PRONUNCIAMIENTO DE PLATAFORMA 2012
DE LA FALSA ESTATIZACION A LA ENTREGA DE YPF A CHEVRON
15 de
Julio de 2013
Ante la inminente firma del acuerdo entre YPF y la
empresa transnacional Chevron, para explotar el petróleo y gas no convencional
en la cuenca del Neuquén, principalmente en la formación de Vaca Muerta, desde Plataforma
2012 queremos alertar que este hecho constituye nada menos que una
vuelta de tuerca en el proceso de falsa estatización de YPF, que concluye en la
entrega de nuestros bienes naturales a Chevron, para que éste lucre con la
destrucción de nuestros territorios y del ambiente.
Una vez más los argentinos nos vemos confrontados a una
estafa, cuyos responsables son el gobierno
nacional y sus socios provinciales. Hace poco más de un año, el oficialismo
anunciaba con bombos y platillos la expropiación del 51% de las acciones de
YPF, que estaba en manos de Repsol. Se habló de modo grandilocuente de
“renacionalización” del petróleo, se impulsó un discurso triunfalista que evitaba
cualquier referencia autocrítica a la responsabilidad directa que el propio
oficialismo tuvo en el proceso de vaciamiento de YPF. Manipulando las legítimas
aspiraciones de una gran parte de la sociedad argentina, se impulsó una ley que
fue aprobada por el congreso nacional en una votación a libro cerrado,
soslayando de ese modo la posibilidad de abrir un debate democrático de fondo
sobre la crisis energética estructural que atraviesa nuestro país.
En mayo de 2012, a través de un documento titulado “Por
una verdadera estatización de los recursos energético. La crisis de YPF o el
fracaso de una política energética”,[1] desde Plataforma 2012 nos pronunciamos
críticamente sobre el tema, argumentando, entre otras cuestiones, que la
anunciada “reconquista” de YPF adolecía de sustanciales errores para cumplir
con las metas que dice proponerse, puesto que no contemplaba los aspectos
estructurales de la cuestión energética y carecía de una mirada estratégica de
mediano y largo plazo. Sosteníamos que la ley no proponía cambio alguno del
marco regulatorio ni política de nacionalización de los hidrocarburos; que no
asistíamos a una verdadera estatización de la empresa; que no existía una
propuesta de largo plazo que apuntara a la diversificación de la matriz
energética; alertábamos de que el país se aprestaba a ingresar
peligrosamente en la explotación del gas y petróleo no convencional, a través
de la fractura hidráulica o fracking, una metodología muy controvertida
que ha sido prohibida en varios países, sin siquiera abrir debate o informar
sobre sus gravosas consecuencias ambientales.
Los hechos que se han sucedido en los últimos meses
muestran, lamentablemente, la actualidad de ese documento. Lejos de avanzar en la conformación de una sociedad de
Estado que garantizara el control de los bienes naturales, YPF buscó de manera
desesperada y por todos los medios asociarse con grandes empresas
transnacionales, que son las que hoy dominan el mercado energético, sobre
todo en la explotación de hidrocarburos no convencionales. Desde el comienzo,
el socio anunciado fue la multinacional petrolera Chevron, de origen
norteamericano, en estos momentos el cuarto productor de petróleo en nuestro
país.
La entrega llave en mano de los yacimientos de la cuenca
del Neuquén a Chevron encontró una serie de escollos legales, sobre todo,
debido a la sentencia judicial que pesaba sobre esta empresa, expedida por la
justicia ecuatoriana, que condenó a Chevron (que operó entre 1964 y 1990 en
Ecuador, cuando era Texaco) a pagar 19.000 millones de dólares, por graves
delitos ambientales, cometidos en la Amazonía ecuatoriana, en territorios
ancestrales de pueblos originarios. Un primer embargo sobre los bienes de
Chevron en nuestro país, emitido por un juzgado, respaldado por los acuerdos
bilaterales entre Argentina y Ecuador, demoraría el acuerdo inminente. Sin
embargo, hace menos de un mes, a pedido de la Procuradora Nacional A.Gils
Carbó, y posteriormente, a través de un rápido fallo a favor de Chevron,
emitido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se levantó el embargo
que pesaba sobre la empresa, allanando de este modo concreción de dicha
entrega.
Muchos se preguntaban cuáles serían las condiciones del
acuerdo que firmarían Chevron e YPF. Poco se sabía acerca del contenido del
acuerdo, más allá de las efusivas declaraciones del gobernador de Neuquén,
Jorge Sapag y sus funcionarios, quienes hablan de un “segundo descubrimiento
del petróleo”. Algunos analistas adelantaron que, tal como había
sucedido en otros países –por ejemplo, en Ucrania- las condiciones serían
leoninas, difíciles de digerir para un gobierno que se dice nacional y popular.
Veinticuatro horas antes de la firma del acuerdo trascendió que el gobierno
creó, por decreto, un régimen de promoción de inversión de hidrocarburos, a la
medida de Chevron, que prevé beneficios para las empresas que presenten
proyectos de explotación de un monto no inferior a 1.000 millones de
dólares.
A la manera de la legislación minera de los años
`90, este decreto otorga la exención a pagar los derechos de exportación a
partir del quinto año de ejecución del proyecto; establece la libre
disponibilidad (100 %) de las divisas provenientes de la dicha exportación; no
propone una reglamentación de la extracción que prevea los impactos
ambientales que ocurrieron en otros lugares del mundo con el fracking, entre otros
puntos controvertidos. Agreguemos
que la ley 17.319 de Hidrocarburos no autoriza a otorgar exenciones al pago del
derecho de exportación. Resaltamos esto porque las modificaciones
impositivas ahora fueron hechas por Decreto y deben hacerse por ley.
En nuestro país las poblaciones ya comenzaron a
organizarse y manifestar fuertes resistencias al avance de la explotación de
los hidrocarburos no convencionales, tal como lo muestran diferentes ordenanzas
municipales que prohíben el fracking: Cinco Saltos, en Río Negro, picó en
punta, superando incluso el veto de la intendenta; en Entre Ríos, ya son
10 los municipios que prohibieron esta técnica y en Mendoza, cuatro
departamentos -dos de los cuáles enfrentan hoy un veto-. Por otro lado, una
medida cautelar en Chubut, presentada por representantes de pueblos
originarios, logró frenar la exploración de un pozo de fracking (aquel que
había sido inaugurado por la presidenta). Y más aún, recientemente, la
Confederación Mapuche del Neuquén dio a conocer un comunicado en el que
rechazan el pacto entre Chevron e YPF, y afirma que no dejarán ingresar a la
empresa, prófuga de la justicia ecuatoriana, a sus territorios ancestrales.[2]
Desde Plataforma 2012 rechazamos este nuevo giro en la
política energética, que entrega YPF a Chevron, para que éste lucre con los
bienes naturales de los argentinos y destruya los territorios y el ambiente, y
nos solidarizamos con los pueblos originarios, las organizaciones sociales,
asambleas y vecinos que hoy luchan contra el avance de la frontera
hidrocarburífera, mediante el fracking, defendiendo la vida y el territorio.
Contactos:
plataforma2012@yahoo.com.ar;
5 comentarios:
El acuerdo se resume asi:
1) La falta de una estrategia en la industria petrolera
2) Negociar desde la debilidad (lo que fue aprovechado por Chevron)
3) La inversión es una gota del total, se necesitan algo así como 37 mil millones de inversión. Desde el gobierno dan la impresion como si el "shale oil" se empezara a producir de inmediato.
Gabino
urgente algún análisis de plataforma sobre la designación de Milani.
todo el mundo mira su pasado, pero lo más terrible es el futuro; como un general con perfil de inteligencia se va a ocupar del ejército, cuando las ffaa tienen que estar orientadas a la defensa exterior y todo indica que se va a hacer todo lo contrario, inteligencia interior.
estamos en problemas y (ayy) mucha gente que uno creía de bien (no este blog claro!) se calla o peor avala...
Off topic: Conferencia de Roberto en el Instituto Transformar acerca de igualitarismo. Está dividida en 6 partes...http://www.youtube.com/watch?v=M7r_rXIE15A
Les faltó citar Petróleo y política, de Frondizi. y la "Declaración de Avellaneda", de los radicales en el '45
"De la falsa estatización" (¿?)
"...que no asistíamos a una verdadera estatización de la empresa" (¿?)
Vaya, si al menos prestaran atención.
"...y el modelo además que hemos elegido no es un modelo de estatización, que quede claro, es un modelo de recuperación de la soberanía y del control de un instrumento fundamental, porque seguimos conservando la forma de sociedad anónima, seguimos funcionando de acuerdo a la ley de sociedad privada." (Anuncio del proyecto de ley de expropiación de YPF: Discurso de la Presidenta de la Nación, 16/04/2012)
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