La Justicia resolverá quién es el dueño de la ex Ciccone. Muchos levantaron la mano cuando nosotros expropiamos y dijeron "el dueño soy yo", como fue el caso de Raúl Moneta. No es del interés del Congreso saber quién es el dueño de la empresa que se va a expropiar.
Esto es, el Estado expropió la "máquina de hacer billetes" de alguien que no sabemos quién era. Lo más probable es que fuera de alguien que estuvo prófugo de la justicia y con pedido de captura internacional, por delitos múltiples. Pero a quién le importa? Por qué al Congreso o a la ciudadanía debería interesarle que el Congreso pague por una empresa sin dueño, posiblemente en manos de un criminal, para empezar a imprimir la moneda pública desde allí? Tal vez la culpa sea propia, porque uno no entiende "qué es la política realmente." O tal vez los equivocados sean ellos, que vienen arruinándola de este modo.
5 comentarios:
jajaja, me llamo la atención el mismo punto en la entrevista, Roberto.
Pero me parece que el que estuvo flojo fue el periodista entrevistador. La diputada puede decir que como legisladora no le incumbe tanto quien es el dueño, sino conprender lo estratégico de la expropiación. Que no tenga dueño conocido no es un problema de primer orden (obvio que acá se "olvida" que se estaba discutiendo en la sociedad si la empresa era del vice!).
Ahora bien: esa empresa era contratada por el poder ejecutivo (BCRA que dejo de ser tan autónomo por una reforma K) para que imprimiese los billetes. Ahí que no se conozca el dueño es una falta gravísima por parte del estao contratante: jamás podés participar de una licitación sin conocerse el dueño de la empresa! Sino el estado estuvo facilitando maniobras de evasión, cuanto menos, justo hasta el momento de la expropiación. Esa era la repregunta obligada. Es triste que el novel del periodismo actual les permita a los políticos entrevistados zafarse de cualquier pregunta así de fácil.
jurídicamente, al Estado solo le importa la cosa, no el dueño. Si le importara el dueño y no la cosa, la expropiación sería inconstitucional. Tito
juridicamente, estas diciendo una zoncera: si el dueño, pongamos, era boudou, y boudou primero ayudó a vaciar la empresa, y luego hizo gestiones para que pagaran millones de dolares , son todos delincuentes, complices de un tremendo crimen, participes de una asociacion ilícita. es decir, hace toda la diferencia del mundo saber quien era el duenio. pones la palabra "juridicamente" y crees que estas blindando tu argumento, y en cambio lo estas tornando insostenible
No se si Tito es una rara combinación de falaz, ignorante y bocón, o directamente alguien con problemas mentales más básicos. En una sola línea dijo un número importante de estupideces:
1. Idiotez primera: quién dijo que hay que elegir entre que solo te importe la cosa y que solo te importe (conocer) el dueño. Es incompatible saber las dos?
2. A os K claramente sólo les importa el dueño. Sino por qué no la expropiaron antes, cuando estaba en quiebra, por un valor significativamente menor al que deberían pagar ahora por una empresa funcionando? Evidentemente ellos consideraron que la impresión de billetes en manos de privados no deparaba un problema estratégico para el estado argentino (cosa que tampoco aclararon ahora lógicamente, o deberían haberse desdicho). Hay que ser muy gil para no entender que esto es un colorario del caso Boudou, aunque de tito me lo creo.
3. Como se dice en 11:52, para el estado EXPROPIADOR conocer o no al dueño puede no ser una cirunstancia dirimente (aunque en este caso que justo se está discutiendo eso, tenés que tener cara para decir lo que decís), pero al estado CONTRATANTE le importa y mucho, sino no puede ser contratista del estado! (ni agreguemos que encima Boudou se la jugó por la empresa como con ninguna otra jamás en la historia, pidiendo que le levanten la quiebra). Aunque tito lo desconozca en su ignorancia, el "estado" puede asumir varios roles distintos, con distintos regímenes legales que le dicen que es "lo importante" en cada caso.
El comentario de Tito sobre si deben importar el dueño o la cosa, me sacó una sonrisa... por lo delirante.
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