10 abr 2013

Democratizar la justicia 20: (Binder) Una frase grande para un plan pequeño


Extraordinaria nota de Alberto Binder sobre la reforma judicial, desde alguien que conoce el tema desde adentro, y que viene trabajando por la democratización judicial desde hace 30 años (destaco algunos párrafos más abajo)

http://www.mdzol.com/opinion/458141-frase-grande-plan-pequeno/

Interesante, en todo caso, contrastar la obsecuencia de Justicia Legítima (por ejemplo:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-217706-2013-04-10.html ), con lo que les dice don Binder:
"se trata de armar un boquete para que un sector que hoy está en la periferia de la corporación judicial se  posicione mejor"

Transcribo la nota:

La administración de justicia del país, y no digamos la federal, necesita cambios profundos, urgentes y de largo aliento. Desde hace muchos años hemos denominado a ese programa “democratización de la justicia” bajo el entendimiento de que no se trata de que los jueces sigan los dictados de la mayoría –lo que iría en contra de su función constitucional- sino que se trata de que la administración de justicia sepa acompañar el crecimiento y desarrollo de una sociedad plural, dinámica, tolerante e inclusiva. Hoy no puede hacerlo con su cerrazón, sus procedimientos antiguos, su lógica de trámites, su pesadez burocrática, su egocentrismo valorativo, su falta de imaginación y su desprecio práctico hacia todo lo que tenga rostro humano y no sean papeles.  Por eso adherimos al debate que se abrió en los últimos meses y hemos hecho propuestas concretas para alimentarlo.

Lo que está en juego es la necesidad de contar con espacio judicial nuevo, donde la lucha por los derechos, el control del poder, la gestión pacífica de los conflictos, la vigencia efectiva de la Constitución y la afirmación de valores básicos de la convivencia se haga de un modo transparente, abierto, sensatamente rápido y con un nuevo diálogo con la sociedad. Todo esto es muy importante para el futuro de nuestro país.

El plan que ha presentado el Poder Ejecutivo Nacional es una versión pobre, escuálida y timorata de ese proyecto. La reacción de la oposición es previsible, funcional al empobrecimiento del debate y sin muchas ideas.  La sociedad se queda, en consecuencia, sin chicha ni limonada.

La ampliación del número de miembros del Consejo de la Magistratura no apunta a ningún tema de fondo. Seguirá siendo un organismo burocrático, repleto de personal y cada vez mas trabado en su propia lógica que es  la lógica judicial. Para destrabarlo hay que ir en sentido inverso y reformarlo de raíz en su funcionamiento cotidiano. Por otra parte, el mantenimiento de vacantes permanentes es una práctica del Poder Ejecutivo, no por falta de gestión sino para negociar con la corporación judicial.  La Creación de nuevas Cámaras de Casación, en el contexto actual, es un plan de burocratización -no de democratización-  para dejar contentos a los abogados y jueces con sus nuevos honorarios y cargos.  La limitación  de las medidas cautelares es dependiente de la rapidez de los procesos y ellos con los actuales procedimientos y prácticas seguirán demorando, dejando los derechos en el aire y permitiendo la extorsión judicial- que no la sufre solo el Estado nacional-.   Nombramientos por concurso está muy bien, veremos bajo que método y de todos modos el punto es que el personal no cumpla funciones judiciales y se acabe la delegación judicial en empleados subalternos. La transparencia de las declaraciones muy bien, pero existen mil formas de amañarlas. En fin reformas menores que no solucionan ningún problema de fondo ni tampoco ponen en peligro la República: sólo son demostración de la escasa reflexión que tiene nuestra dirigencia política sobre la función del poder judicial en nuestra democracia. En el camino quedaron grandes temas que no fueron encarados: la verdadera participación ciudadana a través de jurados, la transparencia real y publicidad de todos los procedimientos a través de la oralidad, las medidas de fortalecimiento de la justicia de cercanía para facilitar el acceso a la justicia, la reforma de la abogacía para generar una verdadera abogacía social, el reconocimiento de la justicia de los pueblos indígenas, la modificación profunda del sistema recursivos, la democratización interna del poder judicial cambiando las formas de gobierno interno, la creación de una verdadera carrera judicial.  Además las medidas están llenas de guiños hacia la corporación judicial. No se toca el tema ganancias cuando la AFIP puede ya comenzar a cobrarlo, dado que lo único que puede hacer el Poder Judicial (en términos administrativos) es negarse a ser agente de retención), nada se dice de la exclusividad que tienen que tener jueces y fiscales, que ocupan todos los cargos universitarios sin dedicarse verdaderamente ni a una ni a otra cosa, nada se dice de los verdaderos sistemas de control  patrimonial, ni de cómo evitar que los jueces cobren fortunas con subrogancias y viáticos que los llevan a prolongar juicios, haciendo negocio incluso con los juicios de lesa humanidad. Con estas medidas tampoco se va a “controlar” el poder judicial, ni se lo va a sacar de su letargo ni se beneficia a la ciudadanía en su acceso a la justicia.  Retorica ya inútil a esta altura del partido que distraerá esfuerzos y nos hará perder el rumbo de la democratización por un tiempo. Mi simple percepción personal, si se quiere emotiva: se trata de armar un boquete para que un sector que hoy está en la periferia de la corporación judicial se  posicione mejor. En buen romance, agrandar la “familia judicial” con alguna nueva tribu en crecimiento. La corporación judicial, contenta, un nuevo miembro es siempre una nueva oportunidad de revitalizar las viejas mañas.

8 comentarios:

Pedro dijo...

La verdad, excelente Don Binder. Estaba esperando salir del trabajo para ver qué se había anunciado y cuando vi las noticias... qué decepción... si eso es democratizar la justicia, qué sería hacer lo contrario?

Anónimo dijo...

Buenísima la nota.

En el extremo contrario, leo hoy en página12 esto:

"Slokar enfatizó que el proyecto de democratización de la Justicia aspira a “la máxima realización de todos los derechos y a la protección de los más débiles”. En cuanto a la creación de las nuevas Cámaras de Casación Federal en lo Contencioso Administrativo, de Trabajo y Seguridad Social y Civil y Comercial, el juez afirmó que esto “va a agilizar el trámite de las causas definitivamente”. Y en relación con el límite de cautelares, aclaró que se aplicaría “sólo cuando son contra el Estado” y sostuvo que esto “pone un límite razonable a las medidas”." (!)

Tomás

Anónimo dijo...

En la entrada 18 sobre la democratización de la justicia ("justicia legítima") escribí que ahora quedaba más que claro que el movimiento de jueces y fiscales por una justicia legítima es básicamente un ariete del gobierno y tienen todas las esperanzas de conseguir suculentos ascensos a las nuevas cámaras. Lo de Binder me parece agudísimo y lo de Slokar de una bajeza notable. Si quiere ser ministro de justicia que renuncie a ser juez.
Pero la cosa va más allá y se inscribe en la historia negra de la Argentina. Me explico: caída la república conserva a manos del radicalismo hace casi 100 años se inaugura un largo período histórico donde básicamente no hay ningún gobierno que no haya metido mano en la corte suprema (a veces en tribunales inferiores también) para acercarla a su color político. Se usaron tres métodos:
1. directamente la deposición por un golpe militar (a veces "pidiendo" las renuncias)
2. juicio político por haber servido bajo un gobierno militar, para forzar renuncias
3. acordadas de los jueces jurando alinearse (1930, 43).
Cuando volvió la democracia en 1983, los presidentes con poder se inscribieron de una u otra manera en el mismo rollo:
a) Alfonsín nombró a los 5 ministros de la corte (el 100%), aunque se considera que sus nombramientos fueron relativamente respetuosos del pluralismo ideológico;
b) Menem amplió la corte para nombrar a la mayoría, que tuvo durante todo su mandato
c) Kirchner nombró a la mayoría de los jueces (4 de 7) luego de hacer juicios y forzar renuncias, aunque nunca se ha interpretado este episodio dentro de la línea que describo, porque se considera que esta corte es relativamente independiente del gobierno. Tal fue el objetivo declamado de Kirchner cuando lo hizo, y todavía los K refieren a esto como uno de los indicadores principales de lo revolucionario del gobierno para acabar con las viejas prácticas. Esta idea acaba de naufragar hasta el fondo: con un nuevo estamento judicial antes de la corte, la casación, enteramente poblada de jueces pro-gobierno (a.k.a. justicia legítima) repetimos la historia de una manera más innovadora que la de Menem. Pero como se dice, en Arg. "hecha la ley, hecha la trampa".
Ahora entiendo mejor la idea transmitida por los jueces de la "justicia legíKtima", que en diciembre ante el episodio Clarín y la consecuente conmoción de la corporación judicial decían: "estamos ante una oportunidad histórica"... si, una oportunidad histórica para ascender.

Gustavo Maurino dijo...

El comentario de Binder tiene, me parece, un déficit grave.
Minimiza los resultados negativos previsibles, anticipables de los proyectos.
Al minimizarlos, pone como igualmente errados a los "apocalípticos" y a quien defienda estas medidas "pequeñas"...
Creo que es un error sugerir que las medidas no son pequeñas, o que no van al punto...sin decir cuál es el punto (grave) al que sí van, en términos de estructura del poder institucional...esa abstención de Binder me parece un error conceptual, aunque en términos de estrategia retórica o discursiva, sea tal vez clave, para que su discurso tenga el mayor impacto posible en el oficialismo intelectual. Slokar ta lokar...es lo que pasa cuando pasás de creer el verso postmoderno de la desintegración del sentido del lenguaje a "trabajar" en el plan (inmoral, hijoputezco)de perfromar tal desintegración.


GM dijo...

ERRATA
quise decir "sugerir que las medidas son pequeñas"

Estefa dijo...

Esclarecedor el texto, la verdad una pena cómo nos (a la gente/el pueblo) nos utilizan para la retórica demagógica, cambiando lo que es una necesidad de todos los argentinos (una verdadera reforma judicial) en beneficio de unos pocos.
Gracias

Anónimo dijo...

muy bueno el artículo de Binder porque además de ser crítico sin usar palabras grandilocuentes que no solo nada agregan sino que confunden. Además, deja en claro lo patético de las actitudes de la oposición que se oponen sin saber bien porque y no se les cae una idea como propuesta lo cual hace un gran favor al gobierno.
Mar

FedeB. dijo...

Tal vez peque de anti-academicista, pero esta lectura me parece demasiado ascéptica, apolítica, descontextualizada. Entiende la reforma como -cito- una "demostración de la escasa reflexión que tiene nuestra dirigencia política sobre la función del poder judicial", como si su defecto fuera por ausencia, como si no tuviera objetivos muy precisos, como si no fuera parte de un plan deliberado. Comparto plenamente los ítems que debería incluir una verdadera "democratización de la justicia", pero no puedo compartir el análisis de esta reforma.