15 ago 2011

Anarquismo filosófico


Fundador del anarquismo filosófico, William Godwin (1756–1836) es el autor de "Investigación acerca de la justicia política" -su libro más importante, escrito en 1793. Político, escritor, filósofo, librero de profesión, Godwin fue el marido de la pionera, gran feminista Mary Wollstonecraft. En su libro sobre la justicia política, Godwin dedica apartados especiales a la justicia, la resistencia a la autoridad y la obediencia.

Crítico de todo gobierno, decía que "el objeto del gobierno...es el ejercicio de la fuerza. Y la fuerza nunca puede considerarse como una apelación a la inteligencia; por consiguiente, la obediencia, que es un acto de voluntad, no puede tener conexión con la fuerza. Estoy obligado a someterme a la justicia y a la verdad, porque mi juicio me dicta libremente esta obligación. Estoy obligado a cooperar con el gobierno, en tanto considere que éste respeta dichos principios. Si acato al gobierno cuando creo que procede injustamente, es sólo porque no tengo otro remedio que acatarlo."

foto: la rueda (gualeg.)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante, muy bueno, pero, ejemm, qué nos decís de la paliza? Silencio de radio che? A la Carrió?
Saludos y esperamos con ansias tu análisis

rg dijo...

no dije nada cuando se produjeron las aplastantes derrotas del gobierno en la ciudad, en córdoba, o en santa fe. por qué tengo que comentar una encuesta general? en todo caso, no es que lo que antes pensaba que era verdad -el gobierno es de derecha- ahora piense que es mentira. mi comentario está en el post.

Anónimo dijo...

esta, bien, pero al menos una sonrisa por Altamira!!!!
vhg

julieta eme dijo...

Godwin y Wollstonecraft fueron los padres de Mary Shelley, autora de Frankenstein.

sl dijo...

"Estoy obligado a someterme a la justicia y a la verdad, porque mi juicio me dicta libremente esta obligación" No estoy de acuerdo. Estoy obligado a someterme a un procedimiento que, aunque arroje decisiones injustas, de él pueda predicarse que trata a todos con igualdad y tiende, al menos en el largo plazo, a llegar a decisiones justas, aunque la decisión que hoy me toca obedecer sea injusta. Obedezco porque la decisión es legítima, no porque sea justa.

rg dijo...

pero ojo que g era un gran deliberativista

Anónimo dijo...

Mmm y qué pasa con aquél que sabe que la decisión que lo afecta es justa pero igual se resiste a acatarla, digo, desde el punto de vista de Goodwin?

Aníbal

RJB dijo...

Geniales anarquistas...hoy totalmente al revés, se busca con ahínco "el criollo que venga a mandar"...

RJB dijo...

Legitimidad es la palabra clave en el anarquismo...el anarquista es un ferviente demócrata, que cree en los trabajos en comunidad (equipo), y los liderazgos democráticos, en los cuales se delega la autoridad en verdaderos líderes comunitarios, que responden a sus mandantes de manera totalmente clara, austera y responsable...Por todas estas razones, odia los gobiernos totalitarios ó pseudodemocráticos, y no acepta nada que venga desde esa autoridad escasamente (un votito cada varios años entre candidatos sobre los cuales no pudo incidir en nada)legitimada...ni hablar directamente de dictadores de hecho...Todo lo contrario a lo generalmente aceptado...

PIC dijo...

Hace un tiempo leí el librito de Robert Paul Wolff y creo que hay mucha tela para cortar; sobre todo, veo una gran afinidad sobre su teoría de la obligación política con el realismo legal norteamericano, que no cree en la existencia de una obligación general de obediencia al derecho. Además, otro punto de conexión es que Wolff es todo un nominalista político: en sus trabajos maduros, no sólo niega la justificación misma del Estado sino la posibilidad de una definición semántica del mismo (el Estado son sólo individuos; esta es una idea que también está en Kelsen y que radicalizaron más realistas legales como Jerome Frank).
En la medida que el anarquismo filosófico tome este giro deflacionario de la semántica legal, yo tendría algún reparo desde una visión deliberativista, porque el anarquismo filosófico también deja lugar a una visión donde sólo hay individuos bajo incentivos, tipo Posner. (Incluso más deflacionaria que Kelsen, para quien el Estado es un orden jurídico: aquí directamente el orden jurídico colapsa en hechos).