15 ago 2009

El canon del humor gráfico nacional




Hoy ví la escondida, poco conocida peli El Humor (pequeña enciclopedia ilustrada), de nuestro elogiado Mariano Llinás e Ignacio Masllorens. El film, hecho por encargo por un proyecto de la Universidad de Tres de Febrero, se basa en una serie de notas-entrevistas sobre-con algunos de los hitos del humor gráfico nacional. Cada una de las secciones, por lo demás, está desarrollada en un formato diferente: a veces como novela de misterio, otras como entrevista clásica, otras como viaje de aventuras, y así. El tiempo máximo de la filmación era limitado, así que la primera decisión crucial fue a qué autores escoger. Y, primer hecho notable, las elecciones incluyen algunas referencias obvias, pero también muchas omisiones importantes, que sus autores reivindican como uno de los logros del film. Quedan afuera, así, Caloi (pero, hecho notable –y diría injusto- se entrevista en cambio a su hijo, el humorista Tute); Fontanarrosa (horror!); y Rep (idem), entre otros. También queda afuera Mafalda, pero no su creador, Quino.

Un breve repaso sobre los autores que se muestran, y el modo en que se los muestra:

Tute: Se lo ve creando, dibujando un chiste, no se habla con él, a quien terminamos de conocer sólo a través de su ámbito de trabajo, y sus instrumentos de dibujo. El fragmento resulta de los menos logrados.

Quino: Un homenaje lleno de admiración por el personaje, su compromiso y su melancolía (reflejada en los siempre tristes soles quineanos, que contrastan con los soles enloquecidos y vitales que dibuja Oski).

Liniers: La peli acompaña a Liniers, el dibujante de pingüinos, faros y ballenas, a un encuentro con su idealizada geografía, en Puerto Madryn, mientras se exalta la -loca y libre- ingenuidad de los dibujos del autor.

Max Cachimba: Queda evidente un paralelo entre Liniers y Max, pero aquí la entrevista toma forma de película de misterio, apoyada en la timidez del autor, y su aversión al público. El fragmento resulta muy relevante porque es fuente de inspiración clarísima para Historias Extraordinarias, el gran éxito de Llinás. Hay una voz en off que da cuenta de un relato intrigante, que parte de aquellos datos mínimos, casi insignificantes. Excelente muestra de cómo crear suspenso a partir de la nada.

Cascioli: Entrevista clásica, pero algo aburrida, con un hito del humor gráfico politizado.

Maitena: Charla en la arena de La Pedrera, donde vive la artista, una creadora que siempre tiene algo inteligente que decir, aunque aquí dice más bien poco.

Langer: Ups! Qué gran personaje Langer –aparece en un fragmento titulado “El mal”- en donde Langer propone recurrentemente una visión política incandescente, según la cual si a la clase dirigente no se la puede vencer, al menos hay que burlarse de ella. Un duro, alegremente enojado.

Daniel Paz: Se lo ve dibujando con ayuda de la computadora, que maneja con extraordinaria maestría, mientras insiste en que su técnica tiene dos partes, una primera que requiere incluir elementos, y una segunda que -siguiendo a la escultura- consiste en eliminarlos, hasta encontrar la imagen o la obra “escondida bajo el mármol” (en esto hay un paralelo con Maitena, que también da cuenta de cómo su obra fue yendo cada vez más hacia la simplificación de figuras e historias, perdiendo hasta el chiste para quedarse con el humor).

Dobal: Tal vez el mejor fragmento de la película, que parte de un típico chiste malísimo de Dobal, dos cuadritos sin gracia, tres personajes. La sección consiste en un fascinante delirio de los directores, que comienzan a imaginar formas distintas de interpretar el chiste, y la proveniencia y motivaciones de cada uno de los tres personajes que aparecen en los cuadritos, y las relaciones entre ellos, hasta crear un universo complejo, una historia extraordinaria.

Grondona White: Último cuadro del film, con los dos autores yendo a la búsqueda de su admirado Grondona White, misterioso caballero misteriosamente desaparecido de los lugares que solía frecuentar, y que hace años que no publica sus dibujos. Lo encuentran, lo entrevistan, saben de una reciente y grave internación del autor, y bien utilizan una notable metáfora que se les aparece de repente: dibujos que Grondona White hizo, acostado en la cama del hospital, casi sin fuerzas, desesperado por seguir dibujando desde su enfermedad. Los dibujos van tomando fuerza y vida con el paso de los días, y la recuperación del autor. El fragmento vale la pena, también, porque ratifica la notabilísima influencia de GW sobre Balnearios, la peli con la que la figura de Llinás trascendió fuera de las aulas de las Universidades de Cine.

Oski: Los personajes eran muchos, pero me quedo con Oski, fallecido hace tiempo, y gran prócer del humor nacional, a quienes los autores comparan, sin empacho, con Picasso. Y, algo de eso hay. Qué bueno era Oski! Qué cuadro cada dibujo!!! Va uno de regalo.

1 comentario:

Cris dijo...

Oh, interesante¡¡¡¡