(La misma jueza Biotti, quien había rechazado una primera precautelar, la otorga ahora por un cambio de circunstancias (la decisiòn del Ejecutivo de enviar al Senado los expedientes de los jueces cuestionados, y la del Senado de poner en marcha su tratamiento). No hay razones públicas que expliquen cuál es la urgencia del Ejecutivo o del Senado, ni el impedimento de aguardar una semana para que la jueza decida, a partir de los informes que ha solicitado. Las razones en juego son personales, y no públicas, y tal vez sea ése el lugar donde debamos focalizar nuestra atención, en lugar de disputar los márgenes formales de la cuestión: parte central del aparato del estado, en medio de la mayor emergencia sanitaria de la historia nacional, sólo se activa para atender las necesidades personales de un puñado de sus miembros. Mientras nadamos entre más de cien muertes diarias, el poder político tiene sus principales energías puestas en salvaguardar la impunidad de unos pocos. Es un hecho histórico, propio de una etapa opaca)
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1 comentario:
Hola Roberto, mi comentario no tiene nada que ver con tu post pero ayer terminé de ver la serie belga El jurado y no pude dejar de preguntarme qué pensarías si la vieras o si la viste ya, qué te pareció. Es muy interesante la ilustración de cómo un grupo ordinario de personas -con sus problemas y tribulaciones- deben darse tiempo para juzgar a una conciudadana. No sé si me recuerdes pero te mando un saludo desde Ecuador.
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