En 1992, MR estrenó "Rapado," y ayudó a cambiar para siempre al cine argentino: su influencia fue extraordinaria (y tan necesaria) sobre toda una generación. Piénsese que la pionera "Pizza, Birra y Faso", de Caetano y cía. es de 1998; "Mundo Grúa," de Trapero, de 1999, y "La Ciénaga" de Martel es del 2001 (le gana en tiempo y lo equipara en influencia, sólo la temprana obra de Agresti -cuando valía realmente la pena).
Sobre MR, como sobre tantos otros (especialmente, autores independientes como Perrone), la influencia parece haber venido sobre todo de afuera: pienso, de modo muy especial, en Jim Jarmush. De él, pero sobre todo de la temprana "Stranger than Paradise," de 1984, MR, Perrone y su generación, tomaron las armas con las que desafiaron al insoportable, soporífero, abrumador cine que dominaba las pantallas argentinas: cine hablado, cine que decía todo, cine que enseñaba de qué iba la vida, cine que moralizaba, cine que no callaba ni sugería nada.
Comenzó entonces una larga etapa -ya agonizante- de cine Jarmushiano en la Argentina: cine seco, austero, lacónico, de pocos diálogos, de personajes raros y un poco descentrados.
Ahora bien: pasaron casi 30 años de aquellos días, en cierta medida gloriosos. Jarmush no dejó de ser quien era, pero probó caminos muy diferentes (su última film es de vampiros, pongamos).
MR acaba de estrenar "Dos disparos" (super-elogiada, por caso, por Página y cierta parte de la crítica). Yo me pregunto: no será hora de dejar bien atrás a Jarmush, a "Rapado," al cine seco de personajes un poco descentrados. Dale MR, ya está, ya pasó¡ Demos vuelta la página¡
1 comentario:
Dos disparos me pareció de un nihilismo aberrante. No la recomiendo
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