21 abr 2012

Il sorriso del capo

En Il Sorriso del Capo, Marco Bechis (celebrado director de "Garage Olimpo") trabaja exclusivamente sobre materiales de la propaganda fascista, producida durante los tiempos de Il Duce.

En el film (llevado adelante por la voz en off del padre del director) se define al gobernante autoritario a partir de dos rasgos centrales: la incapacidad de escuchar al otro, y la negativa a reconocer los propios errores. La película muestra el protagónico uso que el régimen de Mussolini diera a los medios de comunicación; el recurso habitual a los jóvenes "comprometidos" hablando loas sobre la "nueva Italia"; el encono especial hacia la izquierda; la exaltación del discurso nacional; o la humillación televisiva hacia los que pensaban distinto. Bechis exhibe una serie de propagandas en donde 6,7, u 8 adeptos al régimen acosaban a algún crítico del gobierno y se reían de él a coro. En la propaganda, los críticos eran llamados "los tontos de la guerra," por presentar objeciones a la aventura bélica y decir que "todo va mal". Los obsecuentes rodeaban entonces al "tonto", lo bastardeaban (a uno de ellos, por caso, terminan bañándolo a sifonazos, por decir que quería irse a hacer un baño), y lo avergonzaban en público, por el crimen de haber osado criticar al gobierno. Tremendas imágenes del horror fascista!

26 comentarios:

Oxonian dijo...

"Bechis exhibe una serie de propagandas en donde 6,7, u 8 adeptos al régimen rodeaban a algún crítico del gobierno y se reían de él a coro."

:)

El Bosnio dijo...

No vi el film, así mi comentario es solo sobre el post.

"se define al gobernante autoritario a partir de dos rasgos centrales: la incapacidad de escuchar al otro, y la negativa a reconocer los propios errores".
Es una definición gestual del gobernante autoritario.
En el extremo, si un gobernante escucha a los demás, acepta sus errores, no se burla de sus opositores, pero manda a intervenir el congreso y los tribunales, uno estaría ante un gobernante autoritario sin que se cumplan estas características "centrales".

Para definir las características centrales de un gobernante autoritario creo que habria que conocer como utiliza la autoridad que le confiere la constitución, mas que sus modales.

Un político que dice que los jueces son nabos e incompetentes, pero no interviene tribunales, y se presenta toda vez que lo llaman, es un grosero, pero no un gobernante autoritario. Si le grita a la mujer, es un ciudadano autoritario, pero no un gobernante autoritario.

Me preocupa sobre todo por el opuesto. Un tipo que ciuda a su familia, no grita, es amable, pero se atribuye autoridad que no le ha sido conferida por ley, podría verse como no autoritario bajo esta visión gestual del autoritarismo.

Eduardo Reviriego dijo...

Si del acto de la Presidenta anunciando la intervención/expropiación del paquete mayoritario de Repsol YPF, se elimina lo que muestra la película sobre el régimen de Mussolini, especialmente: la incapacidad de escuchar al otro;la negativa a reconocer los propios errores;el uso de los medios de comunicación (oficiales y amigos); el recurso habitual a los jóvenes "comprometidos" hablando loas sobre la "nueva (Argentina)"; el encono especial hacia la izquierda; la exaltación del discurso nacional; o la humillación televisiva hacia los que pensaban distinto", en resumen: las luces, la claque, las fotos de Evita y otras mujeres y demás abalorios, nos queda un documental que muestra un gobierno, que necesitado de recursos para cubrir las importaciones energéticas,producto de su mala política y su consabidos negociados, se apropia de los ingresos, no solamente de las ganancias, de una empresa petrolera, con la sola meta en el horizonte que ganar las próximas elecciones.

rg dijo...

claro elbosnio, pero el tipo que habla del gobernante autoritario en la peli, no habla de los modales de mussolini, sino de las torturas o del antisemtismo. espero que esas no las veas como cuestiones de modales. por lo demas, es la voz en off de un padre de familia (el padre del director) y no la de un academico, y por eso me parece que la definicion que da, desde el sentido comun, no esta nada mal. y ademas, si hablamos de gobernantes que no escuchan al otro ni reconocen sus errores, yo no diria "me hablan de los modales." hablamos de democracia, y no escuchar al otro, en democracia, no es un detalle, sino un modo de insultar lo que define a la democracia.

El Bosnio dijo...

Aclare que no vi el film, mi comentario estaba limitado al post. (lo que seguro lo hace menos interesante, pero es lo que hay -)

Torturas al opositor no serian gestuales, sino bestiales. Pero tu post no hablaba de torturas.

No escuchar al otro no es un insulto a la democracia, como decís al final de tu comentario. Mientras los votos de los representantes del otro valgan tanto como los de cualquiera, la democracia esta vigente y fuerte. Si Altamira no escuchase al resto en el congreso, si creyese que las ideas del otro son idiotas, no reconociera sus errores, pero va y vota con el peso relativo que tiene, no veo donde la democracia se ve afectada. No vería en el a un gobernante autoritario. Quizás a un ciudadano necio, maleducado, quizás bobo. Pero nunca a un político autoritario, no por eso al menos.

Lo mismo con un político de la mayoría.

Churchill era un señor autoritario, gritón, insultador, bebedor, despreciativo hacia quien no pensase como el, con mucho mejor humor que la voz en off de 678 y mas agudo que barone. Pero nadie podría llamarlo gobernante autoritario.
En este aspecto es donde creo que el post describe un autoritarismo gestual. Si mencionas torturas, proscripción de representantes de políticos del otro, intervención de instituciones de la democracia, te lo tomo. Pero no figuraban en el post.

Anónimo dijo...

Otra diferencia entre el Duce y Cristina es que tanto el como su mujer Raquel, eran muy frugales y vivian muy modestamente, tampoco robaban ni hacían ostentaciones de riquezas.

Jorge

Anónimo dijo...

Ya que estamos en sección BAFICI, en la película Swastika se muestran filmaciones del Adolfo (no el Saa sino el nazi) en familia junto con Eva Braun, con amistades, con perritos, todos lindos y sonrientes en un palacete en medio de la montaña en Calafate (o algún lugar similar en Alemania).

Simon Uachiturro Bolívar

Anónimo dijo...

Lo que pasa, Elbosnio, es que vos tenés una concepción de la democracia dura y estrechita como una almendra. Como diría Dewey, la democracia también es una predisposición del ánimo, una predisposición a escuchar al otro y a hablar uno mismo pero reconociendo siempre el carácter falible del conocimiento, admitiendo la posibilidad de error. Quien no se dispone a hablar y a escuchar a los otros con esa mentalidad mal puede estar asumiendo una actitud democrática. Eso es lo que a menudo se malinterpreta en los teóricos de la democracia deliberativa, a los que desde ciertos sectores (anti-liberales -por ej. Laclau) se los pinta como sumamente ingenuos o naives. Sin embargo, pueden ser todo menos eso. Bien saben ellos que una democracia que sólo se alimenta del voto popular y del gobierno por vía de representantes (muchos de los cuales votan a libro cerrado lo que dicta el ejecutivo de turno) puede estar condenada a repetir el autoritarismo populista de los regimenes fascistas.
El Imparcial del Norte

Eduardo Reviriego dijo...

Muchos miran el 54,oo% y se van a dormir tranquilos. Sin embargo ese porcentaje no asegura para nada la permanencia de la democracia. Como ha observado Claude Lefort, la paradoja de la democracia se hace más evidente con la institución del sufragio universal. Cuando la soberanía popular supuestamente debe manifestarse y actualizarse, cuando se podría pensar que se instituye un nuevo polo de identidad: el pueblo soberano o la voluntad general roussoniana (absoluta, infalible e irresistible), en ese momento las solidaridades sociales resultan deshechas y el ciudadano se ve extraído de todas las relaciones en las cuales se desarrolla la vida social para ser convertido en unidad contable: un hombre un voto. El número sustituye a la sustancia: No hay pueblo en acto fuera de la operación regulada del sufragio, y no hay poder susceptible de encararlo. El lugar del poder queda así tácitamente reconocido como un lugar vacío, por definición inocupable, un lugar simbólico, no como un lugar real. En las elecciones se determinan los triunfadores y los perdedores, los representantes elegidos para los órganos representativos y los detentadores de los cargos políticos, pero no se crea una voluntad general que el triunfador pueda encarnar.

El Bosnio dijo...

Me gusta la analogía con la almendra.

"una democracia que sólo se alimenta del voto popular y del gobierno por vía de representantes" no me parece un presente desdeñable. En un país donde el voto popular fue interrumpido tantas veces y donde han gobernado los poderes no electorales, tu descripción no me produce el rechazo que creo esperas.

Incorporar el animo del gobernante y su predisposición a escuchar al otro cuando uno busca analizar su respeto a la república me resulta no solo sin importancia sino peligroso. Si el animo influye en algo en nuestro juicio de republicanidad, podríamos esta frente a alguien que no respete del todo las obligaciones específicadas en la constitución pero al tener mejor animo y mas oreja, recibiría mejor critica nuestra.
Yo no concedería un tranco de pollo en el cumplimiento de las obligaciones constitucionales de un gobernante a cambio de una enorme mejoría en el animo, el espíritu, el afán de escuchar y la predisposición a la autocrítica. Y si no concederia nada en pos de esos apreciables atributos a nivel personal como es la apetencia por el dialogo, significa que no tiene trascendencia para juzgar la republicanidad (si la uso 2 veces mas me dijeron que la incorporan al diccionario).

El Bosnio dijo...

Eduardo, es así, el numero sustituye a la sustancia. En algún punto la polis se ve sintetizada en una mera cuestión contable, un hombre un voto.
Para muchos esa síntesis es una mezquindad. Para otros es el diamante de la república constitucional.

En los 70's las organizaciones tenían un concepto de democracia que se sintetizaba en la plaza, quien movilizaba mas, que decía el pueblo movilizado. Puedo ver enormes ventajas frente a esta democracia contable y también desventajas.
Pero mientras rija esta, tenemos que rendirle tributo. Y juzgar a nuestros gobernantes según esta república.

Sino es como meterte en una cancha de basquet y putear porque son malos boxeando. Solo porque vos preferirias el box al basquet.

El Bosnio dijo...

Me gusta la analogía con la almendra.

"una democracia que sólo se alimenta del voto popular y del gobierno por vía de representantes" no me parece un presente desdeñable. En un país donde el voto popular fue interrumpido tantas veces y donde han gobernado los poderes no electorales, tu descripción no me produce el rechazo que creo esperas.

Incorporar el animo del gobernante y su predisposición a escuchar al otro cuando uno busca analizar su respeto a la república me resulta no solo sin importancia sino peligroso. Si el animo influye en algo en nuestro juicio de republicanidad, podríamos esta frente a alguien que no respete del todo las obligaciones específicadas en la constitución pero al tener mejor animo y mas oreja, recibiría mejor critica nuestra.
Yo no concedería un tranco de pollo en el cumplimiento de las obligaciones constitucionales de un gobernante a cambio de una enorme mejoría en el animo, el espíritu, el afán de escuchar y la predisposición a la autocrítica. Y si no concederia nada en pos de esos apreciables atributos a nivel personal como es la apetencia por el dialogo, significa que no tiene trascendencia para juzgar la republicanidad (si la uso 2 veces mas me dijeron que la incorporan al diccionario).

rinconete dijo...

El gobierno cree tener la razón, busca imponer sus iniciativas y sólo acepta dialogar y negociar con la oposición cuando no tiene la mayoría necesaria para hacerlas votar. Cuando dispone de mayorías, denosta a la oposición por oponerse a lo bueno.

Es una terrible calamidad que caracteriza al kirchnerismo.

Auque también a los republicanos norteamericanos, a los gaullistas franceses, a los socialistas españoles, a los concertacionistas chilenos o los actuales aliancistas.

El trato que la oposición de derecha le dió en Francia a Mitterand antes que su muerte lo convirtiera en prócer, las injurias que recibe Obama por parte de los iluminados del Tea Party o los insultos que suelen acompañar las presentaciones del Primer Ministro en la Cámara de los Comunes no difieren mucho del trato que recibe CFK por parte de algunos de sus opositores (recordemos que el kirchnerismo es nazismo sin campos de concentración).

Ninguno de esos países, incluyendo el nuestro, parecen alejarse de la democracia, al menos no por ese ejercicio apasionado de sus prerrogativas.

Mientras se respete la constitución y las leyes, mientras se acepte el veredicto de las urnas, el resto es opinable.

Videla fue un jefe de Estado estricto con las formas y respetuoso de sus adversarios. Nunca les faltó al respeto, sólo los tiró al mar.

Anónimo dijo...

Elbosnio, sos muy gracioso. Luchás contra espantapájaros que vos solo te encargaste de construir. Decís: "Si el animo influye en algo en nuestro juicio de republicanidad, podríamos esta frente a alguien que no respete del todo las obligaciones específicadas en la constitución pero al tener mejor animo y mas oreja, recibiría mejor critica nuestra". ¿En qué lugar viste que un teórico deliberacionista pudiera realizar semejante concesión? Para él, lo mismo que para otras corrientes de pensamiento, lo primero siempre son las leyes y la legitimidad que confiere el voto, no los ánimos de los gobernantes. Ahora, que la legitimidad de origen y el respeto a los principios constitucionales sean las cosas más importantes en una democracia no significa que sean las únicas, ni por asomo. Entre otras cosas, vuelvo a repetírtelo, porque si las leyes y el voto popular encierran algún carácter virtuoso, ese carácter está dado (o debe estarlo) por la predisposición al diálogo y a la mentalidad abierta a que ellos nos predisponen. Si no se votara, los gobernantes no se predispondrían a escuchar al pueblo para conocer sus demandas y necesidades. Y si, ya gobernando, un gobernante se niega a escuchar al pueblo, o a sectores importantes del mismo, o a representantes de la oposición de ese miso pueblo, entonces volvemos a estar ante un problema. La democracia es una disposición espiritual a escuchar siempre y en todo lugar lo que sea que tengan para decir partidarios, extra-partidarios y opositores. La democracia es la fé puesta en que sólo la intervención conjunta e inclusiva de todos puede ayudarnos a construir una sociedad mejor. Yo no veo nada de eso en este gobierno.

El Bosnio dijo...

Anónimo, comparto tu predisposición positiva hacia un gobernante que escuche y dialogue. Solo quería ponerle dimensión a esta preferencia. Acordamos que el cumplimiento de la constitución y la legitimidad de origen son muy superior a esto. Solo queda la visión personal de cuan importante es la característica de dialoguista que ambos vemos como positiva o cuan insoportable es vivir bajo un gobierno que no la tenga.

El voto popular tiene la virtud que un político solo será elegido si actúa como si escuchara a la ciudadanía (uso el potencial para dejar abierta la posibilidad que un necio, con necedad asintomatica, logre actuar por motus propio segun lo que la gente le pide aunque el no la escuche). Para lo cierto es que si actuase como si no nos escuchara, dejaríamos de votarlo.
Este gobierno logra eso, una enorme proporción de la ciudadanía se siente correctamente interpretada. Vos crees que lo logran sin escuchar, sin dialogar. Yo tengo la impresión que eso es casi imposible, en una sociedad tan cambiante.
Pero en todo caso, acordarías conmigo que lo importante es interpretar correctamente la voluntad popular y que el voto mayoritario es la unica forma objetiva que tenemos de sospechar que lo ha logrado?
El sentarse con todos a conversar seria una herramienta para lograrlo, que vos podes considerar imprescindible. Pero sea que la usen o no, si estan logrando el objetivo mal podriamos criticarles no haber usado la herramienta. En todo caso deberíamos preguntarnos si esa "dialogo" era imprescindible, o si de tanto pedir que usen la herramienta del dialogo, la transformamos sin ser concientes en un objetivo o, quizas, en realidad dialogan pero nosotros no los vemos hacerlo.

rinconete dijo...

Anónimo

Siento desilusionarte, pero la democracia no obliga a un gobernante a "escuchar" a la oposición.
Sólo le exige que acepte el mandato de las mayorías. Si cumple la ley, respeta la constitución y acepta el veredicto de las urnas, es tan democrático el presidente convencido de su superioridad intelectual que se burla de sus adversarios que el que consulta con su oposición cada mañana si debe pedir tostadas o copos.

La Mentalista de Gorlero, una de nuestras diputadas más pintorescas, vaticina lluvias de fuego y partos sin peridural desde hace 9 años. Se ha quedado sin superlativos para calificar a este terrible gobierno y a la vez que critica la falta de diálogo se niega a dialogar ya que "con el Gordo Valor yo no hablo".

Pero como además se presenta a elecciones, respeta el veredicto de las urnas, las leyes y la constitución, y hace su trabajo de diputada, no es menos democrática que su colega Pinedo, por ejemplo, aunque sea infinitamente más desbordada.

Saludos,
r.

Eduardo Reviriego dijo...

Rinconete:
Tu pensamiento coincidiría con la observación de Alexis de Tocqueville:
"El hombre democrático viviría en una contradicción sin solución: En nuestros contemporáneos actúan incesantemente dos pasiones opuestas: sienten la necesidad de ser conducidos y el deseo de permanecer libres. No pudiendo acabar con ninguna de estas inclinaciones contradictorias, se esfuerzan por satisfacer ambas a la vez. Conciben un poder único, tutelar, todopoderoso,pero elegido por los ciudadanos. Combinan la centralización con la soberanía del pueblo. Esto les permite cierta tranquilidad. Se consuelan de su tutelaje pensando que son ellos mismos quienes eligen sus tutores." (De la democracia en América. Alianza. Madrid. T.II. pág. 269.)
Le Botie la denominará "La servidumbre voluntaria"

Anónimo dijo...

¿Y qué duda te cabe que los vaticinios de lluvias de fuego y partos sin peridural finalmente se han concretado? Si querés, dejala de lado a la Mentalista de Gorlero. Pensemos en cualquier otro. Lopez Murphy, por ejemplo. Él viene vaticinando lo de la crisis energética desde hace por lo menos cinco años. ¿Y qué pasó? ¿Qué pasó? Tampoco tenemos más superavit comercial, el cual solo se mantiene restringiendo absurdamente las importaciones. Y no tenemos trenes, y seguimos muriéndonos en las rutas, y los hechos de corrupción afloran por doquier... Vos seguí ridiculizando a los vaticinadores que este país, en un par de añitos, seguro que se parece a Noruega o Finlandia.

El Bosnio dijo...

eduardo, ¨la servidumbre voluntaria¨, me encanto. La voy a citar. Como la ley de vos, deberia decir ¨Como dice eduardo, que dice La Boetie¨.

Anonimo: si las crisis anunciadas son esto que tenemos es materia opinable. Cuando escuchabamos planteos de indexacion de tarifas, como las sugeria Lopez Murphi, alla por el 2003/2004 sino vendria una crisis energetica, quizas por error, imaginaba una crisis al menos al estilo del final de alfonsin. Cortes programados semanales. En cambio el pais pudo crecer hasta duplicar su PBI y su consumo energetico sin llegar a tanto. Vos podras decir, de todos modos ¨esto que vivimos hoy, la angustia de no saber si mañana tendremos luz, es una crisis energetica grave¨ y que por evitar esa crisis se hubiera justificado indexar tarifas y yo no tendria con que negartelo.
Solo creo que si los pleibiscitamos, la mayoria preferiria padecer esta crisis actual que la indexacion y si lo pleibiscitamos tambien, creo yo, la mayoria creeria que esto no es una crisis ni por asomo.
Pero la verdad no tiene porque ser resultado de un pleibiscito claro esta.

rinconete dijo...

Eduardo
Pese a que tengo una cierta debilidad hacia El Antiguo Régimen y la Revolución más que De la Democracia en América, tu cita me dió ganas de releerla.
Y el oxímoron de La Boétie, como a Elbosnio, me pareció brillante.

Anónimo
Las lluvias de fuego en nuestro país suelen ser algo más que un superavit disminuído o los accidentes en las rutas. Dejando de lado los crímenes de la Dictadura, podemos mencionar el flagelo de la híper de Alfonsín, la quiebra del país y el desempleo de Menem, la debacle de la Alianza con un inútil y sangriento Estado de Sitio o los asesinatos que obligaron a Duhalde a dejar el poder antes de tiempo.

Como Elbosnio, imagino que serían pocos los ciudadanos que cambiarían esta realidad que a Lopez Murphy (el efímero bombero pirómano de nuestra Economía y uno de nuestros peores ministros de Defensa) le parece tan insoportable, por cualquiera de las anteriormente citadas.

Pero es sólo una intuición.

Saludos,
s.

Eduardo Reviriego dijo...

Rinconete:
Ya que mencionas a Duhalde. Ignoro cuáles eran sus intenciones reales, pero, y a pesar de lo que pudieron haber influido los dos asesinatos, creo que tenía todas las posibilidades de haber sido elegido presidente en el 2003, a pesar de lo cual cumplió con la promesa que había hecho. No deja de ser interesante y rarísimo. Creo que así deberían actuar los políticos.-
Saludos.

Anónimo dijo...

Lo tuyo, Elbosnio, es lamentable. ¿Así que para considerar que estamos en crisis nuestro país se tiene que prender fuego, literalmente hablando? En otros países, la situación que se vive en Argentina habría prendido hace rato las luces de alerta. Argentina está en crisis. No está en la crisis del 2001, pero está en una crisis política, cultural y económica inocultable. Si no prendemos YA las luces de alerta, puede que vuelva a ser demasiado tarde. Culturalmente hablando, pienso que ya es tarde y temo que sean décadas las que nos insuman revertir la situación en la que nos hallamos.

El Bosnio dijo...

Eduardo, no tenemos formas de saber si Duhalde no se presentó por los asesinatos de su policia o por el compromiso asumido previamente con sus electores. Yo tengo una impresion, pero tan infundada como la de cualquiera. Eso no disminuye los asesinatos de puente pueyredon.

Anonimo, para considerar que estamos en crisis solo hace falta eso "considerar que estamos en crisis". Y es uno de las tantas libertades que aun gozamos, considerar lo que se nos cante. A mi en lo personal, me cuesta adjetivar como crisis sin considerar si estamos en Belgica o en Argentina. Es probablemente un error, porque crisis debieran ser todas iguales. Pero cuando pienso politica prefiero guiarme por relativos, comparaciones, que por absolutos. Porque si hablamos de absolutos, todo es una gran crisis, el hombre esta en una enorme crisis de valores, etc... etc... Pero de esto no construimos mucho cuando tenemos que elegir entre dos caminos, casi tan impuros el uno como el otro, pero uno algo mejor. De eso se trata la politica. O eso creo.

rinconete dijo...

Eduardo

Ignoro por qué Duhalde no se presentó. Puede ser por lo que imaginas, puede ser por los asesinatos o simplemente porque las encuestas no le daban.

Tiendo a valorar a nuestros gobernantes en función de sus iniciativas y los resultados de estas. Es decir, los juzgo por el país que dejan. En ese sentido Duhalde, pese al desastre de la pesificación asimétrica, dejó un país mejor al que recibió y por eso lo aplaudo.

Si hubiera querido presentarse, aún traicionando su palabra (lo que no hubiera significado infringir ninguna ley), lo hubiera aplaudido de la misma manera.

Saludos,
r.

Eduardo Reviriego dijo...

rinconete:
Si, es evidente que a la sociedad no le interesan que se respeten los compromisos.
Yo creo que si Duhalde se presentaba le ganaba a Menem. No se si su triunfo hubiere asegurado un país mejor, aunque ya se estaba bastante bien encaminado. Sí hubiera significado un gobierno diferente.
Saludos.

rinconete dijo...

Creo que a la mayoría de la sociedad sí le interesa que sus gobernantes respeten sus compromisos.
Todo depende de lo que entendemos por compromisos. Si se trata del mayor compromiso de un gobernante, es decir el de mejorar el bien común, aumentando el empleo, generando crecimiento y leyes apoyadas por esas mismas mayorías, no me cabe la menor duda de que la sociedad es extremadamente estricta en su cumplimiento.

Si por compromiso entendemos el cumplimiento de una promesa, sin duda el electorado argentino es más permisivo. Al menos tanto como el francés, que reeligió a Jacques Chirac pese a sus reiteradas promesas incumplidas o como el estadounidense, que reeligió a Bush, pese a haber sido engañado por él en algo tan grave como las causas de una guerra.

Saludos,
r.