24 may 2010

Don Antonio Navarro, el del M-19


Cuando era (más) chico, solía coleccionar recortes de diarios, que incluían artículos de opinión e informaciones varias sobre la situación del mundo, en general: las divisiones religiosas en Medio Oriente; la política en América Latina; o la suerte y desgracia de los movimientos de izquierda por doquier. Tenía un dossier especial sobre lo que ocurría en Sudamérica, en donde resaltaba la desgraciada, trágica vida (que en realidad era muerte) de la dirigencia de izquierda en Colombia. Me acuerdo de haber seguido la trayectoria de Carlos Pizarro, del M-19, muerto poco antes de las elecciones de 1990, en las que había decidido participar con su movimiento, ahora en la legalidad. E inmediatamente luego seguí los pasos de Antonio Navarro Wolf, quien reemplazó a aquél en aquellas elecciones que probaron fatales. Me preguntaba, entonces, como cualquiera, cuánto faltaba para saber de la muerte de don Antonio Navarro.

Esta semana me encontré con él, en un seminario: don Navarro saltó de la foto en que lo recordaba, congelado y -qué duda cabía- prontamente muerto, y me dio la mano, y me saludó sonriente desde su lugar actual, como gobernador del estado de Nariño.

Qué vida (qué vida!) la de don Antonio Navarro. Guerrillero y líder del M-19 desde 1974 hasta 1990, vivió años en la clandestinidad, peleó en las montañas, fue torturado, perdió una pierna. Luego encabezó, también, la pionera decisión de un movimiento de guerrilla, de negociar la paz -una decisión que luego seguirían el FMLN en El Salvador, o el Ejército de Liberación Popular (EPL), en Colombia. Según sus palabras, la decisión fue tomada luego de advertir los cambios que habían convertido a su país en una sociedad crecientemente urbana, que hacían imposible el triunfo de la guerrilla aunque -lo asegura también- fuera imposible su derrota.

Desde la legalidad, don Antonio participaría en aquellas dramáticas elecciones (me contaba, haciendo campaña escondido, en un búnker armado, inmovilizado durante los 45 días previos al comicio, rodeado de ex guerrillero armados, esperando el último atentado final que vendría buscando su vida).

Protagonista decisivísimo en los debates de la notable Constitución de 1991, fue responsable de la inclusión de algunos de los mecanismos que hoy dejaron a Uribe, afortundamente, con las manos atadas al derecho, y sin derecho a una nueva reelección.

Don Antonio ganaría, más tarde, la alcaldía de la ciudad de Pasto, con el lema "Cero corrupción;" luego una banca en el senado (con el mayor porcentaje de votos jamás alcanzado por ningún senador); y más tarde perdería por estrecho margen la presidencia del Polo Democrático, en manos del ex juez de la Corte Carlos Gaviria (otro prócer del que pronto deberíamos volver a hablar).

Gobernador de Nariño, desde hace relativamente poco, don Antonio se rodeó de gente joven; incluyó en puestos clave a representantes indígenas; desarrolló una forma de presupuesto participativo; apoyó las "shagras" indígenas (granjas integradas que producen sus propios alimentos y medicinas, basadas en la cosmovisión indígena); fomentó la producción de alimentos "orgánicos y de comercio equitativo", a la vez que siguió promoviendo, desde el poder, la reforma agraria (en su estado se da la situación excepcional de que el 70 por ciento de los campesinos tienen tierra): "el estado debe ofrecer apoyo a los débiles frente a los más fuertes" -agrega.

Lo sé, también, desde lejos uno idealiza, pierde perspectiva, carece de toda la información. Nada de ello borra, de todos modos, el orgullo y la alegría que me dio, verlo saltar de la foto, sonriente, todavía idealista, todavía vivo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si comenzara a leer el post y no supiera que es tuyo, parece que fuera de Mafalda.

Muy buen post!

Leonardo García J dijo...

a ver, como a si que "me saludó sonriente desde su lugar actual"... o sea que estas en Nariño!!! salgo ya para Pasto, por dios!!!

rg dijo...

hola estimado, no, la idea es "desde su posicion actual". ojala estuviera yo en narino! pero no, estoy levantando campamento, aca en el norte, preparando la vuelta. abrazo grande

Laura C dijo...

¿sabés si tiene algo escrito? lei que fue ministro de salud

Sebastián Rodríguez dijo...

Hola, profesor Gargarella. Yo quería preguntarle dónde puedo leer acerca de las shagras y me interesa también la pregunta del comentario anterior. Muchisimas gracias, es muy bueno su blog y su trabajo, es un gusto escucharlo en las conferencias. Soy estudiante de derecho

Lautaro dijo...

Hola profesor, me interesa si hay algo escrito sobre la influencia de las ideas de Navarro en la Constituyente de 1991 porque estoy revisando la literatura sobre las reformas constitucionales en Lat. Saludos a todos.