Muy linda entrevista con el líder del Partido Obrero (versión completa, acá)
"(Sobre la integración latinoamericana:) En primer lugar no es tal y en segundo lugar no estoy de acuerdo. Yo esto
lo discutí inclusive con el embajador de Venezuela en Montevideo, en una mesa
redonda y con la izquierda. Esta es una integración de los regímenes sociales
que existen; no es la integración de un nuevo régimen social. Un ejemplo
concreto: el Mercosur. El Mercosur es la integración de los sojeros de
Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay. Y en todos hay expulsión de campesinos;
en Paraguay fue el pretexto para echar a Lugo, en Brasil ocurre
sistemáticamente y acá tenemos los Qom, el Mocase en Santiago del Estero, los
criollos y aborígenes en el departamento de Anta en Salta. Es la integración de
los expulsores de los campesinos, de los sojeros, etc. La integración debe ser
la integración de las estructuras revolucionadas, con una reforma agraria y
demás; y esas naciones que han roto con los regímenes sociales previos o
existentes ahora son las que sí se tienen que unir. A ver, hay una cosa que
ocurre ahora con la firma del contrato con Chevrón: para firmar el contrato con
Chevrón, la Corte Suprema Argentina liberó a Chevrón de un juicio que tenía en
Ecuador por una contaminación masiva del medio ambiente, y Correa no
protesta ni dice “rompo con Cristina”, no; porque hay un entendimiento
recíproco. Ecuador es una economía cuya moneda es el dólar, no pasa nada
absolutamente extraordinario. Y si tiene pinta de que más o menos está estable
es porque es exportador de petróleo, así como nosotros exportamos soja con
precios muy altos; ellos lo mismo. Y así ingresan dólares.
Entonces, la “integración latinoamericana” es la integración de estructuras
negativas; de estructuras sociales que están trabando el desarrollo de América
Latina y fundamentalmente de los trabajadores. Lo que hay que hacer es una
integración de América Latina sobre la base de una revolución social.
El kirchnerismo publicitó fuertemente la militancia juvenil, y se ha
generado una idea de que los jóvenes hoy volvieron a meterse en política como
hacía mucho no pasaba. ¿Cuál es su análisis al respecto?
Los jóvenes
no dejaron de militar nunca en la Argentina, desde que yo recuerdo, digamos,
desde cuando yo iba a la primaria. El problema es el signo político de la
militancia. Por ejemplo, en los setenta ese signo político se repartía entre la
izquierda, montoneros, en donde había una participación juvenil fenomenal.
Inclusive cualitativamente superior a la actual, en un punto: los jóvenes de
ahora siguen direcciones políticas formadas en períodos anteriores. Los jóvenes
en los años sesenta formamos las direcciones políticas a las cuales hoy siguen
los jóvenes. La juventud peronista creía que Perón a la liberación
nacional y Perón venía a romperles la cabeza y a defender el sistema político.
Yo y la corriente política nuestra, cuando se anunció que venía Perón, dijimos
que venía para hacer la contrarrevolución. Fuimos los únicos, y desafío a
cualquiera. Nadie tenía la bola para decir que Perón venía al poder, aunque lo
creyeran. Como todo el mundo era peronista, había que hablar para congraciarse
con la gente. Nosotros dijimos “esto es demasiado grave”; Perón abre la ruta al
golpe militar. Hablemos claro. Del mismo modo que hablamos claro con esta gente
(por los K); cuando esta gente estatizó YPF parcialmente en realidad quería
reprivatizarla; ahora está Chevrón. Lo importante de hablar claro es que vos en
algún momento podés capitalizar. Podés decir: mirá, cuando todo venía mal yo te
lo dije."
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