19 dic 2009

La moral del bufón

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Hace un tiempo me contaron una supuesta tesis, una conjetura, vinculada a la historia de la literatura argentina y a la historia de vida de dos hermanas que son parte importantísima de esa literatura. La idea, irreproducible, era simplemente atroz, increíblemente fuerte, de una oscuridad perversa. La tesis trataba de arrojar luces sobre la difícil relación entre Victoria (1890-1979) y Silvina (1903-1994) Ocampo. La simple posibilidad de que sea cierta, de sólo pensarla, inquieta, incluso cuando su mundo es el de la historia privada de vidas literarias. Esa teoría, aspera, cruda y posiblemente incomprobable, hizo derivar la conversación -con este aquí anónimo pero reconocido escritor- a otra dupla de hermanos, la de los hermanos malditos: los peotas Leónidas (1927-2009) y Osvaldo (1940-1985) Lamborghini.

Vale, entonces, una aclaración siempre innecesaria, por su presunta obviedad, pero quizás oportuna. Las obras no responden por sus autores. Las poesías, novelas, cuentos, ensayos, etc. existen independientes a sus autorxs, son una entidad separada con defectos y virtudes diferentes. El autor muere, como decía Barthes, y la obra le sobrevive y/o vive una vida paralela a la de sus autores, sus actos y dichos literarios y extraliterarios.

Es muy probable que la próxima poesía de sábado sea la última. Al menos de este espacio regular, semi-institucionalizado, que teníamos por aquí. Así que vamos terminando este ciclo con Leónidas Lamborghini y "La risa canalla (o la moral del bufón)" reeditado por Paradiso Poesía en el 2004. Gran poema-libro conocido como comedieta. Acá tiene una reseña del libro de Marcelo Díaz, en el espacio virtual de la legendaria revista Punto de Vista.

Ahí van unos recortes selectos. Disfruten!

La moral del bufón:

-La verdad del Modelo, es su propia
caricatura, y ésta revela
la mentira de su falsa perfección.

Viéndonos, así, caricaturescos,
nos entendemos: espejo somos,
de lo deforme que el Modelo oculta.

Vida como parodia de la vida,
risible senda en la que el suicidio,
su idea, ronda hasta el bebé.

La mezcla, el remedo y el disfraz
que a nosotros el Modelo inspira,
anuncian, desde siempre, la tragedia.

Desde el reir, lo trágico mirado;
la tragedia que empieza en la parodia,
sigue en caricatura y da en grotesco.

La tragedia que cede su lugar
a esas tres formas y, con ellas,
se confunde en violento carnaval.

En ese albur, es claro, estamos todos;
somos batracios de una misma charca,
con un croar que nos identifica,

el croar de la época: un griterío,
que expresa nuestro horror que causa risa
y nuestra risa que provoca horror.

Así, el torniquete de la historia
sentir nos hace su chiste a carcajadas,
que devolvemos con más locura y crimen.

Y trágicos por cómicos y cómicos
por trágicos, en este laberinto
de horror y risa, sea nuestra guía

la moral del bufón: sus comiqueos.

Comiqueos I:
Del comunicador

- ¿Podría mi mentir hablar verdad?
¿Y podría mi hablar verdad, mentir?:
esta es la cuadratura que me obsede.

Cuadratura del círculo, imposible,
que persigue mi mente devastada
de comunicador de nuestro tiempo.

Sueño con ello, sueño y en mis sueños
ordeno las palabras, las dispongo,
me parece lograrlo y no lo logro.

Perdido en un blá-blá sin consistencia,
el sueño se torna pesadilla:
mis engañados ríen mis engaños.

Vivo el momento aciago en que esas burlas
desnudan, una a una, mis mentiras:
mi show ha levantado el que me paga

y me arranco la lengua y sigue hablando.

De un corrupto

-La corrupción es el aceite del Sistema,
la que permite funcionar al mundo:
sin ese aceite, el mundo detendíase.

Sobornos, coimas, integran su materia
y son los ingredientes principales,
necesarios, a mover el engranajes.

La aceitera gotea en los bolsillos
y su aceite es el mismo que utiliza,
la rueda feliz de la fortuna.

¡Oh bolsillos sensibles, tan humanos,
tan abiertos al más leve contacto
de ese bálsamo aceitoso, a su caricia!

La mano que introduce el corruptor
no encuentra en vosotros resistencia:
la Aceitera ya ha hecho su trabajo.

El coimeado, el dueño del bolsillo,
ha aceptado la dádiva y el riesgo
y el escándalo; después de todo,

la corrupción es el Sistema mismo.

Del boleto

-Yo no robé el fuego de los dioses,
sólo sustraje el de esos nueve jóvenes
que pedía más de lo admitido.

Yo mismo ideé el operativo,
esas acciones comandé yo mismo:
había que hacerlo, eran subversivos.

Subversivos, alumnos de una escuela
secundaria, ya dispuestos a enfrentar
a una autoridad como la nuestra.

¿Tenía yo otro camino, un otro modo
de segar esa fuerza manifiesta
de maldad, encarnada en esos jóvenes?

Ordené la detención, ordené
el secuestro y el tormento, el hierro,
ordené el exterminio, que murieran.

Ahora, a este lecho condenado,
en este hospital sufro el suplicio:
un cáncer picotea mi hígado.

Y veo ante mis ojos nueve lápices
que, con letra infantil, frente a mis ojos,
escriben y repiten la consigna:

Boleto Escolar Gratuito Le Exigimos

Comiqueos II:
De una madre

-Desnutrición me llamo y soy la madre
de esta niña que tengo entre mis brazos
y a la que amo con todo mi hambre

Su flacura raquítica yo adoro;
ella, en vez de estar en casa, está
en el hospital, aquí, conmigo

No me pesa su peso, es tan leve
como un pluma o brizna; la sopeso,
pero, en realidad, no pesa nada.

La conformo, la engaño, hago que duerma,
que no quiera otra cosa, y no interrumpa
su paz en mi regazo; que no pida

lo que yo, por ser yo, no puedo darle.
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Salud!

5 comentarios:

Fernanda dijo...

ESTA VEZ ME ENCATARON!!!!

Un aplauso para ti también porque no es fácil elegir los recortes.

Gracias, porque a estos no los conocía y me parecieron super geniales.

Saludos desde el sur ahora!

Clément Cadou dijo...

Hola, hay un desliz tipográfico involuntario (Victoria nace en 1890). No pido que relates la supuesta tesis, la conjetura, pero dejas al lector con ganas de saber (ganas no malsanas, eh).
Buen poema de Leónidas L.
Lamborghini pequeño (Osvaldo), un personaje muy interesante. Hace poco tuve ocasión de leer un extenso texto de Aira sobre O. L., de quien apenas he podido leer los fragmentos de la página, aparte de Tadeys.
¿Por qué la supresión de la sección?
saludos

Wint dijo...

Clap Clap, en muchas ocaciones si pusieras tres veces al mismo autor en el mismo ´´espacio´´ me quejaría, pero a los lamborghini los lei tan poco y me gustan tanto que no me canso de que los citen.

Gran seleccion la de su sección, estimado Lucas.

Lucas A dijo...

Gracias Fernanda. Salud por ti!

Clement C. Imaginate algo horrible y estarás cerca. Y recordá que fue sólo una conjetura contrafáctica, como tantas, incomprobable.

No suprimimos, sino que renovamos, cambiamos, avanzamos. Y así evitamos el óxido de lo predecible.

Gracia estimado Wint.
Salut para todos!

Leti dijo...

justito cuando le iba tomando la onda a esto de la poesia ;=D