Una de las figuras centrales en la comunidad Selknam era el chamán, que mostraba cualidades asombrosas cuando entraba en trance (trance que, a diferencia de sus pares esquimales, no requería de alcohol ni de hiervas, sino de concentración y cantos rituales, similares -aquí sí- a los de sus pares del polo norte). El chamán era capaz de "cortar las nubes", alejando la lluvia; predecir el sufrimiento de bajas, antes de un enfrentamiento; curar enfermedades (salvo las transmitidas por los blancos), escupiéndolas lejos; y en el caso más temible, producir la muerte del enemigo, con sólo mirarlo de modo fijo. El poder más admirado de todos, sin embargo, era otro, y se ponía en práctica cuando algún miembro de la comunidad avistaba una ballena herida, a la deriva o muerta. El chamán entonces podía cantar durante días enteros, hasta atraer a la ballena a la costa, matándola con invisibles arpones, y asegurando así víveres y provisiones por largas semanas.
1 dic 2013
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