Salió el fallo de la Cámara Nacional Electoral, sobre la demanda presentada por la ADC. El fallo contiene exhortaciones al Congreso, con un tibio pedido de mejoras en el régimen de publicidad electoral durante las elecciones, pero sin dar ninguna de las precisiones que podía dar, absteniéndose de decir lo que podía decir, sin brindarnos la ayuda que nos debía brindar -ahora, como en cualquier momento de elecciones disputadas. Cita tras cita tras cita tras cita, la mayoría grandilocuentes y caducas -que Duverger, que Loewestein, que Badeni. Pero luego de dejar en claro, a partir de esas citas, el valor de la igualdad, el riesgo del abuso estatal, la influencia de la publicidad, la necesidad de nivelar el terreno de juego, sobre el mismo final del fallo...la Cámara va para el lado contrario, y dice que la legislación argentina no regula la publicidad oficial para épocas electorales ni prohibe toda publicidad electoral (sino la que se orienta expresamente a captar sufragios). Con lo cual, las 30 páginas de citas anteriores (de las 40 que tiene el fallo) pierden sentido. Con lo cual, todas las decisiones invocadas, sobre publicidad electoral (de la jurisprudencia de la Corte, muy estricta en la materia), se convierten en abstractas.
Descompromiso pleno. Necesitamos que la justicia nos ayude a pensar, que delimite el terreno de juego, que lo ayude a ordenar y sobre todo nivelar, que participe en el refinamiento de las reglas del juego que no están claras. Mucho más, en estas situaciones en donde se define no el resultado del partido, sino las condiciones del mismo; cuando ya hay cantidad de parámetros establecidos (los mismos que la Cámara cita); cuando mayores son los riesgos de que el jugador dominante tuerza las reglas a su favor; y cuando la práctica reciente en la Argentina muestra en acto vivo las implicaciones dramáticas de esos riesgos. Pero no, la gran mayoría de los jueces argentinos se mueven por el miedo o la ambición. Y los de la Cámara perdieron una oportunidad realmente histórica, de ordenar y nivelar todo el juego. Ello, por motivos que son, finalmente, personales. Gran desilusión. El fallo, acá
3 comentarios:
A la Corte iremos, pues.
Eleonora
No podría estar más de acuerdo.
No podría estar más de acuerdo.
Publicar un comentario