Leí en apenas un rato "Usos del pasado," de Claudia Hilb, que la confirma como una de las autoras más lúcidas dentro de la filosofía política argentina. Tomaba apuntes sobre su pensar a contracorriente y me encuentro con una frase, apenas en su segunda hoja, en donde ella describe al libro como "ensayos a contramano." Es radicalmente así, y bienvenido por ello. Harendtiana, militante en los años 70, exiliada en Europa durante complicados años, Hilb es una socióloga de pensamiento claro, con coraje para decir y con convicciones firmes, que escribe con la decisión de no poner en paréntesis el pensamiento cuando se enfrenta a problemas incómodos. Por el contrario, es justamente en esos momentos en donde le resulta más interesante y más importante seguir pensando, poniéndose de espalda a los intentos de la corrección política.
El libro es una colección de textos hechos del mejor modo (a mi parecer), esto es, en reacción a molestias e incomodidades. De hecho, nos aclara la autora, cada ensayo de su libro aparece como una "reacción ante una molestia o una incomodidad específica": el modo en que pensamos las responsabilidades de quienes se involucraron en la lucha armada en los 70; el modo en que pensamos Cuba; el modo en que pensamos los juicios a las juntas; el modo en que pensamos la justicia internacional; etc.
De los 6 ensayos que componen el libro, los tres primeros (referidos a las responsabilidades por lo acontecido en los 70; a Cuba y las consecuencias de cierto igualitarismo; al trágico asalto a La Tablada) me parecen de enorme interés en todos los casos (aunque tengo desacuerdos, sobre todo, con el segundo ensayo); pero los tres últimos me resultan (a mí, por cuestiones de edad y biografía) de una contundencia y un atractivo extraordinarios. De estos tres últimos ensayos, el primero reflexiona sobre el balance entre "verdad y castigo" a partir de las distintas estrategias de respuesta seguidas en Sudáfrica y la Argentina; el segundo piensa críticamente sobre la jurisdicción internacional en casos de violaciones masivas de derechos humanos, a la luz de las intervenciones del Juez Garzón en relación con los crímenes cometidos en el Cono Sur; y el tercero se dedica a reflexionar sobre la muy equivocada decisión tomada en su momento por la UBA (a partir de la decisión de un grupo de asesores notables, encabezado por el Juez Zaffaroni), de impedir que tres represores participaran de los programas educativos que la UBA desarrolla en las cárceles.
Cito sólo algunas frases, simplemente indicativas de la potencia de estos ensayos:
1) "Para concluir, el recorrido realizado me lleva a sugerir que tal vez sea la misma virtud de los juicios contra las Juntas la que haya dificultado en la Argentina la eclosión de la verdad en los términos en que me he referido a ella".
2) "La condena (de Scilingo) fue celebrada casi unánimemente..un asesino había confesado su participación en crímenes horrendos y había sido condenado por ellos. nadie dijo, entonces, públicamente, que esa condena pondría fin a todo esbozo de confesión por parte de otros militares...Nadie sugirió, entonces, que la cuña introducida por Scilingo en el silencio militar había sido obturada por el juicio en España".
3) "La globalización de la justicia, entendida en el sentido puesto en obra por estos juicios, nos confronta con el doble riesgo de sobrepolitización y despolitización de la referencia a los derechos humanos. Y acarrea simuiltáneamente la destitución de todo sujeto político de la soberanía, poniendo en su lugar o bien una comunidad internacional constituida por Estados, o bien al individuo como sujeto del derecho universal..."
4) "Para decirlo muy crudamente, no estoy de acuerdo con renunciar a la concretud de los derechos políticos en nombre de la universalidad de los derechos humanos. Los derechos humanos sólo podrán seguir cumpliendo el rol político de frontera...de la legitimidad democrática...en la medida en que los preservemos tanto de la peor instrumentalización que los disuelve en un relativismo oportunista, como de su sustancialización antipolítica."
5) "(La decisión de no otorgar servicios educativos a los represores que no se arrepintieron de sus actos atroces) pone sobre el tapete un debate soslayado en la Argentina: debe establecerse alguna diferencia en términos de castigo entre aquellos criminales de lesa humanidad que se arrepintieron de sus actos y los que no lo hacen?"
6) (La UBA no admitió a represores que defienden -cito aquí parte del comunicado de la UBA- "una tesis negacionista de los delitos que han victimizado masivamente a miembros de la comunidad universitaria a la que pretenden incorporarse"). "Como puede observarse, en algo más de una frase se ha amalgamado a procesados y condenados, se ha puesto el acento en un negacionismo que ni siquiera es preciso demostrar, y en el carácter de víctima de la universidad. A estos se reducen los argumentos del texto del Rectorado. No me apena mayormente, en términos morales, que Donda, Rolón o Suárez Mason no puedan estudiar en la cárcel. Sí me apena que la universidad a la que me siento honrada de pertenecer tome la decisión de excluirlos con argumentos que no puedo sino calificar de indefendibles."
Un libro muy notable por el nivel de análisis que incorpora, y que a la vez es valiente como pocos otros.
P.D.: Con un poco de suerte, contaremos con la presencia de Claudia en nuestro seminario de Agosto de este año, para discutir sobre su trabajo (y también, parte de su excelente intervención en un debate que publicará en estos días la revista Discusiones).
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18 comentarios:
Yo no la conocía y ya me había sorprendido muy pero muy gratamente con su libro sobre Cuba. Por lo que contás y las citas que transcribís, el libro parece de lo más interesante y profundo....
Gracias
En efecto RG, el libro iba a publicarse originalmente con el nombre de "A contrapelo", pero fue cambiado por una decisión editorial...Tal vez hubiese sido más adecuado...
Por otro lado, su artículo "La responsabilidad como legado", es de lo más fundamentado de las críticas retrospectivas al uso de la violencia revolucionaria instrumentalizada, pero partiendo de su posicionamiento como alguien que vivió los acontecimientos. Un texto que resulta tan estimulante como polémico incluso en las cátedras de Historia Argentina Contemporánea...
El art sobre Tablada es excelente, todos.
El art sobre Tablada es excelente, todos.
Muy bien por acordarse de Claudia Hilb, no por nada poco citada en estas tierras
Si bien aún no he leído su último libro, me pareció bueno el anterior sobre Cuba que cita un comentario. Su lectura nos trae ciertos parecidos de familia, especialmente cuando señala que “La igualación de las condiciones sociales y la universalización del acceso a la salud y la educación en condiciones de igualdad constituyen, qué duda cabe, pilares inamovibles de la sensibilidad de izquierda, la de entonces y la de hoy. Ahora bien…aquellas realizaciones del régimen surgido de la Revolución Cubana sobre las que esa izquierda sostiene su apoyo o, por lo menos, ampara su silencio, respecto de la naturaleza políticamente opresiva del régimen, no pueden precisamente ser disociadas de la forma de régimen, Dicho de otra manera, el proceso de igualación de condiciones y el proceso de constitución de una forma política con vocación de dominación total resultan indisociables, y conforman en su entrelazamiento las claves de bóveda de aquello que denomino el régimen en un sentido más amplio”
Hilb, Claudia. Silencio Cuba. La izquierda democrática frente al Régimen de la Revolución Cubana. Edhasa. Bs. As. 2010. Págs. 16/17.-
super fuera de tema roberto, pero viste por casualidad 678 ayer y lo que dijeron de los quom, félix diaz etc?? mentira tras mentira! muy descarados!
Está es la segunda vez en una semana que escucho hablar tan bien de este libro. Tendré que leerlo.
La anterior fue en el programa de Gustavo Noriega. Si les interesa acá está la entrevista completa con la autora
https://soundcloud.com/preferiria-no-hacerlo/martes-18-06-claudia-hilb
Muy grande Claudia, si les interesa, acá hay una larga entrevista que le hice sobre el libro https://soundcloud.com/preferiria-no-hacerlo/martes-18-06-claudia-hilb Abrazo, Rober.
Bueno, veo que Francisco se me adelantó, gracias!
ja, te estaba escuchando en este mismo momento en esa muy buena entrevista¡
mario, en efecto,extraordinario el trabajo sobre la tablada
Roberto, podrías comentar cuales son tus desacuerdos con Claudia sobre la cuestión cubana?
Nicolás.
Interesante: Preservemos los derechos humanos "tanto de la peor instrumentalización que los disuelve en un relativismo oportunista, como de su sustancialización antipolítica." Muchas preguntas. ¿Cómo serán las lecturas de esta frase? Hay que recordar cómo empieza la frase citada:
"Para decirlo muy crudamente, no estoy de acuerdo con renunciar a la concretud de los derechos políticos en nombre de la universalidad de los derechos humanos."
Pareciera (disculpen lo campanudo) que sus dichos van en sentido universal a particular; pero creo que se dirige de "disolución" en "disolución"; es un razonamiento de lo general a lo general, por analogía. No debe ser esa la lectura ordinaria. El lector informado puede dar la traducción siguiente: "Los derechos humanos tienen que ver también con la pobreza" (“no hay que limitarlos a los asesinatos de la dictadura” http://www.clarin.com/politica/derechos-humanos-ver-pobreza_0_887311312.html).
¿Se lee? Los derechos humanos tienen que ver también con la pobreza, no hay que limitarlos al genocidio. O: Los derechos humanos tienen que ver también con el presente, no sólo con el pasado. Creo que pobreza, genocidio, presente, pasado, algunos, todos, concretud, universalidad y sea cual fuere están sin acabar los derechos humanos en esta lógica de lo superlativo; esta lógica policial de los derechos: de quién.
Pero hay otra lectura (tal vez menos interesada), que advierte este razonamiento que va de lo general a lo general cuando dice: "...no estoy de acuerdo con renunciar a la concretud de los derechos políticos en nombre de la universalidad de los derechos humanos." Advierte, en la necesidad de ese inductismo, el problema moderno de la relación entre la razón y lo otro. Establecidos los Derechos humanos como razón e Historia, queda la pregunta por las víctimas y la desconfianza de que algo establecido como razón e Historia esté del lado de los que sufren. Como en el caso Malvinas: la potencia colonial puede invocar el derecho de autodeterminación de los pueblos, ¿será que entonces en ese Derecho no tiene soberanía el pueblo como en los Derechos Humanos no tienen soberanía las víctimas?
¡Pero en el caso de las Malvinas, la razón y la historia parecen estar del lado de la Argentina (como así también habla el "consenso internacional" y el "instrumentalismo universal" del apoyo a nuestro país de parte de la ONU, UNASUR, CELAC, etc.) y no de la potencia! ¿Será por eso que Gran Bretaña invoca la soberanía de la Víctima?
Concluyo que hay que dudar del sentido de esa corriente si se le quiere contraponer un pensamiento filosófico (y ahí está la diferencia). El solipsismo también debe asumir su posicionamiento político. Meijide, De la Sota, Esquivel, son algunos que se acercan a algunas de esas especulaciones del pensamiento sobre los derechos humanos (Sarlo creo que, aunque sorprenda, creo que tiene objeciones a ese ideal interpretativo: el caso argentino frente al sudafricano, etc.)
Roberto, Mario y lectores del blog, acá una crítica al libro de Hilb desde un lugar distinto al vuestro, que sirva para el debate, saludos.
http://academia.edu/3751368/Que_hacemos_hoy_con_los_setenta_una_respuesta_a_Claudia_Hilb
Ante la "ontología" de Hilb, prefiero el concepto más noble de "solidaridad intergeneracional" de Kliksberg para comprender nuestras luchas por los derechos humanos.
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