https://www. diarioconstitucional.cl/ articulos/reflexiones-de-la- pandemia
Cuando pensamos en las libertades personales y en la lucha contra la discriminación, podemos quedar impresionados por los enormes avances en algunas partes del globo, en la condición de las mujeres y de diversos grupos desfavorecidos. Estas luchas continúan y tienen un largo camino por recorrer. Pero varias libertades personales como la privacidad, la libertad de expresión y libertades relacionadas han estado en retroceso por mucho tiempo y por muchas causas, no siendo la menor de ellas la lucha contra el terrorismo, el lavado de dinero y la ciberdelincuencia. La pandemia está contribuyendo a la erosión de estas libertades, quizás especialmente, aunque no sólo, debido a la importancia de la prueba y el seguimiento para limitar las infecciones. Las reacciones a la disminución a las libertades personales varían, pero muchas personas las acogen con agrado, no siempre dándose cuenta de su verdadero alcance o naturaleza. Después de todo, se deberían a la búsqueda de movimientos dignos. La verdad elemental de que las libertades no son gratuitas, que tenemos que pagar un precio por tenerlas, ya no es tan obvia para la mayoría de la gente. El resultado es un conflicto entre la retórica de la libertad a toda costa y la realidad de una voluntad cada vez menor a correr riesgos de daño o perjuicio, provenientes de ataques terroristas, criminales o del virus, como precio por disfrutar de esas libertades. Tal vez, tras la pandemia, la cultura pública se enfrente con mayor honestidad a este conflicto y adopte un rumbo más sostenible en lo que respecta al precio de las libertades, teniendo en cuenta su importancia para las oportunidades de tener una vida gratificante, así como la forma en que un culto ciego a la libertad a cualquier precio compromete la posibilidad de tener esa vida.
Cuando pensamos en las libertades personales y en la lucha contra la discriminación, podemos quedar impresionados por los enormes avances en algunas partes del globo, en la condición de las mujeres y de diversos grupos desfavorecidos. Estas luchas continúan y tienen un largo camino por recorrer. Pero varias libertades personales como la privacidad, la libertad de expresión y libertades relacionadas han estado en retroceso por mucho tiempo y por muchas causas, no siendo la menor de ellas la lucha contra el terrorismo, el lavado de dinero y la ciberdelincuencia. La pandemia está contribuyendo a la erosión de estas libertades, quizás especialmente, aunque no sólo, debido a la importancia de la prueba y el seguimiento para limitar las infecciones. Las reacciones a la disminución a las libertades personales varían, pero muchas personas las acogen con agrado, no siempre dándose cuenta de su verdadero alcance o naturaleza. Después de todo, se deberían a la búsqueda de movimientos dignos. La verdad elemental de que las libertades no son gratuitas, que tenemos que pagar un precio por tenerlas, ya no es tan obvia para la mayoría de la gente. El resultado es un conflicto entre la retórica de la libertad a toda costa y la realidad de una voluntad cada vez menor a correr riesgos de daño o perjuicio, provenientes de ataques terroristas, criminales o del virus, como precio por disfrutar de esas libertades. Tal vez, tras la pandemia, la cultura pública se enfrente con mayor honestidad a este conflicto y adopte un rumbo más sostenible en lo que respecta al precio de las libertades, teniendo en cuenta su importancia para las oportunidades de tener una vida gratificante, así como la forma en que un culto ciego a la libertad a cualquier precio compromete la posibilidad de tener esa vida.
1 comentario:
RG, cuál es tu opinión sobre la protesta de Hoy, Lunes 17.
Participás o te quedás en casa?
Saludos
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