http://www.amazon.com/The-New-Crow-Incarceration-Colorblindness/dp/1595581030
La frase “leyes de Jim Crow” refiere a
las políticas de segregación racial aplicadas en los Estados Unidos entre,
aproximadamente, 1876 y 1965 (La expresión proviene, aparentemente, de un
espectáculo burlesco en donde un blanco actuaba de negro pintándose el rostro).
Las leyes en cuestión fueron conocidas también por basarse en el principio
“separados pero iguales”, a través del cual se disponían facilidades diferentes
para blancos y negros. Ello implicaba, por ejemplo, que ambos tenían derecho a
ir a la escuela o a usar el transporte público, pero a la vez que los negros no
tenían el derecho de ir a las escuelas a las que iban los blancos, o a
solicitar el uso de las mismas facilidades de transporte que usaban los
blancos. En la práctica, el sistema consagraba, legalmente, la discriminación
racial existente.
Un libro reciente recupera aquella idea
(la existencia de un período “Jim Crow”) para pensar la cuestión de la raza y
la aplicación masiva de la pena de privación de libertad. El libro –convertido
en best seller- se llama The New Jim
Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblindness, y su autora es
Michelle Alexander. La idea básica del libro es que el sistema penal actual, en
los Estados Unidos, con su sesgo racista, produce una suerte de “Nuevo Jim
Crow”. El libro deja en claro el modo en que los afroamericanos más pobres y
menos educados son encarcelados hoy en forma inédita, sobre todo bajo la excusa
de una “Guerra contra las Drogas”. Según algún autor afín a esta idea, la
política dominante en materia de estupefacientes “ha devenido en un sistema
destinado a separar, subyugar, encarcelar y destruir una porción substancial de
la población, en base al color de piel.” Conforme a la autora del libro,
mientras tanto, “el encarcelamiento masivo en los Estados Unidos aparece ahora
como un sistema abarcativo destinado a hacer posible un control social basado
en la raza, de un modo asombrosamente similar al producido en la época Jim Crow”.
Más específicamente, la idea sería que, “así como Jim Crow fue la respuesta que
se dio, a finales del siglo 19, frente al período de la Reconstrucción y al
movimiento populista que amenazó a las elites del sur, el encarcelamiento
masivo que se da hoy aparece como respuesta al movimiento de derechos civiles
que estallara en los años 60.”
Hago la reconstrucción del debate a
partir de un texto de James Forman, profesor de la Clínica Jurídica en la
Universidad de Yale, que el autor va a presentar en un seminario en el que
estoy, por acá en México. El texto es rico e interesante (Racial Critiques of Mass Incarceration: Beyond the New Jim Crow), y
tiene como principal objeto criticar, amablemente y desde una posición de “simpatía”
al libro de Alexander.
http://digitalcommons.law.yale.edu/fss_papers/3599/ De todos modos, la crítica de Forman no me persuade. Por eso, lo que voy a hacer a continuación, entonces, va a ser exponer algunas de las afirmaciones más fuertes que se presentan en el texto, y mostrar el problema que le encuentro. Ahí va:
http://digitalcommons.law.yale.edu/fss_papers/3599/ De todos modos, la crítica de Forman no me persuade. Por eso, lo que voy a hacer a continuación, entonces, va a ser exponer algunas de las afirmaciones más fuertes que se presentan en el texto, y mostrar el problema que le encuentro. Ahí va:
Afirmación: Al enfatizar el rol de los
políticos que explotan los temores raciales, la analogía minimiza otros
factores sociales, sobresimplificando los orígenes del encarcelamiento de
masas.
Respuesta: La analogía no pretende
explicar el origen del encarcelamiento de masas, sino sobre enfatizar la
relación entre raza y el encarcelamiento de masas
Afirmación: La analogía tiene poco para
decir sobre las actitudes de la comunidad negra hacia el crimen y el castigo,
encubriendo la naturaleza y alcance del apoyo de los negros a las políticas
criminales punitivas.
Respuesta: La aquiescencia de la pobreza,
de la brutalidad policial, del punitivismo; la naturalización de la pobreza o
la violencia, no deberían jugar un rol decisivo en estas discusiones. Son más
un síntoma o consecuencia del problema que existe. Finalmente, que algunos grupos con los cuales el Estado sólo se relaciona con el lenguaje de la violencia, adopten ocasionalmente el lenguaje de la violencia como propio, no es extraño sino natural. Pero dicha situación no dice nada demasiado interesante sobre el valor de ese discurso.
Afirmación: El foco en la Guerra contra
las Drogas distrae nuestra atención del problema del crimen violento, cuando
hoy la mayoría de las condenas a prisión se deben a esto último.
Respuesta: Es al revés: el foco en el
crimen violento no debería desviar nuestra atención sobre la existencia de un
problema estructural, esto es, la relación entre determinados grupos
específicos y el encarcelamiento masivo. Su punto sobre los crímenes violentos reafirma
lo dicho, porque a esos crímenes, y no a otros cometidos por otros grupos
raciales principalmente, se les responde con sentencias de privación de
libertad y penas más largas.
Afirmación: La analogía distrae nuestra
atención del modo en que el problema del encarcelamiento de masas afecta a
otros grupos raciales, como el de los hispanos y aún el de los blancos.
Respuesta: Por el contrario, la analogía
captura la atención sobre la existencia de un problema estructural, y ese hecho
es compatible con la inclusión de hispanos o blancos pobres. Éste camino, el de
la ampliación de los grupos de referencia, es el camino natural para mantener
la analogía en el marco de sociedades más heterogéneas.
6 comentarios:
Me pregunto para que ocuparnos de EE.UU y no preocuparnos lo que pasa en nuestro país donde delincuentes como Uberti son protegidos. A Uberti no le aplica la ley que le aplicaría al resto de los argentinos.
Mariana Alvarez Gaiani
(...) Porque sospechosamente Argentina replicó el modelo localmente, solo que el sesgo no es racista sino clasista.
solo dos cosas: las leyes Jim Crow no fueron escencialmente segregacionistas. La segregación fue solo una de las técnicas regulatorias para el desempoderamiento de la comunidad negra, y no fue la central (las regulaciones electorales, los contratos de peonazgo, las regulaciones procesales que los dejaban si garantía, etc, consiguieron mas a través de reglas generales sin distinción de razas). Segundo, me parece que tal vez Alexander tenga un punto que la analogía distrae de la afectación a otros grupos raciales. Es una metáfora demasiado fuerte (como la de la "guerra sucia" para nosotros)de las que usadas en cualquier debate distrae del punto. Es una carta de distracción, me parece. eso..estaría bueno leer el libro
solo dos cosas: las leyes Jim Crow no fueron escencialmente segregacionistas. La segregación fue solo una de las técnicas regulatorias para el desempoderamiento de la comunidad negra, y no fue la central (las regulaciones electorales, los contratos de peonazgo, las regulaciones procesales que los dejaban si garantía, etc, consiguieron mas a través de reglas generales sin distinción de razas). Segundo, me parece que tal vez Alexander tenga un punto que la analogía distrae de la afectación a otros grupos raciales. Es una metáfora demasiado fuerte (como la de la "guerra sucia" para nosotros)de las que usadas en cualquier debate distrae del punto. Es una carta de distracción, me parece. eso..estaría bueno leer el libro
Mariana, cuando un post intenta sacarnos de la discusion K no-K, seria bueno intentar mantenernos afuera. Mas alla de lo pertinente o no de la comparación con Uberti, deberiamos comprometernos todos a no entrar. Porque es un circulo vicioso donde la discusion pierde potencia.
Asi podemos discutir sobre como se arman las discriminaciones legales hoy en dia, discutirlo en profundidad. Y cada uno se reserva las conclusiones sobre la Argentina, pero pudo debatir el tema en profundidad.
Les recomiendo ver este video http://www.ted.com/talks/bryan_stevenson_we_need_to_talk_about_an_injustice.html
Entre las cosas que dice es que en la actualidad la justicia mide riqueza y no culpabilidad para encarcelar. Y tira unos datos siniestros sobre Alabama, donde una persona que haya sido encarcelada (aunque esté libre ahora) no puede votar. Lo que resulta en que de la población negra cada vez votan menos.
Roberto, el libro de Alexander es muy bueno. Es un libro de marketing, claro, pero un muy buen libro de marketing: pretende "vender" o hacer conocer a una audiencia poco receptiva el gravísimo problema del direccionamiento ilegítimo de la represión penal máxima hacia determinados sectores sociales. Es correcto que se trata de un problema estructural del aparato represivo, y una vez asentado este entendimiento cabrá pensar socialmente soluciones (algunos piensan que con ajustes mayores puede funcionar y otros como vos creen que hay que deshacernos del derecho penal casi por completo). La forma de venderle este paquete al lector lego de EEUU es mediante esta metáfora.
Forman acepta que el paquete tiene que ser vendido y apenas protesta internamente que la estrategia de Alexander para venderlo tiene sus problemas. No respecto a que sea una estrategia marketineramente exitosa, sino de que vende un paquete distorsionado y que por esto quizás cabe replantearla si lo que queremos es transmitir la verdad. Pero en todo caso la disputa Alexander-Forman es sobre estrategias comunicaciones, no sobre el fondo.
Tus puntos:
1. la idea es que la analogía se pierde de mucho para explicar el problema del encarcelamiento de masas, como lo queremos es instalar una idea para empezar a plantear soluciones (no necesariamente abolicionistas, desde ya imposibles en EEUU), mientras más preciso resulte nuestro entendimiento del problema, mejores las soluciones. No es defensa que me digas "la analogía no busca ser precisa" porque la crítica es que debería serlo.
2. el problema no es de recepción de discursos dominantes por parte de minorías vapuleadas y vulnerables, el punto de Forman no es sociológico (ahora vos, que le perdonaste a Alexander precisión explicativa, le pedís esta fineza sociológica a Forman!), el punto es político: el único problema no es el encarcelamiento de masas que afecta desproporcionadamente a los negros, es parte del *mismo problema* del aparato represivo que los negros sufren desproporcionadamente como víctimas de esos delitos y quieren protección. Es cierto que las víctimas no pueden ser la única voz en discusiones sobre punitivismo, pero no podemos dejar de escucharlas.
3. El punto es, 1ro establecer que hay un problema estructural, y 2do determinar cuál es este problema estructural. Alexander sugiere la relación entre (a) Pena de Privación de Libertad y (b) Raza, lo que acusa un problema estructural. Pero para controlar esta relación hay que recurrir a otras variables, como (c) las razones del encarcelamiento, y Forman denuncia que esta relación es parcialmente espuria porque no resulta consistente con esta variable de control. Tu punto presupone la existencia de un problema estructural que es precisamente lo que se intenta establecer.
4. Ídem. Hay millones de problemas estructurales en el sistema penal, unos más graves que otros. Para Alexander y vos, con instalar la idea de que el derecho penal tiene un problema ya está, por más que no sea tan fina la descripción del problema. Para Forman es importante afinar esto, y acuerdo con él, en EEUU el tema "raza" vende (sobretodo cuando es contra la raza negra) pero en desmedro de oscurecer problemas más profundos, como los de clase (discurso que obviamente es mala palabra en EEUU--pero éste es el problema: no tanto que sean negros, latinos o blancos, sino que son pobres).
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