Nils y el holocausto en Noruega

En camino al Seminario-Comanducci, en Génova, hubo parada en la patria de Nils Christie, para otra conferencia. Me enteré entonces de que el viejo Nils daba una charla, en una remota biblioteca popular, un sábado al mediodía, así que hacia allí fui. Sala llena de viejos nórdicos, y Nils que presentaba un nuevo libro suyo, en realidad el más antiguo de todos: su tesis de magistratura, que recién ahora salía publicada (en noruego). En sus ochenta, siempre con una sonrisa en los labios, buenos modales, y todo su don de humanidad, el viejo Nils les hablaba tranquilo a los demás ancianos, sobre aquello que menos querían escuchar: las persecuciones y muertes de judíos, producidas no en el país invasor, Alemania, sino en su propio suelo, y a manos de sus compatriotas. Para su tesis, Nils se había entrevistado con guardias y carceleros de aquella época. Comentó entonces, en la charla, que nunca les preguntó a ellos qué habían hecho y qué no, sino que hablaran de sus prisioneros. Allí había salido todo. Nils aprendió con ellos algo que quedaría para todos sus libros y charlas, y en todas sus reflexiones sobre la cárcel, sobre quienes estaban dentro de ellas y sobre quienes les cuidaban: nunca se encontró con "monstruos," sino con personas como él. Reflexionando sobre sus entrevistas de entonces, se preguntaba Nils, con coraje: no habría sido yo uno de ellos, de haber estado en ese momento, en ese lugar?