De las cosas que recordaré con más pena, de esta etapa que termina, es el modo en que artistas y figuras del "rock argentino" se entregaron al oficialismo -a éste o a cualquier otro- pasando de ser lo que podían ser -conciencia crítica permanente- a lo que fueron: aliados del poder de turno, que predican la reconciliación con la realidad.
No se trata de kirchnerismo, alfonsinismo o menemismo. Cuando Los Fabulosos Cadillacs rechazaron sentarse a la mesa a la que los había invitado el radical Jesús Rodríguez (origen del tema "Yo no me sentaría en tu mesa", la historia acá), me alegré, a pesar de que no consideraba al gobierno de Alfonsín como "enemigo". Más todavía cuando supe que Vicentico había proclamado entonces que el grupo no compartiría ninguna mesa "con quienes firmaron la obediencia debida." Excelente. De eso se trata. En un momento importante del alfonsinismo, en un tiempo en que, como en otros, el rock podía hacer buenos negocios asociándose con la política, algunos pegaban el portazo y dejaban en claro que había límites éticos que no iban a cruzar, mostraban que no estaban dispuestos a sellar de modo complaciente un pacto con la "política de lo posible," nos dejaban a todos fuera de juego, tomando partido por la "crítica porque sí."
Pasó el tiempo, y el rock que no compartiría ninguna mesa con quienes firmaron la obediencia debida, compartió mesas, escenarios y "vernissages"con quienes firmaron la ley antiterrorista; se asoció con quienes pactaron con Chevrón luego de denunciar a la empresa por explotadora; rió con quienes se enriquecieron a costa de la masacre del Once; aplaudió a quienes propusieron el ascenso de Milani.
De modo similar, recuerdo, me alegré cuando Hebe de Bonafini rechazó las indemnizaciones que pagó Menem a los familiares de desaparecidos (cuestión que generó tensiones entre Hebe y Estela de Carlotto). Y me alegré, otra vez, a pesar de cierta incomodidad que me generaba esa situación, cuando supe que Hebe lo hacía a partir de la convicción de que los organismos de derechos humanos no debían recibir dinero de parte de ningún oficialismo, para evitar el riesgo de perder fuerza crítica. Excelente, me dije: una líder moral que deja a medio país fuera de juego, que nos obliga a repensarlo todo, que nos fuerza a mirar la realidad más críticamente. Luego vendría lo que ya sabemos, pero ésa ya es otra historia.
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9 comentarios:
Estimado RG hace tiempo que no entraba a tu blog y no encuentro ninguna mención a la designación como subrogante permanente del Dr Luis M Cabral, si mereció alguna reflexión de tu parte te pido me la indiques gracias
no me ocupé del tema de las subrogancias, pero si me preguntás, me parece que el sistema -que utiliza el gobierno para mantener bajo extorsión permanente a la justicia-es pésimo, aunque algunos k creen que el problema pasa por la subrogancia de cabral, mientras tragan el sapo del sistema instalado
El rock fue concebido como una contracultura, una herramienta de la revolución antisistema.
Pero con el tiempo --y el éxito--, el rock se fue aburguesando. Así perdió esa identidad revolucionaria de sus primeros tiempos y, de a poco, fue acercándose cada vez más a los poderes políticos.
Es triste pero eso, estimado roberto, pasa y pasó en todo el mundo.
No me refiero a cuestiones partidarias . Que no me interesan- pero me resulta extraño que pueda integrar un tribunal superior quien, funcionalmente pertenece a uno de grado inferior, Discúlpame pero resumir todas las cuestiones a "los K" y tu evidente desprecio por ellos me parece bajar el nivel de un blog que resultaba tan interesante
No me refiero a cuestiones partidarias . Que no me interesan- pero me resulta extraño que pueda integrar un tribunal superior quien, funcionalmente pertenece a uno de grado inferior, Discúlpame pero resumir todas las cuestiones a "los K" y tu evidente desprecio por ellos me parece bajar el nivel de un blog que resultaba tan interesante
Me acuerdo de Furtwangler sacando pecho por haberse limpiado con un pañuelo la mano que le estrechò a Himmler después de su concierto en su honor. Puro humo. A mí me parece sospechoso que los Fabulosos hayan esperado hasta la conferencia de prensa para plantear sus diferencias. Y más sospechoso que hayan embolsado el cachet si creían que estaba sirviendo la causa de la obediencia debida. O sea, totalmente de acuerdo en criticar la actitud servil de estos artistas que trabajan para el oficialismo, pero no me parece que el mejor ejemplo de moral sea el de los Fabulosos, al menos en este caso.
¿Qué debería hacer entonces Hebe, que reclamó por la inconstitucionalidad de las leyes de perdón toda la vida?
¿Seguir siendo crítica a pesar que el gobierno tomó su demanda?
Hebe, creo yo, no debió aceptar la plata que rechazaba, simplemente por las razones que ella misma daba
No estaba preguntando por la plata, sino por su posición frente al gobierno nacional.
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