sino también perniciosa B.
Hudson (1993), Penal Policy and Social Justice, MacMillan Press, London.
5 comentarios:
excelente. comparto totalmente. el problema es que la clase media y alta quiere siempre externalizar los costos de vivir en una sociedad injusta.
Gracias por recordarnos a Hudson. Abrazos solidarios desde Chile
Luego de leer el post me nace el instinto de refutarle a RG, ... y hablar de los presupuestos de la libertad y de la democracia -en esta nuestra sociedad liberal-,... de que no se puede mezclar la chicha del capitalismo con la limonada del abolicionismo,.... y más. Pero poniendo el freno de mano, sobre todo por la fecha, me pregunto si las clases altas privilegiadas de la sociedad son verdaderamente libres.
En un programas de esos del canal encuentro que deben tener una sola persona de audiencia (yo) , en un reportaje a Pierre Bourdie, este decia que la adolescente de Paris que se cree revelarse ante el sistema acata las normas las reglas y expectativas de su grupo de una manera mas inflexible y tajante que cualquier otro adulto "Normalizado". Si hicieramos un relevamiento estadistico por los barrios de Paris -decia el sociologo- encontraríamos muy poca dispersion en gustos preferencias valores y elecciones por grupo. .
La mujer occidental que hoy se espanta frente a la burka no percibe que el corse que salio del cuerpo femenino a ppios del siglo pasado, entro luego en la cabeza de todas nosotras (me incluyo y no soy ajena a ese yugo) con moda de las dietas y del cuerpo esbelto que se diferencie de manera clara y evidente del cuerpo masculino que es el unico objetivo de los corses y las dietas.
O lo que se supone, por los condicionantes de su educacion, que debe ser un empresario se supone que debe practicar el egoismo virtuoso por el bien de todos.
Creo que lo importante y la labor de militancia politica es desafiar esos presupuestos y eso que la sociedad espera de nosotros. No es tan dificil solo basta una oveja negra que se anime a gritarlo y sostenerlo (teoria de la influencia de las minorias). por ejemplo, el valor de la comunidad gay, el valor de las mujeres por el aborto seguro y libre. El valor de la madre de Angeles al intentar comprender el atroz crimen de su hija y no reclamar venganza sino verdad y justicia. En fin...
Tener el valor de desafiar los presupuetos y sobre todo y lo pido para el proximo año y la era que se viene el presupuesto para los pobres que es lo primero en recortarse gracias a los corses mentales de los chicos y chicas de la nacion clarin y del grupito del CEMA y otras yerbas,... a ver si se les ocurre algo mas creativo por ejemplo dejar de subsidiar lso autos de la clase media y sus viajes al exterior con dolares que nos cuestan a todos, .... que se yo.,
Abrazo de fin de año para la gente linda. Para los no tan lindos tambien.
Extractos de la entrevista concedida por Chabán a la Rolling Stone, acá: http://www.lanacion.com.ar/1652284-omar-chaban-yo-acepto-mi-responsabilidad-en-cromanon-pero-el-publico-es-responsable-con-nosotros.
Dice Chabán:
"[La idea de salir a la calle] me da miedo. En una cárcel te cuidan, te dan cursos... Si lo tomás positivamente, es bárbara la cárcel." Más allá de cuán subjetiva pueda ser la opinión de Chabán, creo que también son comentarios como éste los que deben tomarse en cuenta a los efectos de sopesar los discursos en torno al castigo carcelario. De lo contrario, estaremos monologando siempre con los mismos ideólogos e intelectuales.
El Imparcial del Norte
Siempre aparece como atenuante la pobreza. Y es como si fuera un hecho: ser pobre es ser delincuente.
Y al mismo tiempo el que ser pobre lo convierte a un individuo a ser victima de la policía y de la ley (tener menor posibilidad de tener una defensa exitosa en caso de ser inocente o tener más condena en caso de ser culpable). Quizás sea cierto en Gran Bretaña, pero cada vez tenga muy serias dudas de que sea cierto, en general, en nuestro país.
Por empezar la tasa de resolución de delitos es muy baja, por lo que la probabilidad de que un delincuente sea aprehendido es bajisima. De hecho, es virtualmente cero porque la policía NO busca delincuentes (mi esposa fue asaltada el jueves 26 de diciembre. Pude rastrear el teléfono robado por internet y estando ella realizando la denuncia le pude informar donde se encontraba el teléfono. Como era en una villa, la policía le informó que no iban a la villa).
En más de 40 años de adulto: mis hijos, hija, esposa, nueras, parientes políticos y yo, hemos sido victimas de distintos tipos de violencia penadas por la ley. En solo dos ocasiones fueron detenidos loa autores: uno hace 40 años, otro hace 2 años (un robo contra el menor de mis hijos, que fue observado por una mujer policía quien intervino y pudo detener a uno de los delincuentes).
No faltará quien señale que la mayoría de los detenidos son pobres. No lo disputo. Pero resulta que la mayoría de los pobres no se dedican a robar. Es más, realizan trabajos sacrificados que ni yo ni, seguramente, los que leen este blog realizarían.
Los motochorros que asaltaron a mi esposa no eran "pobres". Eran delincuentes, gente que elige delinquir porque el riesgo es bajisimo (más bajo que que accidentarse por andar en moto).
El Estado está ausente (muy visiblemente en las últimas dos semanas del año 2013): no se asegura que los chicos vayan a la escuela, que los docentes enseñen, que enseñen con calidad, que la policía funcione, que la Justicia trabaje con velocidad y no con lentitud, que los funcionarios no roben, que los que deben controlar controlen, etc. No solo los pobres sufren las consecuencias. Todos las sufrimos.
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