12 ago 2009

Defender al poderoso


El colega Maxi Rusconi, con quien tuvimos "la larga polémica" del año pasado, sobre cuestiones de ética profesional, y el valor o no de defender a los poderosos de siempre, publicó en estos días, en Clarín, esta nota, acá, continuando de algún modo con nuestra polémica. Vamos a bajar unos cambios y tratar de tomar el texto como medio para pensar sobre un tema que nos interesa.

Reproduciendo la lógica del raramente exitoso "teorema Baglini" para el ámbito judicial, M.R. propone el "extraño teorema Rusconi," llamémoslo así (la idea de extraño es suya), que diría básicamente esto:

"A mayor poder en el funcionario sospechado, menor nivel de eficiencia en la investigación."

"A menor poder (del funcionario sospechado), mayor eficiencia y mayor espectacularidad en las acciones de persecución."

El análisis concluye con un llamado a la ética (cof, cof, perdón, la gripe porcina) que apela a la discusión que tuvimos por el blog el año anterior. Dice M.R.

"Este cuadro, claro, es comprobable no sólo históricamente, sino en forma cotidiana. Los ciudadanos que aspiran a vivir en el estado de derecho tienen demasiadas razones para sentirse desilusionados de esta justicia oportunista, de coyuntura y para extrañar las bondades de una administración de justicia penal que se decide contra la corrupción en el momento en el que el tejido social se beneficia en mayor grado, cuando el poder se ha alejado de la ética, y debe reconocer los límites y los controles. Cuando ello haya sucedido tendremos un país mejor."

Tomemos con la mejor buena fe al "extraño teorema," y pensemos qué decir frente a él, sin entrar en cuestiones personales, por más que no siempre sean irrelevantes en estos casos (cuestiones del tipo "vos lo decís porque en realidad...").

Desde el blog habíamos adelantado al argumento, hace ya tiempo, tal como quedó registrado hace unos días, cuando publicamos por acá (acá) esta respuesta anticipada a los dichos de M.R.

Dijimos entonces sobre todo dos cosas

1) "Por un lado, la red de contactos de los funcionarios salientes suele persistir más allá de la hipotética enemistad que separe a gobernantes “entrantes” de los “salientes”: dicha red suele permitir, entonces, que por debajo del embate político que se recibe, persistan fuertes mallas de protección (por caso, en esferas legislativas y judiciales) que terminan amortiguando el impacto real de tal embate. En ese sentido, diría, los funcionarios poderosos no dejan de ser poderosos luego de que abandonan el gobierno, por más que pierdan eventualmente el poder central del que gozaban. En definitiva, el poder no se pierde de un día al otro (aunque se pierda el “cetro” del poder): perder el gobierno no es lo mismo que perder el poder." Es decir, el poderoso sigue siendo poderoso en términos sociales relativos, y queda con protecciones reales muy altas, frente a cualquiera de nosotros mortales.

Ademas, sostuvimos que,

2) "Por otro lado, los largos tiempos de la justicia hacen que las causas se dilaten y que los deseos hipotéticamente “vengativos” del gobernante entrante comiencen a diluirse. En otros términos: al gobernante entrante puede convenirle políticamente mostrar su furia contra el gobierno “corrupto” anterior, y amenazar con un castigo ejemplar a quienes perdieron su puesto. Pero dicho discurso meramente electoralista y fundado en la conveniencia, por esas mismas razones (basadas en los cálculos y no en los principios) tiende a disolverse con el paso del tiempo, cuando ya no es tan “redituable” perseguir al opositor. Por lo tanto, finalmente, tiende a ocurrir lo que vemos en la práctica de nuestro país: luego de algún embate inicial contra “los corruptos” que dejaron el poder, todo vuelve a su cauce, y las cárceles siguen pobladas de modo casi exclusivo por los desaventajados de siempre."

3) Es claro, asimismo, que cualquier acción tomada contra un ex funcionario va a estar rodeada de atención pública. Pero uno no debe olvidar que esa atención ampliada se debe, entre otras razones, a una esperable ansiedad social por ver que "a ellos también," a los poderosos de siempre, como a cualquiera, les puede caer encima la justicia. Es decir, si hay espectacularidad puede deberse al oportunismo del gobierno de turno, pero ella está alimentada, en definitiva, de un extendido y justo sentimiento de que los podereosos gozan de privilegos judiciales inmerecidos e injustos.

4) Finalmente, vayamos a los números, a los porcentajes. Es que en las cárceles están sobrerrepresentados los funcionarios salientes corruptos, frente a los funcionarios en ejercicio corruptos? No! No hay ni unos ni otros!! Si esto es así, entonces, tal vez convenga dejar en claro que estamos comparado el hecho real de que las cárceles están llenas de pobres, con el hecho más bien insignificante de que en ocasiones se toman algunas medidas espectaculares (aunque ver el punto anterior) frente a funcionarios salientes que, salvo excepciones que no mueven la estadística, quedarán absolutamente protegidos por el poder del que supieron rodearse y el dinero que, en muchos casos, supieron acumular gracias al poder. Si esta es la comparación real, entonces, seguimos teniendo todas las razones del mundo para sugerir que se dediquen las energías litigantes de los abogados progresistas para proteger a los pobres, antes que a los ex funcionarios del poder. Los primeros siguen teniendo pasaje directo a la cárcel, mientras los últimos, sin necesidad de nuestra ayuda, siguen gozando de una apenas disturbada impunidad.

6 comentarios:

la anonima dijo...

Esto tambien esta muy relacionado por la calidad de funcionarios judiciales que tenemos...
Que solamente se sabe que politico lo puso...y no tenemos informacion en cuanto al compromiso etico que tiene hacia la sociedad en la defensa de los derechos, la desigualdad, derechos humanos etc...esto es un misterio, seria mas transparante saber que piensan sobre algunos de estos temas que cite a modo de ejemplo ya que hay muchos mas... demasiados...

dn dijo...

Me parece que MR emite juicios de hecho (o de valor relativo). Y me parece que la conclusión de RG es un juicio de valor.

Los que conciban estas esferas separadas e indepedientes no van a compartir esta consideración ni ningúna otra que encaje en esta fórmula.

dn dijo...

pd: me refería a la conclusión:

"Si esta es la comparación real, entonces, seguimos teniendo todas las razones del mundo para sugerir que se dediquen las energías litigantes de los abogados progresistas para proteger a los pobres, antes que a los ex funcionarios del poder".

Apio Claudio dijo...

Creo, además, que la cosa se idologiza bastante, y más que funcionario saliente o entrante la cosa pasa a ser defensa de la tropa propia o ajena, y como siempre en política juega el principio de que una mano lava la otra y las dos lavan la cara hacer un favor a uno de la corporación sin perjuicio de que sea de otro palo, pesa y se pondera para cuando el otro palo este arriba y se haya dado vuelta la tortilla, pero a contrario de los quilapayun los pobres no comerán pan, sino que seguiran comiendo......-
Dentro del mismo orden de ideas e ideologización de la persución judicial, va una reflexión. Si para encontrar a un participe de un delito se dice que hay que seguir el camino del dinero (follow the money parece que dijo garganta profunda cuando Watergate), porqué gran parte del grupo K pretende que lo llamen a declarar a De Narvaez,(lo que esta bien) pero nada dicen de llamar a dar explicaciones a quien recibió el dinero de la efedrina?. Agregamos y tampoco el juez investiga esa línea. Una tabla de dias fastos y nefastos escrita por Apio Claudio el ciego a quien responda

estudiante crónica dijo...

no solo los funcionarios corrptos no van a la carcel: tampoco van los empresarios corruptos, los evasores, etc.
mas alla de a que se tienen que dedicar los abogados "progresistas" y "progresista" puede significar distintas cosas para MR y RG, creo que lo que hay que hacer es replantearnos el sistema penal.

Anónimo dijo...

Con todo me parece repudiable desde todo punto de vista y ante la conciencia jurídica de la comunidad internacional que semejante invdividuo; con sus antecedentes, ocupe un òrgano `pùblico y agravado por el hecho de ser el órgano custodio del Estado de Derecho. Ahora la corporación de los partidos políticos sin advertirlo se expone como una mera maquinaria de poder despiadado: qué es a lo que han llegado a convertir a la democracia meramente procedimental y casi sin límites al poder.... nauseas y más nauseas !!!!!!!!!!!!