(Lucania 1961, de Carlo Levi, detalle)
Carlo Levi, judío, torinés,
intelectual de izquierda, conocido como escritor (por el enorme libro “Cristo
se detuvo en Eboli,” luego enorme
película), pero sobre todo pintor. Levi se unió al movimiento antifascista
tempranamente, y participó del grupo “Giustizia e Libertá,” fundado por Carlo Rosselli (habrá que
volver sobre él más tarde). Sospechado por sus actividades antifascistas, Levi
fue arrestado primero en 1934, y más tarde otra vez, en 1935, cuando se lo
confinó a una zona paupérrima en Matera. De allí, en Aliano, recuperaría el padecer y el sufrimiento de los campesinos
devastados que sobrevivían en la zona en condiciones infrahumanas. Una de las
líneas más conocidas de su hermoso libro, sintetiza el horror que viera:
« Cristo è sceso nell'inferno sotterraneo del moralismo ebraico per romperne le porte nel tempo e sigillarle nell'eternità. Ma in questa terra oscura, senza peccato e senza redenzione, dove il male non è morale, ma è un dolore terrestre, che sta per sempre nelle cose, Cristo non
è disceso. Cristo si è fermato a Eboli. »
El mal, el dolor –como dice Levi,
como remarcan aquí a mi lado- ya no es “moral”, es concreto,
arrasador, va directo sobre los cuerpos. Años más tarde, marcado todavía por lo
que presenciara entonces, Levi volvería a la zona acompañado por un fotógrafo
amigo. Éste se encargaría de retratar rostros y escenas como las que Levi
viera, y Levi reproduciría luego muchos de esos rostros y escenas en un
impresionante, desgarrador mural, que hoy se exhibe en Matera.
2 comentarios:
Sí. Hay que volver a Rosselli. Socialismo liberal.
Buen post. Va un abrazo.
Libertad ya para Milagro Sala, presa política de la coalición Cambiemos
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