30 nov 2012
Jubilados buitres
Muy impresionante que, para referirse a una de las injusticias y violaciones constitucionales más graves, de su gobierno -la referida al grave y sistemático maltrato que aplican a los jubilados, a los que obligan a peregrinar, ya sin fuerzas, a tribunales, para cobrar lo que la Corte sostuvo que es de ellos- la presidenta haya elegido tratar a los ancianos como "buitres" y "caranchos". Pobre gente¡ Asombroso, y por cadena nacional (“Los buitres y los caranchos no sólo están afuera; también están adentro, y a veces se lanzan contra el Estado”). El soplón de la dictadura y sindicalista favorito, junto con el dueño de la explotadora IRSA, aplaudían felices. Impresionante, como el silencio de muchos viejos amigos.
Plataforma 2012: Repudio por la represión en Rawson
Desde Plataforma 2012, queremos hacer llegar nuestro repudio por la represión llevada a cabo en la ciudad de Rawson contra vecinos movilizados en favor de la ley 5001, el día 27/11, frente a la legislatura provincial, la cual causó numerosos heridos, varios de ellos hospitalizados. Se trata de una represión tercerizada, de la cual es responsable tanto el gobierno provincial como nacional, que utilizó las patotas del sindicato de la construcción (UOCRA), dirigido por Gerardo Martínez, quien fuera agente de inteligencia del Batallón 601 y oficial del Destacamento 201 de Campo de Mayo.
Recordemos que la ley 5001 que prohíbe la megaminería en Chubut fue producto directo del plebiscito realizado en Esquel en marzo de 2003, en el cual el 81% de la población votó contra la instalación de una mina, en un verdadero ejemplo de democracia “desde abajo”. En la actualidad, el gobernador Martín Buzzi, busca derogar esta ley, para imponer un nuevo marco regulatorio que rezonificaría la provincia, decretando “área de sacrificio” a la zona de la meseta (donde habitan pueblos originarios), y avanzando en la posibilidad de realizar actividad minera también en la zona de la cordillera.
Desde Plataforma 2012 manifestamos nuestro apoyo a la ley 5001 que prohíbe la megaminería con cianuro en Chubut, exigimos su no derogación e instamos a todos los representantes del Congreso chubutense y a su ejecutivo, a dejar de lado las falsas soluciones cortoplacistas que propone una actividad como la megaminería (síntesis del maldesarrollo) y a debatir soluciones y proyectos de largo plazo, que sean sustentables para el conjunto de la sociedad.
No es decretando “área de sacrificio” a la meseta patagónica que la provincia del Chubut encontrará el camino de la inclusión, la democratización y la justicia social. Tampoco lo es la negación de un referéndum, a pedido de la población, tal como pretende hacer el gobernador, amparándose en el artículo 22 de la Constitución nacional, al afirmar que “el pueblo no gobierna sino a través de sus representantes”. No es con más criminalización y represión que los conflictos relativos a la megaminería pueden resolverse, sino por la doble vía de un genuino debate de la sociedad sobre las consecuencias que acarrea el modelo de megaminería y muy especialmente, a través de la democratización de las decisiones, tal como mostró el plebiscito de Esquel en 2003, así como el referéndum realizado en junio de este año en Loncopué, provincia de Neuquén, el cual sentó un hito importante en la historia de las luchas sociales argentinas.
Asimismo, queremos hacer llegar nuestra solidaridad a todos los pueblos movilizados que en distintos lugares del país y desde hace años, vienen luchando en ostensible situación de asimetría de fuerzas, contra el modelo neocolonial de la megaminería a cielo abierto.
Somos conscientes de que, lejos de haberse abierto un debate “serio y responsable” sobre la megaminería, más allá de la altisonante convocatoria de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en febrero de este año, lo que se ha producido es un rápida clausura de cualquier debate, a través del realineamiento operado entre el poder económico, el poder político y el poder mediático respecto del tema, visible en la creación, a espaldas de la sociedad, de OFEMI (Organización Federal de Estados Mineros), la visita de la presidenta al emprendimiento de Cerro Vanguardia, en Santa Cruz, la presentación en cadena nacional del emprendimiento Potasio Río Colorado y la masiva publicidad prominera que ha invadido los medios de comunicación del país (lo cual incluye un spot publicitario en nombre de la “minería responsable”, de la Barrick Gold, la empresa responsable de la destrucción de glaciares en Pascua Lama).
Como contracara del realineamiento estratégico entre los diversos poderes, observamos un aumento de la criminalización y represión de las luchas socio-ambientales, la estigmatización del ambientalismo y un mayor cierre de los canales de expresión. Muestra de ello es la política de criminalización y la escalada represiva que, a partir de la pueblada de Famatina, viene desarrollándose en contra de estas movilizaciones, en diferentes provincias. Muy especialmente en Catamarca, en donde en los últimos meses hemos asistido a 7 episodios de represión, que han incluido detenidos y procesamientos en Belén, Santa María y Tinogasta, bloqueos promineros selectivos en Andalgalá, represión y desalojo en Cerro Negro.
Estos procesos van acompañados por una creciente estigmatización del “ambientalismo”, figura que aparece demonizada no sólo desde el discurso empresarial sino desde los diversos oficialismos (provinciales y nacional). Los ambientalistas aparecen descalificados sin más como “fundamentalistas”, cuando no –como es el caso en Catamarca, La Rioja y San Juan-, imputados como “foráneos”, como si éstos no fueran ciudadanos argentinos con plenos derechos, sea el territorio provincial en el cual se encuentren. Esto se evidenció en el desalojo violento del campamento de Cerro Negro, en julio de este año, que derivó en la expulsión de la provincia de Catamarca de activistas que realizaban un acampe, imputados como “ambientalistas”, “hippies” y “foráneos”.
Así, en nombre de un discurso seudofederalista, asistimos a una mayor consolidación de provincias “feudos”, cuyos gobiernos, aliados estratégicos del gobierno nacional, muestran el gran desfase existente entre la realidad incontestable de los hechos y la sobreactuación de una épica progresista en clave nacional y popular.
Por último y una vez más, desde Plataforma 2012 queremos reafirmar nuestra convicción de que esta lucha por la protección y defensa de nuestras cuencas hídricas, de nuestros territorios y nuestros bienes comunes, es una causa nacional, que nos involucra a todos los argentinos y argentinas. En razón de ello, como ya hemos hecho conocer a través de un pronunciamiento emitido el 10 de febrero del corriente año, Plataforma 2012 propone debatir e impulsar las siguientes propuestas:
1. Reforma integral del Código de Minería y derogación de la Ley de Inversiones Mineras(ley 24.196) y sus modificatorias, que promueven y habilitan la destrucción de los bienes comunes y el despojo colonial de nuestras riquezas.2. Aplicación efectiva de la Ley Nacional de Protección de los Glaciares en todo el país.3. Recomposición ambiental de las zonas afectadas por los megaemprendimientos mineros que actualmente existen en el país.4. Cierre de todas las causas abiertas a los ciudadanos criminalizados por manifestarse contra la megaminería.5. Urgente derogación de la nueva ley antiterrorista.6. Urgente sanción de las leyes provinciales derogadas en La Rioja y en Río Negro, que prohibían este tipo de megaemprendimientos mineros.7. Urgente sanción de la ley contra la criminalización de la protesta social, que se encuentra en estado parlamentario.8. Activación y ampliación de mecanismos participativos y de democracia directa que apunten a la democratización de las decisiones.9. Propuesta de Declaración de una moratoria a nuevas concesiones a la exploración y explotación minera metalífera.10. Propuesta y debate de una Ley Nacional de Prohibición de la megaminería metalífera con uso de sustancias tóxicas y la uranífera en todo el país.11. Propuesta de un gran debate nacional que reflexione y genere políticas públicas que apunten a una salida del extractivismo, en pos de un equilibrado e igualitario desarrollo de los pueblos, respetando su cultura y sus formas de vida.
Primeras firmas: Osvaldo Acervo, Mirta Antonelli, Jonatan Baldiviezo, Héctor Bidonde, Jorge Brega, Diana Dowek, Lucila Edelman, Mario Galvano, Roberto Gargarella, Adriana Genta, Analía González, Diana Kordon, Gabriel Levinas, Darío Lagos, Alicia Lissidini, Rubén Lo Vuolo, Gabriela Massuh, José Miguel Onaindia, Marcelo Plana, Alberto Pinus, Maristella Svampa, Enrique Viale, Nicolás Tauber Sanz, Osvaldo Tcherkaski, Jaco Tieffenberg, Patricia Zangaro...
El kirchnerismo vuelve a reprimir, esta vez a vecinos que piden tierra y vivienda
Por segundo día consecutivo, el gobierno que no reprime la protesta social reprimió la protesta social con palos y gases, en defensa de IRSA y los negocios inmobiliarios armados a partir del pacto entre el Pro y el kirchnerismo en la legislatura porteña. Poco después, Gerardo Martínez, líder de la represión terciarizada de ayer, en Chubut, y Eduardo Elztain, de IRSA, aparecían en el acto oficial aplaudiendo a la Presidenta, que sabe responderles los favores recibidos.
http://www.clarin.com/ciudades/Policia-reprimio-manifestantes-reclamaban-viviendas_0_819518267.html
http://www.clarin.com/ciudades/Policia-reprimio-manifestantes-reclamaban-viviendas_0_819518267.html
28 nov 2012
Para defender a las mineras, el kirchnerismo vuelve a reprimir
De la mano de la UOCRA esta vez -y con la ayuda directa del soplón de la dictadura aliado del gobierno- el kirchnerismo vuelve a terciarizar la represión, en este caso para facilitar el ingreso de la megaminería a cielo abierto en Chubut.
De plazademayo.com:
Heridos, contusos, mujeres golpeadas. Tal es el saldo de la represión desatada esta tarde en Rawson (Chubut) contra manifestantes ambientalistas a manos de patotas de la UOCRA, gremio de la construcción liderado por el ex servicio de inteligencia Gerardo Martínez. Los incidentes se produjeron en las inmediaciones del congreso provincial ya que el oficialismo kirchnerista intentaba votar el Marco Regulatorio Minero chubutense que posibilitaría el ingreso de la minería a cielo abierto en la provincia, actividad actualmente prohibida. El intento de modificar la prohibición es resistido desde hace dos meses por los ambientalistas de la región. Esta tarde la legislatura apareció rodeado de hombres cuyas banderas y vestimenta los identificaban como miembros de la UOCRA. Esos hombres desataron la represión.
La nota completa, acá (mientras para TELAM, todo es silencio):
http://www.plazademayo.com/2012/11/chubut-represion-tercerizada-contra-ambientalistas/
De plazademayo.com:
Heridos, contusos, mujeres golpeadas. Tal es el saldo de la represión desatada esta tarde en Rawson (Chubut) contra manifestantes ambientalistas a manos de patotas de la UOCRA, gremio de la construcción liderado por el ex servicio de inteligencia Gerardo Martínez. Los incidentes se produjeron en las inmediaciones del congreso provincial ya que el oficialismo kirchnerista intentaba votar el Marco Regulatorio Minero chubutense que posibilitaría el ingreso de la minería a cielo abierto en la provincia, actividad actualmente prohibida. El intento de modificar la prohibición es resistido desde hace dos meses por los ambientalistas de la región. Esta tarde la legislatura apareció rodeado de hombres cuyas banderas y vestimenta los identificaban como miembros de la UOCRA. Esos hombres desataron la represión.
La nota completa, acá (mientras para TELAM, todo es silencio):
http://www.plazademayo.com/2012/11/chubut-represion-tercerizada-contra-ambientalistas/
O'Donnell y el fascismo local
Resulta que estamos organizando un homenaje a don Guillermo O'Donnell, para mañana, y gran alegría con eso. Pero hete aquí que nos encontramos con el siguiente mensaje circulando por aquí, allá y acullá. Caramba!
FRENEMOS EL AVANCE DE LA DERECHA GOLPISTA AVANZA EN LA CIENCIA POLÍTICA
Compañer@s: En el día de mañana se llevará a cabo un acto de reivindicación de uno de los personajes más oscuros de la derecha argentina: Guillermo O’Donnell, quien formó parte gobierno de facto de de José María Guido como subsecretario del Interior en 1963 y ha desarrollado su trayectoria intelectual en los Estados Unidos en los centros académicos ligados al imperialismo norteamericano. No es de asombrarnos que los grupos vinculados a los momentos más nefastos de nuestra historia se encuentren encolumnados en este ensalzamiento de esta turbia figura que se realizará mañana en Buenos Aires en la Università de Bologna sede Argentina, tales como la UCEMA el “think tank” del menemismo que legitimó las políticas de privatizaciones, desguace del estado y pauperización de importantes sectores de la población argentina; y CADAL, el brazo de la CIA estadounidense en nuestro país, responsable de apoyar las dictaduras más sangrientas de la historia latinoamericana.
Hasta su fallecimiento se dedicó a ser soporte intelectual de los grupos desestabilizadores del gobierno nacional y popular que comenzó en el año 2003 el mayor proceso de transformación en contra de los sectores concentrados -con una política de recuperación del Estado, la redistribución de la riqueza y el desarrollo económico-, con la excusa de estudiar la “calidad” de democracia en nuestro país. Ha rotulado el gobierno del compañero Néstor Kirchner y de la compañera Cristina Fernández como “democracia delegativa” –descalificando la importancia del liderazgo que tuvieron Néstor y Cristina en el enfrentamiento a los sectores conservadores de la vieja argentina- intentando negar el componente fuertemente democrático y popular del gobierno en los últimos años.
¿Qué se esconde detrás de esto? Un nuevo intento de la derecha recalcitrante de opacar a verdaderos intelectuales tales como Mariano Moreno, Arturo Jauretche o John William Cooke, que realizaron aportes indiscutibles al pensamiento nacional, tratando de imponer como el día del politólogo la fecha de fallecimiento de este siniestro personaje representante de una Argentina que está muriendo. Por suerte, la bancada del Frente por la Victoria en el Senado, firme a sus convicciones y al proyecto nacional y popular, obturó este intento de ensalzar el pasado más oscuro de nuestro país.
Compañer@s, repudiemos al politólogo de la derecha rindiendo el debido homenaje a los verdaderos pensadores nacionales: sigamos resistiendo los embates de las corporaciones y demos la lucha en este proceso de profundización del modelo de desarrollo económico, distribución de la riqueza y recuperación de la soberanía económica.
LA NEUTRALIDAD ES CONSERVADORA
Es la hora de la militancia
Centralismo democrático
Interesante nota de V. Palermo sobre C. Mouffe, publicada hoy
http://www.lanacion.com.ar/1531049-una-sofisticada-legitimacion-para-democracias-polemicas
Días pasados, se publicó en Página 12 una interesante entrevista a la politóloga Chantal Mouffe, bajo el título "Hay que latinoamericanizar Europa", que continúa un debate en el que participan, expresa o tácitamente, muchos autores. Cabe observar que Mouffe es esposa de Ernesto Laclau, y ambos han publicado importantes trabajos en coautoría. También ambos, y sobre todo Ernesto, son, como se sabe, fuertes referencias intelectuales del kirchnerismo.
El núcleo de la entrevista está dado por la articulación entre democracia y liberalismo. Mouffe establece el contexto histórico de ciertos "modelos" de democracia, los europeos, y reivindica otros, las "nuevas democracias latinoamericanas". Ya que Mouffe habla profusamente de "modelos" de democracia, me parece necesario aclarar desde el comienzo que los "modelos" son perceptibles solamente a posteriori. En cada momento presente, lo que hay, lo que se observa, no es el funcionamiento de "un modelo", sino una lucha por establecer determinados valores. Por ejemplo, en 1853, en la Argentina, no se optó por "un modelo de democracia", se escogieron formas institucionales que la elite dominante veía como adecuadas para sus valores y problemas. Así pensadas las cosas, al sostener que los actuales gobiernos latinoamericanos han subordinado el elemento liberal y han puesto al elemento democrático como el principal, Mouffe incurre en una patente arbitrariedad: primero afirma que Latinoamérica no está obligada a aceptar el "modelo europeo"; luego, prescribe la democracia que ella prefiere, resuelve interpretar en términos de (su) modelo las "democracias latinoamericanas recientes" y decide cuál es el mix adecuado, presentándolo como de posible constatación empírica: "En las experiencias de las nuevas democracias de Sudamérica -dijo- no hay un rechazo a la tradición liberal, pero sí hay una articulación distinta entre las tradiciones liberal y democrática."
Pero Mouffe fuerza así las cosas. Primero porque, aunque no da nombres, sí podría decirse que ciertamente en algunas de las así llamadas "nuevas democracias" hay un abierto rechazo a la tradición liberal, tal es el caso de Bolivia, Ecuador, Venezuela y la Argentina. Este rechazo podrá ir más o menos lejos en cada país, pero está en la palabra y en las acciones de los gobernantes. Y segundo, lo que hace la autora de En torno a lo político , no muy disimuladamente, es abusar de lo que sería una interpretación para pasar a dar una receta, legitimada ahora, según su opinión, por las experiencias de los pueblos latinoamericanos. Justamente, como en su receta el mix de liberalismo y democracia es más equilibrado que en la realidad de algunos de esos países latinoamericanos, la entrevistada tiene la necesidad de afirmar que en las nuevas experiencias "no hay un rechazo a la tradición liberal".
Podría apuntarse en casos concretos una perspectiva contraria: hay países latinoamericanos -como Brasil, Uruguay y Chile- en los que la dimensión liberal de sus regímenes democráticos no se ha visto dañada. Esto representa una esperanza para todos aquellos que, como es mi caso, estamos convencidos de que el liberalismo, así como el republicanismo (con todo lo diferentes que son entre sí), constituyen dimensiones sin las cuales la índole democrática de un régimen político es inevitablemente erosionada. Por otra parte, esto pone directamente en cuestión otro supuesto fuerte de la entrevistada, el de la concepción de la propia democracia.
Salta a la vista que Mouffe tiene una idea eminentemente gubernativa de la soberanía popular. Es más, identifica a la democracia con esa idea. Así, dirá: "Ese predominio del componente liberal es lo que están poniendo en cuestión los gobiernos latinoamericanos, que han puesto al elemento democrático como elemento principal. El elemento liberal no ha sido eliminado, pero está subordinado."
En la democracia, la soberanía popular jamás puede entenderse -como sí se la entiende en los casos latinoamericanos ya mencionados- como encarnada o materializada en la voluntad de un cuerpo político y/o un líder. Cuando eso ocurre, las dimensiones liberal y republicana, así como la propia dimensión democrática, sufren daños irreparables. La soberanía popular, por el contrario, tiene diversos campos de realización, desde el electoral (todos los votantes la realizan, no solamente los ganadores) hasta distintas formas de participación política y en el juego de las instituciones. Instituciones que, para que estén abiertas a la participación popular, han de estar regidas por fuertes dimensiones liberales y republicanas.
Porque, ¿qué quiere decir que "el elemento liberal no ha sido eliminado, pero está subordinado"? Elijamos el caso quizá más difícil para contraargumentar, la propiedad social o la regulación de la propiedad por razones de bien público. ¿Se trata de una subordinación del elemento liberal? Difícilmente; en el marco de un régimen democrático, liberal y republicano, conflictos entre acciones o concepciones inspiradas en esas tres distintas orientaciones se plantean constantemente. Nada tiene esto de "subordinación" (aunque a mi entender, la entrevistada tiene razón al observar que en muchas de las democracias europeas la dimensión democrática ha quedado subordinada a la dimensión neoliberal). Lo que sí tiene en cambio mucho de subordinación - y me siento obligado a suponer que Mouffe lo aprueba- es el sometimiento del poder judicial o el remodelamiento de la Constitución con el propósito de que la "soberanía popular" (encarnada en una mayoría y un jefe) se perpetúe en el poder. En suma, a Mouffe parece no preocuparle -o, más bien, aprueba- que el "elemento democrático" subordine al liberal (del republicano nada dice). No se pregunta en qué medida la "rearticulación con predominio de la soberanía popular" erosiona al propio régimen democrático. La entrevistada es muy clara: "...uno no puede decir que países donde existe la posibilidad de la reelección indefinida, como Venezuela, sean menos democráticos que países sin esa posibilidad, como los europeos". Por el contrario, yo creo que la atención al principio liberal del control y la limitación del poder hace directamente a la calidad de la dimensión democrática de un régimen político.
Y esto nos lleva al punto de las opciones políticas de los electores. "Desde mi perspectiva -dice Mouffe en la entrevista-, el criterio para saber si un país es democrático es si a la gente se le da la posibilidad de escoger, si tienen alternativas y no simplemente alternancia entre partidos distintos que, una vez en el poder, no hacen ninguna transformación fundamental." Mouffe ahora mide la democracia según la actividad electoral de los ciudadanos, algo notoriamente unilateral. Pero asumiendo su criterio, ¿qué puede observarse en los países que ejemplifican las "nuevas democracias"? Que cuando las posibilidades de escoger son reales, esto viene acompañado con una negativa polarización. Esta polarización es celebrada por Mouffe, que es muy crítica en relación con el "consenso al centro" de los países europeos. Y yo creo, en cambio, que cuanto más diversa sea una democracia -es decir, cuanto más equilibradas y en tensión estén sus dimensiones democrática, liberal y republicana-, menos propenso será ese régimen a dar lugar a la polarización que Mouffe desea (el caso brasileño es un buen ejemplo).
Esto quizás ayude a entender por qué gobiernos como el de Cristina Kirchner encuentren tan atractivas las conceptualizaciones como las de Chantal Mouffe (o las de Laclau): sus impulsos crudamente imperativos de todo tipo encuentran allí legitimaciones sofisticadas.
Por fin, Mouffe hace bien en subrayar que "el objetivo de la democracia no es encontrar los procedimientos para poner a todo el mundo de acuerdo, porque eso no es posible, sino encontrar cómo manejar el conflicto". Pero mientras las interacciones en el "modelo" de democracia que ella prefiere tienen lugar en el registro "amigo-enemigo" que ella dice rechazar, es en las democracias republicanas y liberales donde el reconocimiento de la legitimidad del oponente y las interacciones de los sujetos políticos en tanto adversarios, que ella declara preferir, es más probable.
Hay por tanto una patente incongruencia entre su defensa de los "modelos latinoamericanos" y su preferencia normativa.
http://www.lanacion.com.ar/1531049-una-sofisticada-legitimacion-para-democracias-polemicas
Días pasados, se publicó en Página 12 una interesante entrevista a la politóloga Chantal Mouffe, bajo el título "Hay que latinoamericanizar Europa", que continúa un debate en el que participan, expresa o tácitamente, muchos autores. Cabe observar que Mouffe es esposa de Ernesto Laclau, y ambos han publicado importantes trabajos en coautoría. También ambos, y sobre todo Ernesto, son, como se sabe, fuertes referencias intelectuales del kirchnerismo.
El núcleo de la entrevista está dado por la articulación entre democracia y liberalismo. Mouffe establece el contexto histórico de ciertos "modelos" de democracia, los europeos, y reivindica otros, las "nuevas democracias latinoamericanas". Ya que Mouffe habla profusamente de "modelos" de democracia, me parece necesario aclarar desde el comienzo que los "modelos" son perceptibles solamente a posteriori. En cada momento presente, lo que hay, lo que se observa, no es el funcionamiento de "un modelo", sino una lucha por establecer determinados valores. Por ejemplo, en 1853, en la Argentina, no se optó por "un modelo de democracia", se escogieron formas institucionales que la elite dominante veía como adecuadas para sus valores y problemas. Así pensadas las cosas, al sostener que los actuales gobiernos latinoamericanos han subordinado el elemento liberal y han puesto al elemento democrático como el principal, Mouffe incurre en una patente arbitrariedad: primero afirma que Latinoamérica no está obligada a aceptar el "modelo europeo"; luego, prescribe la democracia que ella prefiere, resuelve interpretar en términos de (su) modelo las "democracias latinoamericanas recientes" y decide cuál es el mix adecuado, presentándolo como de posible constatación empírica: "En las experiencias de las nuevas democracias de Sudamérica -dijo- no hay un rechazo a la tradición liberal, pero sí hay una articulación distinta entre las tradiciones liberal y democrática."
Pero Mouffe fuerza así las cosas. Primero porque, aunque no da nombres, sí podría decirse que ciertamente en algunas de las así llamadas "nuevas democracias" hay un abierto rechazo a la tradición liberal, tal es el caso de Bolivia, Ecuador, Venezuela y la Argentina. Este rechazo podrá ir más o menos lejos en cada país, pero está en la palabra y en las acciones de los gobernantes. Y segundo, lo que hace la autora de En torno a lo político , no muy disimuladamente, es abusar de lo que sería una interpretación para pasar a dar una receta, legitimada ahora, según su opinión, por las experiencias de los pueblos latinoamericanos. Justamente, como en su receta el mix de liberalismo y democracia es más equilibrado que en la realidad de algunos de esos países latinoamericanos, la entrevistada tiene la necesidad de afirmar que en las nuevas experiencias "no hay un rechazo a la tradición liberal".
Podría apuntarse en casos concretos una perspectiva contraria: hay países latinoamericanos -como Brasil, Uruguay y Chile- en los que la dimensión liberal de sus regímenes democráticos no se ha visto dañada. Esto representa una esperanza para todos aquellos que, como es mi caso, estamos convencidos de que el liberalismo, así como el republicanismo (con todo lo diferentes que son entre sí), constituyen dimensiones sin las cuales la índole democrática de un régimen político es inevitablemente erosionada. Por otra parte, esto pone directamente en cuestión otro supuesto fuerte de la entrevistada, el de la concepción de la propia democracia.
Salta a la vista que Mouffe tiene una idea eminentemente gubernativa de la soberanía popular. Es más, identifica a la democracia con esa idea. Así, dirá: "Ese predominio del componente liberal es lo que están poniendo en cuestión los gobiernos latinoamericanos, que han puesto al elemento democrático como elemento principal. El elemento liberal no ha sido eliminado, pero está subordinado."
En la democracia, la soberanía popular jamás puede entenderse -como sí se la entiende en los casos latinoamericanos ya mencionados- como encarnada o materializada en la voluntad de un cuerpo político y/o un líder. Cuando eso ocurre, las dimensiones liberal y republicana, así como la propia dimensión democrática, sufren daños irreparables. La soberanía popular, por el contrario, tiene diversos campos de realización, desde el electoral (todos los votantes la realizan, no solamente los ganadores) hasta distintas formas de participación política y en el juego de las instituciones. Instituciones que, para que estén abiertas a la participación popular, han de estar regidas por fuertes dimensiones liberales y republicanas.
Porque, ¿qué quiere decir que "el elemento liberal no ha sido eliminado, pero está subordinado"? Elijamos el caso quizá más difícil para contraargumentar, la propiedad social o la regulación de la propiedad por razones de bien público. ¿Se trata de una subordinación del elemento liberal? Difícilmente; en el marco de un régimen democrático, liberal y republicano, conflictos entre acciones o concepciones inspiradas en esas tres distintas orientaciones se plantean constantemente. Nada tiene esto de "subordinación" (aunque a mi entender, la entrevistada tiene razón al observar que en muchas de las democracias europeas la dimensión democrática ha quedado subordinada a la dimensión neoliberal). Lo que sí tiene en cambio mucho de subordinación - y me siento obligado a suponer que Mouffe lo aprueba- es el sometimiento del poder judicial o el remodelamiento de la Constitución con el propósito de que la "soberanía popular" (encarnada en una mayoría y un jefe) se perpetúe en el poder. En suma, a Mouffe parece no preocuparle -o, más bien, aprueba- que el "elemento democrático" subordine al liberal (del republicano nada dice). No se pregunta en qué medida la "rearticulación con predominio de la soberanía popular" erosiona al propio régimen democrático. La entrevistada es muy clara: "...uno no puede decir que países donde existe la posibilidad de la reelección indefinida, como Venezuela, sean menos democráticos que países sin esa posibilidad, como los europeos". Por el contrario, yo creo que la atención al principio liberal del control y la limitación del poder hace directamente a la calidad de la dimensión democrática de un régimen político.
Y esto nos lleva al punto de las opciones políticas de los electores. "Desde mi perspectiva -dice Mouffe en la entrevista-, el criterio para saber si un país es democrático es si a la gente se le da la posibilidad de escoger, si tienen alternativas y no simplemente alternancia entre partidos distintos que, una vez en el poder, no hacen ninguna transformación fundamental." Mouffe ahora mide la democracia según la actividad electoral de los ciudadanos, algo notoriamente unilateral. Pero asumiendo su criterio, ¿qué puede observarse en los países que ejemplifican las "nuevas democracias"? Que cuando las posibilidades de escoger son reales, esto viene acompañado con una negativa polarización. Esta polarización es celebrada por Mouffe, que es muy crítica en relación con el "consenso al centro" de los países europeos. Y yo creo, en cambio, que cuanto más diversa sea una democracia -es decir, cuanto más equilibradas y en tensión estén sus dimensiones democrática, liberal y republicana-, menos propenso será ese régimen a dar lugar a la polarización que Mouffe desea (el caso brasileño es un buen ejemplo).
Esto quizás ayude a entender por qué gobiernos como el de Cristina Kirchner encuentren tan atractivas las conceptualizaciones como las de Chantal Mouffe (o las de Laclau): sus impulsos crudamente imperativos de todo tipo encuentran allí legitimaciones sofisticadas.
Por fin, Mouffe hace bien en subrayar que "el objetivo de la democracia no es encontrar los procedimientos para poner a todo el mundo de acuerdo, porque eso no es posible, sino encontrar cómo manejar el conflicto". Pero mientras las interacciones en el "modelo" de democracia que ella prefiere tienen lugar en el registro "amigo-enemigo" que ella dice rechazar, es en las democracias republicanas y liberales donde el reconocimiento de la legitimidad del oponente y las interacciones de los sujetos políticos en tanto adversarios, que ella declara preferir, es más probable.
Hay por tanto una patente incongruencia entre su defensa de los "modelos latinoamericanos" y su preferencia normativa.
Acceso a la información
Texto de don Ramiro AU,
http://www.clarin.com/opinion/Acceso-informacion-sigue-atraso_0_818918191.html
http://www.clarin.com/opinion/Acceso-informacion-sigue-atraso_0_818918191.html
26 nov 2012
No al derecho penal
La herramienta penal no debe ser usada, ni contra los ciudadanos que protestan, ni contra los sindicalistas que hacen huelga, ni contra los periodistas que se oponen o defienden al gobierno. Nunca.
Revista Latinoamericana de Filosofía Política
http://www.rlfp.org.ar/sobre-la-rlfp/
Descripción
La Revista
Latinoamericana de Filosofía Política (RLFP) es un proyecto asumido
por un grupo de investigadores que han tomado conciencia de la necesidad de una
revista académica on-line, especializada en temas de filosofía política, que
publique contribuciones originales en español y en inglés. La meta principal de
esta nueva publicación será la de crear un foro de debate académico accesible
no solamente a la comunidad iberoamericana sino también a la comunidad
internacional, interesada en los temas más generales de teoría política y en
los más especializados de justicia, tanto en el plano regional como en el plano
global. Por tratarse de una revista que proviene de un grupo académico de un
país latinoamericano, los temas que involucran a los países en desarrollo tanto
de orden social como político, en especial los estímulos y los obstáculos para
la consolidación de la democracia en ese ámbito, tendrán un interés muy marcado
en la elección de los artículos. No obstante ello, en el mundo imperfectamente
globalizado de hoy, las crisis, los profundos cambios políticos y sociales que
tienen lugar en otras regiones del planeta no dejan de influir directamente en
las situaciones y perspectivas futuras de todas las demás. La RLFP nace con un
interés centrado en la actualidad de un mundo en curso de una profunda
transformación política y con una visión cosmopolita de sus dificultades y de
sus expectativas.
Todos los
artículos recibidos serán sometidos en versión anónima a una evaluación y
deberán cumplir con rigurosos estándares de excelencia.
Política de
acceso abierto
Siguiendo una tendencia creciente en el mundo académico,
la RLFP opera con una política de acceso abierto a sus contenidos pues
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publicación sino que, por el contrario, incrementa los niveles de consulta y
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modo permanente en su sitio web y serán próximamente incorporados a bases
académicas que garantizarán la posibilidad de ser consultados a perpetuidad.
Editor
Osvaldo Guariglia
Centro de Investigaciones Filosóficas – CONICET
Comité de edición
Marcelo Alegre
Universidad de Buenos Aires
Mariano Garreta Leclercq
Universidad de Buenos Aires – CONICET
Florencia Luna
CONICET
Julio Montero
Universidad de Buenos Aires – CONICET
Eduardo Rivera López
Universidad Di Tella – CONICET
Secretario de redacción
Julio Montero
Asistente de redacción
Facundo García Valverde
La Revista Latinoamericana de Filosofía Política (RLFP) es propiedad del Centro de Investigaciones Filosóficas, cuyo Presidente, Francisco Naishtat, es el Director Responsable.
Negri: Extractivismo, ley de medios, centralización vs. democratización
Anduvo Toni Negri por la Argentina, y algunos esperaban que se adhiriera fascinado al discurso oficial. Y sin embargo: Negri (no se come un amague y) muestra una lucidez implacable en el análisis de la evolución político-económica argentina o venezolana; el neoextractivismo dominante; las nuevas burguesías rapiñeras en la región; los agronegocios; la ley de medios (¡); o la defensa tan necesaria (frente a los dogmáticos del oficialismo) de la democratización frente a la centralización. Aplauso para el colega italiano. Pego aquí unos extractos del excelente reportaje que se publica hoy en Página (bien por v.gago¡), pero con la recomendación enfática de leer el reportaje completo.
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-208601-2012-11-26.html
Preguntado por la evolución económica en la Argentina y Venezuela, señala Negri:
–Desde el punto de vista económico parece haberse dado una aceleración hacia el extractivismo, empujada por el agronegocio de la soja, consolidando la estructura de relaciones con las grandes empresas multinacionales. Seguramente la disputa con el campo tuvo que ver con todo esto. Desde este punto de vista, me parece que ha habido un estancamiento y un fuerte intento de centralizar poder por parte del gobierno. El extractivismo no es sólo un hecho económico. No se trata sólo de discutir que pueda resultar útil concentrar la producción en ciertos productos, sino también de tener en cuenta que funciona como negación efectiva de una democratización económica, en el sentido de que niega una productividad social generalizada. Ahora, la pregunta es cómo hace el modelo actual para garantizar un efectivo régimen de welfare (bienestar) en Argentina. Tengo la impresión de que las políticas sociales –tal como sucede, por ejemplo, en Venezuela– adoptan cada vez más la apariencia de concesión realizada al pueblo, más que ser consecuencias de una movilización general productiva a la cual corresponde un welfare efectivo...
-estos días me preguntaba sobre el énfasis del discurso oficial sobre la batalla con el Grupo Clarín. Lula debió enfrentar la enorme capacidad de la televisión brasileña y no fundó ni un solo diario, sino que se apoyó en la capacidad de intervenir sobre los otros sectores, sustentado en una politización de bases a través de los grandes movimientos, como el MST y los movimientos de las favelas que fueron extremamente importantes. La situación argentina no parece contar hoy con una capacidad de recrear movimientos sociales de esa magnitud, aunque guardo muchas dudas al respecto.
–A mí me parece que cuando el Estado se pronuncia contra el neoliberalismo dice una mentira. Existen toda una serie de acuerdos específicos con las multinacionales. Es un poco lo que sucedió aquí luego del conflicto con el campo. Dentro del marco que surge de estos acuerdos actúan las empresas nacionales y los emprendimientos cooperativos inmersos en una lógica capitalista. ¿Están estos gobiernos en contra del neoliberalismo? Tal vez sea mejor decir: están en contra de las extremas consecuencias del neoliberalismo, que son las de anular el welfare. Pero éstas son extremas consecuencias.
23 nov 2012
Bonapartismo latinoamericano: Aricó sobre Marx sobre Bolívar
Quisiera hacer un breve comentario sobre
el modo en que Aricó comentó el modo en que Marx comentó a Bolívar.
1) Marx sobre Bolívar
Marx, ya lo vimos aquí en el blog (http://seminariogargarella.blogspot.com.ar/2007/12/marx-contra-bolvar.html),
escribió un breve texto sobre Bolívar, en 1857, para el New York Daily Tribune
(ya es gracioso pensar este dato –Marx como habitual columnista del diario
norteamericano- a la luz de las tonterías que se dicen actualmente, poniendo el
acento no en el contenido de un texto, sino en el lugar en donde ese texto
apareció publicado -perdónalos Marx, no saben lo que dicen¡).
El escrito de Marx es uno de los pocos en
donde hace referencia a la realidad latinoamericana (también aparecen sus
referencias, más bien marginales, a la invasión norteamericana en México). La
prédica de Marx contra Bolívar, en aquel texto, fue brutal. Decía Marx contra
el venezolano: “Terrateniente, hacendado, propietario de minas y de esclavos,
Bolívar no sólo interpretó los intereses de su clase, sino que los defendió
contra la pequeña burguesía liberal y las todavía inconsistentes masas
populares”. Tan excepcionalmente severa fue su crítica que, en una carta a
Engels, Marx admite que su texto excedió el tono enciclopédico que le pedía el
diario, pero que “hubiese sido pasarse de la raya querer presentar como
Napoleón I al canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero
Soulouque” (Engels escribió que “el rey negro Soulouque de Haití” fue “el
verdadero prototipo de Luis Napoleón III”). Marx aborreció a Bolívar, porque
(tomo palabras de Aricó) “vio en Bolívar un remedo del bonapartismo o, mejor
dicho, un tipo de dictador bonapartista”.
2) Aricó sobre Marx sobre Bolívar
El análisis de Marx sobre Bolívar –que es
el que, en otros términos, yo tendí a seguir en mi trabajo sobre el
constitucionalismo latinoamericano- irritaba al marxista José Arico. A Aricó,
como dijera, le interesaba estudiar a Marx (como a Gramsci, como a Mariátegui,
como a todos), desde sus “puntos de fuga”, los escritos aparentemente menos
importante, los textos que parecían refutar lo que las interpretaciones
habituales decían de un autor.
A Aricó le irritaba esa lectura de Marx
sobre Bolívar, a través de la cual el primero rechazaba “la forma bonapartista
y autoritaria del proyecto bolivariano.” Aricó reaccionaba frente a la lectura
marxista porque a él le interesaba reivindicar la “autonomía de lo político” y
el “grado de creatividad histórica” propias de procesos independentistas como
el latinoamericano.
Decía Aricó: “Nuestra tesis es que no fue
la ‘superficialidad’ del periodista, ni el ‘desconocimiento’ del historiador’
ni las limitaciones del ‘metodólogo’, ni finalmente el desprecio del
‘eurocentrista’ las que pueden explicarnos la paradójica actitud de Marx frente
a América Latina. Todas estas limitaciones pudieron emerger y desvirtuar sus
reflexiones porque una previa y prejuiciosa actitud política obnubiló su
mirada”.
Aunque, en lo personal, disiento
completamente con la lectura de Aricó sobre Marx sobre Bolívar (entiendo que
Marx estaba, otra vez, en lo cierto en sus críticas a Bolívar), reconozco en la
defensa que hace Aricó de la “otra” lectura sobre Bolívar (es decir, su crítica
a Marx en este punto) un trabajo y una erudición apabullantes. Reverencia
frente a Aricó¡
En definitiva, la crítica de Aricó al
Marx que escribe sobre Bolívar –y su reivindicación de la “autonomía de lo
político”- constituyen aspectos nodales en todo el estudio hecho por Aricó
sobre el socialismo y América Latina: para él se trata de pensar apropiadamente
sobre una realidad que el marxismo –que Marx mismo- no habría pensado bien.
3) Aricó, Marx, Bolívar, en la discusión latinoamericana
contemporánea
No resulta sorprendente saber que la
disputa de Aricó con Marx nació motivada por la vocación de Aricó de intervenir
en las discusiones políticas latinoamericanas de su tiempo. Como no sorprende
que la recuperación de aquel texto de Marx sobre Bolívar haya venido
acompañada, siempre, de una vocación similar. Así, por caso, cuando en 1936 Aníbal
Ponce escribe una introducción a la edición en español del texto de Marx (que
Aricó también critica en su libro), lo hace convencido de la necesidad de criticar
a algunos movimientos nacionalistas de su época. Los términos de Ponce sobre el
Bolívar del que escribe Marx, son tan duros como los de Marx. Ponce dice que
Bolívar no hubiera estado marchando junto con “los estudiantes y los obreros”,
y que no lo sorprende ver que la principal reivindicación de Bolívar hubiera
quedado en manos de dos generales poco afectos al antiimperialismo que
atribuían a Bolívar: Antonio Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez (recuerdo a dos
presidentes recientes, en la Argentina, reivindicando a Juan Manuel de Rosas).
En lo personal, la crítica que hago al
centralismo autoritario regional –y a Bolívar en particular- es tributaria de
los escritos de Marx y Ponce, y crítica de textos extraordinarios como el de
Aricó: necesitamos mantener una crítica implacable frente al bonapartismo
latinoamericano, todavía vigente.
Se buscan
Se buscan, con carácter de urgente, espectadores para film emocionante, sobre ex presidente que viviría en lo profundo (muy profundo) de la memoria de su pueblo. Presentarse con fervor militante.
Cohen/Socialismo/Terrorismo (2)
Comentaba, hace unos días, de qué modo me había sorprendido leer a G.A. Cohen, en un texto que le había escuchado sólo fragmentariamente, años atrás. El texto aborda, a su modo, el trágico conflicto entre Palestina e Israel (siendo, él, alguien profundamente comprometido con el judaísmo). Cohen escribió su texto "Casting the First Stone" (incluido en el libro Finding Oneself in the Other, del que hablamos en un post anterior) indignado por una declaración del canciller israelí en Inglaterra, luego de la comisión de un acto terrorista por parte de los palestinos. El canciller condenaba en duros términos lo ocurrido, pero a Cohen le indignaba que fuera el canciller -en representación de Israel- quien quisiera tirar la primera piedra.
Retomando (sin conocerla demasiado, pero con notable lucidez) una tradición penal que aquí siempre reivindicamos, Cohen explora en su texto, primero, la justificación o excusa de ciertos comportamientos violatorios de derechos, para luego centrarse en su tema principal: la autoridad de quien quiere hacer el reproche de la violación de derechos cometida. Esto es, más allá de que ciertos comportamientos extremos puedan estar, en ocasiones, justificados o excusados, Cohen también entiende que faltas graves como las que aquí están en juego no pueden ser reprochadas por ciertas autoridades, finalmente responsables o co-responsables de su ocurrencia. Ello, nos dice Cohen (de un modo similar al que desde aquí exploramos, típicamente, para el caso del piqueterismo), porque (y en la medida en que) las autoridades en cuestión i) generaron el agravio del caso, o ii) restringieron las opciones prácticas de la respuesta, dejando a los agraviados sin alternativa de reacción razonable. De allí que "la cuestión de la justicia propia de los agravios que sufren los palestinos no puede ser dejar de lado por aquellos que los privan de los medios de respuesta convencionales, en la discusión acerca de los medios no convencionales que usan para responder a los agravios que reciben. Ello así, especialmente, pero no sólo, si aquellos que los han privado de esos medios convencionales de respuesta son también los que han causado de modo injusto los agravios del caso."
Retomando (sin conocerla demasiado, pero con notable lucidez) una tradición penal que aquí siempre reivindicamos, Cohen explora en su texto, primero, la justificación o excusa de ciertos comportamientos violatorios de derechos, para luego centrarse en su tema principal: la autoridad de quien quiere hacer el reproche de la violación de derechos cometida. Esto es, más allá de que ciertos comportamientos extremos puedan estar, en ocasiones, justificados o excusados, Cohen también entiende que faltas graves como las que aquí están en juego no pueden ser reprochadas por ciertas autoridades, finalmente responsables o co-responsables de su ocurrencia. Ello, nos dice Cohen (de un modo similar al que desde aquí exploramos, típicamente, para el caso del piqueterismo), porque (y en la medida en que) las autoridades en cuestión i) generaron el agravio del caso, o ii) restringieron las opciones prácticas de la respuesta, dejando a los agraviados sin alternativa de reacción razonable. De allí que "la cuestión de la justicia propia de los agravios que sufren los palestinos no puede ser dejar de lado por aquellos que los privan de los medios de respuesta convencionales, en la discusión acerca de los medios no convencionales que usan para responder a los agravios que reciben. Ello así, especialmente, pero no sólo, si aquellos que los han privado de esos medios convencionales de respuesta son también los que han causado de modo injusto los agravios del caso."
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