28 feb 2019
27 feb 2019
Nos vamos quedando solos
Dos tercios de la humanidad ya tienen móvil
https://elpais.com/tecnologia/2019/02/25/actualidad/1551107066_315467.html
https://elpais.com/tecnologia/2019/02/25/actualidad/1551107066_315467.html
26 feb 2019
Creación constitucional en manos de la ciudadanía: la democracia deliberativa avanza de nuevo
Acabo de participar en oxford de un seminario sobre constitucionalismo en Gran Bretaña, con presencia de muchos grandes autores (Elster y Bellamy entre los más notables), pero en donde lo que más resaltó fue el peso que en estos círculos (nada marginales) se le está dando a las formas de creación constitucional con participación popular. Para el caso de Gran Bretaña, el ejemplo clave es el de Irlanda, en donde como sabemos se impulsó una forma de participación popular inspirada en Canadá (sobre todo en el ejemplo pionero y fundamental de British Columbia, y también a partir de lo ocurrido en Ontario), que procuró además corregir algunas de las deficiencias que se habían advertido en el caso Islandés (extraordinario, pero también -como calificó en el seminario uno de sus protagonistas, "caótico").
Llamativo también de qué modo, e inesperadamente tal vez, el ideal de la democracia deliberativa apareció en estas discusiones, junto a, por encima o por debajo de cada ponencia. De un modo u otro, todos parecían tomar al ideal deliberativo -tan vituperado, tan marginalizado- como el punto de reposo de la discusión: es lo que obviamente se quiere conseguir, en tanto ideal.
Aquí, de parte del buen David Farrell, un comparativo sintético de estas experiencias participativas recientes. Y viva Irlanda!
20 feb 2019
17 feb 2019
13 feb 2019
Diálogo democrático y derecho de protesta
Como modo de aclarar mi posición, en el tema de la protesta en el contexto del conflicto con Cataluña (ver post anterior), publiqué hoy en la Agenda Pública de El País, este texto:
http://agendapublica.elpais.com/dialogo-democratico-y-derecho-de-protesta/
introducido por este otro:
https://mailchi.mp/ 9213a066475c/newsletter-699997
DIÁLOGO DEMOCRÁTICO Y DERECHO DE PROTESTA
Defenderé aquí el valor del diálogo democrático, lo que me llevará a subrayar también la importancia de la protesta social en el marco de sociedades divididas por desacuerdos, como las nuestras. Hacia el final de este texto, ilustraré mis dichos con algunas referencias sobre la situación en España y el problema de la independencia de Cataluña.
La época en que vivimos caracteriza por dos fenómenos distintivos que ayudan a entender muchos de los conflictos presentes. Por un lado, nos encontramos con un sistema institucional con dificultades para representar la diversidad y complejidad de voces que son propias de sociedades multiculturales. Típicamente, el sistema de elecciones resulta inhábil para captar las múltiples y variadas demandas de cada individuo; y el sistema representativo se muestra poco preparado para dar cuenta de la heterogeneidad propia de sociedades tan numerosas. De ahí la extendida sensación de que los gobiernos cambien, pero las políticas no. Fenómenos como los citados han llevado a que menos de un 30% de los europeos muestren confianza hacia sus autoridades gubernativas –un hecho que el profesor David Van Reybrouck sintetizara con la idea del “síndrome de la fatiga democrática”.
Junto con un sistema institucional que se muestra hermético hacia a la ciudadanía, nos encontramos con niveles de activismo cívico inéditos e históricamente progresivos (Joseph Schumpeter, en los años 40; o Michel Crozier y Samuel Huntington, en los 60, nos alertaban ya sobre la “sobrecarga” de demandas democráticas que el sistema institucional era incapaz de satisfacer). El choque entre las expectativas democráticas crecientes y las incapacidades institucionales acumuladas favorece, en la actualidad, tanto la inquietud y protesta sociales como el surgimiento de líderes políticos oportunistas (llamémosles populistas), que buscan sacar provecho del estado de descontento existente.
Frente a este panorama desalentador, muchos de nosotros, que concebimos a la democracia como una conversación entre iguales, consideramos que las tensiones políticas de esta época hablan mucho más de las limitaciones propias de nuestros sistemas de gobierno que de un electorado apático, irracional o manipulado. En nombre del diálogo entre iguales, apostamos entonces por extender los márgenes de la discusión inclusiva y, desde esa misma base, cuestionamos muchos de los repudiables fenómenos políticos de la época, que se afirman en las angustias democráticas presentes.
Impugnamos, por ejemplo, a líderes populistas como Donald Trump o Jaïr Bolsonaro que, montados sobre las frustraciones ciudadanas, prometen dar respuesta a todas las demandas insatisfechas, aun cuando se trate de exigencias entre sí contrapuestas. Objetamos a estos políticos que dicen actuar en nombre del pueblo (un pueblo al que invocan, pero con el que no hablan y al que no escuchan), porque su proceder niega directamente los requerimientos de la conversación democrática.
De modo similar, el ideal de la deliberación colectiva nos ayuda a rechazar una mayoría de proyectos nacionalistas –el de Matteo Salvini en Italia, o el de Víktor Orban en Hungría– que, de algún modo, radicalizan el poco atractivo fenómeno anterior: aquí la soberanía popular es tomada como un supuesto independiente de la vida política concreta, al que se alude como si subyaciera en las napas profundas de la historia –una historia que es la que los propios nacionalistas prefieren.
Asimismo, el ideal de la conversación democrática nos ofrece buenos antídotos frente a propuestas plebiscitarias como las que han proliferado en estos años –desde la consulta por el Brexit en Reino Unido hasta el referéndum por el Acuerdo de Paz en Colombia. En casos como los citados, el valor de inclusión social satisfecho por las consultas apareció siempre como excusa para sacrificar el otro valor en juego: es decir, el de la discusión basada en el intercambio de razones. Consultas como las referidas fueron organizadas a la desesperada, a partir de la avidez de los convocantes; no de estimular el diálogo colectivo, sino de sacar ventaja a partir de coyunturas políticamente comprometidas.
¿Cómo pensar la protesta social, en el marco de estos parámetros? Ante todo, antes que descalificar la protesta por dar cabida a demandas excesivas, combatirla por su carácter disruptivo o pedir el procesamiento o detención de sus líderes, debemos empezar a reconocerla como el producto esperable de un sistema democrático que no funciona del modo apropiado.
En muchos casos, la protesta puede entenderse como el medio (extra-institucional) que escogen para expresarse quienes encuentran dificultades para canalizar institucionalmente sus demandas o quejas. Comúnmente, las protestas nos refieren a actos que comunican reclamaciones; reclamaciones que nos refieren a derechos (sociales, culturales) violados; y derechos violados que nuestras instituciones no registran políticamente, ni reparan judicialmente. Quienes valoramos la conversación democrática, defendemos (y exigimos protección para) la protesta, por lo que ella es capaz de hacernos conocer: voces de otro modo inaudibles, violaciones de derechos de otra forma invisibles.
El caso español ilustra bien, en Europa, el panorama descrito: una ciudadanía que se moviliza reiteradamente en reclamación de derechos insatisfechos (con el 15-M como ejemplo más notorio); denuncias contra una casta que goza de privilegios indebidos; un sistema político y judicial que muestra aún rasgos elitistas y excluyentes; y fuerzas políticas de signo diverso –incluyendo a Vox y a Podemos– que se nutren del descontento.
De modo todavía más notable, los eventos producidos en Cataluña en torno al tema de la independencia muestran la impropiedad con que el sistema institucional viene procesando demandas, protestas y descontentos. De hecho, cada uno de los pasos que se han dado al respecto contradicen directamente los aconsejados por el ideal del diálogo democrático.
Para comenzar, cada facción ha pretendido consagrar su postura sobre la facción contraria a través del recurso a los peores medios, cuando el asunto en juego exigía justamente lo opuesto: nos encontramos –conviene repetirlo– frente a un asunto complejo, socialmente divisivo y marcado por la presencia de profundos desacuerdos.
Mientras tanto, los discursos nacionalistas que ocupan la plaza pública desde hace años reproducen los peores rasgos del nacionalismo europeo, y buscan en las tradiciones históricas el apoyo social que son incapaces de encontrar en el presente.
Por su parte, el referéndum del 1-O, organizado a ‘empujones’, no pareció motivado a promover el diálogo colectivo, sino destinado a imponer la propia visión como un hecho de fuerza. La represión que se desató entonces agravó lo que ya era muy serio, porque a la irresponsabilidad de la dirigencia que organizó la consulta le siguió una respuesta injustificablemente violenta (con centenares de heridos) dirigida contra ciudadanos que –equivocados o no– habían aceptado una invitación que consideraban ajustada a sus derechos.
Peor aún, la petición de condenas penales jurídicamente insostenibles (rebelión; decenas de años de cárcel) para la inmoderada dirigencia catalana implicó volver sobre el camino equivocado: emplear la violencia del sistema penal para responder a una insensatez política que podía y merecía reproche por otros medios (diferentes de la privación de la libertad) y de otros modos (que podían incluir desde inhabilitaciones a sanciones económicas, por ejemplo).
En este caso, como en los restantes, el divisivo malestar social debe resolverse democráticamente y no a través de la represión policial, la violencia penal o los golpes de efecto. Frente a la insensatez política, y a la presencia de desacuerdos profundos sobre los derechos de que gozamos, necesitamos seguir insistiendo con el valor de la conversación entre iguales.
http://agendapublica.elpais.com/dialogo-democratico-y-derecho-de-protesta/
introducido por este otro:
https://mailchi.mp/
DIÁLOGO DEMOCRÁTICO Y DERECHO DE PROTESTA
Defenderé aquí el valor del diálogo democrático, lo que me llevará a subrayar también la importancia de la protesta social en el marco de sociedades divididas por desacuerdos, como las nuestras. Hacia el final de este texto, ilustraré mis dichos con algunas referencias sobre la situación en España y el problema de la independencia de Cataluña.
La época en que vivimos caracteriza por dos fenómenos distintivos que ayudan a entender muchos de los conflictos presentes. Por un lado, nos encontramos con un sistema institucional con dificultades para representar la diversidad y complejidad de voces que son propias de sociedades multiculturales. Típicamente, el sistema de elecciones resulta inhábil para captar las múltiples y variadas demandas de cada individuo; y el sistema representativo se muestra poco preparado para dar cuenta de la heterogeneidad propia de sociedades tan numerosas. De ahí la extendida sensación de que los gobiernos cambien, pero las políticas no. Fenómenos como los citados han llevado a que menos de un 30% de los europeos muestren confianza hacia sus autoridades gubernativas –un hecho que el profesor David Van Reybrouck sintetizara con la idea del “síndrome de la fatiga democrática”.
Junto con un sistema institucional que se muestra hermético hacia a la ciudadanía, nos encontramos con niveles de activismo cívico inéditos e históricamente progresivos (Joseph Schumpeter, en los años 40; o Michel Crozier y Samuel Huntington, en los 60, nos alertaban ya sobre la “sobrecarga” de demandas democráticas que el sistema institucional era incapaz de satisfacer). El choque entre las expectativas democráticas crecientes y las incapacidades institucionales acumuladas favorece, en la actualidad, tanto la inquietud y protesta sociales como el surgimiento de líderes políticos oportunistas (llamémosles populistas), que buscan sacar provecho del estado de descontento existente.
Frente a este panorama desalentador, muchos de nosotros, que concebimos a la democracia como una conversación entre iguales, consideramos que las tensiones políticas de esta época hablan mucho más de las limitaciones propias de nuestros sistemas de gobierno que de un electorado apático, irracional o manipulado. En nombre del diálogo entre iguales, apostamos entonces por extender los márgenes de la discusión inclusiva y, desde esa misma base, cuestionamos muchos de los repudiables fenómenos políticos de la época, que se afirman en las angustias democráticas presentes.
Impugnamos, por ejemplo, a líderes populistas como Donald Trump o Jaïr Bolsonaro que, montados sobre las frustraciones ciudadanas, prometen dar respuesta a todas las demandas insatisfechas, aun cuando se trate de exigencias entre sí contrapuestas. Objetamos a estos políticos que dicen actuar en nombre del pueblo (un pueblo al que invocan, pero con el que no hablan y al que no escuchan), porque su proceder niega directamente los requerimientos de la conversación democrática.
De modo similar, el ideal de la deliberación colectiva nos ayuda a rechazar una mayoría de proyectos nacionalistas –el de Matteo Salvini en Italia, o el de Víktor Orban en Hungría– que, de algún modo, radicalizan el poco atractivo fenómeno anterior: aquí la soberanía popular es tomada como un supuesto independiente de la vida política concreta, al que se alude como si subyaciera en las napas profundas de la historia –una historia que es la que los propios nacionalistas prefieren.
Asimismo, el ideal de la conversación democrática nos ofrece buenos antídotos frente a propuestas plebiscitarias como las que han proliferado en estos años –desde la consulta por el Brexit en Reino Unido hasta el referéndum por el Acuerdo de Paz en Colombia. En casos como los citados, el valor de inclusión social satisfecho por las consultas apareció siempre como excusa para sacrificar el otro valor en juego: es decir, el de la discusión basada en el intercambio de razones. Consultas como las referidas fueron organizadas a la desesperada, a partir de la avidez de los convocantes; no de estimular el diálogo colectivo, sino de sacar ventaja a partir de coyunturas políticamente comprometidas.
¿Cómo pensar la protesta social, en el marco de estos parámetros? Ante todo, antes que descalificar la protesta por dar cabida a demandas excesivas, combatirla por su carácter disruptivo o pedir el procesamiento o detención de sus líderes, debemos empezar a reconocerla como el producto esperable de un sistema democrático que no funciona del modo apropiado.
En muchos casos, la protesta puede entenderse como el medio (extra-institucional) que escogen para expresarse quienes encuentran dificultades para canalizar institucionalmente sus demandas o quejas. Comúnmente, las protestas nos refieren a actos que comunican reclamaciones; reclamaciones que nos refieren a derechos (sociales, culturales) violados; y derechos violados que nuestras instituciones no registran políticamente, ni reparan judicialmente. Quienes valoramos la conversación democrática, defendemos (y exigimos protección para) la protesta, por lo que ella es capaz de hacernos conocer: voces de otro modo inaudibles, violaciones de derechos de otra forma invisibles.
El caso español ilustra bien, en Europa, el panorama descrito: una ciudadanía que se moviliza reiteradamente en reclamación de derechos insatisfechos (con el 15-M como ejemplo más notorio); denuncias contra una casta que goza de privilegios indebidos; un sistema político y judicial que muestra aún rasgos elitistas y excluyentes; y fuerzas políticas de signo diverso –incluyendo a Vox y a Podemos– que se nutren del descontento.
De modo todavía más notable, los eventos producidos en Cataluña en torno al tema de la independencia muestran la impropiedad con que el sistema institucional viene procesando demandas, protestas y descontentos. De hecho, cada uno de los pasos que se han dado al respecto contradicen directamente los aconsejados por el ideal del diálogo democrático.
Para comenzar, cada facción ha pretendido consagrar su postura sobre la facción contraria a través del recurso a los peores medios, cuando el asunto en juego exigía justamente lo opuesto: nos encontramos –conviene repetirlo– frente a un asunto complejo, socialmente divisivo y marcado por la presencia de profundos desacuerdos.
Mientras tanto, los discursos nacionalistas que ocupan la plaza pública desde hace años reproducen los peores rasgos del nacionalismo europeo, y buscan en las tradiciones históricas el apoyo social que son incapaces de encontrar en el presente.
Por su parte, el referéndum del 1-O, organizado a ‘empujones’, no pareció motivado a promover el diálogo colectivo, sino destinado a imponer la propia visión como un hecho de fuerza. La represión que se desató entonces agravó lo que ya era muy serio, porque a la irresponsabilidad de la dirigencia que organizó la consulta le siguió una respuesta injustificablemente violenta (con centenares de heridos) dirigida contra ciudadanos que –equivocados o no– habían aceptado una invitación que consideraban ajustada a sus derechos.
Peor aún, la petición de condenas penales jurídicamente insostenibles (rebelión; decenas de años de cárcel) para la inmoderada dirigencia catalana implicó volver sobre el camino equivocado: emplear la violencia del sistema penal para responder a una insensatez política que podía y merecía reproche por otros medios (diferentes de la privación de la libertad) y de otros modos (que podían incluir desde inhabilitaciones a sanciones económicas, por ejemplo).
En este caso, como en los restantes, el divisivo malestar social debe resolverse democráticamente y no a través de la represión policial, la violencia penal o los golpes de efecto. Frente a la insensatez política, y a la presencia de desacuerdos profundos sobre los derechos de que gozamos, necesitamos seguir insistiendo con el valor de la conversación entre iguales.
El derecho de protesta en el "process" de la independencia catalana
Ayer, Andreu Van den Eynde (un ex alumno mío en la Universidad Pompeu Fabra), quedó a cargo de la primera intervención en el proceso judicial que se sigue a los funcionarios políticos que encabezaron el movimiento por la independencia catalana. Van den Eynde (defensor de Oriol Junqueras y Raúl Romeva) citó más de una vez mis trabajos sobre la protesta, como citó también a otros tres autores (Fiss, Dworkin, Duff) en sostén de su posición. Agradezco las referencias aunque, por supuesto, necesitamos distinguir entre varios temas diferentes: el derecho a la protesta (en el que tiendo a coincidir con su posición); el derecho a la independencia catalana y, sobre todo, el modo (para mí muy imperfecto) en que se estuvo tramitando la cuestión (en donde entiendo que diferimos bastante); y el uso de la prisión como respuesta frente a quienes encabezaron el proceso (aquí podemos coincidir nuevamente). Va su intervención completa.
7 feb 2019
Discutir a Duff, con Duff
Discutiremos, con don Antony Duff, su nuevo libro (por publicarse), en la Pompeu Fabra. Se vienen novedades
Symposium on Antony Duff’s The Realm of Criminal Law
Univ. Pompeu Fabra, febrero 8
Auditorium, Mercè Rodoreda Building, Ciutadella Campus
9.20 – 9.30: Opening remarks
9.30 – 11.20: Symposium’s first round
Antony Duff, University of Stirling: “The Realm of Criminal Law”
Tatjana Hörnle, Humboldt University of Berlin: “Thick and Thin Principles of Criminalization”
Elena Larrauri, Pompeu Fabra University: “How do you know if the offender repents?”
Antony Duff’s reply and Q&A
11.20 – 11.40: Coffee break
11.40 – 13.30: Symposium’s second round
Gustavo Beade, University of Buenos Aires: “Replace the criminal trial with public blame? A comment on chapter 5”
Kimberley Brownlee, Warwick University: “Duff on Professional Ethics and Criminal Law”
Roberto Gargarella, University Torcuato di Tella and University of Buenos Aires: “Democratic dialogue, multiculturalism and ‘public wrongs’”
Antony Duff’s reply and Q&A
13.30 – 15.00: Lunch
15.00 – 18.30: Symposium’s third round
Massimo Renzo, King’s College London: “The Realm of the Criminal Law and Its Geography”
Michelle Dempsey, Villanova University, “On Public Realm”
José Luis Martí, Pompeu Fabra University: “Which Political Community? A Cosmopolitan View”
Sandra Marshall, University of Stirling: “Where should we go from here? Thinking about chapter 7”
Antony Duff’s reply and Q&A
Symposium on Antony Duff’s The Realm of Criminal Law
Univ. Pompeu Fabra, febrero 8
Auditorium, Mercè Rodoreda Building, Ciutadella Campus
9.20 – 9.30: Opening remarks
9.30 – 11.20: Symposium’s first round
Antony Duff, University of Stirling: “The Realm of Criminal Law”
Tatjana Hörnle, Humboldt University of Berlin: “Thick and Thin Principles of Criminalization”
Elena Larrauri, Pompeu Fabra University: “How do you know if the offender repents?”
Antony Duff’s reply and Q&A
11.20 – 11.40: Coffee break
11.40 – 13.30: Symposium’s second round
Gustavo Beade, University of Buenos Aires: “Replace the criminal trial with public blame? A comment on chapter 5”
Kimberley Brownlee, Warwick University: “Duff on Professional Ethics and Criminal Law”
Roberto Gargarella, University Torcuato di Tella and University of Buenos Aires: “Democratic dialogue, multiculturalism and ‘public wrongs’”
Antony Duff’s reply and Q&A
13.30 – 15.00: Lunch
15.00 – 18.30: Symposium’s third round
Massimo Renzo, King’s College London: “The Realm of the Criminal Law and Its Geography”
Michelle Dempsey, Villanova University, “On Public Realm”
José Luis Martí, Pompeu Fabra University: “Which Political Community? A Cosmopolitan View”
Sandra Marshall, University of Stirling: “Where should we go from here? Thinking about chapter 7”
Antony Duff’s reply and Q&A
Pesadilla Bullrich, versión...
https://www.lanacion.com.ar/2217997-patricia-bullrich-se-cree-bolsonaro-dijo-carrio-y-la-ministra-le-respondio
Patricia Bullrich: "Nosotros somos los maestros de las cosas que está haciendo [el ministro de Justicia y Seguridad Pública del Brasil, Sergio] Moro en Brasil, de lo que está haciendo Bolsonaro".
Patricia Bullrich: "Nosotros somos los maestros de las cosas que está haciendo [el ministro de Justicia y Seguridad Pública del Brasil, Sergio] Moro en Brasil, de lo que está haciendo Bolsonaro".
5 feb 2019
LA NUEVA CORTE EN ECUADOR: LA NUEVA ESPERANZA REGIONAL
En un hecho inédito en la historia latinoamericana, comenzaron hoy su trabajo en la nueva Corte Constitucional del Ecuador varios amigos/as, que son la avanzada en el pensamiento jurídico de su país. Felicitaciones asombradas a ellxs: Daniela Salazar (vicepresidenta!), Ramiro Ávila (!!) y Agustín Grijalva. Bravísimo (e increíble)!
SI SE APAGA LA CORTE COLOMBIANA, QUE SE ENCIENDA LA DE ECUADOR!!
SI SE APAGA LA CORTE COLOMBIANA, QUE SE ENCIENDA LA DE ECUADOR!!
4 feb 2019
Algunas reservas sobre la intervención de tribunales internacionales -a la luz del caso colombiano y el Acuerdo de Paz
Publicado esta semana en el Harvard Journal of International Studies, acá:
http://www.harvardilj.org/2019/02/reservations_peace/
En debate con un texto de Courtney Hillebrecht, Alexandra Huneeus, con Sandra Borda, titulado The Judicialization of Peace, 59 Harv. Int’l L.J. 279 (2018).
http://www.harvardilj.org/2019/02/reservations_peace/
En debate con un texto de Courtney Hillebrecht, Alexandra Huneeus, con Sandra Borda, titulado The Judicialization of Peace, 59 Harv. Int’l L.J. 279 (2018).
3 feb 2019
Grandola Vila Morena/ Revolución de los claveles
El himno de la revolución de los claveles, la señal del levantamiento antisalazarista
Grândola Vila Morena
Zeca Afonso
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
O povo é quem mais ordena
Dentro de ti, ó cidade
Dentro de ti, ó cidade
O povo é quem mais ordena
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada esquina, um amigo
Em cada rosto, igualdade
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada rosto, igualdade
O povo é quem mais ordena
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Jurei ter por companheira
Grândola, a tua vontade
Grândola a tua vontade
Jurei ter por companheira
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Grândola Vila Morena
Zeca Afonso
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
O povo é quem mais ordena
Dentro de ti, ó cidade
Dentro de ti, ó cidade
O povo é quem mais ordena
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada esquina, um amigo
Em cada rosto, igualdade
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada rosto, igualdade
O povo é quem mais ordena
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Jurei ter por companheira
Grândola, a tua vontade
Grândola a tua vontade
Jurei ter por companheira
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
2 feb 2019
Nunca más/ El horror/ Todo se resume acá
https://www.pagina12.com.ar/171108-venezuela-en-la-encrucijada
De José Pablo Feinmann: "Decir hoy, en esta coyuntura dramática, que Maduro tortura –como tantos dicen– es favorecer al ilegal Guaidó. Si hay que decirlo se dirá. Pero en medio del orden constitucional, del diálogo, de la paz. "
1 feb 2019
En Oxford, sobre la Constitución Inglesa
https://www.law.ox.ac.uk/events/remaking-uk-constitution-conference
Events
Remaking the UK Constitution Conference
Week:HT622 Feb 2019, 10:00AM - 23 Feb 2019, 4:30PM
VENUE:BONAVERO INSTITUTE OF HUMAN RIGHTS - SIR JOSEPH HOTUNG AUDITORIUMORGANISED BY:BONAVERO INSTITUTE OF HUMAN RIGHTS
Brexit has generated a widespread recognition on all sides of the debate that the UK is in the midst of one of the greatest constitutional upheavals in history. Remaking the UK Constitution is a conference hosted jointly by the Bonavero Institute of Human Rights, The Bingham Centre for the Rule of Law and The Constitution Unit at University College London , about how to remake the UK constitution in a democratically legitimate manner. It will bring together senior politicians, leading scholars, legal practitioners, policy makers, civil servants and leading journalists. Discussions at the conference will be recorded and distilled into public report with a view to influencing public debate.
Programme
Friday 22 February
Session 1: Introductory Framing Session (11 am - 12.30 pm) Introductory session to set the scene in relation to constitution-making in the UK and provide a survey of relevant concepts and comparative political experience relating to constitution-making. Chair: Professor Kate O'Regan, Director, Bonavero Institute of Human Rights. Speakers: Professor Robert Hazell, Constitution Unit, University College London; Associate Professor Stuart White, Department of Politics & International Relations; Dr Alan Renwick, The Constitution Unit, University College London.
Session 2: Brexit and the UK Constitution (2 - 4pm) This panel will explore the contemporary opportunities for building a broad based political consensus about the need for a constitutional remaking process and what that process should be. Panellists will address the prospects of building such a consensus, the current opportunities for remaking the Constitution and what steps might be requred to start the process. The panel will include Vernon Bogdanor, King's College, London, and Frances Foley, Compass.
Session 3: Thinking About Constitution-making in the four constituent countries of the United Kingdom (4.30 - 6pm) To introduce the current debates and concerns relevant to each of the four countries that make up the United Kingdom, and how those concerns might need to be considered in designing a process for constitution-making in the United Kingdom. Chair: Akash Paun, Senior Fellow, Institute for Government. Panelllists: Professor Laura McAllister, School of Law and Politics, Cardiff University; Sunder Katwala, Director, British Future; Robin Wilson, openDemocracy, editor of Social Europe.
Saturday 23 February
Session 4: The Flexibility of a New Constitution (9 - 10.30 am) To explore the different ways in which constitutions may be amended, and what entrenchment of constitutions means for constitution-making. e.g referendums, super majorities, and constitutional review processes. Chair: Professor Jeff King, UCL Faculty of Laws, University College London. Panellists: Professor Dr Matthias Mahlmann, University of Zurich; Dr Silvia Suteu, UCL Faculty of Laws, University College London;Professor Richard Bellamy, Professor, University College London; Director of the Max Weber Programme, European University Institute; Professor Dr Maartje de Visser, Singapore Management University; Peter C. Oliver, Vice Dean and Full Professor, Faculty of Law, University of Ottawa.
Session 5: Citizens' Assemblies and other forms of Mini-Publics (11 - 12.30 pm) To discuss contemporary examples of citizens’ assemblies and other forms of mini-publics. It will focus on the lessons we can learn from particular national experiences for the UK constitution making process. Chair: Adam Ramsay, Co-Editor, openDemocracy. Panellists: Professor David Farrell, School of Politics and International Relations, University College Dublin; Professor Graham Smith, Centre for the Study of Democracy, University of Westminster;Dr Arianna Giovannini, Department of Politics & Public Policy, De Montfort University Leicester; Alexandra Runswick, Director, Unlock Democracy.
Session 6: Constitutional Conventions (1.30 pm - 3pm) To discuss contemporary examples of constitutional conventions and what we can learn from them in the UK constitution making process. There will be five panellists each speaking for 10 minutes followed by discussion. Chair: Dr Udit Bhatia, Bonavero Institute of Human Rights, University of Oxford. Panellists: Professor Eirikur Bergmann, Department of Social Sciences, Bifröst University; Dr Hélène Landemore, Department of Political Science, Yale University; Professor Jeff King, UCL Faculty of Laws, University College London; Professor Dr Jon Elster, Columbia University; Professor Roberto Gargarella, Senior Researcher at the National Research Council, CONICET, Argentina, Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires.
Events
Remaking the UK Constitution Conference
Week:HT622 Feb 2019, 10:00AM - 23 Feb 2019, 4:30PM
VENUE:BONAVERO INSTITUTE OF HUMAN RIGHTS - SIR JOSEPH HOTUNG AUDITORIUMORGANISED BY:BONAVERO INSTITUTE OF HUMAN RIGHTS
Brexit has generated a widespread recognition on all sides of the debate that the UK is in the midst of one of the greatest constitutional upheavals in history. Remaking the UK Constitution is a conference hosted jointly by the Bonavero Institute of Human Rights, The Bingham Centre for the Rule of Law and The Constitution Unit at University College London , about how to remake the UK constitution in a democratically legitimate manner. It will bring together senior politicians, leading scholars, legal practitioners, policy makers, civil servants and leading journalists. Discussions at the conference will be recorded and distilled into public report with a view to influencing public debate.
Programme
Friday 22 February
Session 1: Introductory Framing Session (11 am - 12.30 pm) Introductory session to set the scene in relation to constitution-making in the UK and provide a survey of relevant concepts and comparative political experience relating to constitution-making. Chair: Professor Kate O'Regan, Director, Bonavero Institute of Human Rights. Speakers: Professor Robert Hazell, Constitution Unit, University College London; Associate Professor Stuart White, Department of Politics & International Relations; Dr Alan Renwick, The Constitution Unit, University College London.
Session 2: Brexit and the UK Constitution (2 - 4pm) This panel will explore the contemporary opportunities for building a broad based political consensus about the need for a constitutional remaking process and what that process should be. Panellists will address the prospects of building such a consensus, the current opportunities for remaking the Constitution and what steps might be requred to start the process. The panel will include Vernon Bogdanor, King's College, London, and Frances Foley, Compass.
Session 3: Thinking About Constitution-making in the four constituent countries of the United Kingdom (4.30 - 6pm) To introduce the current debates and concerns relevant to each of the four countries that make up the United Kingdom, and how those concerns might need to be considered in designing a process for constitution-making in the United Kingdom. Chair: Akash Paun, Senior Fellow, Institute for Government. Panelllists: Professor Laura McAllister, School of Law and Politics, Cardiff University; Sunder Katwala, Director, British Future; Robin Wilson, openDemocracy, editor of Social Europe.
Saturday 23 February
Session 4: The Flexibility of a New Constitution (9 - 10.30 am) To explore the different ways in which constitutions may be amended, and what entrenchment of constitutions means for constitution-making. e.g referendums, super majorities, and constitutional review processes. Chair: Professor Jeff King, UCL Faculty of Laws, University College London. Panellists: Professor Dr Matthias Mahlmann, University of Zurich; Dr Silvia Suteu, UCL Faculty of Laws, University College London;Professor Richard Bellamy, Professor, University College London; Director of the Max Weber Programme, European University Institute; Professor Dr Maartje de Visser, Singapore Management University; Peter C. Oliver, Vice Dean and Full Professor, Faculty of Law, University of Ottawa.
Session 5: Citizens' Assemblies and other forms of Mini-Publics (11 - 12.30 pm) To discuss contemporary examples of citizens’ assemblies and other forms of mini-publics. It will focus on the lessons we can learn from particular national experiences for the UK constitution making process. Chair: Adam Ramsay, Co-Editor, openDemocracy. Panellists: Professor David Farrell, School of Politics and International Relations, University College Dublin; Professor Graham Smith, Centre for the Study of Democracy, University of Westminster;Dr Arianna Giovannini, Department of Politics & Public Policy, De Montfort University Leicester; Alexandra Runswick, Director, Unlock Democracy.
Session 6: Constitutional Conventions (1.30 pm - 3pm) To discuss contemporary examples of constitutional conventions and what we can learn from them in the UK constitution making process. There will be five panellists each speaking for 10 minutes followed by discussion. Chair: Dr Udit Bhatia, Bonavero Institute of Human Rights, University of Oxford. Panellists: Professor Eirikur Bergmann, Department of Social Sciences, Bifröst University; Dr Hélène Landemore, Department of Political Science, Yale University; Professor Jeff King, UCL Faculty of Laws, University College London; Professor Dr Jon Elster, Columbia University; Professor Roberto Gargarella, Senior Researcher at the National Research Council, CONICET, Argentina, Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires.
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