Luego de màs de un año, vi Aballay, el hombre sin miedo. No querìa verla por prejuicios, no querìa verla, no querìa verla, pero al final cedì. Finalmente, habìa sido la peli seleccionada por la Argentina para ir a la ùltima competencia de los Oscar. Por favor, què pelìcula horrenda!
(reproduzco parte de la crìtica que en su momento hiciera Javier Porta Fouz, con la que acuerdo a pleno: "La película parece transcurrir en un vacío de sentido (no hay historia
detrás de este western, no hay mito), hasta de alma; hay actuaciones
extravagantes, casi circenses (las muertes de algunos personajes parecen
hasta paródicas, payasescas, la sarasa del personaje de Fontova corta
cualquier clima, la pronunciación española de Goity es una esforzada
imitación fallida, y Nazareno Casero es cuanto menos extemporáneo)."
Sòlo me quedè pensando dos cosas: 1) què curiosos los criterios con que el INCAA reparte los subsidios, desde que el actual Ministro de Cultura (...) anduvo por ahì (digo desde entonces, porque hubo alguna administraciòn previa bastante honesta por lo que sè). 2) Què bueno que alguna gente pueda juntar tanto dinero, dentro del INCAA y a partir del INCAA. Làstima el cine..pero bueno, todo no se puede.
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