29 jun 2010
Seguimos ganando
Elektroingenieria sigue ganando licitaciones millonarias. Vamos Argentina, la clase obrera sigue avanzando!! (aca)
Plebiscito y homosexualidad
foto del Juez Anthony Kennedy
Por suerte, muchos de los que defendemos el ideal de la democracia deliberativa lo dijimos y escribimos cantidad de veces, y desde hace tiempo (piensese, por caso, en los textos de Carlos Nino sobre privacidad, en "Etica y derechos humanos" -yo escribi algo sobre el tema, por ejemplo, en "La Justicia frente al gobierno"): La discusion sobre los derechos no se agota con su sola mencion, ni con la invocacion de que los mismos son "cartas de triunfo"; es importante reflexionar sobre ellos, colectivamente; la deliberacion no encuentra su ultima frontera en la idea de derechos. Todo eso decimos, pero tambien, que no defenderiamos nunca un plebiscito para definir cuestiones relativas a la vida privada de nadie -un terreno sobre el que cada uno es soberano. Asimismo, decimos que no defenderiamos un plebiscito para quitarle a algunos los derechos que les reconocemos a todos los demas (como tampoco le preguntariamos a la mayoria de zorros si piensan que esta bien comerse a la minoria de gallinas).
Algo de eso se dijo en el caso "Romer v. Evans" (1996, sobre la Enmienda 2 a la Constitucion del Estado de Colorado), donde la Corte Suprema norteamericana invalido un plebiscito relacionado con una enmienda sobre el alcance de los derechos de los homosexuales. Como dijera entonces el juez Kennedy:
"Lo cierto es que la enmienda [que se presenta como una enmienda referida al otorgamiento de nuevos derechos para los homosexuales] viene a imponer una dificultad especial solo sobre un grupo dentro de la poblacion. Asi, ella viene a prohibir que los homosexuales accedan a prerrogativas de las que todos los demas grupos gozan, o que pueden buscar sin ningun tipo de limitaciones"
Kennedy finalizo su opinion diciendo que: "Si la idea de la igual proteccion de las leyes significa algo, ello es, como minimo, que el mero deseo de danar a un grupo politicamente impopular no puede constituir un interes legitimo de ningun gobierno".
28 jun 2010
24 jun 2010
Alternativas a la criminalización
"Algunas (violaciones menores a la ley) pueden recibir una mera reprobación informal (si es que son) demasiado trivales como para merecer toda la fuerza de la justicia criminal. O podemos seguir los consejos de quienes abogan por la justicia restaurativa, y recurrir a procesos de mediación entre las partes directamente afectadas, en lugar de mobilizar la fuerza del derecho penal: algunas disputas entre vecinos, por ejemplo, aunque implican faltas que pueden contar como faltas públicas, seguramente pueden resolverse mejor de esta forma. O podemos considerar la cuestión como una de derecho civil, y no de derecho penal, proveyendo las facilidades y procedimientos a través de los cuales las víctimas pueden perseguir a los ofensores por compensaciones o restituciones: rupturas de contratos o difamaciones pueden contarse, plausiblemente, como faltas públicas, que pueden ser vistas como objeto del derecho civil, no del penal -y no es obvio que deban tratarse como propias del derecho penal. O podemos pensar en faltas a tratar como cuestiones no penales, sino sujetas a la regulación administrativa: pueden sujetarse a penalidades (de modo de disuadir a potenciales ofensores), pero sin la condena que involucra el proceso penal, y así también, sin el recurso al costoso y opresivo aparato del juicio penal y del castigo. Si tenemos que clarificar nuestra idea sobre el alcance apropiado del derecho penal, tenemos entonces que preguntarnos no sólo qué faltas debemos considerar faltas públicas, sino también cuándo y por qué es que deberíamos preferir la criminalización sobre otras vías posibles para responder (o no responder) frente a tales faltas."
A.Duff, "Towards a Theory of Criminal Law," Discurso Inaugural al aceptar una nueva posición como Profesor en la Universidad de Minnessota, 2010.
Almorzando con la Barrick
La presidenta no le niega un almuerzo a nadie, ni si se tiene que trasladar hasta Toronto. Y menos que menos al dueño de la Barrick Gold (acá). Y qué siga siga la explotación a cielo abierto! Vamos Argentina!
Va llegando el Seminario
Para ir agendando: Los martes de Agosto y Septiembre, 19hs, Salón Rojo, Facultad de Derecho de la UBA, haremos el Seminario de Teoría Constitucional y Filosofía Política de este año (hay que justificar el título de este blog!!). Pasamos ya largamente los 10 años de Seminario. En unos días anunciamos los temas que trataremos este año, faltan apenas detalles.
22 jun 2010
En democracia no hay secretos
(Introducción: No entiendo ni las referencias del Canciller -ex videlista- H.Timmerman sobre los deberes de confidencialidad de los funcionarios de Cancillería, ni la decisión del Congreso de reunirse con Sadous a puertas cerradas).
En el famoso caso "Pentagon Papers" ("NYT v. US," "US vs Washington Post"), la Corte norteamericana amparó la publicación de un estudio, comisionado por Robert McNamara en 1967, que revelaba detalles de la política norteamericana en Indochina, incluyendo información sobre operaciones militares, y negociaciones diplomáticas secretas. En dicha ocasión, nuestro siempre citado juez Brennan sostuvo que la idea constitucional de libertad de expresión "no tolera absolutamente ninguna restricción" (en este caso a través de órdenes judiciales) predicada bajo la "conjetura" de consecuencias indeseables. Y sólo abrió una mínima posibilidad de confidencialidad, para cuando el caso en cuestión apareciera en medio de una "guerra" que involucrase al país.
Es bueno recordar que la publicación de los "papeles del Pentágono" revelaron información que demostraba "el intento de la administración de Eisenhower de socavar al nuevo régimen comunista de Vietnam del Norte...(o información sobre cómo) la administración Johnson tomó medidas (en favor de una guerra encubierta) contra Vietnam del Norte", pero que ello "agudizó el entendimiento público la guerra, y contribuyó a cambiar las actitudes públicas sobre un eje central de las políticas públicas norteamericanas".
En consonancia con tal línea de fallos, buena parte de la doctrina reconoce que "una preocupación central de la noción constitucional de la libertad de expresión es la de asegurar el derecho de la gente a conocer", y que dicho derecho resulta "socavado tanto cuando se establecen restricciones sobre la capacidad de la prensa para obtener información, como a través de restricciones sobre su capacidad para publicarla."
En este sentido, citaría a nuestro también siempre-citado Cass Sunstein ("Government Control of Information," 74 Cal. L. Review, 1986), criticando el derecho estatal de restringir la libertad de expresión de sus funcionarios. Para Sunstein, "si el gobierno es autorizado a (limitar dicha expresión) el resultado agregado puede ser considerable, y el proceso deliberativo puede verse afectado. (Este tipo de límites sobre la libertad de expresión) afectan al público, y no sólo a los funcionarios públicos, y sus efectos sobre terceras personas son una razón clásica para desautorizarlos. La analogía sería la de la compra de derechos de voto por parte del gobierno: dicha compra resultaría impermisible aún si los votantes voluntariamente la aceptasen".
21 jun 2010
Saludables grietas
Como continuación del post anterior, me gustaría hacer referencia a las saludables grietas que aparecen en un discurso cercano al gobierno, antes militantemente cerrado, y dogmáticamente resistente a cualquier señalamiento crítico. En este sentido, resulta una bocanada de aire fresco el (pequeño pero interesante) debate generado en torno a esta tapa de Página12 (acá), que siguiendo las peores tradiciones de nuestro periodismo (recordar el famoso "la crisis se cobró dos nuevas víctimas"), propuso el título "Un día feliz," para el día en que la policía barilochense mataba de gatillo fácil a tres jóvenes indefensos. La decisión fue bien reconocida, señalada e impugnada por un conglomerado blogal, normalmente afín al gobierno, en un inusual "comunicado" conjunto (acá). Así nos entendemos mucho mejor.
Crítica y silencio
Buena nota de Diego Tatián, acá, sobre un tema recurrente en el blog, en los últimos tiempos: la crítica política, y el silencio. No es la primera vez que DT hace un buen gambito y esquiva con altura las inercias de cierto sentido común (y gracias DT por lo que nos toca!).
20 jun 2010
Gran delantera afro
En momentos bastante penosos para la región -que corona su proceso de derechización con la elección de Santos como presidente, ayer en Colombia- buscaremos consuelo en el afecto y la intensidad de gente como ésta:
Inigualable delantera afro, de lo mejor que ha dado la música regional: la mexicana Toña la Negra; la peruana Lucha Reyes; la uruguaya Lágrima Ríos. Qué suerte que hayan estado con nosotros!
En las fotos:
Toña La Negra, con Navarrete y Agustín Lara. Lágrima Ríos en un conventillo. Lucha Reyes
Botón de muestra de
Lucha, acá
Toña, acá
Lágrima, acá
Inigualable delantera afro, de lo mejor que ha dado la música regional: la mexicana Toña la Negra; la peruana Lucha Reyes; la uruguaya Lágrima Ríos. Qué suerte que hayan estado con nosotros!
En las fotos:
Toña La Negra, con Navarrete y Agustín Lara. Lágrima Ríos en un conventillo. Lucha Reyes
Botón de muestra de
Lucha, acá
Toña, acá
Lágrima, acá
El canciller, y la obligación de declarar ante el Congreso
Muy impresionante el reportaje de hoy en Página (acá), al nuevo canciller Héctor Timmerman, quien -nunca debemos olvidarlo- fuera un activo defensor de Videla y Massera, desde el diario La Tarde (no era, recordemos, el cafetero sino el director de ese diario).
Algunas declaraciones que me sorprendieron, y que son interesantes para pensar sobre la libertad de expresión y el lugar de la crítica, en su pensamiento (...):
"No estoy de acuerdo en que los medios usen la libertad de expresión para obtener beneficios económicos o políticos." Tres pequeños comentarios sobre la frase: a) dime de qué blasonas y te diré de qué careces; b) la frase resulta preocupante, si aparece luego de que le señalan que en Venezuela acaban de poner preso a un editor de diario; c) uno puede utilizar la libertad de expresión para ésos y muchos otros fines.
"Hay una ofensiva permanente contra el ministro Julio De Vido. Responde únicamente a tratar de debilitar la férrea defensa de los intereses nacionales y de la sociedad argentina ante empresas que históricamente recibían más ayuda del Estado que los más pobres." Lamentable. Primero, por el modo, tan habitual como inaceptable, de diluir críticas justificadas vendiendo humo. Segundo, porque de la dupla De Vido-Dromi si algo no ha hecho nunca, ni hará jamás, es defender a los intereses nacionales.
"La Argentina tiene con EE.UU. el vínculo que deseamos tener con la primera potencia mundial. Nos falta lograr la apertura de los mercados agrícolas, cerrados desde hace varios años, y al mismo tiempo profundizar los buenos lazos que tenemos, por ejemplo en la lucha contra el narcotráfico y la seguridad nuclear." Todo mal. Primero, desde la Embajada argentina en USA hizo todo lo posible por empeorar las relaciones con los Estados Unidos, y ahora propone reforzarlas allí donde más amenaza generan -la instalación de bases militares norteamericanas en Latinoamérica.
Y sobre todo me sorprendió esta declaración, sobre la posibilidad de que el Congreso cite a Eduardo Sadous para que declare sobre la existencia de operaciones presuntamente ilegales entre el estado argentino y Venezuela: "Voy a hablar con Sadous. Estoy convencido de que sabe, como profesional que es, que por ley los embajadores no pueden revelar información confidencial. En caso de hacerlo estarían cometiendo un delito...Nunca hay trabas para la soberanía de la Justicia. Pero estamos hablando del Congreso. Como canciller, voy a evitar que se revelen secretos confidenciales que lleven a Sadous a violar sus responsabilidades legales. En lo que a mí respecta también trataré de evitar, con todo respeto por la división de poderes, que el Congreso transforme en un escándalo político algo que no lo es." Con todo respeto por la división de poderes, el Canciller debería saber que la autoridad del Congreso está por encima de la suya, de la de Sadous, y de la de toda la Cancillería junta. El Congreso, como órgano representante de la voluntad popular, tiene todo el derecho del mundo de llamarlo a él y a todo su plantel, e instarlos a develar toda la información que conocen, relacionada con el ejercicio de sus funciones. Mucho más, cuando existe la presunción de que dichas actividades involucraron la lesión de los intereses nacionales. En un sentido importante, HT sigue siendo videlista: en la reivindicación de una ética de subordinación y valor.
19 jun 2010
Concurso de Ensayos Carlos NIno
Desde Igualitaria organizamos un concurso de ensayos sobre las ideas de Carlos Nino. Vale la pena, me permito decir. La información detallada, acá:
http://igualitaria.org/concurso-de-ensayos-las-ideas-de-carlos-santiago-nino/
http://igualitaria.org/concurso-de-ensayos-las-ideas-de-carlos-santiago-nino/
18 jun 2010
Lealtades
Conocí a Jorge Taiana padre hace más de 20 años. Él había pasado un buen tiempo en (la ex) Yugoslavia, donde había sido embajador por el alfonisnismo. Era un gran tipo, y con él discutí sobre lo que fuera entonces uno de mis grandes temas de investigación: el sistema autogestionario en las fábricas yugoslavas (!!) -cuestión sobre la cual me convertí entonces en moderado experto (en fin...). De Taiana hijo supe poco, más allá de su designación como Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina -cargo que, según me dicen, desempeñó en los últimos años. El hijo me hacía acordar al padre y, por eso, también me parecía buena gente. Lo que le criticaba era, en todo caso, lo mismo que le criticara al kirchnerismo acrítico, en varios posts de por aquí: un exceso de lealtad. Ayer la presidenta le recriminó no comportarse como el Ucedeísta Boudou, declaración que terminó por colmar la paciencia del ex Canciller (quien le habría dejado en claro que tampoco digiere bien al Ucedeísmo kirchnerista). La presidenta había acusado a Taiana por su falta de lealtad.
Argentina seduciendo al capital
Gran nota, ayer en Clarín, del amigo Rubén Lo Vuolo, sobre la Argentina K seduciendo al capital, acá. Se buscan buenas respuestas.
17 jun 2010
La legislatura contra la igualdad de género, en Jujuy
los amigos de A.C.I.J. nos alertan sobre la grave situación que está ocurriendo en Jujuy, donde tres camaristas que fallaron a favor de una acción de amparo tendiente a que la legislatura regule la igualdad de género en la representación política provincial se ven amenazados con una resolución de la legislatura provincial que promueve su juicio político.
Un grupo de ONGs está promoviendo y difundiendo una declaración pública en repudio a este intendo de disciplinamiento (linkear archivo "ELA - Declaración de ONGS...."). Para quiene quieran saber más, pueden ver el fallo aquí (linkear archivo Fallo) y la -brevísima- declaración instada por el bloque oficialista para activar el juicio político, que discutirá la legislatura provincial el jueves aquí ( linkear archivo resolución legislatura). Ojalá que los/as legisladores/s reconsideren tamaño despropósito, antes de que la vergüenza se concrete.
Por pedido de las mujeres que impulsan la acción de amparo en Jujuy Invitamos a enviar sus adhesiones personales e institucionales a la siguiente dirección de mail: minesddhh@hotmail.com
Declaración de Ongs sobre la independencia judicial, más fallo sobre ley de cupos, acá
Un grupo de ONGs está promoviendo y difundiendo una declaración pública en repudio a este intendo de disciplinamiento (linkear archivo "ELA - Declaración de ONGS...."). Para quiene quieran saber más, pueden ver el fallo aquí (linkear archivo Fallo) y la -brevísima- declaración instada por el bloque oficialista para activar el juicio político, que discutirá la legislatura provincial el jueves aquí ( linkear archivo resolución legislatura). Ojalá que los/as legisladores/s reconsideren tamaño despropósito, antes de que la vergüenza se concrete.
Por pedido de las mujeres que impulsan la acción de amparo en Jujuy Invitamos a enviar sus adhesiones personales e institucionales a la siguiente dirección de mail: minesddhh@hotmail.com
Declaración de Ongs sobre la independencia judicial, más fallo sobre ley de cupos, acá
16 jun 2010
Derecho a la caverna
Nuevos testimonios de abogados y Camaristas!! contra el matrimonio homosexual. Todavía esperamos, con ansiedad, la aparición de UN argumento que tenga sentido en el siglo xix (les perdonamos dos siglos, y seguimos esperando). Testimonios penosos, acá
15 jun 2010
Corte y Ley de Medios: Bien por la Corte (con addenda)
Siguiendo con nuestra (para nosotros mismos asombrosa) sección "vamos la Corte!" informamos sobre la aparición de las primeras noticias acerca del (limitado) fallo de la Corte Suprema, relacionado con la Ley de Medios (aunque el mismo tribunal se encargó de decir que su decisión no se refería directamente a la Ley). Por lo que sabemos hasta ahora, una a favor-una en contra: De acuerdo con la idea de que una medida cautelar no puede suspender la vigencia de toda una ley con efectos para todo el país. Desacuerdo con la idea de levantar el control judicial sobre los procedimientos de sanción de una ley. Gran error ahí. Pero el paso importante está bien dado (...vamos la Corte!).
ADDENDA: Mi reserva termina siendo más modesta de lo que parecía, porque la Corte se cubre las espaldas y no descarta del todo la posibilidad de un examen del procedimiento legislativo. Bien ahí (G.Arballo hace una pronta y eficaz lectura del fallo en este punto). Mi predicción es que la Corte prepara el terreno para amargar al gobierno en su próximo fallo sobre la materia, conforme con su lógica "te doy la de cal, para posibilitar la llegada de la próxima de arena".
ADDENDA: Mi reserva termina siendo más modesta de lo que parecía, porque la Corte se cubre las espaldas y no descarta del todo la posibilidad de un examen del procedimiento legislativo. Bien ahí (G.Arballo hace una pronta y eficaz lectura del fallo en este punto). Mi predicción es que la Corte prepara el terreno para amargar al gobierno en su próximo fallo sobre la materia, conforme con su lógica "te doy la de cal, para posibilitar la llegada de la próxima de arena".
Las virtudes cívicas y el poder (K y Macri)
Quienes defendemos una política de virtudes cívicas rechazamos la idea de ver a la política como un campo reducido a incentivos, premios y castigos materiales: "te portás bien, te pagamos;" "te portás mal, te multamos;" "derechos no, pero tomá este subsidio." Pensamos que la apuesta debe ser otra, más compleja, que incluya a los derechos como formas de "empoderamiento" incondicional; que reconozca todo lo que es necesario para sostener a los derechos que se reconocen (por dar un ejemplo, asegurar los derechos sociales requiere de un contexto de activismo cívico y una apertura institucional a la participación política mayoritaria que hoy no existe); que se preocupe de una vez por las cualidades de carácter, las disposiciones morales de la ciudadanía.
Claro, cada vez que uno habla el lenguaje republicano-socialista de las "virtudes cívicas" se encuentra con preguntas obvias: "todo muy bien, pero qué hacer?". Y este tipo de preguntas son relevantes, sobre todo, si uno rechaza la posibilidad de que las virtudes cívicas lleguen vía propaganda, fútbol para todos, o lavados de cerebro. Pero entonces qué?
Bueno, en estos días disctuimos y nos enfrentamos con varias alternativas, que nos ayudan a pensar el tema. Así, pudimos defender ALGUNAS políticas de Antanas Mockus, por apuntar explìcitamente a eso: "menos apuesta por el dinero, más apuesta por la educación cívica." Para mí vale, como primer paso, aunque otra vez, se trate de medidas que no merecen ser leídas con independencia del resto de las medidas que el gobierno del caso tome (esto es, son medidas que deben formar parte de un paquete, no migajas ofrecidas por aquí y por allí).
En estos últimos 3 días, mundialistas, en la Argentina nos encontramos con dos excelentes ejemplos sobre lo que NO SE DEBE HACER, si es que nos interesan los vínculos, la solidaridad, la fraternidad, la participación política mayoritaria.
Un ejemplo vino del gobierno nacional: "Me protestás, me molestás, yo no actúo políticamente, sino que te denuncio en tribunales por criminal, sedicioso y asesino". Peor casi imposible, lamentable. Y una excelente base para que futuros denunciantes y jueces de la derecha sigan a) criminalizando la protesta, y b) lo hagan exactamente copiando los argumentos del oficialismo, al que podrán citar exultantes: "no lo digo yo, lo dice el gobierno." Pésimo.
El otro ejemplo viene del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que como siempre peca menos por su carácter demoníaco, que por su intrascendencia, torpeza, y permanentes, inequívocos, tics de una derecha vieja. En este caso, la nueva política de "denuncie ya a su vecino", que empezó a funcionar activamente, con vecinos ávidos de perseguir a su prójimo (ver, por ejemplo, acá). Otra vez, dentro de la nada, es la peor apuesta posible: frente a todos los vínculos que hay que solidificar, los puentes que hay que tender, la red que debe repararse, lo que se propone el gobierno es lo opuesto: más del todos contra todos, en nombre de las buenas causas. Otro pésimo, y así seguimos.
14 jun 2010
13 jun 2010
Se consolida la ola derechista en América Latina
Algunas reflexiones sobre el tema de siempre aquí en el blog: izquierda y política (donde utilizo algunas definiciones, sobre la izquierda, compatibles con las que presentan O'Donnell y algún agente gubernamental, en esta nota que sale hoy en La Nación, acá)
Definir izquierda y derecha
Me cuento entre quienes creen que todavía sigue siendo absolutamente relevante la utilización de las categorías izquierda y derecha, y a la vez pienso que las mismas tienen sentido a la hora de evaluar, por ejemplo, a los gobiernos de la región latinoamericana. Pienso, sin embargo, que hay una utilización superficial de tales categorías, que no deberíamos considerar aceptable, y que deberíamos reemplazar a las mismas, entonces, por otras que tengan mayor sentido.
A la hora de proponer una corrección del uso de los dos conceptos aquí bajo examen –izquierda y derecha- habría dos presupuestos que quisiera dejar en claro, anticipadamente. En primer lugar, asumo que nunca nos pondremos de acuerdo en los contornos exactos de cada uno de los conceptos. Segundo, asumo también que nunca tendremos un gobierno que se ajuste al tipo ideal que definamos como derecha y, muy sobre todo, como uno de izquierda. Mi utilización de las categorías izquierda-derecha es consciente de estas limitaciones, pero a la vez no pretende someterse a ellas. Aún a sabiendas de que nunca llegaremos a un consenso absoluto sobre lo que es la izquierda, y aún reconociendo que siempre la realidad tendrá diferencias significativas con lo que nos proponga el concepto más preciso o el tipo ideal más exacto de derecha e izquierda, aún así, sugeriría, seguirá siendo útil hablar utilizando tales términos. Es –y debe ser!- posible, todavía hoy, caracterizar a un gobierno como de izquierda o derecha, y ser entendido como apelando a adjetivaciones que todos los demás entienden.
Qué definición propongo aquí, entonces, para hablar de izquierda y de derecha? Una que, según entiendo, recoge el lenguaje común, el uso convencional de ambos términos, y que a la vez no los degrada. En mi propuesta, la izquierda, el socialismo en general, se identifica básicamente con dos propuestas: la democratización u horizontalización de la política y la democratización u horizontalización de la economía. Es decir, la izquierda quiere, en un sentido que no es meramente retórico, devolverle el poder al pueblo, desconcentrando la autoridad política; y recuperar la igualdad económica, evitando que el poder económico quede concentrado en pocas manos. La derecha, en cambio, rechaza ambos ideales, y favorece, en la práctica, y con independencia de lo que su discurso diga, políticas que implican la concentración del poder político y económico en manos de una elite.
Por supuesto, las medidas que pueden contribuir a la democratización política o económica son muchas, y un gobierno puede moverse contradictoriamente en ese terreno. Por ello mismo, propondría algunas pautas adicionales, como precisiones a lo dicho. Las dos políticas principales que debiera defender un gobierno, en América Latina, y dado el contexto y su historia, son dos. Primero, la transferencia de poder, desde el caudillo o líder hiper-presidencialista, hacia el pueblo, en continuación con una larga tradición anti-caudillista, anti-bolivariana, anti-autoritaria, que defendieran los movimientos radicales de la región, desde hace casi doscientos años. Segundo, la igualdad en la distribución de los recursos económicos, rompiendo la concentración de la riqueza y el dominio económico que han distinguido a Latinoamérica, también, desde hace siglos.
Precisiones y ejemplos
Aunque aún son muchas las precisiones que debiéramos hacer sobre el significado de los términos izquierda y derecha, en la práctica, también es cierto que (es mi opinión), a partir de lo dicho ya estaríamos en condiciones de hacer algunas afirmaciones de importancia. Permítanme recorrer y comentar, brevemente, algunas políticas propias o distintivamente adoptadas en la región, en los últimos años.
Híper-presidencialismo. En primer lugar, diría que el reforzamiento del híper-presidencialismo que se advierte en toda la región debe computarse como una tendencia directamente contraria, antes que favorable, a los ideales de izquierda. Estos ideales tampoco se benefician, necesariamente, de regímenes alternativos (pongamos, parlamentarios –una alternativa virtualmente inexplorada en la región), si ellos no implican, en los hechos, la recuperación política, efectiva, del poder popular.
Políticas anti-monopólicas y nacionalizaciones. Del mismo modo, y en lo que hace a la cuestión de la democratización de los recursos, convendría decir que la nacionalización económica es una medida que puede estar al servicio de la igualdad económica, aunque –a la vez- es perfectamente posible que la nacionalización esté al servicio de una nueva elite, enquistada en el poder. Por ello mismo, por sí mismas, las nacionalizaciones no deben computarse como un paso necesario en favor de la democratización económica. Lo mismo puede decirse de la lucha anti-monopólica. La izquierda debe abogar, sin ninguna duda, por poner fin a todos los grupos monopólicos que actúan en diferentes áreas de la economía. Sin embargo, debemos ser conscientes que la destrucción de un monopolio es compatible con la formación de otro; como el ataque a una particular elite enquistada en el poder es compatible con su reemplazo con una nueva elite económica. Tales resultados (nacionalizaciones o luchas anti-monopólicas que no se traducen en mayor poder popular; o que directamente se abren al dominio por parte de una nueva elite económica) son insatisfactorios para la izquierda, que no quiere monopolios de ningún tipo; ni quiere que la economía se concentre en pocas manos, sean las de una elite vieja o las de una nueva.
Anti-imperialismo. Contra lo que muchos analistas sugieren, propondría que no tenemos razones para considerar a un gobierno como de izquierda cuando el mismo utiliza una retórica de izquierda, que no se apoye en una construcción de poder que reafirme esos mismos dichos. Para tomar un caso relevante en América Latina: puede esperarse, por ejemplo, que un gobierno de izquierda desarrolle una retórica antiimperialista. (aunque la misma no sea una condición necesaria de un gobierno de izquierda). Pero lo que debiera resultar claro es que un gobierno no se transforma en uno de izquierda simplemente por desarrollar esa retórica anti-imperialista.
Qué hacer frente a un récord mixto? Según entiendo, deberíamos rechazar una habitual operación que consiste en considerar a un gobierno como de izquierda o derecha porque adoptó alguna medida, o unas pocas medidas, que la izquierda o derecha podrían respaldar. Contra esta alterantiva, sostendría que casi no hay gobierno en nuestra historia que no haya tomado alguna o algunas pocas medidas que podrían ser avaladas, en sí, por la derecha o izquierda, pero ello no nos debería llevar a calificarlos, sin más, y por tal razón, como de derecha o izquierda. Para dar un caso, espero que no demasiado polémico: entiendo que el gobierno de Carlos Menem puede ser reconocido como un gobierno de derecha, por haber favorecido, como pocos de los que le antecedieron, la concentración de la autoridad política, y la concentración del poder económico. El hecho de que, durante su gobierno, se haya abolido el servicio militar o (a su pesar) se haya terminado por reconocer la personería jurídica a la Comunidad Homosexual Argentina, no deberían movernos a considerarlo un gobierno de izquierda.
La alternativa “menos mala”. Del mismo modo, propondría dejar de lado, también, el movimiento teórico conservador y resignado que termina por convertir a lo “menos malo” malo en lo más cercano a nuestro ideal. Para aclarar lo que digo, a través de un ejemplo. Si el candidato A propone, ante todo, la pena de muerte para los delincuentes comunes; y el candidato B propone, ante todo, políticas de “mano dura” (restricción de derechos civiles y procesales para los delincuentes), pero rechaza la pena de muerte, esto último no convierte a B en el candidato de la izquierda: B sigue siendo un candidato de derecha, aunque no sea tan extremista como A. Los votantes de izquierda pueden preferir a B sobre A, e incluso sugerir que votemos a B, en lugar de votar a A, pero otra cosa muy distintas es pasar a considerar a B como el candidato de la izquierda.
La nueva derecha en América Latina
A partir de definiciones como las que he sugerido, es posible reconocer que son muchos los gobiernos y políticos de la región que, contra lo que a veces se sostiene, muestran rasgos claramente derechistas, o afines a la derecha: desde Sebastián Piñera en Chile, a Juan Manuel Santos, en Colombia; desde el kirchnerismo, en la Argentina, al gobierno de Chávez, en Venezuela. Supongo que la identificación de los dos primeros con la derecha recoge intuiciones que están en mente de todos. Piñera y Santos provienen de la elite política y económica de sus respectivos países, y defienden programas políticos y económicos afines a esos sectores. Pero, me pregunto, en qué sentido las cosas cambian, cuando pensamos en los segundos? Néstor Kircher adoptó, a los comienzos de su gobierno, algunas medidas propias del liberalismo (y no de la izquierda), como la renovación de la Corte Suprema; y más tarde otras que pueden ponerse (o no) al servicio de un proyecto de izquierda, como la estatización de las jubilaciones. Pero nada de eso puede inducirnos a considerar a su gobierno como uno de izquierda. Finalmente, sería como si la derecha nos dijera que está tomando medidas de izquierda, cuando adopta políticas que favorecen el enriquecimiento de los más ricos. “Sólo así,” nos pueden decir, “podremos contar con los recursos necesarios para encarar una redistribución de la riqueza eficiente.” Frente a este comentario, nuestra respuesta debe ser obvia: “Muy bien, cuando lo haga, pasaremos a considerar a su gobierno como uno de izquierda, pero mientras no lo haga seguirá siendo lo que ha sido hasta ahora, es decir, uno de derecha.” Lo mismo para Kirchner: si durante su gobierno se concentró la riqueza, aumentó la brecha entre ricos y pobres, y el poder político se concentró sobre el Ejecutivo como pocas veces en la historia, luego, la idea de que el suyo fue un gobierno de izquierda se torna inverosímil (alguien podría decir: “Es que no nos importa: se trata de un gobierno peronista (sic).” La respuesta, entonces, puede ser, “muy bien, seguramente lo haya sido, pero lo que yo le quería decir era lo otro, esto es, que no me insista con que se trataba de un gobierno de izquierda”). (Algo similar se podría decir para el gobierno de su esposa, que mantiene o incrementa la concentración del poder político en pocas manos, a la vez que se mantiene al frente de un proyecto crudo y duro de acumulación capitalista concentrada en pocas manos).
El caso de Chávez, mientras tanto, debiera servirnos para problematizar, pero también para aclarar, los modos en que utilizamos las categorías de izquierda y derecha en la región. En primer lugar, cabría decir que, en la historia latinoamericana, pocos gobiernos democráticos han concentrado tanto el poder político, como el de Chávez: todas las decisiones políticas relevantes pasan por sus manos; el Congreso está a su pleno servicio; la Corte Suprema abjura de modo explícito de la separación de poderes y propone, abiertamente, un sistema de “unidad de poder” en el Presidente; las expresiones opositoras son acosadas política y judicialmente. El hecho de que parte de esa oposición (sobre todo la agrupada en torno a la prensa) fuera de derecha, y estuviera al servicio de los intereses de la elite de derecha, no niega en absoluto lo dicho: hoy la autoridad sigue estando concentrada en las manos de una persona, más que en ninguna otra ocasión anterior, y esto es simplemente incompatible y directamente contradictorio con la idea de tener un gobierno de izquierda. Otra vez, alguien podría decirnos: “Éste es el único camino para alcanzar la desconcentración y popularización del poder” Nuestra respuesta debiera ser, en ese caso: “No tengo ninguna certeza de que así lo sea, pero aún si lo fuera ello, no nos debiera impedir que consideremos a éste como un gobierno que choca frontalmente contra uno de los principales ideales de la izquierda, cual es el de la democratización del poder. El día en que el poder se redistribuya, y las principales decisiones políticas y económicas estén en manos del pueblo; el día en que la sociedad reconozca que es ella, y no el caudillo, el que toma todas las decisiones políticas y económicas relevantes, ése día hablaremos de un gobierno de izquierda.” Sostener lo anterior no me lleva a cerrarme y adoptar una posición dogmática, frente a quienes sostienen que hoy, con el chavismo, el poder político se democratizó. Lo cierto es que, en parte por falta de información, en parte porque recibimos una información siempre distorsionada, dicha democratización política no resulta nada clara. Mucho menos, a la luz de los poderes que sí sabemos que tiene el presidente; los modos absolutamente discrecionales con que vemos que ejerce el poder; y la forma en que la justicia, de modo explícito, abierto, para nada oculto, se ha puesto y ha sido puesta a sus pies. Estos datos son obviamente contradictorios con el ideal de la democratización del poder que algunos alegan, pero estaría abierto a reconocer la evidencia en contrario. Mi impresión es, de todas formas, que el poder político hoy muestra grados de centralización y (a la vez) descentralización muy fuertes y muy diversos a los ocurridos en épocas anteriores; pero el hecho de que los tres poderes se muevan a partir de las órdenes de Chávez pone obstáculos muy serios para que podamos considerar que el chavismo aprueba el primero de los formulados tests de la izquierda (me refiero al test de la democratización política).
Algo similar es lo que diría sobre el chavismo y la democratización económica. Mi impresión, que necesita ser mejor apoyada, es que la elite del poder económico tradicional sobrevive, hoy en Venezuela, aunque haya sido golpeada en algunos de sus núcleos esenciales (el petróleo, la televisión); a la vez que se ha ido fortaleciendo una nueva, pequeña elite económica, vinculada con el poder militar; y que se han tomado medidas muy importantes, favorables a los sectores tradicionalmente más marginados de la sociedad. Otra vez, creo que aquí tenemos un record o resultado ambiguo, en términos de concentración-democratización del poder económico.
Sin embargo, y sólo como ejercicio intelectual, propondría lo siguiente: Imaginemos que pueda decirse que el poder económico hoy se ha democratizado, y que existe una mayor igualdad económica en Venezuela hoy, que la que existía antes de la llegada del chavismo. Cómo deberíamos evaluar este resultado, si fuera real, de autoridad política concentrada, a la vez que autoridad económica más democratizada? Tal vez necesitemos, frente a este tipo de fenómenos, categorías renovadas, o tal vez no. Tal vez, términos como el de “populismo” resulten más apropiados para referirnos a este tipo de combinaciones. Frente a este último tipo de sugerencias diría que puede ser, aunque entiendo que la categoría de “populismo”, mucho más que las de “izquierda” o “derecha,” han sido bastardeadas hasta el cansancio, en la región (tanto por intelectuales como por opinadores de todo tipo de ideología),´hasta convertir al término en un categoría vacía, que se puede utiliza en casi cualquier ocasión (esto no niega, sin embargo, la posibilidad de hacer un uso más técnico o menos ambiguo, del concepto del caso).
Gobiernos como el de Evo Morales parecen más afines, en principio, a los ideales de la izquierda. Políticamente, los logros de Morales parecen muy relevantes, sobre todo teniendo en cuenta el modo en que (al menos en algún sentido importante) el mismo ha descentralizado el poder y, sobre todo, lo ha abierto para el ingreso de un sector mayoritario y brutalmente excluido de la esfera pública, como lo es el de los grupos indígeneas. Sin embargo, tal notable apertura no debiera cegarnos frente a otra cantidad de medidas que se orientan en dirección contraria, y que nos refieren a un creciente autoritarismo político y maltrato de la oposición. El record económico del gobierno también muestra señales de interés si observamos, por caso, la estatización de recursos colectivos que habían quedado en manos de una elite económica tradicional. Otra vez, sin embargo, convendría no apresurar el juicio y esperar cuál es el significado de este tipo de medidas en términos de mayor igualdad y democratización efectiva del poder económico.
Conclusiones
Mis conclusiones provisionales, de todos modos, serían las siguientes. En primer lugar: no es cierto que la región viva un reverdecimiento de la izquierda. Puede decirse, en todo caso, que no es la derecha tradicional la que sigue gobernando, en todos los casos, aunque ella lo siga haciendo en parte de la región (mi opinión personal, al respecto, es un poco más fuerte, ya que considero que hoy, en general, nos sigue gobernando la derecha, en otras de sus modalidades, pero no querría insistir sobre este punto, por el momento). En segundo lugar, sugeriría que, en general, en la región, la izquierda ha retrocedido francamente, sobre todo, en lo relativo a lo que debiera ser su principal objetivo político, esto es, la democratización efectiva de la política. Contra este tipo de ideales, hoy contamos con gobiernos cada vez más hiper-presidencialistas, de autoridad concentrada en pocas personas, que siguen tomando sus decisiones fundamentales sin consultar al pueblo, muchas veces en secreto, por sorpresa, de modo aislado en relación con la comunidad y los reclamos y debates que puedan darse al interior de ella. En términos económicos, los datos con que contamos hablan de un mantenimiento, en toda la región, de regímenes capitalistas, que acumulan y concentran el capital en pocas manos. Este fenómeno es compatible con otro, como lo es el de la reducción de la pobreza, en algunos casos, un hecho que es compatible con o requerido por los ideales de izquierda, a la vez que consistente con políticas económicas capitalistas, de derrame hacia abajo. No es esto último –la política económica que predomina en toda la región- lo que la izquierda propone y mantiene como ideal.
Alguien nos podrá decir, finalmente: “Y qué importa, entonces, si las políticas del caso son calificadas como de izquierda, de derecha, populistas o peronistas? Lo que importa es su contenido, y no la ideología del caso.” Puede ser -respondería- tal vez la ideología importen menos que antes. Sin embargo, en lo personal, todavía me importan este tipo de discusiones ideológicas. Y, como tantos otros interesados en abogar por la llegada de gobiernos y políticas de izquierda en la región, me inquieta que los gobiernos de derecha sigan expandiéndose, en la región, mientras adoptan políticas decididamente contrarias a los ideales que defendemos, y que lo hagan cínicamente y a nuestro nombre. La hora de la izquierda todavía tiene que llegar, y necesitamos seguir bregando para hacerlo posible.
11 jun 2010
10 jun 2010
No reprimir en Gualeguaychú (con pequeña adenda)
El punto de partida es obvio: da pena y vergüenza ajena la decisión del gobierno, de denunciar civil y penalmente a los asambleístas de Gualeguaychú, a los que poco atrás (cuando hacían exactamente lo que hacen hoy) N. Kirchner había elogiado y defendido en público, sosteniendo que su causa era “causa nacional.” Su nueva actitud, luego de un fallo judicial que había reclamado e instado, recientemente, y que pide el desalojo del puente, puede ser evaluada desde la óptica del doble discurso, o la mentira, la cobardía, la contradicción, la inconsecuencia, la traición, o la superficialidad. Todos estas adjetivaciones -todas pertinentes al mismo tiempo- deben ser vistas menos como descalificaciones que como descriptivas de la situación imperante.
Sin embargo me interesaba aquí comentar brevemente otro punto, relacionado con la actitud de “no reprimir” que el gobierno reivindica, en este caso como en otros vinculados con la protesta social, y que sus seguidores aplauden con fervor, insólitamente. Al respecto, y ante todo: ojalá nunca tengamos que agradecerle a nadie porque no nos pegue ni nos torture (sobre todo a la luz de los próximos puntos), y espero que no nos coloquen en la situación misérrima en que ello deba suceder. El gobierno no debe reprimir porque le está prohibido, porque vivimos en democracia, y no porque nos hace un favor.
En segundo lugar, la Constitución argentina, para este caso como para tantos otros, coloca del lado del gobierno exigencias incondicionales, que se relacionan con la garantía y afirmación de derechos fundamentales. El gobierno tiene la obligación de garantizar derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales (i.e., garantías de educación y salud; cuidado del medio ambiente; etc.), sin pedir nada a cambio: es su deber absoluto, y si no los asegura está en gravísima falta (por supuesto, este gobierno como el anterior, o el de la Ciudad, o el de cualquier provincia).
En tercer lugar, el estado de cosas en el que vivimos nunca es neutral, sino que está por completo sesgado, a favor de algunos y en contra de otros, a partir de muchas decisiones colectivas, normalmente mediadas por la autorización, el consentimiento, la venia o el impulso del gobierno: el gobierno interviene siempre, aunque no lo diga, cuando extiende licencias; cuando otorga o deniega permisos; cuando firma contratos; cuando llama a licitaciones; cuando las asigna; cuando cobra o deja de cobrar impuestos; etc. Todo lo que ocurre o deja de ocurrir es, de modo relevante, responsabilidad de las autoridades públicas.
La política de “no reprimir”-“no intervenir” del gobierno, en un contexto como el de Gualeguaychú (o cualquier otro), en donde hay violaciones gravísimas y sistemáticas de derechos constitucionales que el gobierno tiene la obligación de garantizar, debe leerse simplemente como lo que es: UNA TOMA DE PARTIDO A FAVOR DE UN ESTADO DE COSAS QUE OFENDE DERECHOS DE LOCALES Y EXTRANJEROS, DE UN MODO GRAVE Y MASIVO.
Que nos quieran presentar la política de “no represión” como un mérito es una tremenda falta de respeto, sobre todo cuando la no intervención del gobierno no es de ningún modo neutral: el gobierno se ha venido jugando, en los hechos, por una situación que preserva aquellas graves violaciones. Su no-política es, entonces, la peor política (lo cual, insisto, se aplica claramente a este caso como a otros relacionados con los que están peor). Su deber es el de actuar, el de hacer política de otro modo, el de sentar a los actores relevantes y hablar, el de ponerse los pantalones y asumir sus deberes en materia de cumplimiento de derechos, el de tomar las riendas de la política internacional, el de hacerse responsable de una política hoy dominante que ofende a Uruguay tanto como a los habitantes de Gualeguaychú. El gobierno quiere seguir escondido, haciendo que no actúa. Hoy, para ello, se oculta detrás de decisiones judiciales -por supuesto mientras denuncia, de modo absolutamente inverosímil, caricaturesco, la judialización de la política.
Adenda: Y merece destacarse, además, el gravísimo hecho que implica el discurso oficial en la materia, que hoy pasa a darle alimento a todos los que vienen reclamando la represión de la protesta social. Hoy el gobierno le atribuye al corte todo lo malo que paso en la región en el último quinquenio, incluyendo un homicidio doloso! Hoy mismo, el inimputable Ministro del Interior, sostuvo que la protesta es un capricho, y pidiendo la detenciòn de sus principales dirigentes, dando muestra de cómo es que aquí se piensan los derechos, y la protesta. Otra vez, más pasto para las fieras que piden mano dura para los que protestan, y los identifican con vagos caprichosos. Ya se nota, aqui mismo en los comentarios, el impacto de esas declaraciones: gente que nunca hubiera dudado en argumentar a favor de los que viendo sus derechos violados protestan, ya empiezan a decir "algo habrán hecho," "la protesta perdió sentido." Esto es lo peor: cómo el oportunismo oficial se derrama en su séquito seguidista, que sin problemas empieza, también, a torcer su discurso hasta acomodarlo con la retórica oficial. Una pena, de consecuencias trágicas.
9 jun 2010
Protesta social
Un par de entrevistas, a Claudio Pandolfi y a mí, hecha por el excelente equipo marplatense de Juan Tapia y cia., acá.. El blog al que remito vale mucho la pena para aquellos interesados en el derecho penal.
Bolsa Laboral (CELS)
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), organización no gubernamental dedicada a la protección y promoción de los derechos humanos en Argentina, convoca a interesados/as a postularse a las siguientes búsquedas para integrar su equipo de trabajo.
Los/as interesados/as podrán enviar su CV a recursoshumanos@cels.org.ar hasta el 22 de junio de 2010.
1 – BÚSQUEDA DE ABOGADO/A PENALISTA SENIOR
La búsqueda está enfocada a un/una abogado/a con orientación en litigio penal y derechos humanos.
Descripción del puesto
Dentro de sus responsabilidades, la persona que ocupe el cargo deberá estar en condiciones de realizar:
♦ Tareas de seguimiento y análisis de las decisiones en materia de política judicial, principalmente a nivel nacional, federal y de la provincia de Buenos Aires.
♦ Acciones de litigio en materia penal y derechos humanos.
♦ Tareas de incidencia en temas de cárceles y justicia penal.
♦ Representación institucional y ejecución de proyectos.
Requisitos del puesto
♦ Abogado/a penalista
♦ 5 años de experiencia en litigio.
♦ Experiencia de trabajo en temas relacionados con personas privadas de libertad; justicia penal; reformas judiciales; política penitenciaria y derechos humanos.
♦ Muy buen dominio de inglés.
♦ Autonomía , redacción y análisis
♦ Capacidad de investigación
♦ Compromiso y dedicación
♦ Capacidad y actitud de trabajo en equipo.
2 - BÚSQUEDA DE ABOGADO/A JUNIOR:
La búsqueda está enfocada a un/una abogado/a, preferentemente con orientación en
derecho penal.
Descripción del puesto
Dentro de sus responsabilidades la persona que ocupe el cargo deberá estar en
condiciones de realizar:
♦ Acciones de litigio en relación a la situación carcelaria.
. Tareas de seguimiento y análisis de las decisiones en materia de política judicial,
principalmente a nivel nacional, federal y de la provincia de Buenos Aires.
♦ Tareas de incidencia en temas penitenciarios y justicia penal
Requisitos del puesto
♦ Capacidad y actitud de trabajo en equipo.
♦ Muy buen dominio de inglés.
Interés en la temática, y en el trabajo relacionado con la incidencia y la defensa de
los derechos humanos.
Graduado/a de la carrera de Abogacía, preferentemente especializado en derecho penal, con experiencia en trabajo en investigación y litigio.
Área de Comunicación.
[54 11] 4334 4200
comunicacion@cels.org.ar
Los/as interesados/as podrán enviar su CV a recursoshumanos@cels.org.ar hasta el 22 de junio de 2010.
1 – BÚSQUEDA DE ABOGADO/A PENALISTA SENIOR
La búsqueda está enfocada a un/una abogado/a con orientación en litigio penal y derechos humanos.
Descripción del puesto
Dentro de sus responsabilidades, la persona que ocupe el cargo deberá estar en condiciones de realizar:
♦ Tareas de seguimiento y análisis de las decisiones en materia de política judicial, principalmente a nivel nacional, federal y de la provincia de Buenos Aires.
♦ Acciones de litigio en materia penal y derechos humanos.
♦ Tareas de incidencia en temas de cárceles y justicia penal.
♦ Representación institucional y ejecución de proyectos.
Requisitos del puesto
♦ Abogado/a penalista
♦ 5 años de experiencia en litigio.
♦ Experiencia de trabajo en temas relacionados con personas privadas de libertad; justicia penal; reformas judiciales; política penitenciaria y derechos humanos.
♦ Muy buen dominio de inglés.
♦ Autonomía , redacción y análisis
♦ Capacidad de investigación
♦ Compromiso y dedicación
♦ Capacidad y actitud de trabajo en equipo.
2 - BÚSQUEDA DE ABOGADO/A JUNIOR:
La búsqueda está enfocada a un/una abogado/a, preferentemente con orientación en
derecho penal.
Descripción del puesto
Dentro de sus responsabilidades la persona que ocupe el cargo deberá estar en
condiciones de realizar:
♦ Acciones de litigio en relación a la situación carcelaria.
. Tareas de seguimiento y análisis de las decisiones en materia de política judicial,
principalmente a nivel nacional, federal y de la provincia de Buenos Aires.
♦ Tareas de incidencia en temas penitenciarios y justicia penal
Requisitos del puesto
♦ Capacidad y actitud de trabajo en equipo.
♦ Muy buen dominio de inglés.
Interés en la temática, y en el trabajo relacionado con la incidencia y la defensa de
los derechos humanos.
Graduado/a de la carrera de Abogacía, preferentemente especializado en derecho penal, con experiencia en trabajo en investigación y litigio.
Área de Comunicación.
[54 11] 4334 4200
comunicacion@cels.org.ar
7 jun 2010
Nos vamos pal Senado (con addenda)
En un rato, a sostener el matrimonio gay. Allá vamos! Después comentamos
Bueno, acá algunas crónicas sobre ciertos aspectos de las presentaciones. Telam, acá, y Página, acá. Un poco más completo, La Prensa, acá
Los que defendíamos el derecho a casarse de los homosexuales teníamos un camino bastante allanado, que en parte reflejan los reportes anteriores: igualdad; autonomía; no-discriminación; tratados internacionales; jurisprudencia que se abre al tema. La idea (al menos ése fue mi resumen, pero creo que todos -Andrés G.Domínguez, Laura Clérico, José Miguel Onaindia- lo compartíamos), es que la Constitución es, y afirma un pacto entre iguales, y que cualquier desviación del mismo (que es posible), requiere de parte del Estado una justificación extraordinaria; la presunción debe ser siempre negativa, cada vez que se le quiera negar a un individuo o grupo algún derecho que se le reconoce a los demás.
La cuestión, para mí, era cómo sostener la posición contraria. A esta altura realmente tengo una curiosidad intelectual por saber cuál es el buen argumento (hay alguno?) de parte de quienes sostienen la posición de la negativa.
Hoy, teóricamente, había tres personas en esa línea, Marcos Córdoba, Marilina Hotton y Pilar Zambrano (faltó Vidal Taquini). El primero, profesor Titular de la UBA, en Derecho de Familia, se cuidó de no hacer afirmaciones que lo pusieran del lado de la discriminación, así que reconoció el peso de mucho de lo que le decíamos (que no se podía pensar el matrimonio sólo en relación con la procreación; que había situaciones de trato desigual injustificables), e hizo una argumentación que no me quedó en claro por dónde iba. Sugirió, sí, que el proyecto de Diputados tenía problemas (si se quieren hacer las reformas propuestas habría que modificar más artículos del Código Civil -lo cual, obviamente, no es un argumento contra el fondo de la cuestión, sino sobre los modos en que se lo debería llevar a cabo); y luego insistió -para mí misteriosamente- con la idea de que los derechos debían regularse atendiendo a las circunstancias propias de cada caso. Entiendo que él veía, a partir de esta afirmación, la apertura a restricciones en la materia que yo no veo, pero dado que no las hizo explícitas, dejo constancia nomás de la afirmación.
Lo de Marilina Hotton fue sorprendente, por el grado de altanero didactismo y -agregaría- infantilismo, de su presentación, que ella se ocupó de promocionar al comienzo de la misma, como reveladora de grandes argumentos, como así también de contradicciones de parte de quienes sosteníamos la posición contraria (al finalizar la misma no encontré nada, nada de lo interesante, contundente y demostrativo que ella misma prometía). Básicamente, dijo que la ley de matrimonio gay traía graves discriminaciones, porque discriminaba -por caso- contra las familias bisexuales que querían casarse con sus dos amantes (hay que tomar en serio esta afirmación?); contra los niños (sería bueno saber por qué); o contra las mujeres (en otro argumento que provocaba más asombro que interés, dijo que se sentía discriminada como mujer porque con la nueva normativa ya no se hablaría más de madres y esposas, sino de padres y contrayentes, por lo que propuso llamar a las Madres de Plaza de Mayo, Padres y Contrayentes de Plaza de Mayo. Tendrá sentido dedicarle 5 renglones a describir esta bobada?). El punto, Marilina, es otro: queremos una ley que no discrimine a nadie, que es lo que hoy ocurre: nunca debemos aceptar ninguna discriminación (y tenemos que argumentar para demostrar que las distinciones del caso son injustificadas o no). Si en la ley vigente hubiera más discriminaciones, ellas seguirían sin justificar las que denunciamos; y si en la ley que se promueve se abrieran nuevas discriminaciones (en lo que ella dijo no ví ninguna), habría que trabajar en contra de estas nuevas discriminaciones injustificadas, tanto como contra las viejas. Cuál es el problema? En verdad, su posición era tan floja que sólo contarla me averguenza un poco (insistió, por caso, en que el matrimonio debe "tener virtud procreativa," lo cual por supuesto implica discriminar a infértiles y a ancianos, a los que se podría suponer por tanto que ella prohibiría casarse; y sostuvo que esa virtud "viene de la naturaleza," afirmación que parece susceptible de privar de derechos, por caso, a quienes deben hacer tratamientos de fertilización). En fin, lamentable.
Para señalar lo obvio, es decir, que no critico a Marilina porque estoy en desacuerdo con ella, sino con su fragilísima argumentación, contrastaría su postura con la de Pilar Zambrano, filósofa política del Austral. Conozco a Pilar, sé que pensamos muy distinto, pero ella es una persona que se preocupa por argumentar con cuidado y fundar lo que dice. Además, es muy rawlsiano-dworkiniana, así que -para colmo- tenemos una base de acuerdos muy amplia. Lo de ella me pareció una muestra extraordinaria acerca del modo en que el cuidado y la honestidad en la argumentación nos impide avanzar ciertas ideas, y nos empuja a enfatizar otras, más respetuosas de la idea de igual dignidad. Así que, constreñida por un marco teórico de "liberalismo político", Pilar marcó básicamente dos puntos: uno, referido al lugar que pueden tener los argumentos religiosos en el discurso público (y la necesidad de apelar a razones públicas, y no a argumentos de descalificación religiosa o anti-religiosa); y otro, sobre la importancia de ver a los derechos como independientes de los deseos o preferencias de algún grupo, por ejemplo mayoritario. Me interesa lo que dice, tiene sentido. En todo caso, lo que le señalaría son dos puntos. Primero, me parece que la presentación, siendo pertinente para la discusión, no era central a la misma. En ese sentido, creo que perdió la oportunidad de avanzar un argumento con más impacto. En segundo lugar, Pilar terminó su presentación con una serie de preguntas (del tipo "cualquier unión ayuda al desarrollo de la persona?" o "cuál es el efecto pedagógico del matrimonio homosexual en relación con la promoción de la familia?"), que me parece que arruinaban en parte su presentación, porque sugerían innecesariamente su -fuerte- toma de posición en el tema, con preguntas que su esquema teórico, entiendo yo, de ningún modo le permitiría contestar del modo en que ella misma parecía sugerirlo. En todo caso, la felicito por la honestidad y la limpieza de su argumentación. Casos como el de ella no son frecuentes, tal como vemos, por lo cual vale agradecer cada vez que nos encontramos con uno.
Bueno, acá algunas crónicas sobre ciertos aspectos de las presentaciones. Telam, acá, y Página, acá. Un poco más completo, La Prensa, acá
Los que defendíamos el derecho a casarse de los homosexuales teníamos un camino bastante allanado, que en parte reflejan los reportes anteriores: igualdad; autonomía; no-discriminación; tratados internacionales; jurisprudencia que se abre al tema. La idea (al menos ése fue mi resumen, pero creo que todos -Andrés G.Domínguez, Laura Clérico, José Miguel Onaindia- lo compartíamos), es que la Constitución es, y afirma un pacto entre iguales, y que cualquier desviación del mismo (que es posible), requiere de parte del Estado una justificación extraordinaria; la presunción debe ser siempre negativa, cada vez que se le quiera negar a un individuo o grupo algún derecho que se le reconoce a los demás.
La cuestión, para mí, era cómo sostener la posición contraria. A esta altura realmente tengo una curiosidad intelectual por saber cuál es el buen argumento (hay alguno?) de parte de quienes sostienen la posición de la negativa.
Hoy, teóricamente, había tres personas en esa línea, Marcos Córdoba, Marilina Hotton y Pilar Zambrano (faltó Vidal Taquini). El primero, profesor Titular de la UBA, en Derecho de Familia, se cuidó de no hacer afirmaciones que lo pusieran del lado de la discriminación, así que reconoció el peso de mucho de lo que le decíamos (que no se podía pensar el matrimonio sólo en relación con la procreación; que había situaciones de trato desigual injustificables), e hizo una argumentación que no me quedó en claro por dónde iba. Sugirió, sí, que el proyecto de Diputados tenía problemas (si se quieren hacer las reformas propuestas habría que modificar más artículos del Código Civil -lo cual, obviamente, no es un argumento contra el fondo de la cuestión, sino sobre los modos en que se lo debería llevar a cabo); y luego insistió -para mí misteriosamente- con la idea de que los derechos debían regularse atendiendo a las circunstancias propias de cada caso. Entiendo que él veía, a partir de esta afirmación, la apertura a restricciones en la materia que yo no veo, pero dado que no las hizo explícitas, dejo constancia nomás de la afirmación.
Lo de Marilina Hotton fue sorprendente, por el grado de altanero didactismo y -agregaría- infantilismo, de su presentación, que ella se ocupó de promocionar al comienzo de la misma, como reveladora de grandes argumentos, como así también de contradicciones de parte de quienes sosteníamos la posición contraria (al finalizar la misma no encontré nada, nada de lo interesante, contundente y demostrativo que ella misma prometía). Básicamente, dijo que la ley de matrimonio gay traía graves discriminaciones, porque discriminaba -por caso- contra las familias bisexuales que querían casarse con sus dos amantes (hay que tomar en serio esta afirmación?); contra los niños (sería bueno saber por qué); o contra las mujeres (en otro argumento que provocaba más asombro que interés, dijo que se sentía discriminada como mujer porque con la nueva normativa ya no se hablaría más de madres y esposas, sino de padres y contrayentes, por lo que propuso llamar a las Madres de Plaza de Mayo, Padres y Contrayentes de Plaza de Mayo. Tendrá sentido dedicarle 5 renglones a describir esta bobada?). El punto, Marilina, es otro: queremos una ley que no discrimine a nadie, que es lo que hoy ocurre: nunca debemos aceptar ninguna discriminación (y tenemos que argumentar para demostrar que las distinciones del caso son injustificadas o no). Si en la ley vigente hubiera más discriminaciones, ellas seguirían sin justificar las que denunciamos; y si en la ley que se promueve se abrieran nuevas discriminaciones (en lo que ella dijo no ví ninguna), habría que trabajar en contra de estas nuevas discriminaciones injustificadas, tanto como contra las viejas. Cuál es el problema? En verdad, su posición era tan floja que sólo contarla me averguenza un poco (insistió, por caso, en que el matrimonio debe "tener virtud procreativa," lo cual por supuesto implica discriminar a infértiles y a ancianos, a los que se podría suponer por tanto que ella prohibiría casarse; y sostuvo que esa virtud "viene de la naturaleza," afirmación que parece susceptible de privar de derechos, por caso, a quienes deben hacer tratamientos de fertilización). En fin, lamentable.
Para señalar lo obvio, es decir, que no critico a Marilina porque estoy en desacuerdo con ella, sino con su fragilísima argumentación, contrastaría su postura con la de Pilar Zambrano, filósofa política del Austral. Conozco a Pilar, sé que pensamos muy distinto, pero ella es una persona que se preocupa por argumentar con cuidado y fundar lo que dice. Además, es muy rawlsiano-dworkiniana, así que -para colmo- tenemos una base de acuerdos muy amplia. Lo de ella me pareció una muestra extraordinaria acerca del modo en que el cuidado y la honestidad en la argumentación nos impide avanzar ciertas ideas, y nos empuja a enfatizar otras, más respetuosas de la idea de igual dignidad. Así que, constreñida por un marco teórico de "liberalismo político", Pilar marcó básicamente dos puntos: uno, referido al lugar que pueden tener los argumentos religiosos en el discurso público (y la necesidad de apelar a razones públicas, y no a argumentos de descalificación religiosa o anti-religiosa); y otro, sobre la importancia de ver a los derechos como independientes de los deseos o preferencias de algún grupo, por ejemplo mayoritario. Me interesa lo que dice, tiene sentido. En todo caso, lo que le señalaría son dos puntos. Primero, me parece que la presentación, siendo pertinente para la discusión, no era central a la misma. En ese sentido, creo que perdió la oportunidad de avanzar un argumento con más impacto. En segundo lugar, Pilar terminó su presentación con una serie de preguntas (del tipo "cualquier unión ayuda al desarrollo de la persona?" o "cuál es el efecto pedagógico del matrimonio homosexual en relación con la promoción de la familia?"), que me parece que arruinaban en parte su presentación, porque sugerían innecesariamente su -fuerte- toma de posición en el tema, con preguntas que su esquema teórico, entiendo yo, de ningún modo le permitiría contestar del modo en que ella misma parecía sugerirlo. En todo caso, la felicito por la honestidad y la limpieza de su argumentación. Casos como el de ella no son frecuentes, tal como vemos, por lo cual vale agradecer cada vez que nos encontramos con uno.
Bolsa de trabajo reloaded
LLAMADO A CONCURSO
PROFESOR/INVESTIGADOR EN DERECHOS HUMANOS
Santiago, 4 de junio de 2010
La Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales llama a concurso público para el cargo de profesor(a) de media jornada e investigador(a) de su Centro de Derechos Humanos. Sus funciones serán:
a) Participar en la ejecución de los proyectos de investigación que desarrolla el Centro de Derechos Humanos, bajo la supervisión de su Director.
b) Formar parte del grupo de docentes que imparten a alumnos de primer año el curso Taller de Análisis Jurídico, destinado a desarrollar habilidades y destrezas básicas relacionadas con la identificación, comprensión y elaboración de argumentos morales y jurídicos.
c) Dictar semestralmente un curso electivo sobre temas de derechos humanos.
La dedicación es de media jornada a partir de julio de 2010.
La remuneración bruta mensual es de $ 1.135.406 (USD 2,200 aprox.)
Requisitos para postular:
1. Curriculum Vitae.
2. Carta que exprese sus motivaciones.
3. Licenciatura en derecho y experiencia profesional de a lo menos 4 años en derechos humanos.
4. Acompañar a la postulación un texto de su autoría sobre derechos humanos no editado de máximo 20 páginas.
La selección del candidato será a través de concurso de antecedentes y entrevista realizada por una comisión de la Facultad designada por el Decano.
Las postulaciones deben ser enviadas a Margarita Rivas - República 105, 2º piso, Santiago, Chile.
Plazo de cierre: lunes 21 de junio a las 16 horas
www.derechoshumanos.udp.cl
PROFESOR/INVESTIGADOR EN DERECHOS HUMANOS
Santiago, 4 de junio de 2010
La Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales llama a concurso público para el cargo de profesor(a) de media jornada e investigador(a) de su Centro de Derechos Humanos. Sus funciones serán:
a) Participar en la ejecución de los proyectos de investigación que desarrolla el Centro de Derechos Humanos, bajo la supervisión de su Director.
b) Formar parte del grupo de docentes que imparten a alumnos de primer año el curso Taller de Análisis Jurídico, destinado a desarrollar habilidades y destrezas básicas relacionadas con la identificación, comprensión y elaboración de argumentos morales y jurídicos.
c) Dictar semestralmente un curso electivo sobre temas de derechos humanos.
La dedicación es de media jornada a partir de julio de 2010.
La remuneración bruta mensual es de $ 1.135.406 (USD 2,200 aprox.)
Requisitos para postular:
1. Curriculum Vitae.
2. Carta que exprese sus motivaciones.
3. Licenciatura en derecho y experiencia profesional de a lo menos 4 años en derechos humanos.
4. Acompañar a la postulación un texto de su autoría sobre derechos humanos no editado de máximo 20 páginas.
La selección del candidato será a través de concurso de antecedentes y entrevista realizada por una comisión de la Facultad designada por el Decano.
Las postulaciones deben ser enviadas a Margarita Rivas - República 105, 2º piso, Santiago, Chile.
Plazo de cierre: lunes 21 de junio a las 16 horas
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6 jun 2010
Un poco de amor (por el cine) francés
Un poco por gusto, y otro para practicar el idioma, en los últimos días vi o reví una cantidad de películas francesas, que tenía en boxes esperando.
De Bruno Dumont vi Twentynine Palms y Hadewijch -esta última está ahora en cartelera. De Dumont y sus llamativas, potentes películas, leí varias veces debates en donde se discute si el director es un genio, un loco o un farsante. Twentynine Palms me dejó en claro que el tipo no es ni un genio ni un loco. Hadewijch es otra cosa, pero tiendo a ver falta de inteligencia donde otros ven talento. Seguro me equivoco.
De Jean Pierre Jeunet, el director de Amelie, vi Micmacs (acá). Si Amelie estaba al borde del ridículo, esta película representa un gran paso adelante en la carrera de Jeunet. Por favor, Jean Pierre, no sigas corriendo.
De Francois Ozon vi una vieja peli que no había visto, Gotas de agua sobre piedras ardientes (del 2000), y una más reciente, Le temps qui reste (del 2005, acá). Siendo él el Cass Sunstein del cine -siempre a la moda, y super-prolífico- miré ambas películas con enorme desconfianza. Pero me ocurrió lo que me viene ocurriendo con él: siempre voy con desconfianza y, tal vez por eso, siempre me sorprende bien. Así que quiero bajarle el dedo pero todavía no puedo.
De Arnaud Desplechin volví a ver Reyes y Reinas, pero de esta peli no hablo, ya que le dimos el Premio Seminario al cine francés, hace muy poco, acá.
Y ví también la viejísima Play Time, de Jacques Tati, para sorprenderme con la lúdica acidez de don Tati. Qué tipo tremendo!
Pero la gran ganadora de la mini-temporada fue otra peli en cartel, Stella, de Sylvie Verheide, que es una gran lección sobre cómo hacer una peli con niños sin dar golpes bajos, sin ser complaciente, haciendo un producto algo punk, dulce y emocionante a la vez. Como bonus track, la peli incluye, como mejor amiga de Stella, a un personaje extraordinario, que representa a una argentina/judía en exilio, que acompaña a Stella, desde su silencio, respeto y compromiso afectivo incondicionales. Desde el Che Guevara que no veía un personaje argentino en el cine del que pudiera enorgullecerme...Tengo que volver a verla!
LF sobre HN
El colega Leonardo Filippini, sobre el caso Herrera-Noble, siguiendo varios de los argumentos abiertos por acá hace un par de días, hoy en nota en Página, acá
5 jun 2010
FEMINISMO RADICAL: VIENE MACKINNON!
Gran y esperada noticia: en unos días viene al país Catharine Mackinnon, y va a hablar en la Facultad de Derecho. Nunca el feminismo jurídico llegó tan lejos como con ella. Talentosísima, de una retórica potente y única, ha escrito mucho de lo mejor que conocemos del feminismo radical. Conocida por ser quien introdujo, en el derecho, la hoy mundialmente usada categoría del "acoso sexual en el trabajo;" por sus escritos e iniciativas contra la pornografía violenta; o por su enfoque sobre el igual poder de hombres y mujeres. Para no perdérsela, sin ninguna duda.
Homenaje a Ronald Dworkin en Girona
Crónica del amigo Marcelo Alegre sobre el reciente
CONGRESO DE FILOSOFIA DEL DERECHO "NEUTRALIDAD Y DERECHO" UNIVERSIDAD DE GIRONA-MARCIAL PONS (la crónica está su blog acá) (aclaro, para los que no están en tema, que se trata de un Congreso organizado por el positivismo jurídico "duro", anti-Dworkiniano).
EMOTIVO HOMENAJE A RONALD DWORKIN EN GIRONA
Estuve en el Congreso de Filosofía del Derecho organizado magistralmente por Jordi Ferrer y su gran equipo de la Universidad de Girona la semana pasada. Cualquiera que repase el programa y las ponencias intuirá un cierto sesgo pro-positivista. Luego de escuchar a los ponentes y las discusiones creo haber llegado a descubrir el propósito profundo del evento: homenajear las ideas de Ronald Dworkin, y montar un reconocimiento público de las falencias del positivismo de las últimas cinco décadas, falencias denunciadas por Dworkin a fines de los '60 en un par de trabajos que el positivismo aun no ha sabido absorber.
Frederick Schauer, en su ponencia, se ocupó de uno de los riesgos de mucha teorización positivista: el de la búsqueda del santo grial del "concepto de derecho", entendido como el conjunto de propiedades necesarias del fenómeno "derecho". Este enfoque puede llevar a dejar de lado aspectos como la coerción, simplemente porque podemos pensar en un orden jurídico sin coerción, etc. Esto es como ofrecer un estudio de las aves sin mencionar su vuelo, ya que hay aves que no vuelan y no aves que vuelan (el murciélago, por ej.). Culminó afirmando que algo debe andar muy mal en la filosofía jurídica si mediante un artilugio conceptual se deja fuera de la disciplina a Dworkin, Austin, Bentham, etc.
Jules Coleman se ocupó de rebatir la idea de que lo que separa a positivistas y no positivistas es la tesis de la separabilidad/conexión entre derecho y moral. Coleman mostró como la idea de una conexión necesaria entre moralidad y derecho, lejos de ser una excentricidad dworkiniana, es aceptada por casi todos los positivistas.
Le tocó a Brian Leiter, otro de los más conocidos Salieris de Dworkin, continuando con la discusión anterior, desmontar otro de los castillos de naipes preferidos de los positivistas: el consistente en la creencia en la posibilidad de una prolija y nítida demarcación de los límites entre Derecho y Moral. Leiter argumentó persuasivamente en favor del pesimismo acerca del éxito de esta empresa, refiriéndose, entre otras razones, al fracaso del intento similar de demarcar ciencia de otro tipo de actividades.
Scott Shapiro profundizó en un punto señalado por Juan Carlos Bayón en la apertura del Congreso y sobre el que Dworkin insistió durante 4 décadas, frente a las burlas del positivismo contemporáneo: la cuestión de "Qué es el derecho" tiene implicancias decisivas sobre la cuestión de "Cuál es el derecho aplicable". Pensemos en la constitucionalidad de la pena de muerte en EEUU. Según Shapiro, lo que determina el contenido, por ejemplo, de la 8va enmienda (que prohíbe penas crueles e inusuales), depende de la teoría acerca de qué hechos determinan el contenido del derecho (la intención original, la concepción contemporánea de crueldad, etc).
Will Waluchow ofreció una teoría en defensa del control judicial de constitucionalidad, muy en sintonía con las ideas de Dworkin sobre la judicatura como Foro de Principios. Waluchow respaldó la idea de un control judicial regimentado por la noción de razón publica Rawlsiana.
Por último Brian Bix enumeró las diferentes aspiraciones y propósitos con los que pueden vincularse al Derecho, reconociendo la pertinencia y aporte de un enfoque como el dworkiniano, junto a otras teorías basadas en fines y aspiraciones diversas.
Tres palabras para sintetizar este gran encuentro gironés: Dworkin tenía razón...
3 jun 2010
El caso Noble-Herrera
Doy cuenta de un hecho personal (que en este caso es también político), porque me parece revelador de un cierto -lamentable- estado de situación en nuestra discusión pública.
En el post anterior, escribía sobre la importancia de no impugnar las críticas que alguien pudiera hacer, frente al gobierno, a partir de ataques personales sobre quien critica, y la generación de sospechas sobre el mismo ("si hace una crítica debe ser porque está comprado"). Curiosamente, cantidad de gente, desde el anonimato por supuesto, dejó de lado cualquier discusión sobre el contenido de mi texto, para...atacarme personalmente, elevando sospechas sobre mí -en este caso, porque soy crítico del gobierno. En particular, muchos dejaron de lado cualquier discusión de fondo sobre el texto, aparecido en Clarín, para preguntarme qué pensaba sobre el caso Noble-Herrera (referido a los recientes procedimientos judiciales llevados a cabo para determinar si los hijos adoptivos de la señora Ernestina Herrera de Noble, dueña de Clarín, son hijos de desaparecidos, tal como muchos asumen).
Supongo que los anónimos deben pensar alguna de estas cosas:
1) Si hasta ahora no hablé en público del caso, debe ser por el desprestigio que me podría generar, en ciertos sectores, decir que estoy a favor de E.H.N. (dado que es obvio que estoy a favor de E.H.N.).
2) No hablé del tema, pero mi posición es obvia (a favor de E.H.N.), dado que soy crítico del gobierno.
3) Lo que es obvio es por qué no hablé del tema: no lo hice porque no quiero hablar en contra de los intereses de Clarín, siendo obvio que no quiero afectar los intereses de Clarín porque a veces escribo ahí.
4) Tal vez no esté a favor de E.H.N., pero entonces -por eso mismo- es obvio que tengo que ocultar mi posición, para así "cuidar los intereses de mi patrón", y los míos, para seguir escribiendo ahí.
La verdad es que el tema me parece doloroso y difícil, lejano del simplismo partidista con que muchos lo examinan, y del cinismo e irrespeto con que muchos hablan de la suerte de algunas personas, tal vez hijos de desaparecidos. Pienso que en el tema hay que hacer un enorme esfuerzo para equilibrar dos compromisos importantísimos: el de la comunidad, con el derecho de la verdad, en particular a la luz de las atroces violaciones de derechos humanos cometidos por la dictadura militar; y el derecho de autonomía de los individuos, hoy adultos, potenciales familiares biológicos de desaparecidos. Lo que pienso es básicamente lo mismo que dijeron Lorenzetti y Zaffaroni, en el voto que firmaron conjuntamente, en el fallo Prieto (acá); que es más o menos lo mismo que sostuvo recientemente Zaffaroni, en una entrevista radial (entrevista que se encuentra, por ejemplo, acá). No adhiero palabra por palabra a lo que ellos dijeron (por suerte tengo pensamiento propio), pero sí a los principios generales que ellos defendieron. Y entiendo, por supuesto -y esto me consta- que esta posición deja espacio para disidencias importantes, en los detalles, que no son menores. Sobre algunos de esos detalles tengo certezas, y sobre otros muchas dudas.
En su voto, (y reproduzco acá lo que está linkeado más arriba) Lorenzetti y Zaffaroni "refieren que se trata de un conflicto entre derechos de rango constitucional. Por una parte, la autonomía en la esfera de la individualidad personal protegida por el art. 19 de la Constitución Nacional de quien se niega a la extracción de sangre y la búsqueda de la verdad perseguida por la familia biológica. Debido a ello es que entienden que la dogmática deductiva no brinda soluciones y debe recurrirse a la ponderación de principios jurídicos.
A partir de allí, afirman que planteando todas las posibles hipótesis e imaginando lo que significaría para las víctimas una u otra de las decisiones, es decir, si se sacrificase el derecho de unas o el de otras, aparece claro que el respeto al derecho a la verdad de la presunta familia biológica no requiere necesariamente que la otra víctima (secuestrada) cargue con todas las consecuencias emocionales y jurídicas del establecimiento de una nueva identidad formal o jurídica: bastará con que la familia biológica sea informada de la identidad y de ese modo se ponga fin a la búsqueda de décadas y termine la comisión del delito, pues en caso que la prueba resultase indicadora del vínculo, la verdadera identidad se hallará materialmente establecida y la supresión habrá cesado, sin que para ello tenga relevancia alguna que la otra víctima la haga o no valer en derecho. La hipótesis construida sobre esta base provocaría una lesión o limitación mucho menor en ambos derechos en conflicto, a condición de adoptar una decisión que contemplase varios aspectos de mutuo interés, en vista a disminuir al mínimo cualquier posible lesión presente o futura.
En esa inteligencia – sostienen – que la coerción física sobre la víctima presuntamente secuestrada se evitaría si se agotasen previamente las posibilidades de tomar las muestras de manera no invasiva en el cuerpo de ésta, lo que aparece, a todas luces, como más respetuoso de su dignidad y acorde con los principios constitucionales argentinos.
A su vez, consideran que la familia biológica acabaría con su angustia conociendo que el resultado de la prueba fuese positivo en cuanto indicador del vínculo, o sea, que con la comunicación de este resultado quedaría garantizado su derecho a la verdad y desde que adquiriese ese conocimiento también para la familia biológica cesaría la comisión del delito.
Sostienen además que una vez satisfecho el derecho a la verdad de la presunta familia biológica, serían los sentimientos y conciencia de todos los lesionados por el crimen contra la humanidad los que les señalasen su camino futuro en la vida, sus encuentros y desencuentros personales sin interferencia coactiva alguna de la jurisdicción.
Para que el conflicto se resolviera de esa manera, en todo caso, la prueba debería disponerse por la jueza de instrucción, al sólo efecto de satisfacer el derecho a la verdad de la presunta familia biológica, quedando vedado bajo pena de nulidad cualquier pretensión de otro efecto o eficacia jurídica.
En razón de los argumentos que se dan en el proyecto, se hace lugar a la queja, se declara admisible el recurso extraordinario y se deja sin efecto la decisión recurrida, revocando la sentencia apelada en cuanto ordena la extracción compulsiva de sangre del recurrente."
Dicho esto, me pregunto por qué no se puede pensar que si uno no habla de un cierto tema no es porque uno tiene un interés personal -obvio, un interés monetario, mezquino, reaccionario o de otro modo indigno- sobre el mismo, y no, por ejemplo, porque uno no tiene el deber de hablar de todos los temas; o porque no conoce bien todos los temas; o porque tiene ganas de hablar de otros temas. A mí, por ejemplo, me interesan muchos temas, más allá del derecho, y cuando hablo de política local me interesa, sobre todo, mantener una posición crítica frente al gobierno (una actitud que mantengo básicamente idéntica desde hace más de 20 años, que es cuando ingresé a la vida política). Me pregunto, en particular qué es lo que nos dice el hecho de que no podamos pensar en el otro desde la buena fe. Me pregunto por qué no podemos comprometernos en la discusión de argumentos, en lugar de desatar la política de la sospecha. Me pregunto, con cierta pena, qué es lo que nos lleva a pensar que si el otro piensa distinto que uno, debe ser porque es un idiota, o está pagado, o está sacando algún tipo de rédito de esa situación. Y si se diera el caso de que otros, simplemente, piensan diferente de uno, y argumentan a partir de sus propias ideas, convicciones y principios?
El sentido de la crítica al poder político
(link a la nota, acá)
De un tiempo a esta parte, la crítica frente al poder político ha comenzado a ser objeto de resistencias que encuentran, como principal arma, el socavamiento de la autoridad de quien critica -en lugar de contraargumentar o defenderse, los amigos del poder atacan a la persona que formula esa critica . Típicamente, cualquier crítica al Gobierno se enfrenta con una réplica según la cual las objeciones del caso se deben, “en verdad”, a que uno -consciente o inconscientemente- se ha puesto al servicio de causas repudiables o de intereses espúrios ; o sostiene una ideología indebidamente conservadora; o escribe o habla sólo porque alguien le remunera a cambio .
En lo que sigue, quisiera confrontar dicha línea de pensamiento, que trabaja contra un elemento vital para cualquier democracia, cual es la necesaria, indispensable, crucial, crítica frente al poder . Antes de hacerlo, sin embargo, y como aclaración, diría lo siguiente. Entiendo que en este momento, políticamente polarizado, defensores y críticos del gobierno intercambian muchas críticas -digámoslo así- impropias, basadas en la mala fe o, simplemente, en el dinero. Sin embargo, aquí no me ocuparé de estas situaciones, sino de aquellas críticas que surgen, fundamentalmente, a partir de las propias convicciones.
Por lo demás, estoy lejos de pensar que hoy la oposición no encuentra medios a través de los cuales expresar sus puntos de vista: oficialistas y opositores cuentan con amplias posibilidades de hacerlo , hecho que además se ve favorecido por una situación en donde no existe la censura directa por parte del Gobierno (aunque sí la indirecta - por ejemplo, a través del uso indebido de la publicidad oficial- como bien lo ha reconocido la Corte Suprema) .
De modo habitual, el ataque a los críticos del poder no sólo resulta injusto frente a los críticos, sino además muy peligroso para el sistema democrático, que se nutre y gana vida, en un sentido no metafórico, a partir de esas críticas . Debiera resultar claro: en sistemas representativos como el nuestro, en donde es tanto el poder que se ha delegado a las ramas políticas (desde el poder de disponer del presupuesto, hasta el uso de la violencia legítima); y en donde son tan pocas las herramientas institucionales de control que preservamos como ciudadanos, la crítica al poder político juega un papel decisivo: si ella se desvanece, todo el sistema de libertades y derechos comienza a tambalear, y las posibilidades de abuso del poder crecen exponencialmente. Como dijera nuestra Corte Suprema, la democracia necesita de un debate público “robusto, desinhibido, amplísimo”.
La crítica al gobierno no es buena para la democracia: es imprescindible.
A lo anterior le agregaría un matiz fundamental, un matiz -digámoslo así- latinoamericano. Si la crítica al Gobierno es imprescindible en cualquier sistema político que quiera seguir llamándose democrático, ella resulta todavía más necesaria en regímenes de gobierno híperpresidencialistas, como el nuestro . En estos regímenes, la autoridad política, indebidamente, se concentra en muy pocas manos , lo cual torna más urgente la protección y el reforzamiento de todos los controles populares, desde las manifestaciones en la calle, hasta las críticas en periódicos o en blogs. Ocurre -resulta obvio- que los riesgos de abusos son mucho más altos en sistemas de autoridad concentrada, que en otros alternativos. Esta razón explica, por lo demás, por qué es mucho más importante la crítica al Gobierno, que la crítica a la oposición.
Alguien podrá replicar, con parte de la razón, que el “poder real” reside en verdad en otros sujetos y espacios -por caso, en los grandes grupos económicos. Sin embargo, esta crítica es en parte errónea y en parte tramposa. Por un lado, la crítica al poder político es y debe ser compatible con, por ejemplo, la crítica al poder económico . En segundo lugar, habitualmente, y sobre todo en países como el nuestro, el poder económico crece y se desarrolla al calor de los beneficios que indebidamente le asegura el Estado. En lo personal, no derivo de dicha situación una crítica al Estado, sino una crítica a los usos indebidos, injustificados y poco transparentes del aparato estatal. La crítica, por tanto, resulta indispensable para el sostenimiento de lo que muchos defendemos, es decir, un Estado (más) intervencionista en materia económica .
Dos puntos más, antes de concluir. En primer lugar, y frente a quienes alegan que éste no es momento de hacer criticar fuertes, ya que así uno favorece, en los hechos, a intereses repudiables, sostendría lo siguiente: criticamos a Alfonsín, en su momento (por ejemplo, sus últimas decisiones en materia de derechos humanos), aun sabiendo que existía la amenaza real de un golpe militar. Cómo no vamos a hacer lo propio hoy, cuando esa amenaza no existe, o es mucho más débil que entonces. En segundo lugar, aquella crítica de entonces, como la que podemos hacer hoy, no debe ser vista como enemiga de ningún gobierno . Un gobierno que reconoce sus errores y se rectifica (imaginemos que Alfonsín hubiera rectificado aquellas políticas) es un gobierno que incrementa sus chances de mejorar y ganar popularidad. Para ello, necesita entonces que los ciudadanos le señalemos, de buena fe, en qué se equivoca.
2 jun 2010
Etchmendy, la izquierda, y la sombra del pasado kirchnerista
Martín nos pasaba este link a una nota, como siempre polémica, provocadora e interesante, de Sebastián Etchmendy, en Pagina12, sobre Izquierda y Kirchnerismo, que en parte nos concierne. La nota de Sebas, acá, y una primera respuesta (vendrá otra), acá abajo:
Creo que el texto del querido Sebastián tiene montones de problemas serios, pero acá mencionaré sólo algunos de entre ellos.
• Yo puedo acordar con Sebastián cuando nos dice que “una perspectiva central para el debate derecha-izquierda es, obviamente, la socioeconómica.” Pero cuando el texto avanza y no se abre a las demás perspectivas, la cosa se pone sospechosa. Es decir, de un plumazo, Sebastián nos sacó del tablero todo lo que tiene que ver con las demás banderas fundamentales de la izquierda: descentralización del poder; combate al autoritarismo; crítica del hiper-presidencialismo; rechazo a las políticas de “mano dura” (nunca olvidemos que Kirchner-Scioli, en materia de reformas penales, son las políticas de Blumberg). La izquierda latinoamericana tiene una historia de casi doscientos años de pelea contra el autoritarismo presidencialista (pienso en la primera izquierda chilena, anti-portaliana; en el jacobinismo de Francisco Bilbao y Santiago Arcos; en el “Yo acuso” de Francisco González Vigil contra el General Gamarra, en Perú; en el radicalismo anti-bolivariano de Colombia; en Juan Montalvo y “mi pluma lo mató” contra García Moreno, en Ecuador), que Sebastián borra en un instante.
• Sebastián dice que “la batalla en el capitalismo no es sólo por la distribución del ingreso, sino por las condiciones, instituciones, ‘mecanismos de hegemonía’ dentro de los cuales, y a través de los cuales, esa disputa se procesa. Ser de izquierda no es mover la distribución del ingreso con una manija, también es construir y fortalecer las instituciones, actores y derechos para librar esa puja en los próximos tiempos.” Pero no parece advertir que esta afirmación le juega en contra, y no a favor. Ocurre que el kirchenrismo ha representado, en la práctica, la destrucción de los mecanismos institucionales para el control y la decisión colectivas sobre la política-económica. Ello, por un lado, a través del obvio socavamiento de las instituciones existentes al servicio del control y la fiscalización (Fiscalía de Investigaciones –episodio Garrido; Consejo de la Magistratura; Indec); sino también por medio de otras medidas que van más allá de la tradicional estructura de los “frenos y contrapesos,” como la aberrante, insólita, injustificable discriminación y degradación a que ha sometido a la central obrera de la CTA.
• Ahora, una vez que reconocemos que el kirchnerismo no ha ayudado al fortalecimiento, sino al debilitamiento, de los mecanismos politico/institucionales de control y decisión popular, para favorecer la acumulación del poder político en sus propias manos, propondría que nos concentremos en el aspecto socio-económico que más le interesa a Sebastián. Allí, retomaría las preocupaciones de Sebastián por examinar lo que ocurre en “la batalla en el capitalismo,” pero para señalar lo contrario de lo que él sugiere: Nadie puede negar que el kirchnerismo es, de modo puro y duro, abiertamente aceptado por sus máximas autoridades, un grupo político que brega por un capitalismo tradicional, de sesgo exportador-industrialista. El modelo del kirchnerismo es, qué duda cabe, uno de acumulación capitalista, basado casi exclusivamente en políticas de dólar alto y algunos restricciones a la importación (discutimos hace poco, por acá mismo, los excelentes argumentos de Daniel Aspiazu al respecto). Y es, por lo demás, una de las peores versiones de dicho modelo - capitalismo de amigos, capitalismo de derrame. Pero resulta que ahora este modelo es un modelo de izquierda, o que debe ser reivindicado por la izquierda ????? Desde cuándo Sebastián? No lo sabía!!
• De las medidas citadas por Sebastián, defendería como buen primer paso la Asignación por Hijos, pero me mantendría en cautela respecto de la mayoría de las restantes: ni la nacionalización ni la pelea anti-monopólica tienen sentido si no sirven para el fortalecimiento del poder popular. Si decimos que nacionalizamos una empresa para dársela a unos amigos cercanos (YPF, Aerolíneas), o combatimos un monopolio para crear uno propio, esas peleas no deben resultar atractivas, para la izquierda. La izquierda -sugeriría- quiere la colectivización, el control popular de los recursos estatales, y no, por caso, que pongan la bandera argentina en YPF, mientras se permite que los recursos de todos sigan estando en pocas manos.
• Claramente, el hecho de que en un seminario organizado por el amigo Levitsky y por Ken Roberts se diga tal o cual cosa sobre la izquierda latinoamericana y sus expresiones, agrega bien poco al debate. Esto no significa decir nada en contra de los conocimientos de los profesores norteamericanos citados, pero sí pretende rechazar lo que aparece como un simple argumento de autoridad. Lo cierto es que no hay por qué reverenciar lo que diga ninguna autoridad académica internacional sobre el tema --menos, cuando no se nos presentan ninguno de los argumentos por ellos empleados: sólo se trata de enrostrarnos una cita de autoridad, como si ello sirviera de algo a la hora de hilvanar una argumentación. (Pregunta: Será en este seminario en donde se determinó que el capitalismo de amigos debe ser considerado de izquierda?)
• Más allá de lo anterior (no aceptar un argumento basado meramente en la autoridad de quien lo dice), agregaría que toda la ciencia política internacional pudo considerar, durante décadas, que los gobiernos de Europa del Este eran de izquierda. Yo seguiría sosteniendo que eran un insulto a la izquierda, e incompatibles con los más elementales ideales de izquierda, vinculados con el autogobierno colectivo, y no con su opuesto.
• Tampoco tomaría en serio las preocupaciones socio-sicológicas de Sebastián, sobre las taras que serían propias de algunos de los críticos del kirchnerismo, desde la izquierda (supongo que frente a la sanidad mental de quienes lo defienden). Destaco, de todos modos, que hay allí un simplismo y reduccionismo extraordinarios. Así, por ejemplo, en la idea de que muchos intelectuales de izquierda pasaron de la reivindicación de la revolución a la defensa de una “visión restrictiva y liberal de la democracia, donde nada se (pone) en juego.” Me maravillan las raras especies académicas con que parece rodearse Sebastián, y sobre todo me asombra su intento de convertir ese raro exotismo intelectual en argumento para una disputa política.
• En definitiva, me gustaría preguntarle a Sebastián desde cuándo es que considera al capitalismo de amigos como una variante de una política de izquierda, mucho más, cuando viene de la mano de la concentración de la autoridad política. En otros términos, y para concluir: Sebastián quiere que a un modelo de acumulación capitalista tradicional, riqueza concentrada, y autoridad política concentrada, lo llamemos de izquierda. Yo creo exactamente en lo contrario: para mí la izquierda requiere lo opuesto, es decir, democracia económica y política. La izquierda nos pide una drástica reducción en los índices de desigualdad, y la descentralización de la toma de decisiones políticas. El modelo de capitalismo kirchnerista nos da justo lo contrario, es decir, concentración de la riqueza, e híper-presidencialismo político.
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