A través del documentalista Pocho Guevara, me entero de la existencia de José "Chamo Guevara", el cantante popular, de la "trova quiteña", anarquista irreverente, defensor de derechos humanos, jamás ausente de una marcha de protesta, y dueño de un humor corrosivo. Chamo se encuentra hoy con ciertos problemas de salud, ataques epilépticos, originados -me dicen- en los niveles de violencia policial que sufriera a lo largo de su vida. Y ahí está el Chamo, sin dar un paso atrás.
Me cuentan de su último, notable, gracioso, enfrentamiento con el propio Presidente Correa. Chamo sale de su casa, como cada día, y ve pasar frente a sí cuatro autos blindados, con los que el Presidente Correa se mueve habitualmente, protegido. El Chamo, iconoclasta absoluto, adivina quién pasa y hace un "corte de manga" contra el Presidente. Cuatro autos se frenan entonces con violencia, en un espectáculo imprevisto, inesperado. Del primero de esos autos se baja...el mismo Presidente (¡¡¡¡), que lo llama drogadicto y borracho (¡¡¡) y lo invita a pelear (¡¡¡¡) al pobre Chamo, el epiléptico. Chamo se dice a sí mismo "otra vez en cana," y le pide a la policía que no lo lleve a la fuerza, que él sabe el camino.
Un policía motorizado lo hace esperar y lo mantiene en custodia, mientras el Presidente y su comitiva se alejan, ya cansados del entrevero. Al rato, el policía motorizado lo deja ir al cantautor, sin entender bien por qué. En su siguiente discurso sabatino, el Presidente toma la anécdota como tema, y habla de su encuentro con el cantante, al que, dice, cruzó drogado, bebido, oliendo a alcohol (¡¡¡). Pobre, no sabía que Chamo no bebe alcohol y que, por su enfermedad debe cuidarse al máximo. Otro papelón del bravo Presidente, que más tarde deberá admitir su error, aunque lo hará sólo a medias. Ok, Chamo no estaba borracho -admite. Pero sí empastillado -agrega apurado. Patético¡
(sobre la respuesta del Chamo al Presidente, ver acá)
Miro hacia atrás estas crónicas y me sorprendo de la cantidad de personajes que conocí, o de quien supe en estos cortos días. Personajes hermosos, izquierdistas, irreverentes, graciosos. Todos dulce pero firmemente anti-Correístas.
Miro hacia atrás estas crónicas y me sorprendo de la cantidad de personajes que conocí, o de quien supe en estos cortos días. Personajes hermosos, izquierdistas, irreverentes, graciosos. Todos dulce pero firmemente anti-Correístas.
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