HV, hoy en Página, escribe una esperada nota sobre la "contundencia" de la resolución de la jueza Servini de Cubría, en la causa sobre la efedrina, y sobre el "pozo de corrupción que contaminó las aguas de la política con sustancias lesivas para la democracia". Totalmente de acuerdo con el concepto, y con la investigación sobre el tema. Pero hay un pequeño gran problemilla en la nota: ella parece dirigida a elogiar y salvaguardar a la Presidenta, por haber removido tempranamente al principal acusado -Granero- de su puesto en el organismo infectado. Sin embargo, a su vez, la nota minimiza (no sólo el hecho de que Granero siguió bien ocupado en cargos públicos hasta ayer nomás, en que decidió renunciar, sino sobre todo) que esa misma Presidenta llegó al poder con una campaña basada en el uso del dinero proveniente de ese mismo "pozo de corrupción que contaminó las aguas de la política con sustancias lesivas para la democracia". Pensar o sugerir que esa cantidad extraordinaria de recursos ilegales, ilícitos e inmorales que la beneficiaron, la hicieron sin su conocimiento (Néstor obviamente lo sabía todo) es muy difícil de aceptar.
3 ago 2014
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