15 jul 2014

Fútbol: Romper todo

Entre ayer y hoy aparecieron varias notas sobre la violencia que se desatara post-Mundial (Palermo hoy en Clarín, Sarlo acá), y sobre la cual los medios oficialistas, por alguna razón, no hablan (todo debe ser fiesta). Don Alabarces recomienda una nota, que en realidad es un reportaje a él mismo (acá). En todo caso, la nota-reportaje está bien, y de él tomo sobre todo dos ideas, que él expone en lenguaje futbolero: 1) "si hay fútbol, hay quilombo" (afirmación que respalda citando varias celebraciones masivas sin violencia, y una serie de celebraciones futbolísticas, sistemáticamente marcadas por la violencia); y 2) "cuando aparece la cana, desaparece todo razonamiento", que refiere al momento en que sólo queda el lenguaje de la violencia bruta. Las dos afirmaciones de impacto, me parece, encuentran apoyo empírico y valen ser retomadas.

Me pregunto sobre lo que la nota no llega a analizar, esto es, el por qué de la violencia, y sobre todo el por qué de esos niveles de violencia, que son consistentes con el agravamiento de la violencia en los delitos cotidianos (una nota menor, en toda la escena, es la violencia contra las instalaciones del Metrobus -una política de transporte integradora que, mal que le pese al oficialismo, el gobierno nacional no fue capaz de ofrecer en 10 años de transportes robados. Menciono este dato a la luz de, por ejemplo, el devoto cuidado que barrios ultraviolentos, como los de Medellín, pusieron sobre los cambios operados en la región, sobre el transporte -pocas veces vi instalaciones de metro tan cuidadas, por los mismos pobladores). 

En definitiva, ni la violencia ni los niveles de violencia se explican con apelaciones a la historia o referencias a las tradiciones nacionales. Entonces qué? Mi impresión es que tales resultados horrendos tienen que ver con la conciencia clara del abuso, maltrato e impunidad, que recorre distintivamente esta época pero que se remonta todavía más atrás -una conciencia que no se revierte citando el rosario habitual de medidas que forman parte de la fatigada plegaria k (lo cual, obviamente, también torna más comprensible la violencia en la Ciudad en donde, más allá de alguna plausible política integradora, como el Metrobús, es clara la ausencia de un criterio igualitario general, o una política de igualación que recorra a todas sus áreas). Nadie tiene dudas de los niveles de destrato e impunidad existentes, que favorecen el "no me importa nada", y tornan entendibles, aunque nunca justificables, los sentimientos de "venganza hacia todo" . En ese tremendo, comprensible resentimiento (que recorre, atención, a todas las clases sociales), y en esa auto-justificación del "todo vale", creo que anida buena parte de la explicación que la nota deja vacía.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Roberto:

Yo creo que tendrías que empezar por la educación que se ha descuidado tanto esta década. Los argentinos se han vuelto mas violentos porque la educación ha decaído a niveles impresionantes. Otro tema es la apología que se hace de la violencia y de las "villas" como lugar "ideal" para cosechar votos clientelares. Esos chicos borrachos y drogados que se vieron el domingo a la noche no estudian ni trabajan. El empleo privado no crece desde el 2007. Ahi tenes que buscar a las causas que explican tanta frustración como para romper todo en medio de una celebración. El otro tema es el manejo político que se hace de esta gente incitándolos a la violencia. Y luego que pasan los hechos y quedan muertos y heridos todos miran para el otro lado como hicieron con la tragedia de once.

Gabriel

Anónimo dijo...

Roberto, no incurras en el vicio del sociólogo que cree que todo fenómeno social puede ser explicado uni o multicausalmente. Hay fenómenos que son inexplicables. Me parece muy dudoso atribuirles a los autores de esos desmanes una intencionalidad tan marcada y homogénea.

Anónimo dijo...

No sé si comparto el análisis. Creo que lo que marca Pablo Alabarces tiene raíces anteriores, muy anteriores a los K. Es cierto que éstos no han hecho nada más que fogonear esa cultura del "aguante", que forma parte de la idiosincracia peronista. Pero creo que esta vez los excede.
Lo primero que leí de Pablo fue un librito sobre este mismo tema, que arrancaba en los 90 pero que ya se manifestó antes, al menos desde el 86. Pablo tiene el mérito inmenso de haber hablado largo y tendido con los barras, para tratar de entender en su idioma las razones de la desmesura y la violencia. Y descubrió una lógica que tiene cierto sentido: pertenencia, recursos (si cierran con los dirigentes), poder político y territorial, reconocimiento en el barrio y entre los pares.
No sé cómo se cambia eso, pero sí sé que el único tipo que se los tomó en serio, al punto de sentarse a hablar con ellos, fue Alabarces. No recuerdo la conclusión del libro, pero creo que apuntaba a terminar con parte de la cadena de incentivos que refería. Es decir, a dejar al peronismo sin brazo armado.

Abrazos!
LG

Anónimo dijo...

Que los de arriba se choreen todo no justifica nada Roberto.

rg dijo...

a) no entiendo porque un anonimo habla de justificar, cuando estoy hablando de explicar
b) todo fenomeno sociologico tiene explicacion, uni o multi. otra cosa es que no sepamos reconocer esa(s) explicacion(es)
c) nadie piensa en intencionalidad alguna: al menos a mi me interesa explicar algo, con independencia de la cuestion de la intencionalidad
d) tampoco me parece necesario tomar una explicacion que homogenice a los actores. uno puede decir -para decir una burrada- la revolucion x se debió al cansancio de la burguesía respecto de las prácticas de la nobleza. eso no quiere decir que "todos los burgueses" y "cada uno de los nobles"...
e) de ningun modo pienso que es un fenomeno k¡¡ aunque si creo que esta decada agudizó el hastío

rg dijo...

por otro lado, todo bien con pablo a., con quien compartí muchos encuentros de plataforma y el fit,y quien ha hecho un trabajo sin dudas valioso en la materia

fahirsch dijo...

Cuando se habla de la decadencia de la educación [e instrucción] en Argentina (comparto) creo que habría que preguntarle al opinante cuando nació. Yo soy de octubre del 45.
En dos oportunidades fui miembro de cooperadora escolar en colegios bonaerenses del Estado. En el primer caso era un primario que en turno nocturno era un comercial. El segundo era un secundario de clase media.
Siempre había casos de vandalismo, involucrando a menos del uno por ciento de la población escolar. ¿De cuánto es la tasa de delincuencia en el país? ¿Es de sorprender que en manifestaciones masivas pueda haber un número de delincuentes y de vándalos? Súmese alcohol. Súmese la TV. Súmese Internet con las redes sociales. Súmese el celular.
Ahí está la diferencia fundamental entre los 70', 80', 90', 2000 y hoy en día. Desde hace 50 años que en cada década la tecnología amplía en ordenes de magnitud los fenómenos masivos.

rg dijo...

jaja, si, cientifico total¡

Anónimo dijo...

en p+p- lamentable el papel de Artemio y el de la Paco Urondo.
un patoterismo disfrazado de canchereada que demuestra lo patético de su defensa del "modelo"...

Anónimo dijo...

La "ausencia de un criterio igualitario general, o una política de igualación que recorra a todas sus áreas" de la Ciudad contrasta con lo que pasa del otro lado de la general paz, en la Provincia de Buenos Aires?

No es una chicana, me parece que lo que hace comprensible la violencia en este lugar es su visibilidad y que ahí estaba la reunión más importante, o con más personas propensas a la violencia, y no alguna diferencia de políticas sociales con respecto a lo que hay en Avellaneda, Laferrere o San Isidro.

Federico.

rg dijo...

no entiendo federico. ese es el punto. a los dos lados la misma basura (salvo alguna iniciativa que esta bien aunque no forma parte de una politica igualitaria, como el metrobus)

Anónimo dijo...

Roberto: me parece que esto no se puede desvincular del fenómeno de las barras bravas que tienen la violencia incluida en su esencia. Recuerdo los festejos del dia del hincha de boca del año pasado. Las barras no son ajenas a los problemas de la sociedad pero me parece que es un fenómeno particular. Cuando un tipo entra en su lógica se comporta de una manera particular.

Abrazo,
Luis

Anónimo dijo...

Luis, ¿"violencia incluida en su esencia"? ¿Qué somos? ¿Lombroso?

andresvas dijo...

Tema lateral de tu post: desinvertir en transporte público, asignando la menor proporción desde el inicio de la autonomía en la expansión de la red de subtes (agravado porque eso se dió en el período de mayor expansión de los recursos reales dela Ciudad en décadas) con el lamentable resultado a la vista y cambiar eso por espejitos de colores como el carril exclusivo para bondis llamado metrobus es una política igualitaria????
Como decía Fabio Alberti: ¿qué nos pasa a los argentinos?

Anónimo dijo...

prefiero el metrobus con sus limitaciones, a la década ganada en materia ferroviaria, preguntale sino a la gente como ha viajado en el sarmiento en estos últimos años (gente que además los ha votado permanentemente, Merlo-Moreno).
hizo falta una tragedia para que se pongan media pila en ese tema y todavía no sabemos como va terminar...

Anónimo dijo...

Como dijiste que la ausencia de políticas sociales integrales hacía entendible que esto sucediera **en la Ciudad** (énfasis mío, obviamente), interpreté que había una comparación implícita con otros distritos y que por lo tanto te parecía más comprensible que esto sucediera en CABA que en el resto del GBA, por ejemplo.

Entiendo entonces que no, estamos de acuerdo, la ausencia de políticas es, lamentablemente, mucho más estructural que coyuntural.
Gracias por la aclaración.

Federico.