Respuesta a Nilda
Garré
Somos Gente de Nadie
En enero de 2002 nos asomamos a
la vida política y social de este bendito país en el que nacimos, luchamos,
sufrimos, luchamos, parimos, luchamos, envejecemos, y seguimos luchando.
Mujeres –muchas, muchas- y hombres, heridos en carne propia y en la de nuestros
hijos e hijas, en esa noche oscura e inacabable, por fantasmas que tomaban forma
diferente a las que nos habían asesinado durante la nefasta dictadura, pero que
igualmente nos mataban, decidimos valernos por nosotros y nosotras porque nadie
nos representaba ni defendía. Y nos juntamos y conformamos Barrios de Pie. Pasó
una década. Una década es tan poco en la historia de un país. Pero para
nosotros y nosotras fueron y son muchas vidas, muchas historias de las buenas,
de las malas, regulares, duras, divertidas, trágicas, hermosas, horribles… de
todas mucho. Mucha pasión, muchas ganas, mucho amor.
Nos formamos rodeados de la
miseria, del horror de los niños y niñas con hambre, con bajo peso, con retraso
por desnutrición. Transitamos todos los caminos de la patria: los que unen
provincias, las calles de las ciudades, las que están asfaltadas y las de
tierra que se convierte en barro cuando llueve, pasamos cientos de veces
caminando con hijos e hijas y necesidades básicas insatisfechas a cuestas
frente al obelisco o al Teatro Colón, y nos movilizamos y acampamos en Plaza de
Mayo, en la Avenida
de Mayo, en rutas y autopistas. Cortamos puentes y allí mataron a tiros a
varios de nuestros hermanos. Y también recorrimos senderos de los otros, los de
la política, los de la búsqueda de las mejores opciones alternativas que representaran
nuestras ideas respecto de cómo debería ser el país que queremos, que cosas
tendrían que cambiar para ser incluidos y no marginados, para sentirnos parte y
no aparte.
Participamos de este gobierno en
sus primeros años, y después nos fuimos porque consideramos que no sigue el
rumbo que creemos el mas adecuado. Ahora estamos empeñados, junto a otras
organizaciones populares en construir la alternativa que es necesaria y
posible. Seguimos mirando y analizando la realidad desde el barro de la pobreza
y las injusticias, que aunque han descendido en extensión y profundidad,
persisten para millones de argentinos para los que no parece haber puerta de
salida hacia la vida digna que todos
debemos y podemos tener. Los integrantes del gobierno que vos integrás no se
enojan con nosotros y nosotras por que le entorpecemos el tránsito a cientos de
miles personas cada vez que salimos a la calle, sino porque volvemos a poner en
el centro de la vida del país, en el corazón de la agenda política, la
existencia de millones de pobres que Uds quieren negar publicando estadísticas
falsas. Quizás preferirían que las calles de la ciudad de Buenos Aires se cortaran
sólo para carreras de autos y festivales musicales. Pero No, acá estamos. Sino
nos resignamos al olvido y la invisibilidad en aquellos años oscuros, no hay
ninguna razón para que nos resignemos en estos días. A principios de la década
pasada mandaban miles de policías que pretendían impedirnos entrar al centro y mostrar
nuestra realidad. El jueves 30 al llegar a la Avenida 9 de julio
volvimos a encontrarnos con un panorama similar. Lean las crónicas
periodísticas de aquellos años y recuerden que ante situaciones similares nunca
nos retiramos, volvimos una y otra vez, porque no podemos regresar a nuestros
hogares, en los que muchas veces carecemos de lo básico, con las manos vacías.
Advertimos una y otra vez: si el
gobierno solo envía mensajes de agresividad y ruptura contra los que nos
oponemos, despiertan fantasmas que se materializan en hechos como la amenaza
armada que sufrimos el 24 de marzo, o el robo en el depósito de la mercadería
para nuestros comedores, con secuestro del sereno y envío de mensaje mafioso
incluidos.
Querida Nilda, somos Gente de
Nadie, somos de nosotros y nosotras mismos/as. No le pidas ningún dirigente
político o social que individualmente nos diga lo que tenemos que hacer. Cada
paso que dimos en estos largos años -acertado o errado- lo decidimos
colectivamente, y allá vamos y volvemos siempre todos y todas juntos/as. Sería
mucho más útil que en vez de enviar a tantos policías a intentar intimidarnos,
vengan unos pocos funcionarios para ponernos de acuerdo con el gobierno sobre
como va a garantizar nuevamente el envío de la mercadería a los comedores
populares que siguen siendo una necesidad para decenas de miles de argentinos y
argentinas
Isaac Yuyo Rudnik
31/03/2012
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