4 abr 2009

Cine y desigualdad. Bafici y aledaños, 3



Luego de ver “Críada,” de Matías Herrera Córdoba, y dos cortos colombianos –“Soledad” y “16 Memorias” (sobre todo el primero)- me preguntaba qué tienen en común estos filmes, junto con otros buenos filmes latinoamericanos recientes, como

“La libertad,” de Lisandro Alonso,
“Batalla en el cielo,” de Carlos Reygadas
“Santiago,” de Joao Moreira Salles

Tiempo!

Todas ellas toman como protagonista a un empleado u obrero trabajando en condiciones extremas, para la familia del director! Reygadas trabaja con el chofer de su padre; Alonso con Misael, el hachero del suyo; Salles con el mayordomo de su padre diplomático; Herrera Córdoba con la criada explotada en Catamarca por sus parientes; “Soledad” con el peón que cuida solito un campo en el medio de la nada.

(Se podrían agregar cantidad de otros filmes recientes a la lista, con situaciones más o menos parecidas: la chilena “La nana,” sobre las niñeras de la clase alta; la argentina “El custodio;” la mexicana “Parque vía”).

Lo cual me incitaba a pensar sobre las relaciones entre el cine latinoamericano contemporáneo y la desigualdad. El tema me interesa mucho, pero todavía es poco lo que me animo a decir al respecto, más allá de estas improvisadas y breves notas, que en todo caso son sólo comienzos de un trabajo todavía por hacer.

• Primero lo obvio, que no es más que una reflexión ya de sentido común sobre las condiciones materiales de producción (cinematográfica en este caso): en situaciones sociales de fuerte desigualdad, puede aparecer cualquier tipo de cine, claro, pero, pero –pocas dudas hay- de que cierto tipo de cine, ciertas temáticas, ciertas miradas, tienden a ser alentadas o desfavorecidas por esas condiciones sociales. No es lo mismo el cine que se hace en contextos sociales de relativa bonanza, que el que emerge en condiciones de crisis o desigualdades profundas.


• Lo anterior es una afirmación de sentido común que me atrae, en su generalidad. Pero su generalidad es tal que también resulta demasiado inclusiva, es decir, finalmente lo dicho no agrega demasiado, no tiene demasiado contenido informativo. Creo que las cosas mejoran si precisamos un poco la afirmación. Por ejemplo, uno podría decir que es más interesante mirar en qué momento nos encontramos, en relación con esa desigualdad. Quiero decir –generalizando otra vez- puede ser que nos encontremos en situaciones de ruptura, quiebre, ebullición social; o situaciones de desigualdad estable, consolidada. En el primer caso, la desigualdad tiene más chances de entrar -a los empujones- dentro del cine que se produce: la desigualdad reclama su lugar, y el cine suele abrir entonces lugar a su costado más social. En situaciones de desigualdad consolidada, en cambio, la desigualdad pierde lugar, o el enfoque sobre ella se torna más distante y desapasionado. En la Argentina se ve algo de eso en el tránsito de, digamos, Caetano-Trapero, a (en parte, el cine de los propios citados, más adelante en sus carreras y, más propiamente) el cine hoy dominante, marcado por abulias y superficialidades de la burguesía joven –en muchos casos, filmes realizados con indudable talento y gracia.


• Según lo anterior, es importante ver si estamos en etapa de ruptura social emergente o de desigualdad/ruptura consolidada. Ahora agregaría que también es relevante mirar más allá del momento preciso (ruptura-estabilidad), y prestar atención, por caso, a la secuencia histórica desde donde se viene. Más específicamente, supongo que la respuesta que vaya a darse frente al contexto social variará dependiendo de (miles de cosas, incluyendo, de modo especial) las respuestas ya dadas por las generaciones inmediatamente anteriores. Del mismo modo, el cine variará dependiendo del origen social del cineasta de turno -y pareciera que una amplia mayoría de cineastas jóvenes provienen, hoy, de un estrato social similar, que es la clase media alta. Sugerimos mirar, entonces, al menos, los siguientes factores: el contexto específico, la historia, las personas, y las relaciones entre las personas.


• Parece claro, en este sentido, que el cine predominantemente aburguesado/de clase media alta/despolitizado, hecho hoy, en parte viene a responder al cine más social o politizado hecho en los alrededores del 2001. Digamos, el cine hecho en la FUC, hoy, en buena medida viene a darle la espalda al cine más comprometido realizado en los años inmediatamente anteriores. (Un movimiento pendular similar, previo, se reconoce en la historia del rock nacional, desde su época de renacimiento post-Malvinas, hasta el rock propio de los primeros años de la democracia –digamos, del rock, bueno o malo pero politizado de, pongamos, Pedro y Pablo al rock más relajado y despotizado de, pongamos, Virus).


• Es decir, el cine de hoy se produce en condiciones materiales de desigualdad estructural -desigualdad ya consolidada- por autores mayoritariamente de clase media alta, y frente a generaciones previas que habían tomado partido frente a la desigualdad, cuestionándola, y comprometiéndose emocionalmente en el tema. La respuesta de las generaciones actuales, frente al contexto y frente a sus antecesores, parece oscilar entre la indiferencia o el decidido desplazamiento de la cuestión social (lo que se advierte en una sobre-abundancia de filmes hechos como meros ejercicios de estilo, vacuos, a veces directamente superficiales) y, en el mejor de los casos, un acercamiento seco, distante, frente a la materia filmada –un acercamiento que pretende ser “objetivo,” desapasionado, neutral, orientado explícitamente a no juzgar sino a mostrar. Obvio, se produce esto y muchísimo más, y lo contrario, y…Pero me interesaba marcar que no se hace cualquier cine en cualquier momento, y decir que tiene sentido pensar qué cine produce la desigualdad social, qué cine se produce en contextos de fuerte desigualdad social.


• Me pregunto, finalmente, cuál será el cine de los años por venir –el cine que venga a responderle al que se hace hoy, de modo predominante. Se tratará de un cine más ligero pero con cierta sustancia, como el que proponen Damián Szifrón o Ezequiel Acuña? Se tratará de un cine capaz de abrir la puerta, por fin, a los afectos (como la abre “Gigante,” en su escena final?). No tengo ni idea, pero la pregunta me interesa.





3 comentarios:

Cris dijo...

Roberto,me parece super interesante el comentario sobre el Bafici y el cine actual, ya que este año me encuetro viviendo y trabajando en Mar del Plata y se extraña mucho no solo el Bafici sino tambien la parte cultural y artistica de Bs As,siempre hay muestras de pintura interesantes etc, me hubiera gustado poder estar pero bue... a veces todo no se puede... pero estoy siguiendo tus comentarios y agendando pelis para verlas. El cine es una asignatura pendiente que tengo y me interesa la tematica de la desiguldad por muchos motivos ya que es una forma que esa realidad no se oculte no se disimule y que se mire desde los afectos, desde el amor. Gracias por todos los comentarios¡¡¡ Cris

mm dijo...

interesante rg, algo de esto pensé en mi corto pero intensivo paso por el bafici (tiempo, tiempo cruel.!!) pero, al no encontrar en las pelis una puesta en escena directa del esperado “cine político” fui modificando mis preguntas y tmb la mirada. ¿qué hay en este estilo de cine? Cuál es el relato social ? cuál es el imaginario colectivo que se pone en juego?, asumiendo que el ojo del director interviene como el ojo del investigador social sobre lo social: el tema / problema se recorta, se relata o se define desde un interés/ posición ( de clase?). “La risa”, entre otras, por ejemplo, aportó algunos elementos. En esto fue interesante en la previa de la peli la presencia/presentación del director, situación que me instó más a correrme del lugar de las preguntas ya estructuradas para dejarme intervenir por lo que vendría ( la peli).

Y tal vez a este estilo de cine (atravesado por las relaciones de desigualdad/ruptura social) situado en un contexto de fragmentación de lo social y de desigualdad consolidada podríamos pensarlo como narrativa de un lazo social ( a lo durkheim) que está reconstruyéndose desde la “socialidad”. Como el reverso, como respuesta al quiebre de las instituciones sociales/políticas que organizaron lo social.
Así, frente a la disolución de “lo societal” que devino en un estado de ensimismamiento del individuo surge un imaginario social en donde lo colectivo se construye a partir de un relato que tiene como base la exaltación de un narcisismo colectivo. Que favorece un sentimiento de pasión compartida y afirma tendencias desindividualizantes. ( en esta dirección se abre la posibilidad para pensar la crisis de “lo individual” como concepto)
Desde este punto , este estilo de cine estaría escenificando un retorno al ethos de la emoción vivida en común, al hedonismo. Una recuperación de las pulsiones mas trascendentes del mito y de lo mágico como organizadores de un cierto tipo de vinculo social y de una ética que no está directamente vinculada con la ética económica, y en donde lo dionisíaco, lo lúdico, las fantasías, y la representación del desorden recuperan todo lo que configura la validez de vivir en común.
Con este enfoque, “La Risa” desde mi punto de vista, (como peli), antes que la narrativa del "nadismo" de los jóvenes, deviene un relato social, en donde el imaginario dominante que se proyecta y que articula la socialidad encuentra motivación y empatía en la posibilidad de participar junto con el otro de un conjunto de ideas, de imágenes comunes y de emociones.
En otras palabras, este nuevo estilo de cine, estaría depositando la mirada ( el ojo del director) sobre las formas que estarían articulando el lazo social en sociedades fragmentadas, atravesadas por desigualdades estructurales “instituídas” y en donde la pulsión de estar con el otro, ( lo colectivo)trasciende y desplaza el relato de “lo individual”, y en donde las circulaciones del sentido de lo social ya no estarían regulándose desde una ética económica.

En las tensiones que rodean las risas, el conflicto personal no manifiesto, la risa aparece como catártica pero no resolutiva ( el punto que estaría enunciando/ denunciando esta nueva arqueología de lo social)

Todo esto lo estaba “maquinando” en silencio, pero hoy, el post, me incitó para ponerlo en palabras.

Ni qué decir por ejemplo de “The blessing”, como deconstrucción de los mitos.

=)

julieta eme dijo...

acá hay una buena nota sobre Criada:

http://tallerlaotra.blogspot.com/2011/09/criada-cine-politico-argentino.html