Los
partidos gobernantes en provincias subsidiadas por nuestro federalismo fiscal
corren con grandes ventajas electorales. No es
casual que, desde 1983, ningún oficialismo haya perdido una elección para
gobernador en Formosa, La Rioja, San Luis, Santiago del Estero o Santa Cruz, ni que a
menudo triunfen con el 70% o el 80% de los votos (cifras impensables en las
democracias avanzadas del mundo o en las provincias no subsidiadas, como Buenos
Aires, Córdoba, Entre Ríos o Mendoza).
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1 comentario:
La complejidad puede reducirse con una adecuada definición. Deberíamis hablar de "clientelismo fiscal". De ese modo es más comprensible la volatilidad, irracionalidad e inequidad que caracteriza al sistema. Y, hablar de federalismo, sólo, cuando las reformas institucionales así lo permitan.
Saludos, mm
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