10 may 2010

Intelectuales, kirchnerismo e izquierda (con addendas): 12 críticas




De las muchas cuestiones sobre las que tiene sentido pensar, a la luz de estos años con el kirchnerismo en el poder, quisiera detenerme en una, relacionada con el apoyo hacia el gobierno asumido por parte de la intelectualidad de izquierda (grupo al que aquí no voy a definir, guardando la expectativa de que se entienda a qué me refiero). En particular, me interesa reflexionar sobre la manifiesta actitud de muchos de los miembros de este sector, que han optado (muchas veces explícitamente) por silenciar denuncias sobre el gobierno, y ocultar sus diferencias con el mismo, ahogando frente a él su habitual vocación crítica.

Entiendo que la cuestión en juego –a pesar de estar referida a una sección minoritaria de la sociedad- tiene cierta importancia, dada la relativa influencia de la misma en cierta porción de la opinión pública. Agregaría a ello, por lo demás, que somos muchos los que esperamos de la intelectualidad de izquierda una ayuda para poder pensar mejor, y más críticamente, frente a las coyunturas que nuestra comunidad enfrenta. Por supuesto, uno puede estar equivocado al mantener este tipo de expectativas, pero en lo que a mí respecta, esperé siempre, y seguiré esperando, recibir esa colaboración de parte de personas a las que teórica e ideológicamente respeto.

Dado que discutí bastante sobre el tema, y presté atención a discusiones similares que algunos de los protagonistas del caso tuvieron, en este respecto, voy a concentrar mi atención, en las páginas que siguen, en algunas de las respuestas recurrentes que he encontrado, por parte de los defensores de esta (llamémosla así) “actitud políticamente acrítica.”

I. “Hay que proteger al gobierno en una coyuntura destituyente” Según algunos, el gobierno necesita ser especialmente protegido en coyunturas difíciles como la actual, en donde aparecen voces y actitudes “destituyentes,” dispuestas a llegar “tan lejos como sea necesario” (sugiriendo así, de paso, riesgos para la estabilidad democrática) para defender sus intereses, que hoy resultarían desafiados. Una descripción como la citada no es nada obvia (no es obvio que existan grupos efectivamente dispuestos a promover hoy un golpe de estado; no es obvio que existan condiciones estructurales para dar o sostener al mismo; no es obvio que el gobierno sea desafiante para un establishment heterogéneo, y que incluye –también- a poderosos grupos que explícitamente lo acompañan), pero por ahora voy a tomarla por cierta. Asumiendo tal descripción, entonces, puede señalarse que ella se apoya todavía en otras premisas falsas. Ello así, ante todo, cuando se presume que al gobierno se lo ayuda ocultando las críticas o, en otros términos, que se lo perjudica cuando las hace públicas, más explícitas. Para ilustrar lo que digo, pensemos en el siguiente ejemplo. Con el renacimiento de la democracia, y durante el gobierno de Raúl Alfonsín, se vivieron momentos genuinamente “destituyentes”. Sin ninguna duda, en aquellos años la alternativa de un golpe militar rondaba por el imaginario colectivo como una amenaza. Dicha amenaza, a su vez, resultó efectivamente corporizada en sectores del establishment y del ejército, que en más de alguna ocasión dieron pasos en la dirección más temida. A pesar de ello, miles de personas se movilizaron una y otra vez contra el presidente en ejercicio, convencidos de que era necesario criticar severamente al gobierno frente a algunas de las decisiones que tomaba, y no obstante lo crítico de la coyuntura que se vivía. Dichos momentos nos recuerdan al menos dos cosas: por un lado, la crítica dura, expresada en notas periodísticas o movilizaciones callejeras, puede estar perfectamente al servicio del fortalecimiento de un gobierno. No tengo duda de que muchos de quienes nos movilizábamos, por entonces, lo hacíamos con la nada ingenua convicción de que de ese modo servíamos mejor a la democracia, y así también al gobierno. Por otro lado, tal activismo nos recuerda el valor, el sentido, y la importancia de la crítica y la protesta sin concesiones, aún en momentos que otros describían como de absoluta fragilidad institucional. Las escandalizadas reacciones de algunos –entonces u hoy- en nombre de la estabilidad institucional, o la supervivencia de la democracia, solían ser, como hoy suelen serlo, meras excusas destinadas a evitar la crítica.


II. "Siempre hay errores.”
Una manera habitual de eludir los propios compromisos críticos consiste en apelar a frases tan generales como la que aquí cito (“siempre hay errores”), que hubieran podido ser dichas, como sabemos, en apoyo del peor gobierno autoritario (que, valga aclararlo, para los más susceptibles, estoy lejos de pensar que sea el caso). Se nos dice entonces que “no todo es perfecto”; o que “hay desprolijidades, como en todo proceso de cambio;” o que los “nuevos edificios se hacen a veces con ladrillos viejos,” afirmaciones que pretenden legitimar la propia falta de crítica, mientras buscan diluir las existentes. Frente a tales dichos, corresponde señalar, primero, que es un valor público el conocer cuáles son esos errores, qué dimensión y qué lugar ocupan, o qué profundidad tienen; y segundo, que la intelectualidad de izquierda tiene un papel crucial que jugar, en este sentido (un papel que supo asumir, responsablemente, por caso, durante los años del menemismo). Por otra parte, agregaría que el conocimiento preciso de esos problemas resulta una condición indispensable para la resolución de los mismos. Pero de esto último me ocupo en la sección que sigue.


III. "El cambio hay que promoverlo desde adentro.”
Reconociendo, en la intimidad, el riesgo de dar amparo a lo inaceptable, muchos intelectuales de izquierda sostienen alguna versión del viejo dicho según el cual “los trapos sucios se lavan en casa.” Se sugiere, entonces, que –antes que la denuncia pública- la crítica al interior del partido o del gobierno es más efectiva, además de más conveniente (aunque sobre esto último volveré más adelante). Esta réplica, sin embargo, enfrenta varios problemas. En primer lugar, ella tiene sentido –si es que alguno- entre militantes experimentados, de base, con capacidad de promover movilizaciones políticas; o entre dirigentes encumbrados, directamente influyentes sobre el poder. Sin embargo, esta respuesta pierde casi todo interés cuando proviene de grupos que están lejos de situarse entre algunos de los nombrados. En segundo lugar –y para el caso de los intelectuales que tienen alguna llegada al poder- habría que decir que son muy pocos los que tienen “línea directa” con la presidencia (por lo cual la idea del “cambio desde adentro” queda, en la gran mayoría de los casos, como una mera aspiración flotando en el vacío). En tercer lugar, podría agregarse que –por lo que uno conoce- estos intelectuales con cercanía al poder no han destacado por sus filosas críticas “desde adentro”. Finalmente, señalaría que estos intelectuales críticos con llegada al poder no han recibido, sino en casos excepcionalísimos y muy localizados, atención real por parte de quienes gobiernan, que (con razón o sin ella) no se muestran especialmente abiertos al asesoramiento, o sensibles a las opiniones de intelectuales y profesionales con conocimientos, que puedan asistirlos con reflexiones para el mediano y el largo plazo.


IV. "Estamos obligados.” Otra forma de responder a cuestionamientos como los que presento parte de la idea según la cual “estamos obligados a adoptar esta postura (de sostenimiento acrítico del gobierno), dado el poder de aquellos a los que enfrentamos, que no cejan en su campaña contra el kirchnerismo.” Esta respuesta también aparece como desafortunada, sobre todo cuando se advierte que las críticas al gobierno gozarían de menos receptividad si el gobierno resolviera muchos de los temas sensibles por los que es criticado. De allí la importancia y valor de fortalecer el lugar y el espacio público de la influyente e informada crítica de la izquierda. Se me podrá decir: “esto supone que las objeciones al gobierno están localizadas en algunos puntos críticos, y que si esos puntos críticos se disolvieran (porque el ejecutivo resuelve los problemas del caso), se terminarían con las impugnaciones al gobierno, pero lo cierto es que los opositores se muestran insaciables: ningún cambio les viene bien, nada va a resultarles nunca suficiente.” Sin embargo, esta réplica peca por su condescendencia, que se manifiesta en dos aspectos, al menos. Primero, esta afirmación asume que la ciudadanía está conformada por una masa ingenua y desinformada, a la merced de las manipulaciones de los medios de comunicación. La ciudadanía no tendría capacidad para conocer y evaluar, por sí misma, y a partir de su experiencia cotidiana, la perfomance del gobierno. Segundo, esta afirmación insiste en su condescendencia cuando asume que el discurso machacoso a favor del gobierno (discurso a veces inverosímil, como lo fuera aquél de “Menem lo hizo”) puede convertirse en una alternativa deseable, frente a los duros ataques de la oposición. Contra tal tipo de creencias habría que recordar que la Argentina cuenta con una larga historia de prensa cerradamente hostil al gobierno de turno: la sufrieron, en su momento, Hipólito Yrigoyen, o Juan Perón, entre otros. Sin embargo, lo sabemos también, en todos los casos, la construcción de una contra-prensa híper-parcial, adicta y complaciente no sirvió para educar a la ciudadanía, sino para empobrecer, todavía más, la discusión colectiva. Como dijera Marx contra Proudhom: actuando de tales modos no se construye una síntesis, sino un error compuesto.


V. "Se trata de un proceso histórico, que hay que situar en su contexto.” Por su carácter repetido y pretencioso –a la vez que por su superficialidad asombrosa- son pocas las defensas del gobierno que resultan tan impropias como ésta. A esta altura deberíamos saberlo: en su vacuidad, argumentos pretendidamente históricos como el citado, pueden ponerse al servicio de la justificación de cualquier fenómeno: desde Nelson Mandela a Idi Amín, desde Illia a Menem, siempre puede decirse, frente a cualquier crítico “hay que pensar en las circunstancias particulares que rodeaban al gobierno del caso, en ese momento.” Contra esta pretensión, resulta claro, debe decirse que el hecho de que un particular fenómeno pueda situarse en la dimensión “tiempo,” y explicarse por una serie de causales que siempre conoceremos de modo incompleto, agrega poco o nada a la hora de reflexionar sobre la justificación del mismo. Y sin embargo, y a pesar de ello, una y otra vez se insiste con lo obvio: “hay que entender lo ocurrido dentro de su contexto.” “Y entonces” –correspondería preguntar- “ahora que conocemos el contexto en el que emergieron y crecieron gobiernos como el de Mandela o de Idi Amín, qué hacemos, cuando de lo que se trata es de evaluar lo que ellos han hecho?” En definitiva, la evaluación de un gobierno o proceso no debe resultar dependiente de su explicación. (De paso, convendría señalar -frente a los militantes del argumento “en contexto”- el notable hecho de que, en estos tiempos, distintos gobiernos latinoamericanos hayan tenido performances de gobierno tan diferentes, a pesar de estar enfrentados a vaivenes económicos externos relativamente semejantes, y condiciones internas también similares. Muchos de ellos, llamativamente, han llegado al final de su mandato con índices de popularidad altísimos, mientras que otros, como el nuestro, mantienen índices de popularidad muy bajos. El fenómeno llama la atención sobre los límites de la explicación “contextual” más común que, por caso, quiere dar cuenta de las caídas de popularidad de la dirigencia local, a partir de las resistencias del poder establecido frente a las políticas de cambio. Nada de esto parece haber ocurrido en ninguno de los países vecinos, sino todo lo contrario: dichos gobiernos ganaron popularidad, en lugar de perderla, a través del enfrentamiento con sectores poderosos).






VI. "Ustedes no entienden.” La respuesta favorita de algunos –muy en especial, de aquellos que han tenido algún episodio ocasional de militancia junto a los más pobres- consiste en la aserción según la cual uno no entiende lo que otros (“ellos”) cabalmente comprenden, acerca del significado e implicaciones de la política argentina. Esta afirmación es similar a la anterior (y por tanto vulnerable frente a similares objeciones), aunque venga acompañada, en este caso, por un plus de irritante e injustificada arrogancia. Sin embargo, hay otro elemento especialmente grave que se reconoce más claramente en este caso, y que merece ser destacado. Y es que hay pocos argumentos que, como éste, resultan tan funcionales al peor envilecimiento, a la peor degradación, que sufre y viene sufriendo nuestra política práctica. En efecto, el argumento en cuestión (acerca de la “ignorancia política” del interlocutor) aparece, de modo habitual, para amparar los pactos del gobierno con la dirigencia más corrupta del Gran Buenos Aires; o para sostener al ejecutivo frente a las acusaciones que recibe, con motivo de la corrupción que parece reinar en distintas esferas del gobierno (muy en especial, en el área clave de Obras y Servicios Públicos). Los que se nos dice entonces, frente a eventuales críticas, es que “no entendemos” de qué se trata la “política real.” Quienes articulan este tipo de defensas del gobierno no advierten de qué modo ellos se convierten en pieza clave para el mantenimiento del fenómeno criticado. Ellos parecen ignorar, en los hechos aunque no en el discurso, que a pesar de las tremendas limitaciones políticas, sociales, económicas, culturales, que afectan a nuestra vida pública, aún así, y a pesar de ellas, hay amplios territorios por recorrer, programas posibles, en procura de un cambio. Abrazar e impulsar cualquiera de estas posibilidades requiere, como paso necesario, el abandono del discurso falso, conservador o directamente reaccionario, que reclama para sí el contar con certezas que la realidad desmiente. Hechos recientes como la elección de un presidente negro, en los Estados Unidos; o experiencias de gestión decente en alcaldías marcadas por la violencia y el horror, en Colombia, reafirman simplemente lo que debiera ser obvio: muchas veces, lo que se presenta como utópico (i.e., en nuestro caso hacer política de otra forma en el Gran Buenos Aires; gestionar de un modo diferente la obra pública), se parece demasiado a lo no intentado. Será que veces llamamos imposible, simplemente, a aquello a lo que en realidad no apoyamos?


VII. "Están comprados.”
No quiero detenerme demasiado en este tipo de acusación aunque, de un lado y del otro de este debate, ella se escuche de modo frecuente, para justificar el propio lugar que uno ocupa en la disputa. No me detendré en la misma, aún aceptando la realidad de que existen, en ambos casos, personajes públicos cooptados, y periodistas que proclaman una independencia de la que en absoluto carecen. Son muchos, qué duda cabe, los que escriben o hablan de acuerdo con las directivas que acompañan al dinero que reciben. Sin embargo, no presumo ni quiero presumir aquí que la mayoría de las personas a las que critico se hayan “vendido,” o estén dispuestas a hacerlo, a cambio de algún dinero. Del mismo modo, me interesa simplemente afirmar que muchísimos de entre quienes criticamos al gobierno lo hacemos, simplemente, porque consideramos justo y relevante hacerlo. Como dijera Tulio Halperín Donghi, examinando el debate Alberdi-Sarmiento: se ha llegado al momento en donde lo que predomina es una actitud de hurgar en la historia o en el presente, en busca de motivos para la injuria, en lugar de razones para el debate.


VIII. "Es preferible empujar ciertos cambios (a pesar de los problemas que encierren), cuando mejoran lo que tenemos y permiten cambios futuros (o, una curiosa defensa del gradualismo).”
En el debate por la Ley de Medios, o en la discusión que siguió a la creación de la “Asignación por Hijo”, muchos de los defensores del accionar del gobierno presentaron un argumento del tipo citado. Básicamente, ellos reconocían que las iniciativas del caso encerraban fallas serias pero -nos decían- igual debíamos dar apoyo a las mismas (en lugar de criticar sus falencias), porque venían a mejorar lo que teníamos, a la vez que posibilitaban cambios, en un futuro cercano. “Una vez rotas las barreras que vienen bloqueando estas iniciativas” –podían decirnos- “se hará posibles introducir nuevos cambios que mejoren lo que aprobamos, y que nos posibiliten ir más allá de lo (mucho) alcanzado.” Contra lo que estos dichos suponen, tales ejemplos pueden resultar apropiados, justamente, para ilustrar los problemas de la posición citada. Ambas situaciones (Ley de Medios, Asignación por Hijo), representan dos casos extraordinarios de políticas susceptibles de encontrar respaldo en mayorías amplísimas, pero frente a las cuales el gobierno insistió en alternativas legales mucho menos que óptimas, que implicaron a la vez resignar la posibilidad de sostener a las mismas a partir de coaliciones mucho más abarcativas. Al respecto, habrá que decir que si se llegó a ese resultado indeseable ello se debió, de modo muy especial, a la intervención de los sectores acríticos que aquí impugno que –cuando era posible y necesario hacerlo- silenciaron sus críticas, y decidieron “cerrar filas” con el gobierno, en defensa de proyectos que –lo reconocían- eran, en muchos puntos, seriamente objetables. Frente a esto se podrá decir que “en ese momento no era posible otra cosa,” pero esto nos llevaría otra vez al paupérrimo “argumento histórico,” antes criticado. Típicamente, sugeriría, la Ley de Medios hubiera sido apoyada por una coalición mucho más amplia de la que la apoyó, si el gobierno hubiera eliminado, ya en ese momento, las inaceptables cláusulas que venían a favorecer la construcción de su propio monopolio comunicativo. Alguien podría decir, contra esto, que la oposición hubiera seguido siendo crítica y hostil al gobierno, aún si el gobierno hubiera aceptado la introducción de más cambios. Pero este argumento (que adolece de problemas ya examinados), no resulta persuasivo. Menos aún, cuando se lo examina a la luz de la reciente aprobación, en Diputados, de la ley de matrimonio gay. Este caso representa una excelente demostración de que, cuando se promueven medidas de importancia, que la oposición genuinamente valora, los sectores críticos del gobierno se muestran lejos de negar su apoyo parlamentario para las mismas. Claramente, éste hubiera sido el caso en la discusión de la Asignación por Hijo, que implicó por parte del gobierno una apropiación, en parte bastardeada, de iniciativas impulsadas y ampliamente compartidas dentro de la oposición: Quién puede creer que (buena parte de) la oposición hubiera rechazado, parlamentariamente, un programa de Ingresos Básicos genuinamente universal, como el que hasta entonces ellos mismos proponían?. Contra todo lo dicho hasta aquí alguien podrá alegar la política de los hechos consumados: “lo cierto es que hoy contamos con leyes democráticas, como la Ley de Medios, y esto es lo importante, contra todo el palabrerío de la oposición.” Pero, otra vez, este argumento a los empellones se enfrenta, como era de esperar, con problemas serios: hoy por hoy, la suerte de la Ley de Medios es muy azarosa, justamente, porque el gobierno prefirió no apoyar a la misma en una coalición más amplia. Decir esto, insisto, no implica sostener que ella no resultaría atacada, en caso de haber sido el resultado de un acuerdo más amplio –lo sería en todo caso, sin dudas, dado los desafíos que implica sobre el poder establecido. Lo que intento decir es otra cosa, esto es, que ella resultaría mucho menos vulnerable de lo que hoy resulta, frente a los obvios ataques que en todo caso recibiría. En tal sentido, el no haber apostado a la formación de coaliciones más amplias ha redundado, no sólo en peores normas (asumo aquí que las normas tienden a perfeccionarse más, cuanto más se discuten, aunque ésta no sea, obviamente, una regla necesaria de la política), sino también en normas políticamente más débiles, menos sólidas, previsiblemente menos estables. La cerrada defensa del gobierno –el inexplicable seguidismo de muchos de los intelectuales a quienes aquí objeto- resulta un elemento crucial, a la hora de explicar los innecesarios déficits que hoy rodean a normas que fácilmente hubieran podido aprobarse y mantenerse estables, de un modo mucho más firme y más justo.





IX. "La alternativa es mucho peor.” Una expresión clásica entre los que defienden al gobierno, desde posiciones progresistas, es la que afirma –de modo simple y concluyente- que “la oposición es mucho peor que quienes hoy nos gobiernan.” Para qué probar alternativas, entonces, que amenazan con acabar con lo bueno que ahora se ha hecho, al tiempo que no prometen nada demasiado interesante, sino, en todo caso, políticas repudiables? Las dificultades que uno puede encontrar con esta postura son múltiples, y aquí sólo me refiero a algunas (aunque más arriba ya he sugerido respuestas que son aplicables al caso). En primer lugar, la existencia de alternativas peores no provee ninguna excusa para dejar de hacer críticas necesarias: si ciertos funcionarios del gobierno defienden lo indefendible (i.e., políticas de “mano dura”), o incurren en conductas ilegales (i.e., sobornos) ellos deben ser denunciados y criticados, en lugar de amparados a través de la justificación o el silencio, como hoy cotidianamente ocurre, por parte de sectores bien formados e informados. En segundo lugar, la afirmación según la cual “la oposición es peor” supone que criticando al gobierno se lo debilita, cuando la crítica puede servir perfectamente para fortalecerlo. En tercer lugar, es totalmente posible hacer las dos cosas al mismo tiempo, esto es, criticar al gobierno y a la oposición. En cuarto lugar, la afirmación del caso presupone también (alguien podría decir, interesadamente) una noción errónea (y a la vez tan presente en la historia de la política argentina), según la cual nuestra política es simplemente binaria. En otras palabras, se supone aquí la existencia de sólo dos bandos u opciones políticas, que no dejan opciones serias a sus costados. Sin embargo, esta idea enfrenta al menos dos dificultades serias. Primero, ella es empíricamente falsa, dado que la oposición es, si algo, diversa y heterogénea. Y en segundo lugar, y lo que resulta tal vez más importante, se trata de una profecía que quiere autorrealizarse, dado que este tipo de argumentos socavan la posibilidad de formar coaliciones diversas y transversales, al ponerse a favor del status quo. En lugar, entonces, de criticar incondicional y severamente lo que es criticable; y en lugar de bregar incansablemente por la formación de coaliciones diferentes, menos comprometidas con lo peor del pasado, este argumento se pone al servicio de los pactos y las políticas que existen, por más que tales políticas incluyan conductas y acuerdos aberrantes, que de este modo quedan bien a resguardo. Finalmente, en quinto lugar, y frente a una variante del argumento en cuestión que diría, en este caso, que la oposición “no tiene propuestas”, podría señalarse lo siguiente. Mucho de lo interesante que apareció en estos años resulta un producto del trabajo de años que vinieron haciendo movimientos sociales y partidos distintos del oficialismo. Fue la oposición la que insistió, una y otra vez, con variantes del Ingreso Básico Incondicional, que el oficialismo rechazaba, hasta que aprobó una versión mucho menos radical de aquella propuesta, a través de la Asignación por Hijos; la causa del matrimonio gay, bandera habitual de la izquierda, resultó absolutamente ajena al oficialismo, hasta hace pocas semanas; la oposición supo presentar, años atrás, un detallado proyecto de ley de radiodifusión, que fue bastardeado entonces por el peronismo (aunque se asemejaba en mucho a la actual ley de medios, salvo en algunas cuestiones interesantes: no abría espacio para la constitución de un nuevo monopolio estatal).


X. “Nosotros hacemos.”
Frente a la última cuestión examinada en la sección anterior, y según el cual ha sido la oposición la fuente de propuestas centrales que luego el oficialismo ha aprobado, alguien podría replicar, entonces: “bueno, lo que se demuestra entonces es que el oficialismo es el que hace las cosas –el que puede hacerlas- mientras que la oposición se va en palabras.” Contra a este argumento diría por ahora sólo unas pocas cosas. Ante todo, el peronismo ha sido un factor de bloqueo efectivo, en la oposición, frente a propuestas oficiales atractivas. Para decirlo de modo más claro: el oficialismo ha sido causa decisiva en que “los otros” no puedan hacer. Sin embargo, ése no es, precisamente, un mérito del que deba jactarse el partido hoy en el gobierno. Por caso, la deslealtad de haber puesto el grito en el cielo frente a las tibias iniciativas privatizadoras de Alfonsín-Terragno (“vendepatrias!”), para luego –y en boca de esos mismos críticos- pasar a hacer una desvergonzada defensa de un proceso delictivo de privatizaciones, no habla muy bien de parte del elenco político hoy todavía dominante. En segundo lugar, merecería ponerse en duda el hecho hoy indiscutido según el cual, quienes están en la oposición, ya demostraron su incapacidad para hacer cosas (hoy son considerados los “inútiles” de la política). Empecemos por un caso: el juicio a las juntas. El juicio a las juntas es un hecho extraordinario, que merece ocupar un lugar importante en la historia contemporánea de la humanidad. Ése hecho fue llevado adelante por el radicalismo, en condiciones trágicas, en momentos de fragilidad institucional (“destituyente”) grave y, cabría decir, a pesar del bloqueo del partido hoy gobernante, que propiciaba entonces avalar la auto-amnistía de Bignone. Durante ese mismo gobierno, por lo demás, se aprobó la ley de divorcio, se terminó con la censura cinematográfica, se renovó la Corte Suprema, se firmó la Paz con Chile; se puso en marcha el Plan Alimentario Nacional, y un largo etcétera. Uno puede estar más o menos de acuerdo con esas iniciativas (alguien está realmente en desacuerdo con ellas???), pero es muy curioso que ese tipo de medidas den fundamento para hablar de una (actual) oposición que, desde el gobierno, “demostró su capacidad para no hacer nada”. En tercer lugar, también es cierto que, gracias a la violación de las formas, se pueden hacer muchísimas cosas. El gobierno de Menem es una buena demostración, en ese sentido. Su ejemplo nos ayuda a pensar, en todo caso, sobre el (temible) valor de gobiernos que –no importan los medios- se muestran dispuestos y capacitados para hacer, literalmente, cualquier cosa. Finalmente, queda la discusión acerca de esa formalidad o falta de formalidad con que a veces se hacen las cosas, pero sobre este punto me detendré más adelante.


XI. "Se le hace el juego a la derecha.”
El argumento más habitual, tal vez el que ha aparecido como el más importante, en defensa del gobierno, desde la izquierda, tiene que ver con la idea de que, criticándolo, uno ayuda a vigorizar a la (ya poderosa) derecha. Dada la sorprendente centralidad que ha adquirido este argumento en la discusión política local, quisiera detenerme sobre él, de modo también especial. Es mucho, según entiendo, lo que puede decirse contra el mismo, y aquí sólo daré comienzo a una discusión posible y necesaria. Ante todo, y aunque aquí no me ocuparé de un tema ya tratado, quienes sostienen este argumento tienden a presuponer la superioridad política de quien critica, frente a la ingenuidad que se le asigna al criticado. Propondría dejar de lado este argumento, de carácter fuertemente elitista. En segundo lugar, diría que hay muchas medidas que merecen defenderse, y de hecho son defendidas, con independencia de cuál sea la posición de la derecha en dicho respecto. Por caso, uno puede valorar el esfuerzo de instituciones católicas como Cáritas, más allá de que pueda decirse que de ese modo se favorece a una Iglesia esencialmente conservadora; uno puede defender una política estricta de no censura, por más que dicho reclamo lo haya sostenido desde siempre cierta derecha; uno puede hacer campaña por la libertad en las opciones sexuales, por más que ésta sea vista por algunos como una posición puramente libertaria; uno puede proponer la despenalización del consumo y circulación de ciertos estupefacientes, por más que el paladín de la derecha económica, von Hayek, haya dicho lo mismo. En definitiva, muchos de nosotros no dejamos ni dejaríamos de bregar por ninguna de tales iniciativas, por más de que ellas sean atractivas para ciertos sectores de la derecha. En tercer lugar, la idea de que uno “le hace el juego a la derecha,” indebidamente sobredimensiona el lugar que los dichos de la mayoría de nosotros ocupa, para las políticas de la derecha. Lo cierto es que las grandes empresas, los grandes intereses, han prescindido y pueden seguir prescindiendo de una mayoría de nosotros, para defender exitosamente la maximización de sus beneficios. En cuarto lugar, la posición aquí objetada (“así se beneficia a la derecha”) desconoce el valor de algo crucial, aquí en juego, como lo es la defensa de una política no-consecuencialista, una política de la convicción, una política de los principios. Contra tal postura, tiene sentido reivindicar el lugar de los principios en política (sin asumir, por supuesto, que los principios se encuentran sólo, o fundamentalmente, “del lado de uno,” pero sí asumiendo que su lugar aparece muy degradado en el discurso de muchos de aquellos a los que critico). En quinto lugar, resulta paradójico que muchos hayan pasado a suscribir cantidad de políticas propias de la derecha (medidas que tiempo atrás no hubieran osado sugerir siquiera, por caso, en relación con las políticas de seguridad o el pago de la deuda), para…no favorecer a la derecha! Finalmente, quisiera sugerir que las políticas que aquí se critican (y que resultan defendidas con el latiguillo de que quienes las impugna le hacen “el juego a la derecha”) son políticas que deberían ser criticadas, entre otras razones… porque sirven a la derecha. En efecto, muchas de las críticas que uno merece hacerle al gobierno no son ideológicas, en un sentido estricto (aunque sí amplio) del término: criticamos la destrucción del INDEC, porque consideramos un valor contar con información estadística confiable y transparente (y sin necesidad de asumir una visión ingenua sobre los aspectos ideológicos de toda estadística); denunciamos que las campañas electorales del kirchnerismo se hayan financiado con el dinero de la “mafia de los remedios,” por el tremendo riesgo que representa la mezcla de la política con el narcotráfico; nos preocupamos por la presencia de reiterados negocios “sucios” con Venezuela, no porque creamos que la política es “blanca y tierna,” ni porque identifiquemos a Hugo Chávez con el demonio, sino porque resulta simplemente inaceptable que acuerdos que implican la circulación de valijas millonarias entre un país y el otro se hagan de modos no transparentes; criticamos las “candidaturas testimoniales” porque representan una manera de burlar al electorado, y de degradar la ya muy degradada política representativa local. Dicho esto, interesa resaltar lo siguiente: es dable esperar que, frente a un gobierno que se obstina, de modo insólito e inexplicable, en el mantenimiento incuestionado de prácticas que implican falsedades (por caso, las cifras mensuales sobre los niveles de inflación); o un gobierno que desconoce de manera arrogante a quienes critican lo que es para cualquiera inaceptable (por caso, el financiamiento espurio recibido por el Frente para la Victoria), la ciudadanía vote a favor de casi cualquier opción que tenga la perspectiva de vencer al gobierno, no porque su enojo la incline a optar por posiciones ideológicas de “derecha” sino –simplemente- porque así espera torcerle el brazo a un gobierno que se muestra sordo e imperturbable frente a las críticas. El crecimiento absurdo de ciertas aisladas figuras de la derecha, en la Ciudad de Buenos Aires o –increíblemente- en la Provincia de Buenos Aires, tienen que ver fundamentalmente con lo señalado –y mucho menos con el hecho proclamado (pero empíricamente muy dudoso) según el cual “la ciudadanía se corrió a la derecha.” El ejemplo de las “candidaturas testimoniales” resulta, otra vez, muy apropiado, sobre todo cuando uno recuerda la cantidad de colegas kirchneristas que, en esos tiempos, desmerecían, con una sonrisa en sus labios, las preocupaciones “leguleyas” que uno alegaba. Esas mismas cuestiones formales, en el fondo tan sustantivas, jugaron un papel decisivo en el fortalecimiento de la “derecha posible” en las últimas elecciones. Necesitamos una reflexión más compleja, entonces, antes de determinar cuáles son las acciones y decisiones que “objetivamente” favorecen y han favorecido a la derecha.


XI. “Nosotros nos ocupamos de la sustancia, ustedes de las formas."
Muchos de los defensores del oficialismo sostienen, a su favor, que ellos apoyan políticas sustantivas, mientras que los adversarios del gobierno se preocupan por “formalismos” y se asustan por las “desprolijidades” que caracterizarían a algunas acciones promovidas por el ejecutivo (aunque guardarían silencio frente a similares “desprolijidades” cometidas por la oposición). Este debate, como otros, suele mostrar en sus bordes las edades de sus protagonistas. Ocurre que parte central de la defensa del kirchnerismo ha quedado en manos de personas de cierta edad, que abordan la discusión política con las mismas claves con que lo hacían en las etapas primitivas del peronismo. En ese momento, resultaba especialmente interesante y productivo señalar de qué modo las “señoras gordas” de Barrio Norte se conmovían ante la llegada de trabajadores sudorosos al Centro de la ciudad, o manifestaban sus odio en consignas del tipo “viva el cáncer”, frente a una Evita enferma. Claramente, ha pasado mucho tiempo desde entonces, y aunque sigue habiendo “señoras gordas” que se indignan por la forma en que se viste la presidenta, sería bueno colocar el debate en otros andariveles menos rodeados de naftalina. De todos modos, puede valer la pena hacer un esfuerzo por tomar en serio lo que tienen para decir quienes todavía hoy sostienen posiciones semejantes en defensa del oficialismo (no tomaría en serio, en cambio, a los que centran sus críticas a la presidenta en el tipo de carteras que usa). Sobre la crítica basada en la distinción sustancia-forma, entonces, podrían señalarse varias cosas. En primer lugar, muchas de las principales objeciones que merece el gobierno son crudamente sustantivas, tales como favorecer la explotación minera más brutal; poner las emprsas del Estado al servicio del “capitalismo de amigos;” financiarse políticamente con dinero proveniente de la mafia de los medicamentos (abriéndole la puerta a la explosiva mezcla política-narcotráfico). Este tipo de cuestiones serían suficientes para fundar una crítica demoledora contra el gobierno: bastaría con esto. En segundo lugar, cuestiones tan aburridas complejas, formales y legalistas como el “debido proceso,” sirven para trazar una línea decisiva entre dictadura y democracia, autoritarismo y derechos humanos. Son los temas del “debido proceso” los que de inmediato resaltan cuando se critica a la dictadura por la tortura y los “apremios ilegales;” o se objeta al gobierno de George Bush por las bases de Guantánamo operando en un “vacío legal:” la leccción es que deben respetarse siempre, incondicionalmente, los procedimientos del debido proceso. Lo que allí está en juego es la vida, el respeto de la dignidad humana, la custodia de derechos humanos elementales. Lo dicho, por supuesto, está dicho no para sugerir que el gobierno tortura, sino para insistir sobre el valor de preocuparse por las cuestiones formales, aunque a veces parezcan naderías. Criticamos que el gobierno desobedezca órdenes de la Corte Suprema, en Santa Cruz; o que reniegue de sus obligaciones de dar información que debiera ser pública, porque creemos que, al actuar de ese modo, el gobierno abusa de su poder y aprovecha la falta de visibilidad de sus actos para favorecer el enrequicimiento de sus amigos, amparando injustas e indebidas desigualdades. En tercer lugar, si la oposición es inconsistente en su preocupación por las cuestiones de debido proceso, allá ella: lo que aquí se sostiene sirve perfectamente para criticar, al mismo tiempo, al gobierno y a su (inconsistente) oposición: es posible y recomendable hacerlo. En cuarto lugar, oficialismo y oposición suelen mezclar, intencionadamente, temas banales, como la desprolijidad con que se viste el ex presidente, o las operaciones faciales de la presidenta, con cuestiones que no lo son, tales como el ocultamiento de las rutas del dinero oficial, o sus maniobras para la designación de amigos en organismos de control: todas esas cuestiones pueden referirnos a “desprolijidades” y “excesos”, pero mientras concentrarse en las primeras es una zoncera, encubrir las segundas apelando a la superfluidad de las primeras es un acto de mala fe. En quinto lugar, no debe perderse de vista que suele haber una íntima conexión entre cuestiones formales y sustantivas. Por ejemplo, la queja por el no reconocimiento jurídico pleno de la central obrera CTA tiene que ver, fundamentalmente, con el hecho de que con tales omisiones se dificulta la defensa de los derechos de los trabajadores. Conviene recordarlo: la forma suele estar, como en este caso, demasiado cerca de la sustancia.

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Angel dijo...

Es que ese es el punto. Yo puedo estar de acuerdo con este modelo capitalista con fuerte intervención estatal frente al modelo neoliberal, pero eso no me lleva a creerme p. ej. que la eliminación de las AFJP es de fuente ideológica; lo habría sido si hubieran guardado la plata de los jubilados en moneda fuerte, pero si se la gastan y no se de dónde cobrarán los jubilados en 2012, entonces ¿qué diferencia hay entre esta acción y las privatizaciones liberales? las dos son un vulgar manoteo.

rg dijo...

todo bien druida, placer discutir un rato sin insultos

maiakovski dijo...

Gonzalo, 6ooo procesaods. ¿cuántos encanados? Minería a cielo abierto: ¿qué tipo de minería querés? Yo no soy Aníbal Fernández, 0flaco, para atajarte las pelotas una a una. Sobre todo cuando me planteás temas a distintos niveles que para mí no son fundamentales en la descripción de este gobierno ni de ninguno, ni siquiera el más yo pueda odiar en la hisroria argentina. Simplemente te digo que hay temas de crítica de sobra, ahora como en tiempos de la colonia, y mi duda, y por eso tiré la idea "constructivista", que fue la que tuvieron intelectuales argentinos como Sarmiento y Alberdi, es acerca de si la "crítica", con los ropajes de dificultad, lucha inquietud y heroísmo que le quiere endosar rg ( a propósito, ¿cuál es tu nombre completo, flaco), no es nada más que un mito cómodo. A mí no me cabe duda de que cierto tipo de oposición es mucho más cómodo y rentable en este momento que ser oficialista.Por otra parte, me pongo al mismo nivel de abstracción que el autror del post, que habla de intelectualez de izquierda kirchnerista en general sin una cita concreta ni un nombre propio. Chiste final: que el prolífico autor del post recuerde la teoría del chiste de Freud y que en broma puede decirse cualquier cosa, incluso lo que uno piensa y quiere. Entonces, muy en serio, digo lo siguiente: a mí no me echan de ningún lado si no es con la fuerza pública. Si no soportan ciertos argumentos por un problema psicológico, no abaran discusiones como la que abrieron.

Gonzalo dijo...

Qué demonios decís?
6000 procesados y varios encanados (eso depende del momento, pero varios cientes).
Y que? Vos tenés ganas de estar procesado? Vos tenés ganas de no poder conseguir laburo porque "salte" tu proceso? No poder salir del país? (claro, acá va a aparecer que uno quiere ir a Miami; yo, por ejempo, soy uruguayo. Hay procesados chilenos y paraguayos, por lo menos; no pueden ver a su familia ni salir a hacer un trámite; no se trata de no irse de vacaciones o de ir a comprarse un plasma en Encarnación) No saber cuando te vienen a busar? Qué carajo querés decir? Y el efecto en la lcuha (que claro, es el buscado). Vos tenás ganas de pasar de "ciudadano" de segunda a procesado? A qué carajo viene tu pregunta??
Minería a cielo abierto! Mata, contamina, destruye. Está prohibida en Europa. A qué viene tu pregunta??? Qué mieria quiero? Una que de más beneficis que problemas. No problemistas, Maiakovsky!!! Enfermedad y muerte!! En Jachal el río contaminado destruyó las economías de huertas familiares con las que la gente tenía una fea costumbre... comía casi todos los días, Maiakovsky!!!!!!! De qué la vas????
No sos (C)Aníbal Fernández..... estás seguro? EL cómplice del asesinato de Kosteky y santillán? No sos? Bueno, no te parezcas...
De donde acás que es más rentable ser crítico??? Andá a preguntarle a los que cobran por ser escribas y adulones, como Barone o Sandra Ruso.. Que te pensas que uno cobra por ser crítico? De donde salista! Ya no corre lo del oro ruso. Y finalmente, otra vez, con preguntas "capciosas te hacés el osos. Cotetalas, de una vez, y dejá de hacerte el boludo

El 13 de mayo de 2010 23:55, maiakovski escribió:

maiakovski ha dejado un nuevo comentario en la entrada "Intelectuales, kirchnerismo e izquierda (con adden...":

estudiante crónica dijo...

Ramiro, pero "gente con la que hablo" son intelectuales? la enorme mayoria de la gente con la que yo hablo puede hacer criticas en facebook y en su blog, no es que los levanta la nacion (y las hacen!).
He visto editoriales criticos de Verbitsky y de Wainfeld, en pagina/12, para seguir con el ejemplo de RG. La respuesta no puede ser
"ah, pero no critican esto otro".
no conozco intelectuales famosos que critiquen una cosa en privado y no digan nada en publico (no conozco intelectaules famosos, period). conozco gente no famosa que critica en los espacios que tiene lo que le parece. Pero debemos conocer distinta gente.

Luis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis dijo...

Escrito demasiado extenso

A éste frondoso árbol se lo podría haber podado de tal manera que el tronco y sus principales ramas quedaran a la vista y expuestas con claridad a la luz de la inteligencia ¡Y en este día pleno de sol!
Para ser coherente con lo que el autor reivindica, voy a formular la siguiente y única crítica:
1.- Es un escrito barroco en su estilo, con reminiscencias románticas y chisporroteos modernos
La autodefinida izquierda y su megadiscurso es una categoría perimida sepultada por la posmodernidad, por lo que todos sus planteos (o justificaciones) NO REQUIEREN EL MENOR ANÁLISIS.

www.arqherrero.blogspot.com

Abelardo Pardales dijo...

Primero es por lo menos problemático saber a qué intelectuales se refiere. De los enrolados en carta abierta – al que le he hecho algunos reportajes – Ricardo Forster, Horacio González he notado sus adhesiones pero también las prevalencias del sentido crítico, y cuando con ellos repasamos temas por decir sólo algunos como Jaime, Indec, minería etc. etc. me permitieron saber de la tensa relación de sus convicciones y principios con estas realidades.
Qué se les pide entonces? ¿Mayor énfasis en la crítica?
¿Qué les reprocha Roberto? Que no pongan el dedo en la llaga recordándole al gobierno antiguas fidelidades y promesas, que no alumbren con su saber las zonas tan oscuras de este gobierno? No le basta la medianía del gigantesco y permanente coro de medios y relato opositor resucitando viejas denuncias, recordando valijas, o el grupo Aurora que nos advierten que vivimos en una dictadura?
Quizás estos intelectuales – hartos de pensar sus roles - han comprendido el natural desfasaje entre las necesidades de los que reflexionan y los que gobiernan. Quizás han superado la instancia del abatimiento que provocan los desengaños que suelen padecer de los políticos. Quizás soportan esa lógica hostil, que suele deparar a muchos pensadores la propia realidad de la política y han puesto en sintonía, la realidad y la razón.
¿Han dejado de ser intelectuales por ello?
¿Han dejado de serlo si comprenden que en política hay cosas mejores y peores, que en este terreno los absolutos del bien o el mal parecen no existir, que la realidad política está llena de matices, donde es problemático encontrar los puros o los corruptos?
Claro que esto no justifica los silencios a su crítica tan reclamada; pero tenga alguna tolerancia y intente comprender las conductas como inherentes a las visiones que cada persona pueda tener de cada hecho- lo que es decir- es sumamente válido que Ud. reclame mayor énfasis en la crítica en nombre de la coherencia que debe “tener un intelectual”; así como es válido que “estos intelectuales” minimizan la relevancia de ciertos hechos porque adhieren a una estrategia de poder. Ambas posiciones pueden ser imprescindibles, pero autónomas.

Anónimo dijo...

Creo que alguien ya lo dijo... pero entre la tapa de la revista barcelona nº 185, y "El juego de hacerle el juego a la derecha" y la nota "Aseguran que el gatillo facil, la criminalizacion de la pobreza, el capitalismo salvaje y la desaparicion de testigos que declaran contra represores le hacen el juego a la izquierda" del nº 186 casi que me eximen de mayores comentarios
Saludos!
JC

Luis dijo...

Abelardo:

1.- Intelectual es sinónimo de CRÍTICA. Sin crítica no existe el intelectual
2.- Intelectual e ideología política es una una "Contradictio in adjecto". La ideología limita, encuadra; es un marco de referencia, un horizonte de sentidos donde la totalidad (ámbito del intelectual) se fragmenta; correspondiéndole a cada fragmento una ideología.

(Decir que un intelectual no debe tener ideología es una aporía, lo sé; son proposiciones autoreferenciales ya definidas por Kurt Gödel, pero su belleza y libertad radican, justamente, en saberlo).

abelardo dijo...

Identidad sumatorio en el político e identiteraria en el intelectual. Quiero decir igualmente válidas." Vamos donde podemos ir y con todos los que quieran venir. No importa que, al ser tantos y tan diferentes, no sepamos qué somos. Sabemos qué queremos: el poder. Después de todo: ¿no es la democracia, -entre otras cosas -, aquel ordenamiento institucional para poseer decisiones en el cual adquirimos poder gracias a una lucha competitiva por el voto de la población"?
Los intelectuales (siempre necesarios) se horririzan y por esto esto pueden acusar de los políticos de pragmaticos, en tanto privilegio aspectos estrictamente prácticos en detrimento de otras dimensiones; pero aun aceptando que éstas pueden estar ausentes, el político puede meditar que los votos le darán las fuerzas para restituirlas.
Hay frases de antología del “gran conductor” con idéntico espíritu: “Si quiero llegar sólo con los buenos, voy a llegar con muy pocos”, descifrando la estructura sumatoria del poder o, el mismo Alfonsín: “Si hay que negociar con el Diablo, me sentaré con el Diablo”. Agregá a la galería los pragmáticos que creas conveniente.

Mingus dijo...

Roberto, va el comentario pero en 2 partes porque no entra en una sola entrada:

El texto, con grandes aciertos y sutiles (y a veces no tanto) desenmascaramientos, peca de una cuestión, a mi entender, perimida, subsumida baja la prepotencia de los hecho del presente. No el nuestro en particular, sino el de toda una época. A saber: ¿Hoy, en la era de lo espectacular integrado, del postfordismo, de la comunicación generalizada (o como quieran denominar a esta etapa del capitalismo reinante) existe la figura del intelectual como otrora la conociéramos? (Por favor, no creas que esta es una reedición de la improcedente discusión entre los “que hacen” y los “que piensan”)
Digo: ¿qué es un intelectual hoy? ¿Y de izquierda? Roberto, tu texto parece más acorde a una época signada por figuras de grandes renombres, donde, como decía justamente David Viñas, el intelectual estaba al lado del árbol justo para ver caer la manzana y decir: esto es la ley de gravedad.
Siento que todo lo interesante que podrías haber dicho sobre cada punto que señalás lo ahogás en un reclamo a tus “compañeros de sector”. Salvo que lo tuyo sería una posición crítica y la de tus compañeros acrítica. Lo siento como un reclamo corporativo de una empresa en proceso de desguace. ¿Es necesario, hoy, solicitar a un grupo de intelectuales que te ayuden a pensar mejor? ¿Sólo ellos están habilitados (si es que existen todavía en un conjunto o sector diferenciado del resto, en una “esfera” o “campo”, como se suele decir) para ayudarte a pensar mejor? ¿No sería mejor que, en vez de hacer este reclamo, digas qué estás pensando sobre cada cosa que planteas, a modo de “ejemplos”, en tu texto, sin esperar qué es lo que otros tienen para decir?
Nuestra época está signada por un modo de producción que no se limita al trabajo asalariado y, mucho menos, a un trabajo rutinario. Hoy están en juego las propias capacidades del sujeto en tanto hablante, imaginativo, afectivo. Todo esto es utilizado no sólo para decir que es lo que “estaría mal”, “lo que podría modificarse”, etc., sino que es utilizado en la propia expansión del capital a través del “trabajo cognitivo”. Una modalidad que no diferencia entre intelectuales y no intelectuales, sino que es propia de una intelectualidad de masa.
Desde ya que esto no invalida las cuestiones centrales de tus críticas (no a los intelectuales, que sí me parecen que parten de una premisa errónea desde el momento en que pensás a los mismos como un sector autónomo) al gobierno (a todo gobierno).
Sigue en el próximo…

Mingus dijo...

Continuación del anterior...
Pero creo que esas críticas existen, es decir, que son efectuadas. No hace falta buscar mucho, están y se reproducen en diferentes ambientes y bajo diversas modalidades: desde una clase, seminario, mesa redonda, encuentro (lugares típicos de la liturgia “intelectual”) hasta programas de TV, Diarios y Revistas, Blogs, etc., pasando obviamente por reparticiones estatales, oficinas públicas, gabinetes, estratos municipales, provinciales, nacionales, etc.
Qué vos quieras escucharlas de boca de quienes siempre supieron decir algo interesante sobre cualquier aspecto o situación concreta de gobierno, me parece, cuando mucho, nostálgica. Reclamás que se haga lo que se hizo en los 80, sin recordar lo sólo que quedó Alfonsín para sostener un gobierno que acababa de salir de una Dictadura y que, como bien recordás, tuvo reales actitudes destituyentes (no me parece una estrategia acertada convertirse en el réferi que, luego del partido, se va a cenar en familia). Y esto lo contraponés contra esta actualidad. Y por supuesto que no van a venir los tanques a la plaza Roberto! Eso ya no hace falta! Hoy no es una herramienta apropiada el Ejército; hoy no hace falta. Cuando hablás de medios de comunicación no lo hacés como lo que realmente son, empresas de telecomunicaciones diversificadas, sino como “la prensa”. ¿Acaso es lo mismo tener en contra a estas empresas productoras de discurso que a un Diario? ¿Es la misma época? ¿Es el mismo contexto? Y, a propósito del contexto, querés comparar a países latinoamericanos con iguales enemigos y diferentes resultas, dando a entender no sólo que Chile es lo mismo que Argentina o Brasil porque tienen similares contrincantes, sino que son los mismo culturalmente, por lo cual tendrían contextos semejantes y, por ende, deberían tener políticas igual de semejantes.
Creo Roberto que deberíamos ver los resultados concretos, cada uno desde su lugar, diciendo lo que entiende es lo mejor y lo correcto. Vos crees que la Asignación podría ser aún mejor de lo que es, puede ser, desde tu lugar, que así sea. Desde el mío, en cambio, creo que está llegando a quienes debe llegar. Y, desde el que la recibe, ni te cuento. ¿Pero estas posiciones, quizá demasiado lineales en su argumentación para el estilo “intelectual”, carecen de sentido porque no buscan la perfección de la medida?
De verdad Roberto, muchas de las cosas que leí son más que atendibles. Pero creo que le errás en el reclamo y en el interlocutor. Simplemente, y es mi humilde opinión, deberías poner en concreto qué y cómo se podrían mejorar las cosas. La intelectualidad de masa seguramente lo procesará y los resultados, tarde o temprano, estarán caminando por las calles. Si así no fuera, efectivamente, hoy debiéramos tener tanques en la plaza. Y, claro está, no los tenemos.
Abrazo

Pablo dijo...

Roberto ¿podrías, algún día, escribir algo sobre las cosas (si es que hay) con las que sí estás de acuerdo de este gobierno?
Así vemos la otra punta del arco.
Muchas gracias,
abrazo.

Pablo

Gonzalo dijo...

Acabáramos, Luis. La izquierda (su pensamiento) está perimida! Lo que está vigente, y vigente de un modo atroz es la derecha, ya lo sabemos. No requiere análisis porque lo que hay que hacer es recurrir a la famosa receta de "agua y ajo" (a aguantarse y a joderse). El pequeño problema es que algunos aguantan y se joden y otros son aguantados y son los jodedores. Tu discurso es bárbaro (no sé bien en cual de los sentidos). No sé si de quebrado o de comprometido con ellos, estás del lado de los que son aguantados y de los jodedores, al decir que hay que olvidarse de lo que es justo. En todo caso conformarse con migajas injustas, y que las cosas sigan igual.
En fin
Gonzalo

Gonzalo dijo...

Abelardo; me podrías indicar cuando, especialmente en el tiempo reciente, y especialmente que no sea un saludo a la bandera o un comentario de vecina gorda ("vio vecina lo de las mineras, que feo..¡donde vamos a ir a parar") sobre esos y sobre otros temas gravísimos? Un comentario que ofrezca una salida de lucha y no una especie de conformismo que exprese algo como "reconozco que hay miles muertos por gatillo fácil, pero por otro lado está el tema del ANSES"?
Lo último "fuerte" que recuerdo de Carta Abierta es que lamenta que haya llegado el momento de abandonar la "renuencia" a reprimir
Un saludo
Gonzalo

maiakovski dijo...

RG, te felicito por tu talante democrático y tu voluntad de sostener la discusión hasta el final. ¡Cómo te insultan en todas partes, hasta en 678, hasta Víctor Hugo! Después de que no publicaras mi último comentario, el de ayer a las 23:15, he reflexionado y llegado a la conclusión de que habrá sido porque no merezco estar en tu Seminario de Teoría Constitucional y Filosofía Política. Me vuelvo a mirar viejas emisiones de Peter Capusotto y sus videos. Aguantá firme, genio: la izquierda, la intelectualidad y la nación necesitan tipos como vos.

maiakovski dijo...

Perdón por la entrada anterior, RG, es que no vi la publicación en la página principal por mi mala vista, si querés , borralo.

Paso a contestarle (o no contestarle, da lo mismo) otra vez a Gonzalo. ¿Cientos de encanados, es decir, condenados por motivos políticos? Yo te hago una simple pregunata Gonzalo: ¿vos tenés idea de lo que fue la represión política en este país? Y no te estoy hablando del caso extremo del Proceso. ¿tenés siquiera una vaga noción de la leña que se dio históricamente a la oposición de signo izquierdista o peronista en este país? ¿En serio querés que me ponga a llorar porque un paraguayo que conocés no puede ir a visitar a su familia a Paraguay? Siwendo crudo y un poco maleducado, ¿a mí qué carajo me importa? Por otra parte, ¿"el efecto en la lucha"? ¿Cuál de las luchas? El Gobierno libra desde hace treas años una lucha por gobernar, por ejemplo. ¿A vos te importa esa lucha? ¿Creés que si se pierde esa lucha no va a haber "miles de procesados", por ejemplo? Para exagerar un poco. Segundo: querés una minería que no contamine. A mal puerto vas por leña: toda explotación minera contamina. La opción, en países como el nuestro , en este estado de cosas a nivel mundial, es o contaminar o no explotar. ¿Vos sabés que la minería crea puestos de trabajo? ¿te interesa o no te interesa aprtoximarte al pleno empleo? ¿Querés huertas familiares en Jachal y hambre en el resto del país? ¿´Qué querés , flaco? Definite. ¿Querés vivir en el mejor de los mundos posibles? Tomate un ácido. Tercero: ¿así que todos los que apoyan al gobierno cobran como Barone y Russo? ¿por ejemplo, todos los que están defendiendo en este post al gobierno cobran? Yo no cobro, flaco, así que me das pie para que te mande a la reputa madre que te parió. No te voy a mandar porque te considero un desorientado, no un malintencionado. Así que te voy a aclarar una cosa: el periodismo es un laburo. Por los laburos se cobra. Cobran Tenembaum, Morales Solá, Majul y los dos de A dos voces. También cobran Barone y Russo, claro. Te aseguro que los conco primeros cobran muchísimo más que los dos últimos . Posta. Chequealo con alguien que esté en el ambiente periodístico si no me creés. Esto viene a cuento de lo siguiente: lo que estan criticando 678, Carta abierta, Página 12 y demás oficialistas no es que los periodistas de ciertos medios cobren por su laburo. Lo que dicen esos oficialistas es que ciertos medfios han, en última instancia, quebrado los límites de una justa crítica en medio de la libertad y expresión y han roto la ética periodística al manipular alevosamente información o directamente mentir. Ese es el punto. A vos, a rg y a todos los demás esto les puede parecer correcto, equivocado o más o menos. Pero es una infracción a las reglas dialécticas contraatacar con el cuento de que "cobran para hablar bien del gobierno". Me molesto en señalar estas perogrulladas porque se nota que ni en tu casa ni en tu agrupación política te han enseñado a discutir como se debe. Tengo pocas esperanzas de que aprendas la lección, pero en mi casa sí me enseñaron a poner la mejor voluntad en una discusión.

maiakovski dijo...

Aparte: Luis, adhiero a tu frase "intelectual con ideología política es una contradictio in adjectio". Adhieren también desde el fondo de la tumba Louis Althusser, Jean Paul Sartre, Michel Foucault, Antonio Gramsci y siguen las firmas. Six feet under, agregan, se ve mejor la totalidad. Ah: también adhiere Marcos Aguinis. Estás en muy buena compañía, macho.

maiakovski dijo...

RG, me he encontrado casi al principio de nuestra discusión con una frase de tu autoría que me ha dejado muy sorprendido por provenir , supongo, de un científico social. Decía más o menos, en respuesta a mi primer comentario sobre "los intelectuales críticos": "¿a los que protestan, les decís lo mismo, no? "No me traigan protestas, muchachos, tráiganme soluciones". Y no. Nunca le diría lo mismo al que protesta, porque protestar y criticar son cosas distintas. Protestar es alzar la voz cuando se cree vulnerado un derecho. Criticar es juzgar un fenómeno. La portesta puede ser justa o injusta, racional o irracional, pacífica o violenta. La crítica no apela a una instancia superior que la justifique o la rechace (solo se planta ante el tribunal de la razón), se supone que siempre debemos creerla racional por más idiota que nos parezca, siempre es pacífica, por más que use muchas palabrotas y otros términos ofensivos, porque es un acto eminentemente comunicativo. Coyunturalmente hablando, no si estos dos últimos gobiernos han atendido con la misma atención a todas y cada uina de las protestas surgidas de un país en crisis, pero sí está claroi que ha dejado que todos protesten y difundan sus protestas. Parece una pavada, pero para mí no es moco de pavo.

Abelardo dijo...

Una vez le escuche a Feinmann "el bueno" decir que le había llegado un mail de un aprendiz de politólogo en el que se propone a la militancia aguerrida derrotar a los enemigos del pueblo, redistribuir la riqueza, terminar con el hambre, que no haya más pobres, que paguen más los que más tienen y conquistar una patria liberada. Decía: "Se parecen a la Proclama del ERP ante la asunción de Cámpora. “Este gobierno es reaccionario porque no va a expropiar a la oligarquía ni a los monopolios”, etc... El método es más que conocido, eterno: se ponen bien a la izquierda y acusan a todos los demás de posibilistas, cobardes o reaccionarios. Total, nunca van a ser gobierno ni tener que rendir cuentas. Las palabras les salen gratis. Las promesas también. Con sus grandes proyectos se compran una gran moral y desde ahí escupen a todo el mundo".

Gonzalo dijo...

Maiakovsky:
Como siempre lo que decís es una falacia, o varias falacias organizadas. Yo no dije que todos los que apoyan al gobierno cobran. Apoyo (yo) los argumentos de RG y no los "devuelvo" para otro lado.Sí pasa que así como hay cagatintas de Clarín (y los hay) hay otros del gobierno (y los hay). Solo eso. Y que además es triste ver a periodistas de trayetoria cayendo en eso (ya lo decía Julio Nudler cuando Verbitsky le hizo la horrible operación para defender a menemistas como Moroni en el gobierno de K).
Si te importa un carajo que haya gente procesada o presa, es un problema tuyo y ya parece que ni quiero ni puedo discutir contigo. No sé si sabés que hubo un muerto en huelga de hambre por el sistema carcelario. Pero a vos te importa un pito. Si hay un paraguayo que.... claro, al fin y al cabo es paraguayo! Qué carajo me importa! Si hay cientos de presos por participar en luchas que este gobierno reprime, no nos quejemos que puede ser peor (el PC hizo escuela apoyando a Videla "contra" Massera, porque Massera era peor; recientemente un grupo de psiquiatras ex PC dictaminó que Massera era "inimputable",como son las cosas). Y demuestra tus argumentos gorilas y psicoáticos que hables de "condenados por motivos políticos". NO. La mayoría están presos Y NO CONDENADOS (y la mayoría salen luego "sobreseídos" o alguna otra categoría luego de meses o años de "detención preventiva". No tenés ni idea en lo que decís y lo reafirmás en cada frase. Sí tengo idea, una idea muy pero muy precisa de lo que "pasó" en este país. Desde lo más puntual, hace tres años asesoro en la Secretaría de DDHH a los afectados y afectadas que reclaman en el marco de la ley de Hijos (reparación por represión en el tiempo del Terrorismo de Estado). Escucho sus relatos pormenorizados. Soy docente e investigador en la Cátedra Libre de Salud y DDHH (www.fmed.uba.ar/depto/ddhh) y suelo trabajar con Pérez Esquivel y Nora Cortiñas (Adolfo inauguró nuestro curso este año y con Norita abrimos el curso de "Políticas de Salud Mental en la Cátedra de ese nombre en Fac. de Sociales, y el relato de Norita (Madres Línea Fundadora, pero ella misma fundadora,además) espero que se desgrabe pronto.
Reivindicar la producción contaminante es una cosa interesantisima. Mata gente de cáncer,destruye el sistema ecológico hoy (es decir: mañana, con suerte, desierto)y decenas de otros problemas. Dejan (las mineras) con suerte, un 5% de lo producido (ley de Menem, no modificada), y las ganancias se van a Canadá o EEUU (y la de EEUU tiene en Bush padre uno de sus principales accionistas). Contaminan los ríos con cianuro (no sería poca cosa la economía doméstica en Jachal -si no comen unos sanjuaninos perdidos, problema de ellos, ninguno se apodará Maiakovsky-, pero el problema es que contaminan ya el acuífero Guaraní. El modelo es el mismo de la soja, que destruyó montes en Salta y tuvo que ver con los aludes que dejó a la gente sin casa y sin historia (y volvió a pasar un año y pico después y volvieron a rasgarse las vestiduras). Mucha de la gente que está "encanada" (sin) condena por motivos políticos es la que es reprimida en los desmontes en el NEA y el NOA. La que fue reprimida en Andalgalá y en Corcovado. Los problemas de salud por glifosato en toda el área sojera (y ya de antes en la tabacalera, asumo que ninguno le pasó a nadie apodado Maiakovsky ni ninguno de sus parientes, pero el pensamiento cipayo obra milagros) es es-pan-to-so. Todos los años con cientos de personas con daños de todo tipo, y muertos por todos lados. Claro que de eso se alimenta la llamada "oligarquía", y la disputa no fue para cambiar eso sino cómo se repartía el botín que enferma y mata a toda esa gente, mientras los beneficiarios se pasean en 4x4 y discuten (ganen o pierdan un mínimo porcentaje) la caja de ese genocidio. Andrés Carrasco (docente de UBA) es perseguido ¡por el CONICET! por decirlo (hasta le levantaron una mesa en la Feria del Libro). (sigue, lo lamento)

Gonzalo dijo...

Maiakovsky:
Como siempre lo que decís es una falacia, o varias falacias organizadas. Yo no dije que todos los que apoyan al gobierno cobran. Apoyo (yo) los argumentos de RG y no los "devuelvo" para otro lado.Sí pasa que así como hay cagatintas de Clarín (y los hay) hay otros del gobierno (y los hay). Solo eso. Y que además es triste ver a periodistas de trayetoria cayendo en eso (ya lo decía Julio Nudler cuando Verbitsky le hizo la horrible operación para defender a menemistas como Moroni en el gobierno de K).
Si te importa un carajo que haya gente procesada o presa, es un problema tuyo y ya parece que ni quiero ni puedo discutir contigo. No sé si sabés que hubo un muerto en huelga de hambre por el sistema carcelario. Pero a vos te importa un pito. Si hay un paraguayo que.... claro, al fin y al cabo es paraguayo! Qué carajo me importa! Si hay cientos de presos por participar en luchas que este gobierno reprime, no nos quejemos que puede ser peor (el PC hizo escuela apoyando a Videla "contra" Massera, porque Massera era peor; recientemente un grupo de psiquiatras ex PC dictaminó que Massera era "inimputable",como son las cosas). Y demuestra tus argumentos gorilas y psicoáticos que hables de "condenados por motivos políticos". NO. La mayoría están presos Y NO CONDENADOS (y la mayoría salen luego "sobreseídos" o alguna otra categoría luego de meses o años de "detención preventiva". No tenés ni idea en lo que decís y lo reafirmás en cada frase. Sí tengo idea, una idea muy pero muy precisa de lo que "pasó" en este país. Desde lo más puntual, hace tres años asesoro en la Secretaría de DDHH a los afectados y afectadas que reclaman en el marco de la ley de Hijos (reparación por represión en el tiempo del Terrorismo de Estado). Escucho sus relatos pormenorizados. Soy docente e investigador en la Cátedra Libre de Salud y DDHH (www.fmed.uba.ar/depto/ddhh) y suelo trabajar con Pérez Esquivel y Nora Cortiñas (Adolfo inauguró nuestro curso este año y con Norita abrimos el curso de "Políticas de Salud Mental en la Cátedra de ese nombre en Fac. de Sociales, y el relato de Norita (Madres Línea Fundadora, pero ella misma fundadora,además) espero que se desgrabe pronto.
Reivindicar la producción contaminante es una cosa interesantisima. Mata gente de cáncer,destruye el sistema ecológico hoy (es decir: mañana, con suerte, desierto)y decenas de otros problemas. Dejan (las mineras) con suerte, un 5% de lo producido (ley de Menem, no modificada), y las ganancias se van a Canadá o EEUU (y la de EEUU tiene en Bush padre uno de sus principales accionistas). Contaminan los ríos con cianuro (no sería poca cosa la economía doméstica en Jachal -si no comen unos sanjuaninos perdidos, problema de ellos, ninguno se apodará Maiakovsky-, pero el problema es que contaminan ya el acuífero Guaraní. El modelo es el mismo de la soja, que destruyó montes en Salta y tuvo que ver con los aludes que dejó a la gente sin casa y sin historia (y volvió a pasar un año y pico después y volvieron a rasgarse las vestiduras). Mucha de la gente que está "encanada" (sin) condena por motivos políticos es la que es reprimida en los desmontes en el NEA y el NOA. La que fue reprimida en Andalgalá y en Corcovado. Los problemas de salud por glifosato en toda el área sojera (y ya de antes en la tabacalera, asumo que ninguno le pasó a nadie apodado Maiakovsky ni ninguno de sus parientes, pero el pensamiento cipayo obra milagros) es es-pan-to-so. Todos los años con cientos de personas con daños de todo tipo, y muertos por todos lados. Claro que de eso se alimenta la llamada "oligarquía", y la disputa no fue para cambiar eso sino cómo se repartía el botín que enferma y mata a toda esa gente, mientras los beneficiarios se pasean en 4x4 y discuten (ganen o pierdan un mínimo porcentaje) la caja de ese genocidio. Andrés Carrasco (docente de UBA) es perseguido ¡por el CONICET! por decirlo (hasta le levantaron una mesa en la Feria del Libro). (sigue, lo lamento)

Gonzalo dijo...

(sigo, con la excusa Maiakovsky)
Claro que hay gente que sigue especulando con la ley del derrame. Diciendo que esto es un modelo que repartirá más y le tirará algunas migajas más a los pobres (que no enfermen y mueran por sostener la economía del norte). Consultá en internet (ya me aburriste y sé que no servirá de nada, pero al menos que sea que tenés los datos al alcance y no los mirás por sostener argumentos psicopáticos) el famoso "memo" que se le chispoteó al economista jefe del Banco Mundial en 1991, Lawrence Summer, que ahora es asesor de Obama, antes fue secretario del Tesoro con Clinton, donde decía que las industrias contaminantes debían venir al sur dado que aquí no importa que destruyan "porque la gente se muere antes de todos modos". Siempre hay excusas de clase media (y ahora encima acusan a los demás de gorilas, mientras defienden la industria extractiva y a represión a quien resiste, elevándose por sobre ellos y ellas y diciendo que sería peor si fueran otros, eso ya lo decían los montos cuando se aliaron a Menem) para mirar con una especie de calculada resignación y decir: "te tocó a vos, hermano, todo sea por Argentina". Más de uno, insisto, lo dirá aunque le haya tocado, recordemos el famoso "negro de la granja" de Malcom X,opuesto al "negro del campo". Espero que a alguien le sea útil.A Maiakovsky no creo. Si disfruta del modelo será en parte por eso. Si lo sufre será la cabeza cipaya. Pero que le importe un pito la gente que sufre es un tema del que no hay retorno.
Un saludo
Gonzalo

Gonzalo dijo...

(sigo, con la excusa Maiakovsky)
Claro que hay gente que sigue especulando con la ley del derrame. Diciendo que esto es un modelo que repartirá más y le tirará algunas migajas más a los pobres (que no enfermen y mueran por sostener la economía del norte). Consultá en internet (ya me aburriste y sé que no servirá de nada, pero al menos que sea que tenés los datos al alcance y no los mirás por sostener argumentos psicopáticos) el famoso "memo" que se le chispoteó al economista jefe del Banco Mundial en 1991, Lawrence Summer, que ahora es asesor de Obama, antes fue secretario del Tesoro con Clinton, donde decía que las industrias contaminantes debían venir al sur dado que aquí no importa que destruyan "porque la gente se muere antes de todos modos". Siempre hay excusas de clase media (y ahora encima acusan a los demás de gorilas, mientras defienden la industria extractiva y a represión a quien resiste, elevándose por sobre ellos y ellas y diciendo que sería peor si fueran otros, eso ya lo decían los montos cuando se aliaron a Menem) para mirar con una especie de calculada resignación y decir: "te tocó a vos, hermano, todo sea por Argentina". Más de uno, insisto, lo dirá aunque le haya tocado, recordemos el famoso "negro de la granja" de Malcom X,opuesto al "negro del campo". Espero que a alguien le sea útil.A Maiakovsky no creo. Si disfruta del modelo será en parte por eso. Si lo sufre será la cabeza cipaya. Pero que le importe un pito la gente que sufre es un tema del que no hay retorno.
Un saludo
Gonzalo

Gonzalo dijo...

Abelardo:
El tema es que por ese razonamiento no hay "posiblistas, cobardes y reacconarios". No hay que ir tan lejos: eso se decía de Alfonsín, y lo decían porque él no se animaba a enfrentar a los monopolios y a ¡no pagar la deuda externa! Y lo decían los de Intransigencia y Movilización Peronista, sin ir más lejos! Este gobierno, sin embargo, enfrenta a la Barrick y a Monsanto, y no paga la deuda, como se sabe.
Sí, sí, hace otras muchas cosas que están fenómeno. No volvamos con la misma falacia. El tipo que le pega a la jermu pero hace buenos goles. Mirá que si lo criticás viene uno que es un tronco y seguramente también le pega a la jermu.

Anónimo dijo...

Muy interesante, no solo el post en sí, sino el debate que facilita.
Para sazonar con algo nuevo, en primer lugar, creo que la discusión peca en algo de tangencial; algo hay entre tener que elegir entre comerse la milanesa con ajo o sin ajo, frita o al horno. Alguno de nosotros tiene algo que decir sobre el menú? Alguien de los que escribe aquí cuestiona sustancialmente el modelo?
Sería interesante hacer pasar la discusión del rol del intelectual de izquierda en función de los modelos políticos disponibles, mirando alrededor al nivel local y regional, sopesando coyunturas, herencias económicas, actores sociales y procesos de cambio. No creo que, a estas alturas, haya discusión acerca de si hay que ser crítico o no, honesto o ladrón. Sigue, sí, habiendo intelectuales más valientes que otros, más independientes que otros y con más espacio y cintura para decir que otros.
Segundo. Es en la genética de la cultura política argentina en dónde me parece que puede haber nuevas ágoras sobre este tema.
Nuestra cultura política, la que de afuera no se entiende. La de naturaleza trágica y especulativa, tangencial y apasionada. La que nos dificulta movernos sin ahogar al de al lado, la que nos hace difícil remar hacia la construcción de institucionalidad y proyectos a largo plazo. Nos viene, es claro, del terror de estado y también de la polaridad histórica entre peronismo y radicalismo. (No quiero ningunear a la izquierda, pero no tenemos una herencia de izquierda de masas clara como en algunos países vecinos). Porque nos guste o no el peronismo y el radicalismo capitalizaron gran parte del ejercicio y la militancia de los intelectuales de izquierda más radicalizados (como también de derecha, que aquí hay lugar para todos).
Por la parte “podrida” de la manzana (la derecha dirá lo propio) es que a la mayoría de los independientes de izquierda el peronismo se nos hace indigerible.
Esto debería cambiar, en la medida en que se empiecen construir consensos a largo plazo. O es que siempre hay que empezar de cero?
Tercero. Sería interesante empezar a ejercer un discurso político de preguntas, más que de respuestas. Una de ellas: cómo apoyar efectivas políticas de estado orientadas a la justicia social y la distribución de la riqueza, como restablecer el rol de Estado como garante de los derechos a educación, justicia y salud para todos, sin caer en la obsecuencia? Y, en otro sentido, si apoyamos unas políticas de estado y otras no, y si estamos en contra de la corrupción, las minas a cielo abierto y demás, es tan imposible, a la vez, disentir y construir? Qué queda en la mano escondida luego de tirar la piedra? A veces, es verdad, habrá un billete. Problema mundial, una porquería. Sin embargo, en otros casos, solo el puño apretado, acostumbrado a estar vacío.
La nota de color: soy independiente de izquierda. Voté a Menem cuando tenía 18 y a la semana, cuando nombró al gabinete, me quería matar. Nunca fui peronista, radical, ni Liliputiense (perdón, todos tenemos nuestras miserables aversiones). Apoyo gran parte de las medidas de este gobierno y la orientación que propone. Otras, no. No apruebo la corrupción, ni el aparato, ni la forma en que se comunica, ni el estilo de gestión.
Pero creo en los procesos. Este gobierno, fue elegido democráticamente y pasará. Y vendrá otro. Creo que importa más preguntarme qué nos queda. Cómo acumulamos poder como sociedad. En qué clase de ciudadanas y ciudadanos nos convertimos. Hacia qué proyecto de país decidimos construir nuestros consensos, sin obsecuencias pero con compromiso.

Gonzalo dijo...

Anónimo, es interesante lo que planteas, pero hay dos problemas de diferente orden. Para mí.
1) la formulación sobre "modelos políticos disponibles" a mí ya me hace ruido. Lo que hay que plantearse es un modelo justo. Si eso no está disponible no puede -a mi modo de ver- decirse este es el mejor de lo que hay. Por ese camino, insisto, se elegía a Videla frente a Massera. Sí, sí; no es lo mismo. Me refiero al formato. (así habrá sido, supongo, que votaste a Menem, porque era lo "mejor disponible", entre él y Angeloz.Digo; elevemos el pensamiento. Cuando Fidel comenzó lo que comenzó no pensó en los modelos disponibles. Cuando Evo Morales, tampoco. Correa se "tiró" sin lista a legisladores porque creyó en el "que se vayan todos".
2) la interesante cuestión del menú. Acá se vio (en otros lados se verá otra cosa, digo lo que se vio acá) que no es posible criticar nada porque "le hacés el juego a la derecha", porque "sos igual que Pino que votó contra la 125", porque "no reconocés (intersante porque si digo que las mineras matan, lo que reconozco es que matan) lo bueno de este gobierno" (insisto, que tiene de bueno ser cipayo de la Barrick? si discutimos la AUH hablemos de eso, pero si uno dice esto está -para mí, sin creerme dueño de la verdad- mal, por qué demonios uno despierta del demonio de toda la parafernalia de las defensas monistas?)
Un saludo
Gonzalo

otravezsopa dijo...

1.- La primera cuestión es que no existe un “colectivo” llamado intelectualidad de izquierda”. Ojalá existiese !! Alguna ONG pretende asumir tal organización ¿? Gargarella, dónde leés tus argumentos?
2.- También estuvimos en la Plaza de Mayo en abril de 1987. Salimos de allí sorprendidos, abrumados. Ahora pensamos ¿qué mierda nos llevó a apoyar a un partido que tenía tan poca esperanza en la movilización y apoyo de una sociedad que estaba dispuesta a enfrentar hasta las últimas consecuencias a los “rebeldes” de Campo de Mayo”?
¿Cómo apoyar mucho más a un gobierno que nos llamó a la Plaza y luego nos invitó a apoyar una “economía de guerra”, para terminar apoyándose en el Grupo de empresas que ya organizaban el desguace del estado”?
3.- Por lo que entendimos a Alfonsín, no se trataba de grupos destituyentes sino de “heroes de malvinas” que no querían destituirlo. Hasta apoyar la resolución del Juez (era Piotti??) que absolvió el delito de sedición.
4.- Maravilla que atribuya a “otros” que no define “el peor gobierno autoritario”!!! Yo no fui, pero dejo constancia que hay “otros” que lo piensan, aunque no me atrevo a ponerles nombre y apellido (porque no soy buchón) y además porque el kirchnerismo podría mandar a apretarlos, meterlos en galera y condenarlos a 500 azotes por barba.

5.- El punto III es simplemente para el olvido. No me hago cargo de aceptar algo, cualquier cosa, “a riesgo de dar amparo a lo inaceptable”. No doy amparo a nada. En todos los gobiernos, radicales (de Illia a de la Rua), peronistas (de Cámpora a Menem –pasando por Lastiri, el viejo e Isabelita) hubo actos cometidos por delincuentes: la diferencia “quizá” es que en el pináculo de la pirámide judicial había una Corte propicia, apañadora, encubridora o cómplice que ahora no hay. Los jueces vienen de antes, desde Alfonsín (Petrachi, Fayt), pasando por otros de Menem (la Cámara de Casación completa) hasta Duhalde. ¿Qué es lo inaceptable? ¿Violaciones a libertad de prensa? ¿Cuántos periodistas han muerto en Hoduras? ¿ Cuántos han sufrido atentados físicos en Argentina? ¿Quién se ha visto impedido de acceder a la justicia? ¿Quién se ha visto impedido de denunciar un acto de corrupción?.

maiakovski dijo...

Gonzalo, a mí se me ocurre que recién ahora la discusión se pone interesante, porque recién ahora tirás data concreta y das tu curriculum y recién ahora se sabe desde dónde hablás.

Dejando de lado las descalificaciones, me parece que partimos de dos enfoques distintos. Vos das el caso de dos contrucciones políticas latinoamericanas "neopopulistas" o "de nueva izquiuerda": Correas y Evo, y las planteás como el desideratum. Y planteás a los Kirchner como bestias negras que tienen 6000 procesados, defienden un modelo minero contaminante y un modelo sojero, etc. Una simple pregunta: ¿por qué Evo y Correas consensuaron la presidencia de Néstor Kirchner al UNASUR? ¿porque no saben lo malo que es Kirchner en realidad, debido a que no hay intelectuales críticos, como vos implícitamente te proponés? ¿O porque entienden que hasta para construir un modelo de sociedad justa hace falta la Realpolitik?

La historia del kirchnerismo guarda muchas diferencias con las de otros gobiernos de izquierda del subcontinenete. Para empezar, es una fraccción del peronismo. Para no entrar en polémicas inatingentes sobre la valoración del peronismo en sus 65 años de historia, bástenos decir justamente eso: tiene 65 años de historia. Sefgundo, el kirchnerismo se referencia en un magma ideológico que fue derrotado en los 70 y prácticamente desapareció del primer plano en los 90. Esto implica que es en realidad minoritario dentro del PJ y que tiene que llevar adelante un complicado entramado maquiavélico pra contener a gobernadores e intendentes que no tienen la misma referencia ideológica que él. Eso implica que, objetivamente, no puede avanzar con la velocidad y decisión que la gente que, como vos, admira a Evo desearía (siempre suponiendo que en líneas generales lo desee, como yo lo supongo). También hay que considerar que sólo cuenta, en cuanto a apoyo popular , con un tercio de la población. Es decir: como líderes políticos de una nueva izquierda latinoamericana, los Kirchner no tienen nada que ver con Evo y con Correas, que sí cuentan con el apoyo masivo de la población en sociedades estructuradas de otra forma que la Argentina. Esa es la mitad de la realidad. La otra mitad es que Evo y Correas, por lo que se puede ver, bancan a muerte a los Kirchner. ¿por qué? Porque los Kirchner son los políticos argentinos que con más convicción defienden un modelo regional que Evo y Correas consideran imprescindible para construir la sociedad justa que vos decís querer. Muchas señales que han dado los Kirchner indican que ellos también quieren construir una sociedad más justa que la que recibieron, en total crisis, una sociedad que se fue construyendo perversamente desde 1975. Como nosotros vivimos en Argentina, no en Ecuador o Bolivia, tenemos que posicionarnos con respecto a ESTA situación, no posicionarnos con la vista puesta en la velocidad de porcesos como el de Ecuador y Bolivia. Es por eso que yo decido ver la mitad del vaso lleno, porque ésa es una decisión política, no un juicio científico. Vos ves todo lo que falta, todas las contradicciones, todos los errores, todas las corruptelas. Esa es TU decisión política. Mi opinión es que tu decisión política, no carente de razones, no contribuye en última instancia a la construcción de una sociedad más justa, porque, con razones y todo, erra el foco.

Addenda: no fue una falacia lo que te critiqué repsecto a tu mención a Barone y Russo. Recién aclarás el punto después, con una generalidad que no compromete: algunos comunicadores hablarían, deben hablar, porque están comprados. Yo no identifico a ninguno y el ejemplo que das con Verbitsky es tan pequeño y mezquino que ni siquiera vale la pena que se lo considere.

Gonzalo dijo...

Maiakovsky, es genial como construis la realidad. No dije (parece que no hay otra manera de comprender las cosas de un modo binario y congelado) que Evo y Correa sean el desideratum, sino que desmienten las interpretaciones liquidadoras y cipayas que no permiten sino elegir entre lo que hay. Ni Evo ni Correa eran parte del menú. Ni tampoco lo era Perón en los '40 (movería a risa si no fuera patético el argumento reaccionario que empuja a optar entre lo que hay cuando es manejado por gente que se reinvindica peronista; que hubieran hecho en 1942? decir que habia que elegir entre Justo y quien más?) Seguramente habría coros de gente diciendo que Perón podía decir lo que se le ocurriera total nunca iba a llegar a nada (claro que la irrupción de Perón a la alta política fue desde la secretaría de Trabajo, no se me escapa que es una hipótesis no del todo histórica, es un recurso heurístico que no debería aclarar, pero se sale siempre con argumentos menores).
La política internacional tiene vueltas distintas a las nacionales, y la necesidad de hacer historia con nombres de líderes lleva a las confusiones (nuevamente, no me respondan que fui yo el que menté a Evo y a Correa porque es respuesta a las propuestas binarias y un modo de desmentirlas: no soy militante evista ni correista). Nadie duda que el apoyo a Cuba del México del Pri, durante ya la primera parte del bloqueo fue esencial. Eso no hace que el asesinato de 400 estudiantes en Tlatelolco sea un hecho menor. No se puede discutir de este modo. Bien o mal, Fidel salió a "defender a Argentina" durante Malvinas y eso no implica que fuera aliado de Galtieri. Por otro lado, la jugada de consolidación de UNASUR está fenómena, pero Argentina sigue sin integrar el ALBA. Finalmente tanto Evo como Correa construyeron sus consensos desde más atrás (mucho más atrás) que K (por ejemplo, Evo tuvo que SALIR del país, de Bolivia, y entrar a Brasil, para zafar de un bloqueo que le hicieron en la media luna, una cosa son los gauchócratas y otra son los croatas armados por USAID, che, no jodamos). Aun así ambos se jugaron a desafiar cosas por las que acá el oficialismo no solo gimotea sino que se juega a denunciar a los que no lo siguen como traidores (ver editorial vergonzosa de "El Argentino" del jueves).
Respecto de Verbitisky, la verdad, no es pequeño lo que digo sino que pequeño es Verbitsky por difamar así a un tipo como Nudler, a sabiendas que mentía. Hizo algo igual cuando él entró a trabajar en Clarín y desplazó a Osvaldo Bayer. Por favor.
Un saludo
Gonzalo

Gonzalo dijo...

Igual, otra vez se desvía el nuevo eje respecto del eje anterior, y así sucesivamente. Discutir quién y -sin decir ni siquiera por qué- que si es así tiene que estar bien, no dice nada del fondo de la cuestión. Mineras, gatillo fácil, aborto, política de salud del Banco Mundial o del Vaticano, modelo sojero, procesados ¡por luchar!.... qué hacemos? qué respuestas a eso?
Solo para ilustrar:
http://www.serpaj.org/archivos/activ_mineras
Un saludo
Gonzalo

maiakovski dijo...

Gonzalo, en política todos construimos la realidad, vos también. Seguís rebatiéndome cuestiones menores (Evo y Correas, y ahora, Perón, no son tu desideratum, decís, sino ejemplos de que no hay que elegir entre lo que hay, acusacvión que me planteás como si yo la hubiera expuesto de ese modo craso). Pero en realidad, me das la razón cuando decís que Evo viene de "más atrás" que Kirchner como líder de un proceso de renovación. Lo que yo quiero decir y ya se me agotan las formas de decirlo es que Kirchner forma parte de un modelo de integración regional y que arrastra particularidades que no hay que expulsar del análisis a la hora de juzgar, criticar o participar. ese modelo de integración regional es una jugada de un nivel más alto de cohesión político que el apoyo de México as Cuba que mencionás o el apoyo de Fidel a Galtieri. es evidente que entre los presidentes latinoamericanos de la actualidad hay mucha más cercanía ideológica que entre el PRI y Castro o entre Castro y Galtieri. No me podés negar ese hecho porque entonces serías vos el que estaría haciendo una construcción delirante de la realidad.

"Mineras, gatillo fácil, aborto, política de salud del Banco Mundial o del Vaticano, modelo sojero, procesados ¡por luchar!": vos querés discutir tu agenda, pero por lo que entiendo querés discurila con los kirchneristas, no con Macri o Carrió. Está bien: los kirchneristas son los únicos con los que hay una remota posibilidad de que es agenda se discuta, como se discutró la ley de medios , el cierre de las AFJP o la AUH: todas demandas de grupos de la izquierda social que fueron satisfechas en un 90,80, 70 por ciento, lo que quieras. El porcentaje da pie a la críticas como da pie a la crítica del gobierno tu agenda. Yendo a algunos de los puntos que mencionás: hay una movidad de diputadas de distintas bancadas, incluida la del FPV, para discutir y aprobar una ley de aborto. A mí me mandaron un pedido de adhesión por mail y lo firmé, como lo ha´brás firmado vos y muchos otros. El tema ha llegado a un estado de discusión como no se vio en 25 años de democracia. Ahora si vos me decís "quiero que Cristina salga a apoyarlo explícitamente", te diría que a mí no me parece una táctica muy inteligente, porque nuclearía a todos los sectores opuestos al gobierno en contra de ese proyecto específico. Gatillo fácil: todo el mundo se horroriza con los abusos policiales, menos los fachos. El gobierno de la provincia de Buenos Aires bancó intentos de reformas, evidentemente con el guiño del gobierno nacional, con la gestión de Arslanian. No se llegó todo lo profundo que se quería. ¿por qué? Porque es muy jodido romper el circulo de complicidades e intereses convergentes en instituciones como las fuerzas de seguridad argentina. La lucha por reformarlas será larga, con Kirchner o con Pino o con Altamira. Si vos querés una solución rápida no existe. Menos ccuando petardeás a un tipo como Verbitsky, que tiene un compromiso irrefutable con que las fuerzas de seguridad se ajusten a la ley sobre el que no hace falta abubndar. ¿es un tipo jodido con sus competidores periodísticos? Tal vez sí, pero en líneass generales no me importa. Se puede decir algo parecido de prácticamente todo el que tenga una historia en la puja política. La continúo abajo.

maiakovski dijo...

Sistema de salud: evidentemente es un enegendro que discrimina a los más pobres y más necesditados de la salud pública. Los laboratorios son un horror, las prepagas son un horror, las obras sociales depende de cuál, etc. Ginés Gonz´çalez García tuvo iniciativas como la de los medicamentos genéricos y no tengo datos fehacientes sobre sus resultados concretos, porque sobreentiendo que los grandes laboratorios tienen mil maneras de hacer trampa. También es una lucha difícil que no se da solo acá, como se depsrende de la lucha de Obama por su rpoyecto de salud que no salió, tampoco, con un terrible consenso como vos y Gargarella pedían en otras medidas. Los procesados por luchar: estoy seguro de que se tratan de medidas emandas de jueces y ya sabemos cómo son muchos jueces. De lo que también estoy seguro es de que estos dos últimos gobiernos no han alentado de ninguna manera la judicializaicón del conflicto social y si me querés desmentir te escucho. Modelo sojero: ahí sí me agarraste. Es evidente que muchos sectores, nacionales y transnacionales, de los que es partícipe el kirchnerismo, son beneficiados con la sojización sin parar mientes en los transtornos que causará a mediano y largo plazo. Su crítica es pertinenente y necesaria. Políticamente se abre un abanico de opciones: aprovechar lo más posible los beneficios sociales y económicos del modelo sojero hasta donde dé, con Kirchner; reemplazar el modelo sojero con otro alternativo que, me parece, no va a asegurart la misma rentabilidad, por lo que presiento del mercado mundial, y ver cómo se compensan los costos de se modelo en cuantop a crecimiento y sustentabilidad de las cuentas fiscales, con Kirchnero o con otro... ¿ves? ese sería un buen tema para el modelo de intelectual constructivista que prohijé al principio y que me costó ser comparado con Cacciatore. Como es un problema con muchas facetas técnicas y yo no trabajo en el INTAA, no te puedo dar una respuesta rápida, pero te acepto que es un tema.

Pero yendo más allá: toda tu agenda, tomada en conjunto, es una serie de demandas en el aire al Estado, no es un programa político. Siempre se dice que este último le falta al kirchnerismo o que éste no lo explicita o que en realidad es siniestro. Compruebo otra vez que, al menos por izquierda, tampoco existe tal programa político. La derecha tiene más o menos el de siempre, porque tiene decidido el elenco de ganadores y perdedores en la puja por el ingreso. En los último siete años ese modelo de la derecha se ha puesto, en varios puntos que otros comentadores han mencionado, en cuestión. Repito otra vez para que ya no me corran por cualquier lado: no es todo, pero tampoco es poco y a genmte como yo le provocan ganas de seguir apoyando este proceso. Dicho sea de paso, me está sirviendo mucho este debate. Un saludo.

Gonzalo dijo...

Maiakovsky: no me tomés el pelo. a)construir la realidad es precisamente no quedarse en el menú que planteás. Es todo lo contrario
b) la agenda es de la que se partió en el artículo de RG. Lo tuyo es una chicana.

maiakovski dijo...

Gonzalo: no me hinchés las pelotas. Yo te estoy discutiendo política, no te estoy invitando a comer, así que no jodas con el bendito menú. Me cago en la agenda de Gargarella, la agenda de Gargarella es delirante y no resiste el menor análisis de una persona mínimamente informada en teoría constitucional y filosofía política. En realidad, no resiste el análisis de una persona que lea tres diarios y un par de blogs. Si vos querés quedarte en la agenda de Gargarella porque te hace sentir mejor con tu conciencia que ser kirchnerista al palo, repito: es un problema psicológico tuyo. No se lo endoses a los demás.

Gonzalo dijo...

Estimado y pobre Maiakovsky.
Sinceramente el problema parece tuyo. Estamos en un blog del seminario de Teorìa constitucional y Filosofía política opinando sobre esto que a vos te parece delirante, y que precisamente lo escribió Gargarella. En ningún momento me pareció ni mímimamente que discutias política.Tal vez religión, quizá fútbol. O la nueva religión, el kircherismo; o el nuevo equipo de fútbol: el Atlético Kirchner. Las pocas veces que contestaste un argumento fue uno de 10 (o sea, sesgaste la respuesta) y sin ninguna consistencia. No te invitaría a cenar, claro. Que lo digas indica que el que delira sos vos. Hay tratamiento, creéme.
Un saludo
Gonzalo

Gonzalo dijo...

Estimado y pobre Maiakovsky.
Sinceramente el problema parece tuyo. Estamos en un blog del seminario de Teorìa constitucional y Filosofía política opinando sobre esto que a vos te parece delirante, y que precisamente lo escribió Gargarella. En ningún momento me pareció ni mímimamente que discutias política.Tal vez religión, quizá fútbol. O la nueva religión, el kircherismo; o el nuevo equipo de fútbol: el Atlético Kirchner. Las pocas veces que contestaste un argumento fue uno de 10 (o sea, sesgaste la respuesta) y sin ninguna consistencia. No te invitaría a cenar, claro. Que lo digas indica que el que delira sos vos. Hay tratamiento, creéme.
Un saludo
Gonzalo

Hernán dijo...

Mirá cómo termina todo en descalificaciones como las que están arrojándose el uno al otro. Encima, parecen ser dos tipo cultos, que saben de dónde hablan, que tienen fundamentos, pero no hay caso.

Vos, Gonzalo, me pedías que hable de un montón de cosas, casi que me haga cargo de las deficiencias del kirchnerismo; cuando, en última instancia, sólo dije que comparto y acompaño algunas cuestiones que me parecn muy positivas, nada más. Salvo por la cuestión sobre los procesados y encarcelados por manifestarse (que admito no conocer en profundidad; yo tenía al kirchnerismo como ejemplar en ese aspecto, así que pido disculpas por mi error), comptarto todo lo que decís. Pero fijáte el nivel de agresividad tuyo que me pedís a mí que te dé explicaciones como si yo fuera un defensor cerrado de este gobierno.

Lo único que me resulta curioso es cómo Rg, aunque con lo brillante en su retórica y demás, no es capaz de reconocer aspectos positivos en los años recientes. Como decían por ahí, me encantaría que fuera más explícito en aquellos factores que destaca, en contraste con su crítica habitual. También me sorprende como RG, no sólo acá sino en artículos que escribe para Bonk, incursiona él mismo en muchos aspectos que critica en la intelectualidad kirchnerista. Critica el "le hacen el juego a la derecha", cuando él hace algo parecido; critica el "están comprados", cuando él dice y opina lo mismo de Pagina 12. Nada más. Y esto viene de alguien que lo envidia y admira.

Gonzalo dijo...

Hernán, yo no TE pido explciaciones. Todo el tema de "no saber reconocer" no parece que tenga que ver. Uno dice las cosas que no parecen estar bien, y te tiran con ese famoso san benito. Como el tema del tipo que le pega a la jermu.
El problema es bastante más complejo que el "malentendido" respecto a lo "ejemplar" que es este gobierno en temas de DDHH. Es muy largo, pero bastaría saber que (C)Aníbal Fernádez, que fue Secretario General del gobierno de Duhalde y estuvo implicado en la planificación de las acciones represivas que terminaron en el asesinato de Maxi y Darío, condujo la operación (ni más ni menos que como con Maxi y Darío, mirá el video "La crisis produjo dos muertos", Clarín no miente desde hace un par de años....) que desacreditó la desaparición de Julio López para no perseguir a quienes la perpetraron, que se reunían con Etchecolatz en la cárcel todos los días. El video con esa información fue dado a conocer un año después, pero (C)Aníbal nos mandaba a buscar a Julio a la casa de la tía. El mismo tipo mandó a balear la puerta de la casa del Barba Gutiérrez (siendo ministro del Interior, porque Gutiérrez era candidato opositor a su candidato, su ex chofer Villordo, en Quilmes). Salió a decir que Gutiérrez era un cachivache, lo mismo que dice ahora de Solanas. Pero esa es otra historia. Cuando la represión en Corcovado (digna de la dictadura, hay que fijarse) el pueblo estuvo sitiado durante más de una semana, hay desaparecidos allí, torturados. La gente vino a verlo a (C)Aníbal y se estacionaron para hacer una huelga de hambre en la puerta de su despacho. Solo allí los atendió y dijo que era todo una barbaridad, que no podía ser, etc. Fijate en los diarios, en internet, en Indymedia.
Pero el resto (mineras, soja, medicamentos, salud en general) es también por el estilo (lo de Corcovado está relacionado con las minas). Es cuestión de no creerle a Clarín pero tampoco comerse lo que te venden ellos.
Y no te reclamo; no es posible que te contesten con lo que está bien (si es que lo está, y cada vez se dice con más vaguedades) cuando uno denuncia presos, torturas, desapariciones, políticas del Banco Mundial, sometimiento a las políticas del las mineras de Bush padre.Si lo que estaría bien estuviera bien no es de ese modo que se responde lo que no está bien. A vos ¿qué te voy a reclamar?
Un saludo
Gonzalo

Anónimo dijo...

Muy bueno tu intento de limpiar tu conciencia y explicarte a vos mismo porque no apoyas el proyecto más progresista de las últimas décadas en la Argentina. Sin embargo Roberto, muy lindas tus palabras, muy acidas tus crítica a quienes apoyamos este proyecto pero no podes negar los grandes avances en términos de derechos humanos, la lucha contra algunos intereses concentrados de la economía, la lucha por la redistribución de la riqueza (retenciones al campo, 50% de PBI para los trabajadores, Asginación Universal, etc etc). Y por último -vos lo debes saber mejor que nadie- la militancia es lo contrario a la racionalidad. Es pura pasión, pura utopía y me apena que hables desde un pedestal necio y descalifiques a la militancia.

Gonzalo dijo...

Sobre un tema en particular, ligado al debate. Va en dos partes.
1) comentario personal a un artículo publicado en otro lado (luego el artículo)

Reenvío de la Red de Medicamentos que coordino.

Habría por lo menos tres comentarios para realizar.
1) uno que ya hicimos sobre el TPP. Hay gente que lo rechazará, como se escandalizó -un conocido periodista que "viene del PC", como se dice- cuando pusieron preso a Pinochet, porque creía que eso abría la puerta a detener a otros que fueran acusados de dictadores (pensaba en Fidel, por ejemplo). Cuando fueron a buscar a Noriega a Panamá no necesitaron de antecedentes.
2) en este contexto, Brasil ha dado pasos adelante que Argentina podría (potencial) haber realizado antes y PUEDE realizar YA para acompañar (si no quiere liderar) este proceso en el Mercosur, por ejemplo. Con mucha menos capacidad y muchísima más audacia y decisión política, Ecuador ha dado pasos importantísimos que CUALQUIER PAÍS que quiera puede hacer (la eterna excusa de los problemas internos, de los riesgos, de "la oposición" no pueden hacer pensar que en Ecuador no existen y sin embargo (sic) los enfrenta y es algo muy (cada vez más) cercano a la traición que no se lo acompañe con medidas similares: Ecuador a implementado la llamada "licencia obligatoria" del antiviral Ritonavir (para el VIH-SIDA) aplicando reglamentaciones delirantes de organizaciones tan trosko izquierdistas como la OMS y la OMS. Que las dictaron para que no se las aplique, es cierto. Pero atenerse a la ley no es una mala idea, en estos casos. El ahorro de dinero y la implementación de estrategias de soberanía que esto implica requieren fervorosamente de IMITACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO por parte de países que se hacen los combativos.
2) la Asamblea Mundial de Salud (el órgano supremo de la OMS) comenzó su edición Nº 63 en el día de ayer.
63.ª Asamblea Mundial de la Salud

Fecha: 17–21 de mayo de 2010
Lugar: Ginebra, Suiza

La 63.ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud tendrá lugar en Ginebra del 17 al 21 de mayo de 2010. En esta sesión, se discutirán diferentes temas de salud pública, entre los que figuran:

la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional (2005);
el monitoreo del logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud;
las estrategias para reducir el uso nocivo del alcohol; y
la falsificación de productos médicos.
Asimismo, la Asamblea Mundial de la Salud examinará diversos asuntos presupuestarios, administrativos y de gestión de la OMS.

Como se ve, el cuarto punto está dedicado -bajo la apariencia de defender la calidad- a proteger el negocio, porque esta es la excusa que están usando para boicotear el uso de genéricos, que es lo que hace Brasil al producirlos y Ecuador al importarlos directamente a India, desconociendo (para decirlo en forma sencilla) la patente (y aquí volvemos a insistir que este concepto de "genérico" no es lo mismo que instaló GGG para beneficiar a los laboratorios de medicamentos, mientras la gente cree que fue un acto de arrojo).

La OMS además aclara que se van a tener en cuenta un montón de medicamentos con los que se innovarán tratamientos. Uno de ellos es para el paludismo (uno) y siete para la gripe.

Por otro lado felicita (figura en los trabajos de comisión, pueden consultarse en la web) a países que han obtenido triunfos en la lucha contra el Chagas (Brasil, Uruguay y Chile, entre los del Cono Sur) porque en ellos se ha detenido la trasmisión por el vector. El único país del Cono Sur que no lo ha logrado es el que tiene mayor prevalencia (y menores acciones) que se llama Argentina. Donde podría producir medicamentos para su tratamiento pero prefiere comprar marcapasos para el tratamiento de las compicaciones, luego de una vida de sufrimientos, riesgos para la vida, discriminación laboral, empobrecimiento, etc. Claro, la venta de maracapasos es un buen negocio.

Un saludo

Gonzalo
___________________________________

Gonzalo dijo...

2) EL DICTAMEN (pero va en dos partes)
2a
el dictamen del tribunal en relación a la noticia enviada


La sociedad civil latinoamericana se opone a violaciones de derechos humanos de la UE en el Tribunal Permanente de los Pueblos

Incautaciones de medicamentos genéricos legítimos en puertos europeos es cuestionada por violación del derecho humano a la salud

Organizaciones de la sociedad civil de Brasil, Colombia, Perú y Ecuador, países afectados por las incautaciones de medicamentos genéricos en los puertos europeos presentarán hoy, 14 de mayo, en el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), en Madrid, España, una denuncia contra la Unión Europea (UE) por las incautaciones de medicamentos genéricos en tránsito por los puertos europeos. Las organizaciones requieren que la UE sea declarada culpable por violar el derecho humano a la salud y la vida de los países afectados, debido a la imposición de barreras ilegítimas e ilegales para acceder a los medicamentos genéricos, usados para tratar diversas enfermedades. La gravedad de este hecho fue reforzada en el último día 12 de Mayo, cuando los gobiernos de India y Brasil abrieron una consulta, en el Órgano de Solución de Controversias de la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la UE y el Gobierno holandés, como consecuencia de estas detenciones.

Los recientes casos de incautaciones de medicamentos genéricos de la India en tránsito hacia los países en desarrollo de África y América Latina, incautados por funcionarios de las aduanas europeas, ponen de relieve los peligros de las medidas de frontera relacionados con los derechos de propiedad intelectual. El impacto de estas medidas es evidente con la detención de al menos 18 envíos de medicamentos genéricos legítimos de la India en puertos europeos, entre 2008 y 2009, basada en el Reglamento CE n º 1383/2003 de la Unión Europea. Las incautaciones de medicamentos genéricos se han justificado para combatir la falsificación. Pero, la regulación de la UE pone medicamentos genéricos legítimos como si fueran falsificados, causando una confusión deliberada entre los términos (genérico y falsificado), y perjudicando el derecho de acceso a medicamentos.

El TPP es un tribunal no gubernamental, del género de los "tribunales de opinión", que se originaran en el enjuiciamiento de crímenes de lesa humanidad cometidos por los EE.UU. en la guerra de Vietnam. Se formó en Italia en 1979 y se ha reunido en 31 ocasiones para juzgar diferentes situaciones de violaciones de derechos humanos. Esta vez, la sesión intitulada “La Unión Europea y las Empresas Transnacionales en América Latina” tendrá lugar en los días 14 y 15 de mayo de 2010 en Madrid, España, adjunta a la Cumbre de los Pueblos Enlazando Alternativas IV, un evento paralelo a la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe.

En el caso presentado se requiere que la UE pare las incautaciones de medicamentos genéricos en tránsito por sus puertos, y que se abstenga de promover la confusión deliberada sobre los conceptos de genéricos y falsificados. Del mismo modo, también se exige que el término counterfeit, relacionado con los derechos de propiedad intelectual, deje de ser utilizado en las discusiones sobre los medicamentos falsificados. La sociedad civil de estos países espera que se adopten las medidas apropiadas para asegurar la indemnización a los pueblos afectados por las incautaciones.

Gonzalo dijo...

2b

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud 2009 (OMS), alrededor de 2 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a los medicamentos considerados esenciales, y parte considerable de esa población vive en América Latina. La patente farmacéutica, al garantizar el monopolio de la producción y comercialización del producto, permite la fijación de precios altos, maximizando el beneficio de las empresas transnacionales a costo del derecho a la salud de las poblaciones más vulnerables de los países en desarrollo y menos adelantados. En un contexto de problemas de acceso a los tratamientos y los altos precios, los medicamentos genéricos son esenciales para las políticas de salud pública y la promoción del derecho humano a la salud.

Firman el caso las siguientes organizaciones: Grupo de Trabajo sobre Propiedad Intelectual (GTPI) de la Red Brasileña por la Integración de los Pueblos (REBRIP), Brasil; Fundación Misión Salud, la Mesa de ONGs que Trabajan con VIH/SIDA y la Red Colombiana de Personas Viviendo VIH / SIDA, Colombia, Acción Internacional para la Salud - Latino América y Caribe, Perú y Coalición Ecuatoriana de Personas Viviendo con VIH / SIDA en el Ecuador.


Para obtener más información, comuníquese con:

En Madrid
Renata Reis – +55 21 9114-1838 - +34 91 441 45 00 - e-mail: renata@abiaids.org.br
Francisco Neves - - +34 91 441 45 00 - e-mail: francisco@abiaids.org.br
En Brasil
Pedro Villardi – (21) 2223-1040 – (21) 9438-0399, e-mail: pedro@abiaids.org.br
Marcela Vieira – (11) 3884 7440, e-mail: marcela.vieira@conectas.org

OMIX dijo...

Es una lástima, parece una discusión entre abogados.
Cada cual asume una postura y construye un discurso para justificar esa postura y mostrarla como coherente con un historial. Igual que preparar los testigos que transpiran para que declaren lo conveniente.
Se está pensando en función de hinchada, justamente el comentario que tengo al lado al escribir (de superriquelme) reza: "No importan los argumentos, importan de que lado estás".
No soy un intelectual, apenas un militante peronista conurbanero. Estoy repasando cada una de las argumentaciones y muchas podrían ser calcadas para carta abierta o aurora, y para muchos que satelitan con el rótulo de intelectual, dando cátedra o opinando en los pricipales diarios, a favor o en contra. Pero es solo una discusión entre los que asumen esa postura: la intelectualidad, que bien podría escribirla como "inteletualidá".

mventura dijo...

Qué interesante, los distintos puntos de vista. Yo escribí, recientemente, una nota en sentido contrario en mi blog:
http://mirtaventura.blogspot.com/search.

Clase Media
Una clase media dentro de la clase media
Mirta Ventura
Mayo 2010

Saludos para todos,
Mirta Ventura

Anónimo dijo...

Disculpe, y no se si sera leido, el problema principal es que son todos apagaincendios, no gestionan, solo se ocupan del mas alla de 1 mes, no mas

ayj

Anónimo dijo...

Los verdaderos "peligros" son los que estan montados como estructura
poartidaria,(Los Gremios Naciónales)
que como ejem. la UOM, aparecen los
fieles seguidores del proceso F.P.V.
No son otra cosa, que aquellos viejos "Caudillos de Estancias" que
darán el zarpaso cuando sus "Negocios y su Espejo Duhaldista" se lo Pida. (Se acuerdan aquello de que las Ideologias han muerto)

Nada mas propicio para ellos, (Los
Patrónes de Estancias) no necesitan
de Ideologias, les basta y sobra con sus estatutos de Uniónes y Federaciónes, especie de "" para sentise Dueño
y Señor de la "Estancia" ya que nada ni nadie podrá quiraele el mas feliz sueño de supervivencia.

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